CAPÍTULO QUINTO
PRODUCCIÓN DE NUDOS EN UNAS CUERDAS INFINITAS- NUEVOS EXPERIMENTOS, MATERIALIZACIONES DE MANOS- DESAPARICIÓN Y REAPARICIÓN DE OBJETOS SÓLIDOS.- UNA MESA DESAPARECE Y DESPUÉS DESCIENDE DEL TECHO A PLENA LUZ.
El establecimiento (Constatirung) de hechos físicos caen dentro del dominio de la física; y si hombres tan eminentes y distinguidos como Wilhelm Weber, Fechner y otros, después de la cuidadosa investigación experimental, públicamente atestiguan la realidad de tales hechos, esto es claramente nada más que un acto de presunción moderna para la gente acientífica, para aceptar a gusto que son hechos absurdos y la posibilidad de engaño sin más preguntas y así negar la capacidad de observación exacta de tales hombres.
Ya he descrito detalladamente las condiciones bajo las cuales los nudos (representados en la Placa 1 ocurrieron en la cuerda sujeta por un sello, y en presencia de Slade, sin que la cuerda fuera tocada. Cada posibilidad de que estos nudos estuvieran ya hechos en la cuerda antes de terminar está totalmente excluida, ya que la traje de otra parte yo mismo.
Primeramente les interesa a mis lectores, saber que este experimento tuvo éxito cuatro meses antes en Londres en presencia de otro médium. Bajo el título “Notables Manifestaciones Físicas” (“Remarkable Physical Manifestations”), y el Dr. Nichols ha publicado lo siguiente en dos cartas al Spiritualist de Londres, el 12 y 19 de abril de 1878:-
Wiss. Abh., Vol. ii., part 2, p. 905.
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FÍSICA TRASCENDENTAL.
NOTABLES MANIFESTACIONES FÍSICAS
“Esto puede parecer pesado de repetir hechos, y acumulación de evidencia, pero esta parece ser la única forma de convencer al escéptico. Entonces usted debe considerar que cada número del Spiritualist no haya caído en todas las manos o puede no haber visto ese número antes. Entonces le doy algunos hechos míos, aunque ellos pueden ser familiares a usted y a la mayor parte de sus lectores.
“Ocupado en mi escritura, el otro día en mi estudio, aproximadamente a las dos de la tarde, el ama de casa vino con sus ojos “desorbitados” con asombro y pidió que yo fuera un instante al salón de arriba. Esto parecía un caso urgente, y tropezando por los peldaños de la escalera donde se encontró las sillas, pero tres vueltas hacia arriba; el sofá grande y pesado que estaba en la habitación estaba hacia arriba; y el pianoforte vertical postrado sobre la alfombra, descargado sobre su cara.
“Las ventanas están a dieciséis pies de altura respecto al suelo; ninguna persona en la casa había estado en la habitación aquella mañana; nadie podría haber tenido ninguna posibilidad de haber entrado de la calle para realizar ese trabajo, y estoy seguro que no fue hecho por ninguna persona de dentro de la casa, desde mi escritorio puedo oír cualquier paso que se de en el salón o cualquier palabra, es seguro que nada visible pudo haber hecho esto. Fue requerido dos hombres fuertes para levantar arriba el pianoforte y restaurar su posición apropiada. La “trastada” parece haber sido lograda mientras la mayor parte de la familia estaba comiendo entre la una y las dos; con ellos estaban Sr. W. Eglinton, Sr. A. Colman. y Sra. Nichols, estaban todos a la mesa, y relatan que , cuando estaban conversando oyeron unos golpes ruidosos y la mesa pesada llena de platos se movió sin que nadie la tocara y se elevó algunas pulgadas del suelo, y permaneció así, mientras la Sra. se inclinó para ver que todas sus patas estaban en el aire. Esto es bastante común en presencia de médiums, pero la acción a distancia tan poderosa en el salón, a plena luz, sin nadie cerca parece de novela y remarcable.
“Le di algunas indicaciones y, además las sillas fueron “enhebradas”
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MANIFESTACIONES EN LA CASA DE UN MÉDICO.
por las manos de las personas mientras ellos firmemente sostenía las manos de los otros. Esto fue una gran maravilla como lo relatado por el astrónomo alemán en Leipsic, - la atadura de nudo en una cuerda, mientras que los extremos fueron sellados juntos-. He visto las sillas enlazadas a través de los brazos de siete personas, de las cuales yo podría perfectamente tener plena confianza, pero deseé estar doblemente seguro, antes de la sesión até las dos muñecas juntas con hilo de algodón. En tres segundos encontré que el brazo estaba fuera, y el hilo estaba sin romper. Entonces sostuve la mano del Sr. Eglinton tan firmemente como podía, y en un instante su brazo colgaba de la silla, y mi espalda se inclinó hacia delante, cayendo, y quedando colgando mi brazo. Esto, está más allá de toda duda, la materia pasa a través de la materia, la manera de cómo se desvanece el hueso y la carne y pasa a través de la madera, aún no he sido capaz de determinar.”
“Este sábado, en una cita especial, cuatro de nosotros sentados al mediodía, Eglinton, Colman, Sra. Nichols, y yo. Suponiendo que allí podría escribirse algo o dibujar, puse una hoja de papel marcado con letras y un lápiz sobre la mesa alrededor de la cual estábamos. Era una pequeña habitación, a plena luz, oímos un leve ruido de un movimiento, golpes ligeros o puñetazos en una esquina. Al mirar, todos vimos una silla con reposa brazos a una distancia de seis pies de la mesa, inclinándose sobre dos patas, meciéndose de atrás hacia delante, inclinándose atrás y equilibrándose con dificultad sobre dos patas, contestando nuestras preguntas con sus movimientos; y finalmente a nuestra petición, anduvo hacia delante sobre dos patas y se colocó en la mesa, rozando por debajo de la mesa mi rodilla y se comportó a todos los sentidos como una silla con inteligencia y locomocional. Esto fue un extraño experimento; pero también es un hecho muy interesante, fue visto durante diez o quince minutos por cuatro personas, sin la posibilidad de truco o alucinaciones. Examiné la silla con cuidado, dadas las circunstancias para ver como se produjo el fenómeno.
“Entonces la luz fue apagada, durante un minuto o así, durante ese tiempo oímos los movimientos rápidos de un lápiz, y al encender el gas de la lámpara, encontramos sobre la hoja marcada de papel retratos de un difunto
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FÍSICA TRASCENDENTAL.
amigo y una carta de más de una página con la letra conocida del querido espíritu infantil que a menudo nos visitaba. Tengo ahora de su mano cinco dibujos complicados y cuatro cartas que nadie podría hacer en menos de dos minutos que duró la prueba. Ningún artista en vida podría hacerlos en menos de diez a veinte minutos, ocupando todo su tiempo en la producción de cada uno.
“Sus lectores pueden alegrarse de saber, que la noche del 7 de abril nosotros repetimos en mi casa, con la presencia de seis personas, incluidos Sr. W. Eglinton, Mr. A. Colman, Catedrático Zöllner para la maravilla de atar nudos con una cuerda con los extremos atados y sellados juntos. Tengo la cuerda sellada, la que me preparé con los extremos anudados firmemente sellados a mi carta, sobre la que los dedos de todos los presentes descansaban mientras que cinco nudos fueron creados, en la parte central de la cuerda. No tengo ninguna duda que estas manifestaciones puede repetirlas en cualquier momento y en condiciones parecidas.
“12 de abril de 1878”
ATADURA DE NUDOS EN UNA CUERDA INFINITA
Al Editor del "Spiritualist," 19 de abril de, 1878.
“Señor, - siento volver a contar y repetir el experimento en Londres, el gran experimento de Leipsic, de atar nudos en una cuerda, no fue tan exacta como debería haber sido el registro para que fuera un fenómeno asombroso”.
“Permítame decir, por lo tanto, que después de leer el relato del Catedrático Zöllner, en el “Daily Telegraph”, pregunté, cuando pude, a nuestro espíritu amigo 'Joey’ si él podía hacer la misma cosa. Y dijo que lo “intentaría”
“Entonces corté cuatro yardas de bramante común marrón – que se usa para liar paquetes grandes de libros- de una bobina nueva, la examiné con cuidado, se ataron los dos extremos juntos por un solo nudo, que incluía a los dos, luego pasaron cada final por un agujero de mi tarjeta de visita, ataron otro nudo, y firmemente fue sellado este nudo a la tarjeta, y le pidieron a
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EXPERIMENTO DE NUDOS CON OTRO MEDIUM.
un caballero que lo sellara con su sello. En esta tarjeta también puse mi firma y fecha. El lazo de la cuerda, cuyos finales fueron sellados a la tarjeta, otra vez fue examinados, y comprobé que en la cuerda no había ningún nudo.
“Seis personas incluyendo al Sr. Eglinton y al Sr. Colman, sentados en una pequeña mesa. La tarjeta fue sellada, y colocada en el centro de la mesa, además los dedos de cada uno de los presentes fue colocados en ello, mientras que el lazo colgaba hacia el suelo.”
“Esta posición fue mantenida aproximadamente un minuto, cuando los golpes fueron oídos, y examiné la cuerda. Los extremos habían sido firmemente sujetos y sellados como antes y aparecieron cinco nudos atados en ella, en una distancia de un pie - sobre una sola cuerda infinita, se observó que la cerradura estaba perfectamente y había estado todo el tiempo a la vista – donde ellos están todavía.”
“Es seguro que esto no podría haberlo hecho un hombre mortal, no podría haber atado los nudos así – igualmente cierto ningún filósofo ni ningún prestidigitador de Europa podría realizarlos en las condiciones descritas.”
“Aquí hay un hecho que podría ser probado en cualquier tribunal, y para cualquier consideración de un número más concebible de dimensiones del espacio.
“T.L. Nichols, M.D.
"32 FOPSTONE ROAD, LONDON, S.W.Ahora paso a comentar, mis numerosos experimentos acertados con Slade, durante su pasada visita a Leipsic, del 4 al 10 de mayo de 1878, aquellos presentaron una modificación de los experimentos de los nudos, y que puede considerarse como una confirmación experimental de la realidad de una cuarta dimensión espacial.
“En su tercera visita a Leipsic, fue otra vez invitado el Sr. Slade, hospitalariamente por mi amigo Oscar von Hoffmann, por lo tanto había vivido en su casa desde el 2 hasta el 10 de mayo. Protegido de la grosería de los eruditos y del publico inculto (gente científica y no científicos), así como de la prensa para prevenir una posible retención
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FÍSICA TRASCENDENTAL
En cuanto a los siguientes experimentos con el Sr. Slade, los describo en primer lugar para físicos, es decir para hombres científicos quienes son competentes de entender mis otras investigaciones físicas y experimentos, a los que, durante el espacio de veinte años, he publicado en diarios científicos. Solo tales hombres son capaces de formar un juicio independiente, sobre la razón de mi trabajo, y antecedentes, en referencia a cuanta confianza se me deba aplicar a los experimentos físicos. Ya que aunque las consideraciones teóricas – por lo que los hechos y la observación impartida por mi durante aquel espacio de tiempo he podido unir hasta ahora- se desvíen en muchos sentidos de mi, los hechos, son observaciones hechas por mi y tienen hasta ahora la confirmación en su totalidad. En cuanto a tales hombres, también, quienes sobre la razón de mis trabajos antes de formar su propio juicio independiente sobre mi fiabilidad y credibilidad, revelo las condiciones de los problemas minuciosamente y las circunstancia que es necesario para que los hombres intelectuales y científicos sepan en que condiciones fueron observados por mí los fenómenos. Suponga por ejemplo, que observa durante una investigación física (como es el caso del fluido eléctrico) las desviaciones de la aguja magnética en condiciones hasta ahora insólitas. Si ahora un físico, deseando despreciar mis observaciones, sugerirá que yo, quizás por casualidad habría tenido un cuchillo magnetizado encima de la mesa, o no hubiera debidamente tenido en cuenta las variaciones diarias del campo magnético terrestre, tales suposiciones podrían ser tenidas en cuenta con un estudiante o un principiante en esta provincia de observaciones física, pero yo debería sentirlo, viniendo de un compañero científico, como un insulto y debería mantenerlo bajo mi dignidad como un físico y contestar que (**)
(*) Esto pasó en Viena. (TR)
(**) La susodicha protesta recuerda a la del Sr. Crookes, “refiriéndose a una sugerencia que, en sus investigaciones con el Sr. Home, él había evitado suministrarle la parte esencial del funcionamiento de los aparatos que iba a utilizar.
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ANUDAMIENTO JUNTAS DE CINTAS DE CUERO.
En lo que concierne a la absurda demanda, referente a los que entran en una nueva y totalmente desconocida provincia de fenómenos físicos, para imponer la prioridad a las condiciones en las que los fenómenos “deberían” ocurrir, les mando las criticas a la carta de Slade, y a los comentarios de Herr Axsakow mando a Herr Geheimrath Virchow de Berlín sobre los primeros principios de investigaciones exactas. Después de este prefacio necesario, paso a describir algunos experimentos que yo había inventado con la idea de confirmar mi teoría espacial.
Los experimentos antes descritos (el 17 de diciembre de 1878) con la cuerda anudada sugieren dos explicaciones, según como uno supone un espacio de tres o cuatro dimensiones. En el primer caso debe haber un paso a trasvés de la materia, es decir materia a través de la materia o en otras palabras, las moléculas de la cuerda deben haberse separado en ciertos sitios, y luego, después de pasar cierta otra parte de la cuerda se vuelve a unir otra vez en la misma posición que al principio. La segunda explicación es el caso de la manipulación de la cuerda flexible según mi teoría, sujeta a las leyes de una región de cuatro dimensiones espaciales, de manera que la separación y la unión de moléculas no es necesaria. La cuerda, sin embargo, seguramente sufriría durante el proceso un cierto torcimiento que sería perceptible después en forma de nudos en ésta. Yo no había prestado atención a esta circunstancia en diciembre del año pasado, y no había examinado las cuerdas según el tamaño o la dirección de la torcedura. El experimento siguiente, sin embargo ocurrió el
(“Seriamente esperan” – dice el Sr. Crookes – “que yo debería responder a la pregunta ¿Hizo el Sr. Home la tabla? ¿Los críticos no me dan ningún crédito ni el mínimo sentido común? ¿Ellos no pueden imaginarse que precauciones obvias, en vez de ir buscando agujeros en mis experimentos? ¿Es improbable que no se me ocurrieran durante el largo y paciente curso de la investigación?”- TR.,)
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FÍSICA TRASCENDENTAL.
El experimento fue así: - Tomé dos trozos de cinta de suave cuero, de 44 centímetros de largo y de 5 a 10 milímetros de ancho, las sujeté en las puntas cada una, juntas, como antes fue descrito con una sola cuerda, las sellé con mi propio sello. Las dos cintas de cuero fueron puestas separadas en la mesa de juego donde nos sentados; los asientos fueron puestos unos en frente del otros, sostuve las cintas con mis manos (como se muestra en la Placa II). Slade sentado a mi lado izquierdo colocó su mano derecha con cuidado sobre las mías, yo sentía el cuero debajo de la mías todo el tiempo. Slade afirmó que vio luces emanar de mis manos, y podía sentir un viento fresco de ellas. Yo sentí lo mismo, pero no pude ver las luces. En este momento, mientras todavía claramente sentía la fresca brisa, las manos de Slade no tocaban las mías, pero fueron quitadas de ellas aproximadamente dos o tres decímetros, sentí un movimiento de las cintas de cuero debajo de mis manos. Entonces se oyeron tres golpes en la mesa, y al quitar mis manos, las dos cintas de cuero estaban anudadas juntas. El enlace del cuero claramente es visto en la Placa II (Copiado de una fotografía). El tiempo que las cintas estuvieron debajo de mis manos fue unos tres minutos. Un par de tiras de cuero no enlazadas están dibujadas en la Placa II para ver con claridad la aprehensión.
Muy contento, examiné la anudación del cuero durante largo rato con mis amigos. Entonces tomé una pizarra yo mismo, y la sostuve con mi mano derecha debajo de la mesa, para repetir el experimento que había tenido éxito con Grand Duke Constantine de Rusia. (*) Ahora, mientras hacía esto, las manos de Slade, continuamente a la vista, se pusieron silenciosamente sobre la mesa, de pronto, una gran mano cerca de mí, delante, surgió del borde de la mesa. Todos los dedos de la mano se movían rápidamente y fui capaz de observarlos con exactitud durante al menos dos minutos
(*) Antes, p.43.
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[88 – En blanco]
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MANOS VISIBLES Y TANGIBLES.
El color de la mano era pálido, tirando a verde oliva. Y ahora mientras yo continuamente veía las manos de Slade estar delante de mi, sobre la mesa, él mismo se sentó en la mesa a mi izquierda, la mano derecha antedicha se elevó de repente, tan rápido como una flecha, todavía más alto, y agarró con presión poderosa mi brazo izquierdo durante mucho tiempo, más de un minuto. Como mi atención totalmente fue ocupada por la extraña mano, y el apretón sobre mi brazo izquierdo, de repente y por la fuerza, de improvisto; no soy capaz de decir algo acerca de la condición de cómo era la unión de la mano con el brazo en el borde de la mesa. Cuando esta mano hubo desaparecido – las manos de Slade estaban sobre la mesa como antes de empezar,- violentamente fui pellizcado a mi derecha, durante estos cuatro minutos, estuve manteniendo la pizarra antedicha debajo de la mesa, lo único que podía hacer era gritar. Con esta manifestación la sesión extraordinaria se cerró.
Para completar la cuenta de los fenómenos de manos humanas visibles y tangibles que ocurrieron el año antes, en presencia de mis amigos y compañeros, Fechner, W. Weber y Scheibner, puedo mencionar además que la mañana del 15 de diciembre de 1877, a las 10:30 pasadas, mientras W. Weber y yo estábamos ocupados con los experimentos de Slade, los magnéticos, de repente el abrigo de Weber fue desabotonado bajo la mesa, su reloj de oro fue sacado del bolsillo derecho del chaleco, y fue colocado cuidadosamente en su mano derecha, cuando el la sostuvo debajo de la mesa. Durante este proceder, que ocupó aproximadamente tres minutos, y fue descrito exactamente en sus fases particulares por Weber, las manos de Slade, es sobreentendido que estaban ante nuestros ojos, encima de la mesa, y sus piernas cruzadas, vigiladas de reojo, en tal posición su empleo era inadmisible. La sesión ocurrió en mi residencia, en una esquina de una habitación iluminada por cuatro ventanas grandes, como ya describí.
Aquellos fenómenos descritos aquí, demostrados también en otros lugares por observadores fiables, sobre la aparición de miembros humanos visibles y tangibles, en contraste con aquellas acusaciones de que usaba gutapercha, etc, tratan el asunto
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y la consideración, de manera que juzgan los fenómenos que no han visto, ni han examinado en las condiciones que se produjeron. Aquellos miembros humanos visibles y tangibles, en circunstancias convenientes pueden dar impresiones de estar hechas de harina o papel de copiar se sorprenderán más después del último hecho. (*)
Si los experimentos precedentes han permitido conocer la prueba de que, fuera de nuestro cuerpo, del mundo perceptible de tres dimensiones, cosas formadas por todos los atributos de corporeidad que pueden aparecer en el espacio tridimensional y luego desaparecer de ahí, sin nuestra capacidad, desde el punto de vista de la presente percepción espacial, para contestar las preguntas de dónde viene y a donde van ellos, luego debe el siguiente experimento completar la prueba, estableciendo el aspecto y desaparición realmente de los cuerpos, de hecho, pertenecen a nuestro espacio tridimensional. Ya he mencionado (pág. 56) la desaparición y reaparición de un papel térmico y también (pag. 66) la aparición de un pedazo de carbón y madera en un lugar particular donde estos cuerpo antes no habían estado. Los fenómenos similares y casi sorprendentes pasaron durante la estancia de Slade en Viena. Baron von Hellenbach me escribió lo siguiente:
“La desaparición del libro se trata superficialmente en mi folleto, (**) ya que allí sólo me concentre en aquellos acontecimientos que ocurrían más allá del alcance de los miembros de Slade, como deseaba encontrar una demostración irreflexiva, “él lo hizo de algún modo”. La cosa pasó de la siguiente manera: Slade puso en un libro un poco de lápiz (en un punto exactamente marcado) sobre la pizarra la cual colocó debajo de la superficie de la mesa, y el libro desapareció, y fue bastante buscado por todas partes, cayó
(*) Aquí puede llamar la atención los resultados obtenidos en Londres por uno de nuestros compatriotas, Herr Christian Reimers, y publicado en "Psychische Studien", obtenido en presencia del Sr. Alfred Russel Wallace, justificando las expectativas más valientes del futuro.
(**) “Mr. Slade's Residence in Vienna. An open letter to my friends." (Anónimo.) Vienna. Impreso y publicado por T. C. Fisher & Co., 1878. Comparado también con "Individualism in the light of the Biology and Philosophy of the Present," por Lazar B. Hellenbach, Viena, 1878 (Braumüllier).
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UN LIBRO DESAPARECE Y REAPARECE.
varias veces del techo de la habitación sobre la mesa, entre la lámpara de araña de tres ramas. Una vez éste golpeó una cadena de la lámpara de araña. Un movimiento de la mano debajo de la mesa es totalmente imposible, ya que un libro lanzado no puede describir esa curva. Slade tenía los brazos encima, visibles y tranquilo, y un movimiento del pies podría ser pensado que haría que subiera el libro. El experimento fue demasiadas veces repetido, y nuestra atención fue bastante grande. Considero como una manifestación importante, de su parte como una desaparición similar; ya que si la desaparición salía de la pizarra y aparecía de arriba, demuestra una acción inconsciente mecánica, y la producción de nudos en la cuerda infinita demuestra una acción de la cuarta dimensión, entonces la entrada y salida de un objeto, demuestra otra dimensión espacial, que estaría en la vecindad, de una manera tan estupenda que no podría ser dudado según mi opinión, que es que nuestra ilusión del conocimiento es nada más que una intuición tridimensional – un mundo dimensional causado por la naturaleza del organismo. Si sus esfuerzos le produce fenómenos acertados similares, le pido que amablemente me informe.
B. HELLENBACH."
Yo había recibido la susodicha carta a las ocho de la mañana del 5 de mayo. Sin habérsela mencionado a Slade ni a Herr Von Hoffmann, expresé el deseo, en la sesión de las once con Slade, de tener la oportunidad de observar otra vez, como en diciembre del año pasado, la desaparición y reaparición de un cuerpo material de alguna manera asombrosa. Listo inmediatamente para el experimento, Slade solicitó que Herr Von Hoffmann le diera un libro; él tomó de la pequeña estantería de papel el libro impreso colocado el octavo. Slade puso éste en una pizarra, la sostuvo por la parte de abajo en el borde de la mesa, e inmediatamente retiró la pizarra, esta vez sin el libro. Buscamos debajo de la mesa de juego con cuidado por todas partes, dentro y fuera. También buscamos por toda la pequeña habitación, pero todo en vano; el libro había desaparecido. Después de aproximadamente cinco minutos, otra vez nos
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pusimos en nuestros sitios en la mesa con el objetivo de seguir después observando, Slade frente de mi, Von Hoffmann entre nosotros a mi izquierda. Nosotros apenas nos habíamos sentado cuando el libro cayó del techo de la habitación sobre la mesa, golpeando mi oreja derecha con alguna violencia al rozar. La dirección en la cual éste bajo pareció ser oblicua, proviniendo de algún punto de encima de detrás de mi espalda. Slade durante este acontecimiento, estaba sentado delante de mí, y mantenía ambas manos silenciosamente sobre la mesa. Él afirmó que poco antes, como siempre en fenómenos físicos similares, vio luces cernerse en el aire o unido a algún cuerpo, sin embargo, ni mi amigo ni yo fuimos capaces de percibir algo.
En la sesión del día siguiente, el 6 de mayo, a las once y cuarto, con luz brillante del Sol, fui testigo bastante de improviso y sin prepararme de fenómenos de esta clase aún más magníficos.
Yo, como siempre, había tomado mi lugar en la mesa de juego, con Slade. Colocado frente a mi, y soportaba a menudo los experimentos, una pequeña mesa redonda cerca de la mesa de juego, exactamente en la posición mostrada en la fotografía (Placa III) [Ver página 103], ilustrando los anteriores experimentos descritos más adelante. La altura de la mesa redonda era de 77 centímetros, el diámetro de la superficie era de 46 centímetros, el material era madera de abedul, el peso de la mesa era de 4’5 kilogramos.
Aproximadamente un minuto podría haber pasado después de que Slade y yo nos hubiéramos sentado y habíamos colocado nuestras manos unidas juntas sobre la mesa, cuando la mesa redonda empezó a dar lentas oscilaciones, las que claramente podíamos percibir por encima de la mesa de juego, mientras que su parte inferior no se veía por la parte de arriba de la mesa de juego.
Los movimientos muy pronto se hicieron mayores, y la mesa, entera se acercaba a la mesa de juegos, se puso debajo de ésta, con sus tres patas giradas hacia mí. Ni así, percibí que Sr. Slade supiera como se iba a desarrollar el fenómenos, (*), desde entonces
(*) El movimiento de objetos pesados sin ningún contacto posible por Slade era muy común, consideramos el movimiento de la mesa como sólo el principio de una posterior sucesión de fenómenos.
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UNA MESA DESAPARECE Y REAPARECE.
durante un minuto que hubo transcurrido nada más paso. Slade estuvo a punto de coger la pizarra y el pizarrín para preguntar a sus “espíritus” si nosotros teníamos algo todavía que esperar, cuando deseé mirar cerca de la posición de la falsa mesa redonda, como sabía que estaba debajo de la mesa de juego. Con gran asombro para mi y Slade, encontremos el espacio de debajo de la mesa de juego completamente vacío, no fuimos capaces de encontrar ni rastro en toda la habitación de la mesa que tan solo un minuto antes había estado presente a nuestros sentidos. En la expectativa de su reaparición no sentamos otra vez en la mesa de juego, Slade cerca de mí, en la misma esquina de la mesa, frente a donde la mesa redonda había estado colocada de pie antes. Nosotros podríamos haber estado aproximadamente unos cinco o seis minutos, esperando intensamente el volver, cuando de pronto, otra vez, Slade afirmó ver luces en el aire. Aunque yo, como siempre, no pude percibir nada parecido en absoluto, aunque seguí involuntariamente con mi mirada fijamente las direcciones a las que Slade miraba, durante todo el tiempo nuestras manos permanecieron constantemente en la mesa, unidad juntas (über-einander liegend); bajo la mesa, mi pierna izquierda casi continuamente tocaba a Slade directamente en la parte de abajo, que era un poco sin orden, debido a nuestra proximidad en la misma esquina de la mesa. Alzando la vista al aire con impaciencia y asombro, en diferentes direcciones, Slade me preguntó si no percibía grandes luces. Contesté claramente que no; pero como giré mi cabeza después de la mirada fija de Slade al techo de la habitación, detrás de mí, de repente observé, a una altura aproximadamente de cinco pies, la mesa hasta ahora invisible, con sus patas giradas hacia arriba, y flotando rápidamente se colocó encima de la mesa de juego. Aunque nosotros involuntariamente retrocedimos nuestras cabezas, de reojo, Slade a la izquierda y yo a la derecha, evitábamos que la mesa se cayera y nos hiciera daño, aunque antes de que la mesa cayera nos habíamos apartado, ésta cayó tan violentamente que me golpeó en el lado de la cabeza, y sentí el dolor en el lado izquierdo durante cuatro horas después del golpe.
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