Capítulo undécimo

CAPÍTULO UNDÉCIMO


ESCRITURA EN UNA MESA. UNA PRUEBA CON PIZARRAS DE MANERA CONCLUYENTE QUE REFUTA LOS FENÓMENOS DE SLADE.

La cosa físicamente más asombrosa en los experimentos hasta ahora relacionados, es sin duda, la facilidad con la que cuerpos materiales pasan de un sitio a otro. Así, la hoja doblada de papel, sin ningún síntoma de aplastamiento o arrugamiento, pasó sin presión, al parecer había penetrado a través de las pizarras por la cubierta de madera cerrada hasta el interior de la pizarra doble.

Obtuve una de las confirmaciones más notables de esta evidente suspensión de la ley de la impenetrabilidad de la materia en una sesión del 9 de mayo de 1878, de once a once y cuarto de la mañana. Inmediatamente después de que yo me hubiera sentado con Slade en la mesa de juego, conversé con él al principio sobre el poder de sus seres invisibles inteligentes, mediante los cuales los cuerpos materiales al parecer, podían ser penetrados con tanta facilidad como si fueran penetrables. Slade compartió el asombro. Asegurándome que nunca hasta ahora había tenido tanta abundancia de este tipo de fenómenos en su presencia. Inmediatamente después de esta observación él trabó con su mano izquierda dos pizarras de igual tamaño que la que ponía a su izquierda, y que habían sido comprada y limpiada. Él me dio estas dos pizarras, y me pidió que presionara contra la superficie superior una pizarra y la otra por debajo de la mesa, con mi mano izquierda, para que el pulgar de mi mano izquierda apretara superiormente, mi otros cuatro de-

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FÍSICA TRASCENDENTAL.

dos que estaban bajo la otra pizarra, contra la superficie de la mesa como puede ser visto en el gravado en la placa VII. Bajo la pizarra superior sobre la mesa, una astilla de pizarrín había sido puesto, para que fuera completamente cubierto por la pizarra superior. Slade entonces colocó ambas manos sobre el medio de la mesa, a una distancia de un pie de las dos pizarras, y solicitó que yo cubriera sus manos con la mano derecha. Apenas esto fue hecho cuando claramente oí la escritura sobre una de las pizarras que eran presionadas firmemente por mí contra la mesa. Después de la conclusión de la escritura, como siempre por la señal de tres tic tac sucesivos rápidos, tomé las pizarras separadas y desde luego esperé que la pizarra que había estado encima de la mesa con el trozo de pizarrín tuviera la escritura, ya que había sido puesto un minuto antes. Cuan grande fue mi asombre, que encontré que la escritura se produjo en la pizarra inferior, en la cara que estaba hacia la tabla de la mesa de roble, como si un escritor invisible lo hubiera hecho, pero no había nadie en absoluto allí. Sobre la pizarra se encontró el siguiente mensaje, en ingles:-

“No haremos mucho por usted hasta mañana, - deseamos recuperar fuerza durante esta tarde; usted requerirá estar muy pasivo, o no seremos capaces de lograr nuestro trabajo.

La mesa no nos dificulta nada, - nosotros podríamos escribir de este modo más a menudo, pero la gente no está preparada para ello.”

En la tarde del mismo día (6 de mayo de 1878) ocurrió el transporte asombroso de los anillos de madera de una cuerda de tripa sellada al pie de la mesa (*) de madera.

Para responder a una sugerencia tantas veces repetida, de que el mismo Slade escribía las pizarras mediante un pequeño lápiz insertado en la uña o en la carne de uno de sus dedos, yo había preparando lo antedicho, los utensilios de escritura y el depósito de Mylius, media docena de pizarras, de tales dimensiones que la manipulación de éstas a escondidas era absolutamente imposible. Aquí presupongo que mis lectores entienden y reconocen


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UNA REFUTACIÓN EXPERIMENTAL.


que alguien escribía sobre una pizarra de la manera indicada, sosteniéndola al mismo tiempo, debería entonces ser capaz de tocar con sus dedos aquellas partes de la pizarra que son escritas. Ahora las pizarras compradas por mí, tenía una longitud de 334 milímetros y de 105 milímetro de ancho, de la fábrica A. W. Faber, No.39. Agarre y sostenga la pizarra como se cuenta, y ni la mano humana más grande con los dedos completamente extendidos, no pueden por el camino más corto alcanzar todos los puntos de la superficie de la pizarra. Es por tanto esta pizarra por lo general empleada por el Sr. Slade, y escrita sobre su superficie de manera entera, como se dijo – luego se concluyó que era una explicación físicamente imposible, y por tanto inadmisible el engaño.

Cuando estuve con Slade en nuestro salón de la casa de mi amigo O. Von Hoffmann pasadas las ocho y media de la tarde del 7 de mayo de 1878, tomé varias de tales pizarras compradas para esta ocasión, y primero las limpié cuidadosamente, y las dejé delante de mí sobre la mesa de juego, en la que inmediatamente tomemos nuestros asientos. Apenas nos sentamos cuando Slade cayó en trance, y que hasta entonces nunca había pasado tan de repente después de habernos sentado, había cerrado sus manos y pronunciaba con voz cambiada y la cabeza caída, mirando hacia arriba, entonces oí un rezo que nunca olvidaré la impresión de tal noble discurso y el fervor con el cual el rezo fue hablado, delante de mí. La impresión fue tan inesperada, pero me interesó, por lo estético del comportamiento de Slade con su semblante casi transfigurado, tan sumamente, que no reparé en anotar sus palabras.

La idea principal del rezo era una petición a Dios en relación a conceder su bendición sobre nuestros experimentos, y el sufrimiento del trabajo emprendido terminase felizmente por el bien de la humanidad. Como siempre con Slade, al despertar de esos estados de trance, hacía un movimiento rodante de la cabeza, y luego de pronto con un espasmo sacudía el cuerpo entero, y había siempre, antes de la apertura de los ojos, un crujido peculiar de los músculos de su cuello y mandíbula. De lo hablado en el trance, el Sr. Slade afirmó que no sabía nada en absoluto. Los que han sido testigos de los experimentos de magnetizador

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FÍSICA TRASCENDENTAL

Hausen, era capaz claramente de representar en ellos el comportamiento del despertar de estos trances, si se hiciera una comparación entre el estado de “sensible” y el “despertar” del magnetizador.

Después de que Slade tomara conciencia, echó un vistazo sobre las pizarras recién traídas con forma oblongas. Su pregunta sobre que objetivo tenían las pizarras con ese diseño, yo contesté evasivamente. En ese momento él propuso intentar otra vez la escritura espontánea en pizarras una encima de otra, sin que las tocara ni él ni yo, como en el experimento que tuvo éxito tan maravillosamente en presencia de Wilhelm Weber y de mí, el 13 de diciembre de 1877, cuando entre dos pizarras atadas juntas diagonalmente con un bramante fuerte, y que silenciosamente estaba encima de la mesa de juego, y que ni Slade ni nosotros toquemos, y de repente se produjo la escritura que fue oída por todos. (*)

Slade ahora me pidió que tomara las dos pizarras nuevas, que pusiera una astilla de pizarrín entre ellas, y luego sellar estas dos pizarras firmemente juntas. Hice esto, después de haberme asegurado bien de que las pizarras estaban completamente limpias. Los sellos fueron colocados en cuatro sitios en los lados largos, y ahora, puse estas pizarras, con el pizarrín entre ellas en la esquina de la mesa de juego, en la esquina más alejada de nuestras manos y las unimos una encima de las otras en la mesa, de manera que las manos de Slade era cubiertas por las mías, y así impedirle moverse. Apenas había pasado esto cuando las pizarras intactas fueron levantadas muchas veces sobre uno de los bordes que claramente fue percibido por nosotros por una luz difundida de una vela que había puesta en medio de la mesa de juego. Entonces las dos pizarras se posaron otra vez sobre la mesa de juego en una posición algo cambiada, y ahora la escritura sobre las dos pizarras se hizo audible, como si con el pizarrín escribieran con mano firme. Después de los tres tic tac conocidos  se oyeron anunciando la conclusión de la escritura, nosotros separemos nuestras manos, que hasta entonces habían estado firmemente unidas,

(*) Visto pág. 60

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MENSAJE LARGO SOBRE UNA PIZARRA NUEVA.

Cerrando la sesión y dirigiéndonos los dos con la pizarra doble que yo había agarrado inmediatamente hacia la habitación donde estaba Herr Von Hoffmann y su esposa esperándonos. En presencia de estas personas la pizarra poco antes sellada por mí fue abierta. Ambos lados fueron completamente escritos en ingles (Placa VIII, representa una reproducción fotográfica de las dos pizarras a una escala reducida, por la cara que estaban las dos pizarras juntas, esas caras estaban una sobre la otra, mostrando la posición de la escritura en ellas.)  Aquí sigue el mensaje en original en inglés:

“Esto es cierto – no es para escogidos – sino para toda la humanidad – sin distinción de posición o raza – no importa como pueda ser insultado o perseguido por su investigación- esto no lo tomarán como verdad, no más que las palabras de un ciego; que al medio día puede decir que no hay ninguna luz del sol, esto no impide que el sol brille o llegue la oscuridad al medio día; el ciego puede decir que no hay ninguna luz del sol, ya que el no puede ver la luz del sol. El hombre que dice esto no es verdadero, él dice que no es cierto, porque él no ha tenido ninguna prueba de que es verdadero; la gente no pude ver, no les regañe, pero les ayudará mostrándoles el camino de la verdad divina; no son capaces de decir ahora de que está lleno nuestro espacio ahora; continúe con su investigación y usted recibirá su recompensa.”

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