- Telepatía - Parte 9

Parte 3: El Zancigs
8. Experimentos Ante Comités


- W. W. Baggally -


De mis experimentos con los Zancigs llegué a la conclusión de que aunque la transmisión del pensamiento pudo depender de un posible código o códigos que no se podía esclarecer, con todo ello, su funcionamiento era de naturaleza digna de ser examinado científica y seriamente.  En la suposición de que tuvieran energías telepáticas genuinas, sería una oportunidad para investigar su funcionamiento y no desaprovecharlo. Por lo tanto, se acordó trabajar, y arreglar los papeles con el Sr. Alfred Moul, el director del Alhambra y con el Sr. Zancig para realizar algunos experimentos ante un comité de los miembros de la Sociedad para la Investigación Psíquica.   
Un artículo aparecido en el Daily Mail inspirado evidentemente por el Sr. Alfred Moul, que ahora reproduzco.

“Hemos sugerido al Sr. Zancig que en preferencia a las investigaciones en telepatía ante personas inexpertas, él debe ponerse en manos de la Sociedad para la Investigación Psíquica, de la cual el cual Sr. Gerald Balfour es el presidente,   sir Oliver Lodge,  sir William Crookes, y  otros científicos distinguidos son los miembros principales. El Sr. Zancig nos ha informado  de que ha recibido ya la comunicación de esta Sociedad, y  está dispuesto a realizarlos; la Sra. Zancig también esta a la disposición de la Sociedad para una serie de pruebas científica a fondo.”
Los experimentos de la Sociedad para la Investigación Psíquica, en la cual estaba presente, ocurrió el 18 de enero de 1907. Lamento no poder dar cuenta de que es lo que ocurrió en esta reunión, pues fue acordada mutuamente entre el Sr. Moul y el S.P.R. que los resultados no fueran divulgados. Al parecer, sin embargo, a algunos miembros presentes les resultó suficientemente favorables (aunque no fue a todos) y les indujo a que formaran posteriormente otro comité oficial para realizar otras pruebas. Estos experimentos oficiales no ocurrieron hasta el 26 de julio de 1907.
En ese intervalo de tiempo continué con mis propios experimentos privados. De esos es el siguiente. Estaba en el balcón del Alhambra el 19 de enero de 1907, y cuando el Sr. Zancig vino a esa parte de la casa le di un pedazo de papel en el cual había escrito la palabra “Istapalapan." Tuve cuidado que no viera la palabra antes de entregarle el papel. Zancig me comentó susurrando “esto es una palabra larga”. Debido a la distancia de su esposa no había podido ser posible que ella oyera por casualidad esta palabra. Entonces el Sr. Zancig dijo en voz alta “deletrea esto” la Sra. Zancig escribió inmediatamente en la pizarra que estaba en el escenario “Istapala”, y cuando ella llegó a la segunda “p”  puso “f” y después “san”. He notado que a menudo, cuando la señora Zancig incurre en una equivocación en una letra o en un número, hay una semejanza en la forma de la letra o del número que debía ser transmitida, así colocaría “f” en vez de “p”, “7” en vez de” 9” “fsan”, en este caso es muy parecido a “pan” y el Sr. Zancig pudo haber confundido las letras. No puedo entender cómo en este experimento él pudo cifrar una palabra tan larga como "Istapalafsan" en otras más simples. Parecía como si la señora Zancig realmente viera lo que el Sr. Zancig miraba. El lector recordará esto en las observaciones preliminares de la descripción del funcionamiento de Zancig “lo que veo, lo ve la Sra. Zancig”.

         Observé varias veces esta particularidad expuesta, en una ocasión fue notable en las pruebas oficiales del gramófono, que ocurrieron el 22 de febrero de 1907, y en las cuales había un miembro del comité. Una gran pantalla dividía al Sr.de la Sra. Zancig, no podían verse. La trompeta (micrófono) de la grabación fue colocada cerca de cada uno, en las cuales hablaban. Una mesa fue colocada en el lado de Zancig en la cual había una gran cantidad de artículos que habían sido  puestos por miembros del comité.

         La señora Zancig nombró los artículos conforme el Sr. Zancig los levantaba y hacía la pregunta ¿qué es esto?¿y esto?, etc. Un incidente que me sorprendió fue el siguiente. El Sr. Zancig levantó un lápiz, repitió ¿qué es esto?, y después de que la señora Zancig hubiera indicado correctamente cual era, él tomó inmediatamente (no al lado del lápiz, sino a una cierta distancia) un estuche y dijo ¿y este? En vez de nombrar la Sra. Zancig el artículo procedió a enumerar en el orden apropiado los artículos que había entre los dos artículos elegidos ( entre el lápiz y el estuche) por el Sr. Zancig. Así, un lápiz, un sello, un cortaplumas, un estuche. Parecía como si la señora Zancig hubiera visto realmente los artículos que su marido había tenido en la mano.
          Una excelente prueba fue la siguiente. El Dr. W. McDougall, miembro del consejo del S.P.R., que estaba presente en las pruebas, pidió prestado un libro a uno de los miembros del comité. El fue al lado de la pantalla donde estaba el Sr. Zancig sentado, abrió el libro por una cierta página, sin tomar el libro en la mano, echó un vistazo en la línea, después el dr. McDougall cerró el libro, lo llevó al otro lado de la pantalla y se lo dio cerrado a la señora Zancig. El Sr. Zancig seguía en absoluto silencio, se puso la mano en la frente y parecía que hacía un esfuerzo mental. La Sra. Zancig, después del lapso de un minuto, abrió el libro por la página apropiada y comenzó a leer la palabra del centro de la línea que había elegido el dr. McDougall. Algunos miembros del comité y yo estábamos puestos absolutamente cerca del Sr. Zancig. No oímos pronunciar ningún sonido. El no podía ver tampoco a la Sra. Zancig debido a la pantalla.

          Estaba presente en un experimento los periódicos de la mañana bajo los suspicios del periódico
Daily Mirror en la Alhambra. El Dr., H. cirujano principal de un hospital bien conocido, le dio al Sr. Zancig un conjunto de madejas de seda de diversos colores. Estos fueron entonces pasados a la Sra. Zancig, que estaba en el escenario. El Dr. H. señaló silenciosamente una madeja de seda del conjunto que él tenía, y la cogió con cuidado de que la Sra. Zancig no viera. El Sr. Zancig que estaba en silencio absoluto, estaba inmóvil, mirando el color de la madeja,  en la duración de la mitad de un minuto, su esposa seleccionó la madeja correspondiente al color del conjunto que tenía en su posesión Esta prueba fue realizada con éxito tres veces. Particularmente tome nota de que el Sr. Zancig seguía estando en silencio e inmóvil, conservando la misma posición de su cuerpo durante el curso de los tres experimentos.

           He intentado pruebas con el Sr. y la Sra. Zancig en la transmisión de diagramas. Fui como invitado a una casa privada, llevé un sobre que contenía tarjetas con los diagramas dibujados. La Sra. Zancig se sentó detrás de una gran pantalla en un extremo del cuarto. Por un lado sentada una señora y un amigo mío, que miraron a la Sra. Zancig y observaron que  no se movió de su silla. El Sr. Zancig estaba situado cerca de mí, en el otro extremo de la habitación. Le presenté el sobre, que tenía en mi mano. Sacó la tarjeta con el dibujo en la cual había un diagrama que no conocía ni él ni yo hasta ese momento. Fijó su mirada atentamente en el, seguía estando inmóvil, y en susurro me dijo “diga por favor listo”, dije en voz alta “listo”, y su esposa dibujó después el diagrama en un pedazo de papel, en el mismo tiempo dijo: “algo como la mitad de una luna”

Diagrama del Sr. Zancig
Dibujado por la Señora Zancig

El Sr. Zancig entonces sacó otra tarjeta del sobre. Esta vez él no hablo, sino que balanceó su cabeza una vez y dije en voz alta “listo”, la Sra. Zancig dijo con esto “es un cuadrado dentro de otro cuadrado”.

 El diagrama que el Sr. Zancig miraba fue éste:
Su esposa dibujó esto:

Dos tarjetas más fueron sacadas, pero la Sra. Zancig no tuvo éxito, ella consiguió dibujos totalmente incorrectos.
En la demostración pública en Eastbourne le di al Sr. Zancig este diagrama:
El dijo en voz alta “dibuja esto”, y la Sra. Zancig, que estaba en el escenario, dijo “es algo como esto” Ella hizo un movimiento con su brazo derecho como si el dibujo fuera una V; ella entonces la dibujó en la pizarra. Después de que ella lo dibujara lentamente, puso una línea horizontal en la V, así:
El Sr. Zancig dijo “pon el número”. Ella entonces colocó el 2 en la posición correcta. El entonces dijo en voz alta. “pon el resto”. Ella colocó esto bajo la línea, así:
El Sr. Zancig dijo ¿qué mas? Su esposa puso la figura + correctamente, pero ella la borró varias veces, como si tuviera duda. Finalmente la colocó debajo seguida de una X, de modo que su dibujo fue:
He realizado muchos otros experimentos con este par de dotados, pero todavía no he obtenido la prueba crucial de conseguir que el Sr. Zancig esté en un cuarto distante con las puertas cerradas, mientras que su esposa está en otro sitio. La posibilidad de usar un código novedoso y un código visual por otro lado, imposibilita esta aceptación enteramente.
Aunque no he podido descubrir absolutamente los métodos por los cuales pueden comunicarse, posiblemente cuando una representación visual utiliza un código nuevo que no se detecta, con todo esto me reservo mi última opinión hasta que obtenga pruebas bajo condiciones cruciales que he nombrado.

          Fue satisfactorio, no solo personalmente con las pruebas dificultosas y con esfuerzo a la hora de realizar los experimentos con el Sr. y la Sra. Zancig, también los miembros del comité oficial al que me he referido. Ahora doy un extracto del informe oficial:
“...Deber recordarse por antecedentes de que las probabilidades a favor de un código para explicar todos los funcionamientos de esta clase son enormes.     
Somos de la opinión de que los expedientes de los experimentos en telepatía hechos por la Sociedad para la Investigación Psíquica y otros levantan una presunción de la existencia de tal facultad, en mayor o menor medida suficiente para llamar la atención científica seriamente, los resultados más esperanzadores obtenidos hasta ahora no se han podido reproducir con la exactitud y precisión producidas por el Sr. y Sra. Zancig. Además, en cuanto a lo que sabemos es que en los casos de espectáculos públicos (ciertos casos recientes que incluyo) ha estado más o menos fácil descubrir el uso de un código o de un aparato o intuirlo claramente. Por lo tanto, en el caso del Sr. y Sra. Zancig que dicen poseer la facultad de la telepatía genuina, la dificultad inicial que aparece es que debe ser estudiado con rigurosidad y excepcionalidad, ya que el Sr. y Sra. Zancig son los únicos, y nos lleva a dificultades que no es necesario insistir. Por otra parte, la dificultad de sugerir un método de comunicación que no sea la telepatía, se puede considerar. Los que han atestiguado solamente los espectáculos públicos del teatro les impresionan, no apreciando cual puede ser su explicación razonable de su modo de operar” 


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