Capítulo séptimo

CAPÍTULO SEPTIMO


VARIOS CASOS DEL SUPUESTO PASO DE MATERIA A TRAVÉS DE LA MATERIA


Después de esta digresión ahora continúo con la descripción de aquellas modificaciones físicas que en realidad han sido efectuadas en algunos de los susodichos objetos listos por mí, habiéndome conmovido, todos por Slade.

El 3 de mayo de este año a las ocho y media pasadas por la tarde, durante una sesión en la cual, además de mí también estaba Herr 0. von Hoffmann participando, allí en la mesa entre otras cosas puse dos caparazones de caracoles antedichas. Yo había comprado ambas la mañana del mismo día a un distribuidor italiano de caparazones, quien ofrecía sus mercancías en la feria de Leipsic. El caparazón más pequeña pertenecía a un especie comúnmente encontrada aquí; el otro más grande a una especie que, según el distribuidor, fue encontrada a la orilla del Mar Mediterráneo; y le pedí que anotara su nombre que puso que era Capo Turbus (Lat. Caput turbo). La abertura era casi circular y el caparazón tenía un diámetro aproximadamente de 48 milímetros, mientras que el más pequeño medía sólo aproximadamente 82 milímetros en su parte más grande. En esa tarde yo no tenía un diseño definido, seleccioné el caparazón más grande y metí el pequeño dentro, con la apertura hacia la superficie de la mesa, quedando completamente dentro. Esto ocurrió durante una sesión en la que manifestaciones totalmente diferentes ocurrieron. Cuando, ahora, Slade sostuvo la pizarra (*) bajo el borde de la

(*) Esto es para los que sugieren que el Sr. Slade escribe en la pizarra, mediante un poco de lápiz insertado bajo las uñas, y es muy racional.
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mesa del modo habitual como conseguía la escritura en ella, algo hizo de repente ruido sobre la pizarra, como si un cuerpo pesado hubiera caído sobre ella. Cuando inmediatamente después se sacó la pizarra para examinarla, tenía  el caparazón más pequeño que un minuto antes yo había metido en el más grande, como dije. Antes de haber utilizado ambos caparazones habían estado exactamente casi en medio de la mesa, intactos y constantemente vigiladas por mí, aquí había por tanto, un fenómeno muy habitual observado, el de la supuesta penetrabilidad de la materia, algo sorprendente e inesperado desde el punto de vista físico. Reservando relatos de los numerosos fenómenos de esta clase para mi tercer volumen de mis Tratados Científicos, (*) mencionaré aquí una circunstancia notable. Inmediatamente después de que el Sr. Slade sacara la pizarra con el caparazón pequeño sobre ella, cogí la pieza para examinar cualquier cambio que pudiera haberle sucedido. Casi tuve que dejarla caer, estaba muy caliente. Se la di inmediatamente a mi amigo, y lo confirmó, su alta temperatura. Este hecho es, creo de importancia física con respecto a los siguientes experimentos.
           
El 9 de mayo, a las siete de la tarde, yo estaba solo con Slade en nuestro salón habitual. Un viento fresco había soplado toda la tarde, el cielo era notablemente claro, y la habitación tenía un aspecto del oeste, intensamente iluminada por el Sol de poniente. Los dos añillos de madera antedichos (p. 97) la vejiga fue entera ensartada sobre un pedazo de tripa de un milímetro de grosor y 1’05 metros de longitud. “los dos finales de la tripa fueron atados juntos con un nudo, y luego, como antes en el caso de la cuerda fueron asegurados con mi propio sello. La Placa III representa la condición en la que estaban las cosas al principio de la sesión, y en la Placa IV a la conclusión de la misma.

¿?fundación, yo me había proveído, del establecimiento de papel de escribir de Mylius en este lugar, con media docena de pizarras de una longitud de 34 centímetros por 15 centímetros de anchura (con la señal de tela A. W. Faber, el No 85). Con una pizarra más larga que de costumbre era imposible que el Sr. Slade pudiera escribir con sus dedos, mientras que la pizarra estuviera entera sobre la superficie.

(*) Posterior

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UN FENÓMENO INESPERADO

Cuando Slade y yo fuimos a sentarnos en la mesa de manera habitual, coloqué mis dos manos a lo largo del final de la tripa sellada, como se muestra en la Placa, de una fotografía. La pequeña mesa redonda, ya mencionada, fue colocada allí poco después de nuestra entrada en la habitación en la posición mostrada en la imagen (*).

Después de que transcurrieran unos minutos, Slade afirmó, como siempre sucedía durante las manifestaciones físicas, que vio luces, un leve olor a quemado fue evidente en la habitación  - parecía venir de la mesa, y recordaba algo al olor del ácido sulfúrico. Al poco tiempo oímos un sonido que repiqueteaba en la pequeña mesa redonda de enfrente, desde donde se unían los dos pedazos de madera de la mesa. Cuando le pregunté si deberíamos cerrar la sesión, esta agitación se repitió tres veces consecutivas. Entonces dejemos nuestros asientos, para poder averiguar cual era la causa de la agitación de la mesa redonda. A nuestro gran asombro encontramos que los dos anillos de madera, que aproximadamente seis minutos antes fueron ensartados sobre la tripa, con toda la seguridad, había sido colocados rodeando  la pata pequeña de la mesa. La tripa fue atada con nudos anchos, por la cinta de vejiga infinita colgada ilesa, como puede ser vista en la Placa IV (ver la placa X del apéndice D.)

Inmediatamente después de la sesión, asombrosamente y sumamente encantaron que tales ricos resultados fueron permanentes, llamé a un amigo y a su esposa al salón. Slade se cayó en unos de sus habituales trances, y nos informó de que los seres invisibles que lo rodeaban habían procurado, según mi deseo, atar algunos nudos en la cinta infinita, pero se habían obligado a abandonar su intención porque la cinta corría el peligro de “fundirse” durante la operación bajo el gran aumento de temperatura, y que debería percibir esto por lo blanquecino que aparecería la cinta. Habiendo tomado la cinta con mis propias manos inmediatamente después de la sesión, y sosteniéndola  ella hasta 

(*) Es apenas necesario comentar que las fotografías fueron tomadas no durante, pero si algunos días después de las sesiones. Las dos mesas las que fueron usadas están, la tripa sellada, con los dos anillos de madera y la tira de vejiga, después fueron preparados para mostrar la condición de estos objetos antes de la sesión, por lo que fueron copiados exactamente de los originales mostrados sobre la Placa III.
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el momento de la comunicación de Slade, sentí un gran interés por probar la verdad de esta aserción. Había, de hecho un punto blanco como fue indicado, y cuando tomamos otro pedazo de exactamente el mismo material y la sostuvimos sobre la llama de una vela encendida, el efecto del aumento de la temperatura debería producir con precisión otro punto blanco. Este hecho, en conexión con el olor a quemado percibido durante la sesión, así como el aumento de temperatura en el antiguo experimento (relatado arriba) merecerá ser tenido en cuenta para futuros experimentos con los movimientos de cuerpos a través de la cuarta dimensión.

De hecho, si, según la alternativa arriba citada de Riemann, “la realidad que la base del espacio debe ser buscada en la encuadernación de fuerzas que actúan sobre ella,” este aumento de temperatura podría haber sido producido de una manera parecida como en los movimientos que se producen cuando se mueven los cuerpos en el seno de un campo magnético. Es como suponer que no conocemos nada de la ley de inducción magnética descubierta por Faraday, de manera que observamos que entre el espacio de los dos polos de un electroimán, no hay nada perceptible, y un aumento de temperatura por la conducción debido a un movimiento rápido, maravillosamente e incompresiblemente nos parecerá el calor producido en el caso de dichos cuerpos mundanos, de igual manera puede pasar en el cambio de lugar de los objetos a través de la cuarta dimensión.

Indudablemente, un entendimiento sumamente desarrollado, de los principios metafísicos, es decir de los principios sacados de la razón, había reconocido la necesidad y la importancia de la ley de Weber para cada interacción de cuerpos espacialmente separados habría deducido la existencia de la inducción magnética de Faraday, a priori; él por lo tanto consideraría el aumento de temperatura de conducción en los cuerpos por el movimiento, siendo una confirmación empírica de su deducción a priori, y así habría deducido la verdadera existencia de tal electroimán, incluso si un ojo mortal nunca hubiera visto esto, y su cuerpo mortal nunca lo hubiera tocado.

Del lo anterior será visto, que mis experimentos “preparados” no tuvieron el éxito que yo esperaba. Por ejemplo, los dos anillos de madera no fueron unidos juntos, pero a cambio, fueron transferidos pasados cinco minutos de la tripa sellada a la pata central de la mesa. El sello no fue aflojado


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FRACASOS, UN ARGUMENTO CONTRA ENGAÑO

y la parte de arriba de la mesa en ningún momento fue quitada, - esta está todavía fuertemente sujeta,- desde el punto de vista de nuestro concepto de espacio presente, cada uno de los anillos de madera penetró primero la tripa, y luego la pata de madera de abedul de la mesa. Si, sin embargo, pregunto si, a los ojos de un escéptico, el experimento deseado por mí o el que en realidad tuvo éxito es más acertado para una gran demostración y convincente, sobre la consideración que se tiene sobre este tema. La fuerza demostrativa de los anillos de madera entrelazados descansaría simplemente en la credibilidad desde el punto de vista de la botánica – a nivel microscópicamente, donde pudo haber sido mi testigo (el prestidigitador del Tribunal Imperial, Bellachini, con el Sr. Slade) que la estructura natural de los anillos nunca fue alterada. Sin embargo tales testimonios son actualmente inútiles según la expresión de Goethe, “la incredulidad se ha hecho con la superstición invertida de la ilusión de nuestro tiempo”, hemos visto en el tipo de la critica al testimonio de Bellachini sufrido a manos literatura de Berlín (*) y además preguntan que porque que solamente en Leipsic los experimentos con el Sr. Slade han sido coronados con tal espléndido éxito, y aún el experimento de los nudos, por ejemplo, no ha sido ninguna vez realizado en Rusia, no obstante pese a tantas demostraciones. Si esto es considerado de interés para el Sr. Slade, siempre ha dado su exhibiciones y grupos de experimentos por todas partes y siempre a sido acertados, la valoración de las personas sin prejuicios debe ser la circunstancia de que es una prueba asombrosa de que el Sr. Slade no es ningún estafador que manipuló inteligentemente los nudos él mismo. Ya que claramente estaría en un problema de confianza a la hora de engañar a otros “hombre de ciencia”. Pero sin embargo se considera obvio que si no tuvo un fracaso anterior, hubiera engañado sólo en Leipsic, pero también habría ido a otro lugar a engañar donde la inteligencia es mayor,


(*) Artículos con abuso despectivo – sobre el profesor Zöllner en los artículos detallados en la parte inicial de éste volumen. TR.

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en Rusia, y se muestra por las siguientes palabras de un amigo científico ruso, a quien le envié mi “Tratados Científicos”


“Febrero 22, 1878.

“Quizás el hecho siguiente puede abrir sus ojos. Hace dos días, a consecuencia de su carta y la dependencia en ello, dos amigos científicos visitaron al Sr. Slade y solicitaron emprender delante de su presencia la asombrosa operación de los cuatro nudos. La respuesta del Sr. Slade fue ¿Solo ha tenido éxito dos veces (en Leipsic)?; actualmente mi energía no es bastante fuerte para ello. ¿Después de esto puede considerar que la operación era una prueba real de la existencia de la cuarta dimensión?”

Más lejos le han preguntado, por qué las comunicaciones que son descritas por el Sr. Slade en sus “pizarras” de los supuestos espíritus invisibles, son principalmente tan banales, y de la competencia del conocimiento humano; que espíritus altos deberían escribir con más genio, y también deletrear correctamente. Un profesor privado de filosofía en Berlín, habiéndome hecha esta objeción personalmente a mí, en su visita en Leipsic, le puntualicé que cualquier comunicación que pudiera superar el horizonte presente de nuestro entendimiento necesariamente debe parecernos absurda e incompresible, y cito las siguiente palabras de Lichtenberg: - “Si un ángel fuera quien discutiera con nosotros sobre su filosofía, creo que muchas proposiciones nos sonaría como 2 por 2 igual a 13”. Lejos de entenderme un joven filósofo me pregunta bastante seriamente, y con una expresión de gran curiosidad si tales proposiciones, entonces, alguna vez aparecieron en las pizarras del Sr. Slade para atestiguar su origen angelical. No estaba nada preparado para una pregunta tan trascendental y en silencio, miré con asombro a mi joven filósofo, quien hasta ahora había ya publicado un libro nuevo sobre la nueva teoría del espacio. Sin contestar, pensé “Sólo

(*) Miscellaneous Writings, vol. I., p.105.

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UNA INGENUA PRECONCEPCIÓN

esperé; pronto hice una pausa (" Warte nur, balde ruhest auch du ") como el profesor regular de filosofía en el seno de alguna universidad famosa alemana, y luego les hablan a los estudiantes y ellos a nosotros diciendo “si un ángel tuviera que discutir su filosofía; “pero Lichtenber dijo, “vivimos en un mundo donde un idiota hace a muchos tontos, pero un hombre sabio sólo hace un unos pocos hombres sabios.”

El hecho que, solamente en Leipsic, los experimentos inventados desde el punto de vista de la teoría definida han estado tan sorprendentemente acertado en presencia del Sr. Slade, considero como una de las pruebas más asombrosas de la gran inteligencia de los seres invisibles que lo rodean. Y que si, sin parecer presumido, puedo incluirme en aquella clase de seres inteligente en los que de verdad todos mis prójimos también se cuentan, por el nombre de su especie, “el homo sapiens”, aún yo hice las comunicaciones más exactas y explicaciones de mis observaciones físicas sólo con tales hombres como cumplo suficientemente ser entrenado. En una sociedad de demócratas sociales, o en una de científicos alemanes o ingleses, donde el Sr. Tundall o el señor W. Thomson encuentran una gran ventas de sus mercancías, (**) si hasta la Academia de Berlín; - yo me abstendría de hablar o experimentar con mi teoría del espacio. Era yo, por ejemplo, uno de aquellos espíritus invisibles quien se encierra alrededor del Sr. Slade, y era medio invitado a un examen “científico” por los académicos de Berlín, esto sería fácil para mi escribir sobre la pizarra la siguiente preposición, por ejemplo: “somos el juego de nuestras moléculas cerebrales “ o “ la primera vida sobre la tierra llegó de los gérmenes en los pliegues de un piedra meteórica.”

Estas proposiciones claramente habrían sido saludadas con alegría por el Sr. E. du Bois-Raymond  y Herr Helmholtz como pruebas asombrosas de la alta inteligencia de aquellos seres invisibles, y seguramente habrían traído mucho honor y gloria a mi contacto. Como un espíritu invisible, yo quizás podría haber cometido con buen humor

(*)Thoughts and Maxims, p.46.

(**) Para hacer esta alusión inteligible, debería ser mencionado la mayor parte de los volúmenes dedicado a la crítica de la hipótesis atómica y otras especulaciones de estos caballeros científicos. TR.

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tal broma con los académicos de Berlín, como con el Sr. W. Thomson quien se llevó a gente “acientífica” – en la reunión de Edinburgo con científicos hace siete años (*) – desde entonces, sin embargo, el mundo más alto de verdad de los espíritus es un asimiento sagrado, con el que solo bajan el permiso a los espíritus, si es una broma, entonces por tal significado de mi escritura en la pizarra debería yo haberme hecho culpable de una herida en la ley moral, según la primera ley de la justicia divina y eterna, trae su propio castigo ¿Consideraciones posiblemente parecidas no podrían haber prevaleció para dificultar a los seres invisibles de Slade el mostrar todos su tesoros, los que han ido mostrando parte en Leipsic, y tan abundantes y maravillosos son?

Finalmente, una circunstancia brevemente puede ser notada que se relaciona no tanto con las calidades morales e intelectuales de los espíritus invisibles en cuanto a aquellos medios visibles, quien aquellos espíritus necesitan para sus manifestaciones. – Esto ha sido alegado como una características de todos los médiums, que, no obstante las presencia mas maravillosas, en su proximidad se inclinan a engañar, es decir cuando se ofrece la oportunidad, producen el efecto deseado por tales operaciones que ellos deliberadamente procuran ocultar a la observación. Él, teniendo el respeto al gran peligro de tales tentativas al médium, y a la desproporción entre los efectos que pueden ser producidos por un estafador experimentado y aquellos siendo resultados del mediumnismo físico genuino, la pregunta surge si, cuando ésta es la cuestión, con un médium quien ha sido demostrado con certeza que lo es realmente, la misma consideración no se aplica con las personas que sufre bajo la supuesta cleptomanía. Es cierto que una señora desconocida y sumamente dotada en los círculos distinguidos de Berlín, la sociedad sufre de esta enfermedad. Por ejemplo, después  de

(*) Donde él hizo la sugerencia que la primera vida sobre la tierra originada en los gérmenes incluidos en los meteoritos. Esta idea estaba basada durante largo tiempo bastante seriamente entre las autoridades científicas. E. du Bois-Raymond, Helmholtz (quien reclamó la prioridad de ello) y por Zöllner. Pero en “Nature” del 4 de julio de 1874, apareció la siguiente critica a Zöllner en el libro “On the Nature of Comets:” “los famosos fragmentos cultivados de musgo en las ruinas de otro mundo era sólo una broma, tomada en serio hasta por muchos de nuestros compatriotas, entonces apenas podemos acercarnos  al Catedrático Zöllner para caer en el mismo error.” TR.


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FENÓMENOS INCOHERENTES CON EL ENGAÑO


comprar grandes en la tienda de un joyero, ella en secreto sustrae un ornamento, el que cuando llegue ella a casa, volverá a través de los criados a su propietario. A veces una perversión similar del instinto moral aparece con mujeres en estado de embarazo. En todas estas personas no juzgamos a las personas en cuestión moralmente responsable de estas medidas, y aquel el final logrado está fuera de toda la proporción, considerando el medio inocente y conveniente al alcance de la mano. Aunque yo nunca, durante mis treinta sesiones y otro encuentro, con el Sr. Slade, percibí algo de los métodos que se versan, aún pregunto a cada persona sin prejuicios si, esto ha sido un caso aparte, la susodicha moral y el juicio legalmente admisible en relación con los cleptómanos no está aquí también justificado, considerando la constitución seguramente anómala fisiológica de tales médiums.

Reservando hasta más tarde en estos tratados la comunicación detallada de los pasados fenómenos menos notables que pasaron en presencia de Slade, aquí agregaré una observación a la descripción exacta (supra, p. 54) de la manifestación física que ocurrió con motivo de la primera visita de Slade, el 16 de noviembre de 1877, en mi casa y en presencia de amigos y compañeros, Wilhelm Weber y Scheibner. (*) En todos los fenómenos en presencia de medios espirituales hasta ahora observados y publicados, esto es casi exclusivamente el modus operandi que ha llevado a controversias acerca de la explicabilidad de los fenómenos desde el punto de vista del concepto de su naturaleza. Un argumento ha sido fundado sobre el hecho que las cosas ocurren también en presencia de prestidigitadores con el modus operandi, de manera que ejecutante se oculta de nosotros, y hay una conexión causal entre los movimientos musculares del artista y el efecto producido por él y aparece ante el espectador siguiéndole una impresión inexplicable, y por tanto milagroso. Este argumento sin embargo, tiene una premisa en la suposición entendida y no expresada

(*) De repente se desgarró el marco de madera de un biombo al menos a una distancia de cinco pies de Slade.

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del requisito de que la fuerza muscular para la producción de estos trucos de prestidigitador permanecen dentro de aquellos límites que según la experiencia son presupuestos a los seres humanos por la estructura de sus cuerpos.

Si, por ejemplo, un hombre solo realizara un truco que requiere la fuerza de dos caballos, en relación con tal resultado el susodicho argumento no sería más admisible, desde entonces no habría ningún modus operandi concebible capaz de producir el efecto.

En el caso de mi pantalla de cama (biombo), - la manifestación mencionada en la p. 54 – tengo la suerte de relatar el caso.

El material del marco era de madera lisa; la pantalla era nueva, y había sido comprada por mí, aproximadamente un año antes en la tienda de muebles ya mencionada (p. 55). El desgarro de los dos pedazos de madera fue longitudinalmente (*) y simultáneamente arriba y abajo, ascendiendo a 3’142 centímetros cúbicos. Según los experimentos de Ettelwein, (**) la cantidad requerida de tirón para desgarrar longitudinalmente el pedazo de madera lisa era de 4957 kilogramos o aproximadamente 99 cwts.; desde entonces, por lo tanto, tales barras ha sido prestadas para producir este efecto de tirón (Zugkraft) ascendiendo a 298 cwts. que es lo que tuvo que ser usado.

Por ahora para comparar la fuerza aquí dado con una cantidad de hombres, en la siguiente cito literalmente la información añadida en el Dictionary of Physics, vol. ii., p. 976 - de Gehler:

“Los músculos del muslo sostienen todo el cuerpo derecho, cuyo peso

(*) El juego de palabras (zug) sobre la pantalla y el hecho de actuar longitudinalmente sólo evidencia bastante la independencia de la dirección antedicha de las fibras en los sitios de división (p. 54). Ya que entre las dos fuertes vigas que unen las partes móviles de los marcos, son dos pedazos finos, paralelos de madera para asegurar la materia de lana con la que está hecha la cubierta de la pantalla. Estos pedazos finos son sujetados sin la cola a los apoyos verticales sin apretar en agujeros aproximadamente a 25 milímetros de profundidad; si, por lo tanto, en vez de un tirón longitudinalmente se hubiera producido una ruptura (bruch), estas dos clavijas hubieran sido separadas y no fue el caso.

(**) Manual de Estática de Cuerpos Sólidos (Handbook of Statics of Solid Bodies) con respecto al uso en la Arquitectura, el Volumen III, Berlín, 1808. Una revisión completa de experimentos más recientes presentados "Edinburgh Encyclopaedia."Compárese con el Diccionario de Física de Gehler, en el Volumen II, p. 138

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LOS LÍMITES DE FUERZA FÍSICA HUMANA.


puede soportar unas 150 libras de manera habitual, y hay músculos que pueden levantar hasta 300 libras. Además el peso de presión asciende en si mismo a 450 libras. Por citar, sin embargo, algunos ejemplos sólo de fuerza extraordinaria, yo conocí a un hombre quien en una ocasión especial llevó seis pies cúbicos Rhenish (Brunswick bushels) de trigo, este era un hombre grande, fuerte, y lo llevó al vuelo unos ocho pasos. Este peso solo puede ser estimado en 450 libras, y con el peso adicional del portador, en total hace un peso de 600 libras, descansando todo sobre las dos piernas y pies de aquel hombre.

“Hay además, casos de muchísimo más esfuerzo de fuerza producido por el músculo exterior de la pierna, así mencionado por  Desaguliers, de un hombre quien rasgó una cuerda que sostenía un peso de 18000 libras = 18 cwts.; él mismo y otros  han levantado 1900 libras de peso con una correa sujetada debajo de sus caderas, por el trayecto entre la pierna e inclinado en dirección recta.

“He visto a un hombre levantar 2000 libras, colocándose en una postura de inclinación bajo una tabla, sujetando este peso, llevando su punto de gravedad en algún sitio cerca de las caderas, apoyando los brazos sobre las rodillas, y luego enderezando las piernas que están flexionadas. Los músculos aquí suministran la fuerza junto a todo el cuerpo humano, capaz de vencer los mayores pesos, y por tanto, un hombre levanta cargas mucho más pesadas por el método descrito más, que sobre sus hombros o con la parte superior del cuerpo si al mismo tiempo tiene la espina dorsal recta.

“Yo mismo conocí a un hombre que levantó un cwt. De la silla a la mesa con solo el meñique de la mano derecha con el brazo extendido; y hasta este caso no es el más fuerte juzgando las narrativas increíbles; entonces vi a Hércules, antedicho, quien levantó 2000 libras agarrando con su mano derecha una barra perpendicular de hierro, suficientemente asegurado, y con el brazo estirado, y su cuerpo la sostuvo en una posición horizontal durante aproximadamente cinco segundos sin ningún apoyo.

Compara el susodicho con una fuerza de 19 cwt, con la necesaria para desgarrar mi biombo, se verá que es la fuerza que

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Hércules utilizó multiplicada por casi diez veces- aplicada en una posición favorable- para producir la manifestación física que ocurrió en presencia de Slade sin el contacto. Desde “la fuerza en el movimiento de pesos continuado arrastrado, con un caballo en promedio alrededor de cinco veces mayor que la de un hombre (*) para producir el efecto mecánico de la cuestión en presencia de Slade, harían falta aproximadamente dos caballos. Incluso si Slade debiera ser considerado como un gigante con la facultad de hacer movimientos rápidos en el espacio donde estaban mis amigos Wilhelm Weber y Scheibner, junto conmigo nos hubiéramos percibido de la acción rápida para rasgar el biombo, aún los escépticos racionales pueden estar dispuestos a renunciar a “tal explicación” después de las declaraciones dadas.

Pero en el caso, yo podría ser reprochado que teniendo la susodicha suposición caricaturizada de la supuesta tentativa “racional” en la explicación, puedo observar que uno de mis estimados compañeros quien, al día siguiente de la sesión en cuestión, estuvo presente con los otros dos compañeros de la sesión, con el Sr. Slade, buscando seriamente apaciguar su conciencia científica con la acción de la dinamita que llevaría con él para hacer manifestaciones mecánicas fuertes, ocultándolo de alguna manera inteligente entre los muebles, y luego con habilidad la hacen explotar con un fósforo. Esta explicación me recordó a un campesino que vivía en la alejada parte de Pomerania, que intentó considerar los movimientos de una locomotora. Para mitigar de algún grado su terror de las primeras vistas de una locomotora autopropulsada debe de manera natural excitar a hombres toscos e ignorante, el sacerdote del pueblo en cuestión intentó explicar a sus feligreses el mecanismo, y el efecto de una máquina de vapor. Cuando ahora, el pastor había conducido a sus campesinos había ilustrado esto en una “conferencia popular” (**) sobre el ferrocarril 

(*)Dictionary of Physics. vol. v., p.1004 (de Gehler). Hay por tanto una relación entre el movimiento de un peso y una fuerza.

De un hombre = 1 según Coulomb.
De un caballo = 4.8 según Brunacci.
De un caballo = 6.1 según Wessermann."

(**) Los motivos dados en otras partes de sus Tratado, el Profesor Zöllner sostiene las exposiciones populares de sujetos científicos de pequeña estima. TR.

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FUERZAS CATALÍTICAS

primero explicó que el tren se movía por él mismo, ellos sacudieron sus cabezas con incredulidad y contestaron al sacerdote, “¡No, no, cura, hay caballo ocultos dentro! Esto, de hecho dentro de todos los cuerpos existen potencialmente energías latentes, que de repente liberadas, podrían exceder los efectos más fuertes que una carga de dinamita, yo ya comenté en el primer volumen: “ es demostrado que la presente energía eléctrica en un miligramo de masa (*) de agua ( o cualquier otro cuerpo) sería capaz , si esta pudiera de repente ser liberada, producir la cantidad de movimiento como con una carga explosiva de 16’7 kilogramos (**) de pólvora, los más grandes cañones que ahora existen pueden crear unos 520 kilos.”

En la presencia de espiritualistas, por lo tanto debe haber sido fuerzas (***) vigentes supuestamente catalíticas, hasta ahora ocultas


(*)= 0.01543 gramos.

(**) 1 kilogramo = 2.2046213 libras

(***) Que la sustancia química ordinaria y procesos físicos requieren para su explicación la suposición de tales fuerzas catalíticas primero fueron reconocidas por Berzelius, con quien, como es conocido se designa a estas fuerzas originadas.

Esto es seguramente una prueba de gran agudeza de Wilhelm Weber, y de la importancia universal de su ley, esto ya, hace treinta y dos años, inmediatamente después de la discusión de la expresión analítica de su ley (para compararla con mi Principles of an Electro-Dynamic Theory of Matter, vol. i.), él se expresó acerca de la existencia de estas fuerzas catalíticas en la naturaleza así: -

“Así esta fuerza depende de la cantidad de masa, la distancia, la velocidad relativa, y además la aceleración relativa, que le viene en parte a consecuencia de la persistencia del movimiento ya presente en ellos, y en parte a consecuencia de las fuerzas que actúan sobre ellos debido a otros cuerpos.”

“Para seguir, parece que la interacción directa sale de ahí, entre dos masas eléctricas dependen, no exclusivamente de las masas de ellos mismos y sus relaciones mutuas, sino también de la presencia de terceros cuerpos. Ahora se conoce que Berzelius ya ha conjeturado tal dependencia de interacción directa de dos cuerpos en presencia de un tercero, y ha designado a la fuerza, como fuerza catalítica. Adoptando este nombre, por lo tanto se puede decir que los fenómenos eléctricos producen estas fuerzas catalíticas.

“Esta prueba de fuerzas catalíticas para la electricidad no es, sin embargo, en un sentido estricto una consecuencia de los principios descubiertos de la electricidad. Esto sólo entonces es necesariamente conectado con la idea de las fuerzas directamente con la  masa eléctrica sobre una distancia determinada. Es, sin embargo, concebible que entre las fuerzas comprendidas bajo los principios descubiertos son entrenados mediante masas eléctricas sobre uno y otro lado, de la que depende. En primer lugar, en medio de la interposición, y además sobre todos los cuerpos que actúan en este medio. Tales fuerzas ejercidas, sin el medio de interposición, retirado de nuestra vista, fácilmente pueden pasar a fuerzas catalíticas, aunque de hecho se ajustan


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a nosotros, que fuimos capaces de liberar y convertir en una fuerza activa una pequeña parte de energía potencial guardada en todos los cuerpos. Esto hace cincuenta años un físico podría aventurar con impunidad pública a dar su posible existencia “de fuerzas, hasta hoy desconocidas”, sin aquellas criticas sucias lanzadas sobre él por escritores anónimos de “diarios respetables” se demuestran en las siguientes palabras de entonces del Profesor de física de la Universidad de Heidelberg, en 1829: (*) Muchos y entre ellos, además, los eruditos aventajados, han supuesto diferentes fuerzas de la naturaleza desconocidas y sobre todo en el hombre. Esto puede ser tal, que sea la base de muchos fenómenos aún misteriosos de procesos vitales de los vegetales y de animales en quienes podrían ser explicables, seguramente no pueden ser negados generalmente a priori, pero de otra manera, es completamente seguro que la mayor circunspección y un escepticismo debería ser recomendado a un físico en su posición”.

Va lejos el consejo paternal aquí dado a los físicos in-críticos justificado y decente aplicado a los eminentes hombres de ciencia Wilhelm Weber o Fechner en particular de las bocas de literatos y pretencioso (so-genannten) de “hombres de ciencia” que la posteridad podrá juzgar.

La concepción de las fuerzas catalíticas al menos esencialmente debe ser modificada en la oratoria de tales casos. Es decir, bajo la fuerza catalítica entonces debe ser entendido una fuerza ejercida de manera como puede ser definida según una regla general por un cierto conocimiento de los cuerpos en cuya influencia al medio de interposición es sujetada, aunque sin el conocimiento de este medio en sí mismo. La ley fundamental descubierta de la electricidad da una regla general para la determinación de las fuerzas catalíticas en este sentido.”

Mientras tanto, nos consolamos con las palabras dirigidas por Galileo a Kepler:

¿Qué es lo dijeron los primeros profesores de Gymnasium de Padua, cuando les ofrecí, y dijeron que no mirarían ni a planetas ni a la luna por un telescopio? Este tipo de hombres consideran la filosofía como un libro como Eneida o la Odisea, y creen que aquella verdad debe ser buscada en el mundo o en la naturaleza, pero sólo en “la comparación con textos”, cuando el primer profesor del Gymnasium procuró 

(*) Muncke in Gehler's Dictionary of Physics, vol. v., p.1007.
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SOBRE EL CONSEJO TESTARUDO QUE DA GALILEO

¡en presencia del Grand Duke arrancar los planetas nuevos del cielo con argumentos lógicos, como mágicos exorcismos!”

Keple, sin embargo, en ese momento contestó a Galileo:-

“¡Coraje! Galileo y avance. Si así es, no pocos matemáticos eminentes de Europa caerán con nosotros, ¡tan grande es el poder de la verdad!”

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