- Investigaciones De Los Fenómenos de Espiritualismo. Parte 4

Investigación de los fenómenos de espiritualismo moderno

Investigación Experimental de una Nueva Fuerza

 - William Crookes -

- Publicado primero en el Quarterly Journal of Science, 1-1-1871 -

H
ace DOCE meses en este diario escribí un artículo, en que después de expresar mi creencia de una manera enfática en el acontecimiento de ciertas circunstancias, sobre los fenómenos inexplicables, por cualquiera de las leyes naturales conocidas, indiqué varias pruebas que los hombres de ciencia tenían derecho a exigir antes de dar crédito y autenticidad a estos fenómenos. Entre las pruebas indicadas estaban que “un aparato en equilibrio, con un contrapeso debía de moverse hacia abajo bajo condiciones de laboratorio”, y que tendríamos una muestra del poder en tantas “libras por pie” manifestadas en el laboratorio, donde los experimentos podrían dar una medida, y someterlo a pruebas apropiadas. “Dije también, que no podía prometer entrar totalmente sobre el tema, debido a las dificultades de obtener estas ocasiones, y los numerosos fracasos que asisten a estas investigaciones; además, “las personas en cuya presencia estos fenómenos ocurren son pocos en número, y  las ocasiones de experimentar con aparatos antes preparados son todavía más raros.”
He tenido ocasiones con personas que se han ofrecido para investigar, con mucho gusto me he servido de ellos para aplicar a estos fenómenos experimentos de manera científica, cuidadosa, y así he llegado a ciertos resultados definidos, que pienso que están en derecho de ser publicados. Estos experimentos aparecen de una manera concluyente para establecer la existencia de una nueva fuerza, que de alguna manera es desconocida y que está conectada con el ser humano, conviene llamarla Fuerza Psíquica.
De todas las personas dotadas con un desarrollo poderoso de esta Fuerza Psíquica, quien ha sido “médium” aunque sea una palabra que proviene de otro origen, es el  Sr. Daniel Dunglas Home, el más notable; esto es principalmente debido a que en muchas ocasiones que he tenido para continuar mi investigación en su presencia, me ha permitido afirmar de manera concluyente la existencia de esta Fuerza. Los experimentos intentados han sido numerosos, pero debido a nuestro imperfecto conocimiento de las condiciones favorables o desfavorables de esta fuerza, parece que actuaban de manera caprichosa, y el hecho es que el Sr. Home, estaba sujeto a flujos y reflujos inexplicables de fuerza, pero raras veces pasaba que se pudiera confirmar el resultado obtenido  repitiéndolo otra vez el en aparato preparado para un objetivo.
Entre los fenómenos más notables que ocurrían bajo la presencia del Sr. Home, el más asombroso, así como el más fácil de probar con exactitud científica es 1) la alteración del peso de los cuerpos, y 2) el juego de melodías con instrumentos musicales (generalmente con un acordeón, por que convenía para su transporte) sin la intervención humana directa en condiciones que el contacto y la conexión con las llaves (teclas) no se producía . Antes ya había atestiguado estos hechos en alguna medida una docena de veces, y los había escudriñado con toda perspicacia de manera crítica, al final me convencí de su realidad objetiva. De todos modos deseando resolver el asunto sin ninguna duda, invité al Sr. Home muchas veces a mi casa, donde en presencia de unos aparatos científicos, los fenómenos podría ser sometidos a experimentos cruciales.
Las reuniones ocurrieron por la tarde, en una habitación grande alumbrada por una lámpara de gas. El aparato para probar los movimientos del acordeón estaba listo, consistía en una jaula, formada por dos aros de madera uno de 1 pie y 10 pulgadas de diámetro y el otro de 2 pies. Unidos por 12 listones estrechos, cada uno de 1 pie y 10 pulgadas de largo, para formar un esqueleto como si fuera un bidón, abierto por la parte de arriba y la de abajo, alrededor de lo formado se enrollaron 24 vueltas de cable de cobre aislado, alrededor de 50 yardas de cable, cada cable de cada vuelta estaba separados más o menos una pulgada entre ellos. Los hilos horizontales del cable fueron entonces sujetados firmemente con una cuerda, para formar una red de celda  más o menos 2 pulgadas de largo por 1 de alto. La altura de esta jaula era tal que podría meterse debajo de mi mesa, pero de una altura que permitiera meter la mano por encima, y pudiéndola empujar con el pie para meterla debajo de la mesa. En otra habitación estaban las dos células Grove (batería) ,conectadas a los cables que rodeaban la jaula a través de otros cables de conexión.
El acordeón era nuevo, había sido comprado en Wheatstone's, Conduit Street , solamente para el objetivo de los experimentos. El Sr. Home no había utilizado ni había visto este instrumento antes de comenzar las pruebas experimentales.
En otra parte de la habitación se colocó un aparato para experimentar las alteraciones del peso de un cuerpo. Consistía en un tablero de caoba, de 36 pulgadas de largo, 9’ 5 de ancho y 1 de grueso. En cada extremo otro listón  de 1’5 pulgas (también de caoba), aparte se atornillaron  otros 4 listones formando unos pies. Un extremo del tablón se colocó en una mesa firme, mientras que el otro extremo se apoyó en un resorte (dinamómetro) que colgaba del trípode que se formaba con los 4 listones de los pies. En la balanza o resorte, se colocó el tablero, y se fijó el punto máximo de la posición del dinamómetro, solamente con la tabla. El aparato se ajustó para que el tablón de caoba estuviera totalmente horizontal, ya que el los pies formados se reclinaban para ajustar la altura. La posición del peso en equilibrio del tablón era de 3 libras, según lo marcado por el dinamómetro.
Antes de que el Sr. Home entrara en la habitación, había arreglado el aparato en su posición inicial, y  no tuvo más que algunas explicaciones del funcionamiento. Quizás, merece la pena, añadir, que el Sr. Home vino de su casa, y me dijo que sería mejor que se cambiara de ropa, así que  me opuse que lo hiciera allí, fue a mi dormitorio donde se cambió. De esta manera ninguna máquina o aparato inventado pudiera revelar su funcionamiento.
Los investigadores presentes en aquella prueba era el eminente físico, de las altas filas de la Real Sociedad, al que llamaré doctor A. B. , un conocido Sargento C. D. ; mi hermano y mi ayudante químico [1].
[1] Esto es un argumento a la mala libertad que alardean los hombres de ciencias, que durante mucho tiempo han rechazado investigaciones científicas sobre la existencia y naturaleza de tantos testigos competentes y creíbles, además libremente les invitan a examinarlos cuando y donde ellos quieran. Por mi parte, valoro demasiado la búsqueda de la verdad, y el descubrimiento de cualquier hecho nuevo en la naturaleza aunque la mayor parte de las opiniones predominantes sean contrarias al intento. Pero como no tengo ningún derecho a asumir que los demás están igualmente interesados en hacer esto, me abstengo de mencionar los nombres de mis amigos sin su permiso.
El Sr. Home, sentado en una butaca baja, al lado de la mesa. Delante de él, bajo la mesa la jaula antedicha, una de sus piernas está en el lado derecho. Me senté cerca de él, a su izquierda, y otro observador sentado también cerca de él en la parte derecha, el resto de las personas estaban sentadas a distancias convenientes alrededor de la mesa.
Durante la mayor parte de la tarde, en particular, cuando algo importante sucedía, los observadores a cada lado del Sr. Home mantenían sus pies pegados a los de él, para ser capaces de descubrir su movimiento más leve.
La temperatura de la habitación, variaba entre 68 y 70 grados F.
El Sr. Home tomó el acordeón entre el dedo pulgar y el del medio de la mano en el extremo contrario a donde estaban las llaves ( botones del acordeón) para no repetir esto más veces, esta situación la denominaremos “ manera general”. Fig. A). Previamente abrió la llave baja, y la jaula que está dibujada se introdujo debajo de la mesa, que apenas permitía que el acordeón fuera empujado hacia abajo, fue puesto cerca del brazo del señor Home, que le permitiría sin ocultar la mano a los que estaban al lado, así que tenía el acordeón sujeto por una mano,  por el sitio donde no estaban los botones. Muy pronto el acordeón, fue visto por los que estaban al lado, agitándose de una manera algo curiosa; entonces los sonidos vinieron de él,  finalmente varias notas fueron dadas de manera consecutiva. Mientras que esto sucedía, mi ayudante miró debajo de la mesa, y dijo que el acordeón se desplegaba y se contraía; mientras que la mano del Sr. Home tenía cogido el acordeón y la otra estaba reposada en la mesa.

En este momento el acordeón fue visto por aquellos que estaban a ambos lados del Sr. Home, como se trasladaba, oscilaba e iba de un lado de la jaula a otro, sonando al mismo tiempo. El doctor A. B. miraba debajo de la mesa y dijo que la mano del Sr. Home estaba todavía allí y lo tenía cogido, mientras que el acordeón se movía emitiendo distintos sonidos.
El Sr. Home, todavía en contacto con el acordeón de manera habitual en la jaula tenía los pies sujetos por la gente del lado, y su otra mano descansaba en la mesa, oímos notas distintas y separadas de manera consecutiva,  el aire simplemente se dejó salir. Tal resultado sólo podría haber sido producido por la presión de varias llaves del instrumento, siguiendo un orden , esto se consideró un experimento crucial. Pero las consecuencias fueron más asombrosas para el Sr. Home  cuando quitó la mano del acordeón, sacándola de la jaula, y colocándola en la persona del lado. El instrumento siguió sonando sin que ninguna persona lo tocara y ninguna cuerda estuviera cerca.
Estaba deseoso de la opción de pasar una corriente de batería por el cable aislado de la jaula, ya que mi ayudante haría una conexión con los cables de la célula Grove. El Sr. Home otra vez sostenía el instrumento igual que anteriormente, se conectó la batería,  cuando inmediatamente sonó y se movió energéticamente. Pero si la corriente eléctrica que pasaba alrededor de la jaula suministró fuerza , es algo imposible de decir.
El acordeón fue cogido otra vez de manera visible con la mano del Sr. Home, entonces quitó la mano del acordeón y la colocó encima de la mesa, donde esta fue cogida por la persona del lado, ambas manos estaban encima y visibles. Dos personas y yo que estábamos allí , vimos el acordeón claramente flotando en el interior de la jaula sin apoyo visible.

Esto se repitió por segunda vez, después de un corto intervalo de tiempo. El Sr. Home, en estos momentos insertó de nuevo la mano en la jaula, y otra vez tomó el acordeón que comenzó a sonar, al principio con acorde y pruebas, después una dulce y triste melodía conocida fue ejecutada perfectamente de manera muy hermosa. Mientras esta melodía tocaba agarré el brazo por debajo del codo del Sr. Home y con cuidado deslicé mi mano hacia abajo hasta que tocar la cinta del acordeón por donde lo tenía cogido. Él no movía ni un músculo. Su otra mano entera estaba visible sobre la mano de la persona de su lado durante todo el tiempo , sus pies también estaban debajo de los pies de la gente del lado.  

Satisfechos por los resultados obtenidos en los experimentos del acordeón en la jaula, fuimos al aparato del equilibrio ya descrito. El Sr. Home colocó las puntas de los dedos ligeramente sobre el final del extremo de la tabla de caoba, que descansaba sobre el apoyo, mientras que el doctor A. B. y yo estábamos sentados, uno a cada lado, mirando cualquier efecto que pudiera suceder. Casi de inmediato el indicador de equilibrio empezó a descender. Después de unos segundos este se volvió a elevar. El movimiento fue repetido varias veces, como si fueran olas sucesivas de Fuerza Psíquica. La punta de la tabla se podía observar como oscilaba de arriba a abajo durante el experimento.
El Sr. Home, de su parte propuso coger una pequeña campanilla y una pequeña caja de fósforos, que colocó en la punta de la tabla, para poner sus dedos encima de estos, y demostrar que no producía  presión hacia abajo en la tabla. La oscilación que se produjo en la balanza romana se hizo más larga, el Dr. A. B. miró el índice del dinamómetro ( muelle) y dijo que había descendido 6’5 libras. El peso normal de la tabla producía 3 libras, luego el tirón fue de 3’5 libras. Entonces miremos el índice del registro automático que tenía, y vimos que en algún momento llegó a bajar hasta 9 libras. En el experimento tuvo un tirón máximo de 6 libras, teniendo en cuenta que el peso normal de la tabla era de 3.
Para ver si era posible reproducir el efecto sobre la balanza romana presionando en algún sitio que el Sr. Home hubiera puesto sus dedos, entonces me subí a la mesa, me puse de pie  en el extremo de la tabla. El Dr. A. B. , observó el índice de la balanza y dijo que el peso de mi cuerpo entero ( que era de 140 libras) tan solo aplicaba un desplazamiento de 1’5 –2 libras. Cuando el resorte iba de arriba abajo, el Sr. Home estaba sentado en una butaca baja, y no podía por tanto, hacer ni siquiera esto, no pudo ejercer ninguna influencia material sobre estos resultados. Tengo que agregar que sus pies, así como sus manos fueron estrechamente vigilados por los presentes.
Este experimento me parece más asombroso, si cabe, que el del acordeón. Como se ve en el dibujo, la tabla se puso perfectamente horizontal, y los dedos del Sr. Home se pusieron encima, no más de 1’5 pulgadas del extremo, como señalemos con un lápiz, que hice con el consentimiento del Dr. A. B. , ahora en la madera marcaba 1’5 pulgadas, el soporte de la tabla era amplio, descansaba sobre una mesa, es evidente que ninguna cantidad de presión ejercida dentro de ese espacio de 1’5 pulgadas podía producir cualquier acción en la balanza. También puede pensarse que cuando el punto de la tabla más alejado del Sr. Home se hundió, la tabla podría haber ser tocada por alguna parte inferior del Sr. Home,  como un punto de apoyo, pero eso no le favorecería en nada. La situación era la siguiente, el balancín, con una longitud de 36 pulgadas de longitud, el punto de apoyo era de 1’5 pulgadas; por lo tanto podría haber ejercicio una fuerza hacia abajo, pero al chocar contra alguna parte suya abría producido una fuerza hacia arriba, contrarrestando el movimiento hacia debajo de la otra parte de la tabla donde estaba el dinamómetro luego ningún contacto le hubiera servido.
 La leve presión hacia abajo mostrada por la balanza cuando estuve de pie sobre la tabla era debida probablemente a que con el pie me extendía más allá del punto de apoyo de los 1’5 pulgadas que utilizó con los dedos.
Ahora he dado una declaración simple, no adornada de los hechos caprichosos; hechos apuntados al mismo tiempo que sucedían, y copiados completamente después. De verdad, sería fatal para el objetivo que tengo a la vista ( el de dar un impulso a la investigación científica de estos fenómenos) el exagerar; ya que aunque mi Dr. A. B. que han leído mis lectores están representado por iniciales incorpóreas,  ya que si pusiera el nombre, demostraría que soy un narrador de poca confianza y seguramente condenarían mis cartas en el mundo científico.
En el Diario Trimestral de Ciencia, (Quarterly Journal of Science) el 1 de octubre de 1871 un ilustre investigador contestó a las cargas que fueron señalas contra lo que él pensaba del tema, ya que no estaba de acuerdo con las conclusiones, y propuse una serie de remotos experimentos, cuando declaré en este diario que estaba a punto de investigar los supuestos fenómenos del Espiritualismo, el anuncio provocó una aprobación por parte de muchos. Unos decía de mi que “las declaraciones merecían una respetuosa consideración”, otro expresó “ la profunda satisfacción de que el tema estuviera a punto de ser investigado por un hombre bien calificado”, etc.; los terceros decían que “ están satisfechos de que el tema pueda recibir la atención de los hombre de ciencia y tengan una clara posición en ella”, los cuartos que “nadie podría dudar del Sr. Crookes, y su capacidad para conducir una investigación imparcial bajo su rígida filosofía” y un quinto que eran lo bastante bueno para decir a sus lectores que “ si el Sr. Crookes estudiaba el tema, no tomando nada concedido con antelación a la prueba, pronto sabremos lo que creer”.
 Estos comentarios, sin embargo , fueron escritos demasiado a la ligera. Se dio por sentado que los resultados de mis experimentos estarían conformes con sus preconcepciones. Ellos realmente no deseaban la verdad , querían un testimonio adicional a favor de sus conclusiones . cuando encontraron que los hechos que aquella investigación estableció que no podían encajar con sus opiniones, por que  “tan malos eran los hechos” que intentaron arrastrar sus propias recomendaciones e ideas a la investigación diciendo que “El Sr. Home era un inteligente prestidigitador quien engañó a todos”, “el Sr. Crookes ,con la propiedad que tiene igual podía examinar el funcionamiento de una malabarista indio, “Sr. Crookes debe conseguir mejores testigos antes de que él se crea nada”,” La cosa es demasiado absurda para ser tratada con seriedad.”” Esto es imposible y por tanto no puede ser” (en esta cita se me ocurre que “nunca dije que fuera posible, sólo dije que era verdadero”, “ los observadores había sido todos biologisados (!) y la imaginación de ellos produjo que vieran las cosas que ocurrieron sin que realmente ocurriera, “ etc.
Estos comentarios implican un olvido curiosos de las funciones mismas que saber científico tiene que realizar. Apenas estoy sorprendido cuando los objetantes dicen que he sido simplemente engañado, ellos están poco convencidos por no investigarlo personalmente, aunque que el procedimiento in científico del argumento a priori  ha sido opuesto a todos los grandes descubrimientos siguen aplicándolo. Cuando me dicen que lo que escribo no puede ser explicado conforme a las ideas preconcebidas de las leyes naturales, el objetante realmente pide la pregunta de la misma disputa, y recurre a un modo de razonar que lleva a la ciencia a un atasco. El argumento corre en un círculo vicioso: no debemos afirmar un hecho antes de que nosotros sepamos que está conforme con las leyes de la naturaleza, mientras que nuestro único conocimiento de las leyes de la naturaleza deben estar basado en la observación extensa de los hechos. Si un hecho nuevo parece oponerse a una ley de la naturaleza, esto no demuestras que el hecho es verdadero y pasa a ser falso, pero sólo si hubiéramos averiguado todas las leyes de la naturaleza podríamos hacer eso correctamente.
Inmediatamente puedo contestar a una objeción que fue hecha por varios grupos, viz.; sobre que mis resultados tendrían más importancia si los experimentos hubieran sido intentados un mayor número de veces, y con más personas además del Sr. Home. El hecho es que estuve trabajando con el sujeto durante dos años, y he encontrado unas 9 ó 10 personas quienes poseen el poder psíquico, más o menos de un cierto grado; pero la manifestación en el Sr. Home es muy poderosa, tanto que me satisfacción en los experimentos cuidadosos donde permitió ver que el fenómeno era genuino, tengo por conveniencia , continuar mi experimentos con él, antes que con otras personas que tienen ese poder asombroso en un grado menor. La mayor parte de los experimentos estoy a punto de describir, sin embargo, han sido intentados con otras personas además del Sr. Home y en ausencia de éste.
Antes de proceder a relatar mis nuevos experimentos, deseo decir unas palabras respetando lo ya escrito. La objeción que se levanto sobre el hecho de anunciar la conclusión habiendo hecho uno o dos experimentos de manera rápida. Contesto que las conclusiones no fueron hechas de manera rápida, ni sobre resultados de dos o tres experimentos, en el antiguo escrito (Quarterly Journal of Science, Pág. 340) comenté: “ No antes de que atestiguara estos hechos media docena de veces y los haya escudriñado con la perspicacia de la crítica que poseo, me convencí de su realidad objetiva”. Antes de probar los aparatos expuestos, he visto en cinco ocasiones separadas, objetos que variaban de peso, de 25 - 100 libras. Temporalmente esto me influyó en la forma de ver las cosas, para intentar ver si esto era un fenómeno físico o solo era debido a una vibración de nuestra propia fuerza bajo la influencia de la imaginación, probé con una balanza, para realizar una máquina e intentarlo en las dos ocasiones que tenía cuando me encontraba con el Sr. Home, en casa de un amigo. En la primera ocasión , el aumento del peso fue de 8 libras. Normalmente utilicé los pesos de 36, 48, 46 libras, en tres experimentos sucesivos intentados en un estudio estricto. En la segunda ocasión, aproximadamente 15 días después, en presencia de otros observadores, encontré un aumento de peso de 8 libras en pesos de 23, 43 , y 27 libras, en tres pruebas sucesivas, variando las condiciones. Como yo dirigía todas las pruebas antedichas experimentales, se empleó un instrumento de gran exactitud, y se tomó con cuidado todos los datos para evitar cualquier posibilidad de que los resultados fueran un engaño, pero yo no me sentiría satisfecho hasta que fuera probado en mi propio laboratorio. La reunión que antes tuvimos en mi laboratorio, tuvo el objetivo de confirmar mis observaciones anteriores con el uso de pruebas cruciales, con un aparato cuidadosamente preparado para una naturaleza todavía más delicada.
Entonces me dispuse a realizar los experimentos con D. D. Home. He intentado los experimentos ( antes descritos) por primera vez, y pensé que el contacto directo de las manos del Sr. Home y el objeto suspendido era esencialmente necesario para que se produjera la acción de la fuerza; pero me di cuenta que esto no era una condición necesaria, y por tanto arreglé mi aparato de la siguiente manera:
Los dibujos que acompañan, ( fig. 2,3,4) explican este arreglo. La fig. 2 es una visión general, y las 3 y 4 describen las piezas esenciales más detalladamente. Las letras de referencia están iguales en cada ilustración. El A B es un tablero de caoba, de 36 pulgadas de largo, 9’5 de ancho y 1 de grueso. Esto está suspendido en un extremo , sujeto por un resorte de balanza            ( dinamómetro) C, equipado con un registro automático D, la balanza se sujeta con ayuda de un firme trípode E.
La siguiente parte del aparato no se muestra en las figuras ( ver anexo final del traductor). Al índice móvil 0, en la punta de la tabla de caoba, se le suelda una punta de acero que va hacia fuera del lado derecho. Delante de la balanza se sujeta firmemente una caja, donde entra la punta de acero, esta caja está preparada para moverse horizontalmente, paralela a la tabla de caoba, sin llegar a tocarse, es una caja oscura, parecida a  la de una máquina de fotografía, que tiene dentro un cristal ahumado, entonces la punta de metal toca el cristal produciendo una marca. Si no hay ninguna fuerza, al mover la caja horizontalmente, aparecerá una línea recta en el cristal. Si se pone una fuerza, sin mover la caja la punta rayará el cristal verticalmente, y la longitud de la raya dependerá de lo que se doble la tabla, es decir depende de la fuerza aplicada. Si ahora se aplica una fuerza, y a la vez la caja se mueve pasando delante de la punta,  esta rayará el cristal formando una curva ( la caja deberá moverse con movimiento regular, en intervalos de tiempo iguales, ya que está conectada a una correa y esta a un reloj, un motor que tira de ella). De esta manera, en cualquier momento del experimento veríamos como fluctúa la fuerza.

El instrumento era capaz de registrar una disminución de la fuerza de la gravedad así como un aumento de ésta; los registros obtenían con frecuencia la disminución de ésta. Para evitar complicaciones, aquí, si embargo solo me referiré al aumento de la fuerza gravitacional en el experimento.
En el extremo de B, la tabla es sustentada por la balanza romana, y en el extremo A, apoyada sobre un listón de madera, F, atornillado por la parte inferior a la tabla, y cortado en forma triangular, como si fuera un cuchillo ( se puede ver parte de esta explicación en el dibujo 4). Este punto de apoyo descansa firmemente sobre el soporte fijo de madera ( la mesa) G, H . sobre la mesa, exactamente sobre el punto de apoyo que acabamos de explicar, es colocado un recipiente de cristal grande lleno de agua. Luego  I,L es el soporte fuerte de hierro, equipado con un brazo y un anillo, M, N, en la punta hay otro recipiente de cobre, media esfera, perforado con varios agujeros en el fondo.
El soporte de hierro L ,está a dos pulgadas del tablero A, B, y el recipiente de cobre del brazo,  ajustado con una inversión 1’5 pulgadas en el agua, quedando a 5’5 pulgadas del fondo, y la separación de los bordes de las circunferencias es de 1 ó 2 pulgadas. Presionar o sacudir el brazo M, N, no produce ningún efecto mecánico apreciable en el tablero A,B, capaz de afectar a la balanza.        
Sumergiendo  la mano totalmente en el agua de N, no produce la más mínima apreciación en la balanza.

Mientras que la transmisión de la energía mecánica está cortada por completo entre el recipiente de cobre y el tablero A,B, la energía del control muscular queda eliminada totalmente.
Por conveniencia dividiré los experimentos en grupos de 1,2,3, etc, he seleccionado un caso especial de cada tipo , descrito detalladamente. Sin embargo no se menciona nada que no se haya repetido más de una vez, y en algunos casos se han producido en ausencia del Sr. Home, pero se han hecho con otra persona que poseía energías similares.
Había siempre bastante luz en la habitación donde se realizaron los experimentos guiados ( en mi propia casa) para ver todo lo que ocurría.

Experimento 1: El aparato estaba preparado antes de que el Sr. Home entrara en la habitación, le trajeron dentro, se le pidió que colocara sus dedos en el agua del recipiente de cobre, N. Él se levantó y sumergió los dedos de su mano derecha en el agua, mientras que su otra mano y los pies eran vigilados. Cuando dijo que sentía una energía, una fuerza o una influencia que procedía de su mano , puse el reloj ( el cristal comenzó a moverse), y casi de inmediato el extremo del tablero B, se vio descender lentamente y permaneció abajo cerca de 10 segundos; entonces descendió un poco más, y se levantó hasta su posición inicial. Entonces descendió otra vez, y se levantó repentinamente, hundiéndose gradualmente durante 17 segundos, y finalmente se levantó a su posición inicial, donde permaneció hasta que el experimento terminó. El punto más bajo marcado sobre el cristal era equivalente a un tirón directo cercano al producido por 5 kilogramos. Se puede ver en la figura una copia de la curva que apareció en el cristal.

Experimento 2: Visto que el contacto directo con el agua había demostrado ser tan eficaz que el contacto directo mecánico, deseé ver si el poder o la fuerza pudiese afectar el peso en otras partes del aparato o en el aire. El recinto de cristal, el soporte de hierro, el cazo de cobre, etc. fueron quitados, ya que eran una complicación innecesaria. El Sr. Home puso las manos sobre el soporte del aparato en el punto P ( en la mesa). Y un caballero presente puso las manos sobre el Sr. Home, y sus pies también encima de los suyos, esto lo observé estrechamente durante todo el tiempo. En el momento apropiado conecté el reloj, la tabla entonces descendió y se elevó de manera irregular, el resultado se grabó en el cristal , que está copiado en la figura que hay en este apartado.

Experimento 3: El Sr. Home se colocó a 1 pie de distancia de la tabla A B,  en un lado. Sus manos y pies fueron agarrados fuertemente por una persona presente, el trazado que apareció está copiado en la figura de debajo, que fue copiada de la placa móvil de cristal.

Experimento 4: ( intentado en una ocasión que parecía que la energía era más fuerte que en las otras veces). Ahora colocaron al Sr. Home a 3 pies del aparato, sus manos y pies fueron fuertemente sujetados. El reloj fue fijado para que comenzara cuando lo dijera, el extremo B del tablero, pronto descendió y se levantó otra vez de manera irregular, según lo mostrado en la siguiente figura.

Las series siguientes de experimentos fueron intentadas con un aparato más delicado y con otra persona que no era el Sr. Home, era una señora, que no es profesional, por eso no mencionaré su nombre. Sin embargo accedió satisfacer a cualquier hombre científico a realizar sus pruebas en busca de los propósitos.

Un pedazo de delgado pergamino A, (como puede verse en las figuras 9 y 10 ) se estiró dentro de un aro circular de madera. B C es una ligera palanca que está sujetada por D. en el extremo B, está la punta de la palanca, tocando la membrana A, y en C está la otra punta de la palanca, con la punta colocada horizontalmente, de manera que toque la placa del cristal ahumado E F, esta placa de cristal está colocada delante de H G, enganchada al reloj K. Entonces se aprieta el extremo B de la palanca de modo que se marquen los movimientos rápidos que se hagan en el centro del disco A. estos movimientos se transmiten y se registran en la placa de cristal E F, por medio de la punta de la palanca C al rayar la placa. Los agujeros en el lateral del aro, permiten que pase libremente el aire del exterior a su interior. El aparato fue probado de antemano por otros además de por mí, para ver que no había ningún movimiento de la palanca que pudiera interferir en los resultados: la línea que aparecía en el cristal ahumado en el punto C, era perfectamente recta a pesar de todas las tentativas de influenciar en la placa sacudiendo el soporte o golpeando el suelo.
Experimento 5: Sin que ella supiera cual era el objetivo del instrumento, la trajeron a la habitación y se le pidió que colocara los dedos en el soporte de madera en los puntos L, M. de la figura 9 y 10, Entonces coloqué mis manos encima de las suyas para detectar cualquier movimiento consciente o inconsciente por su parte. Se oyeron ruidos de percusión en el pergamino, asemejándose al caer de granos de arena en su superficie. En cada percusión un fragmento de grafito que había puesto encima de la membrana fue visto proyectado hacia arriba entre 1 y 50 pulgadas, y el extremo C, de la palanca se movía levemente arriba y abajo. Los sonidos a veces eran tan rápidos como los que se oían en una bobina de inducción, mientras que otros se oían varias veces en un segundo. 5 ó 6 trazados fueron tomados, y en todos los casos el movimiento final, C, de la palanca tan terminado con una vibración de la membrana.

En algunos casos las manos de la señora no estaban tan cerca de la membrana en L M, sino que estaban en O N, fig. 10.
La figura 11 está la copia de los trazados tomados en la placa en esta ocasión.
Experimento 6: Habiendo terminado la ausencia del Sr. Home, estaba deseoso de ver que sucedería al intentar este experimento con su presencia. En consecuencia pedí intentarlo, pero sin explicarle como funcionaba el instrumento.
Agarré al Sr. Home en el brazo derecho, por encima de la muñeca, y sostuvo su mano sobre la membrana, aproximadamente a una altura de 10 pulgadas sobre la superficie, en la posición señalada con P, en la fig. 10. Su otra mano fue sujetada por un amigo. Después estuvimos en esta posición cerca de medio minuto, el Sr. Home, dijo que notaba una venida de la influencia. Entonces puse el reloj en marcha, y todos vimos el índice, C, moviéndose de arriba abajo. Los movimientos eran mucho más lentos que en anterior experimento, y eran casi completamente producidos por la percusión, de las vibraciones dadas.

La fig. 12 y 13 muestran las curvas producidas sobre el cristal en 3 ocasiones.




Estos experimentos confirman más allá de la duda la conclusión a la que llegué en mi anterior carta, la existencia de una fuerza asociada, de alguna manera no explicada por las causas humanas conocidas, en la que la fuerza aumentó el peso , sin el contacto con los cuerpos sólidos. En el caso del Sr. Home, el desarrollo de esta fuerza variaba enormemente, no solamente de semana en semana, sino que de hora en hora; en algunas ocasiones la fuerza era indetectable por mis experimentos durante una hora o más, y después reaparecía repentinamente con gran intensidad. Es capaz de actuar a distancia del Sr. Home ( normalmente a una distancia de dos o tres pies), pero siempre más intensa cuanto más cerca de él se experimenta.
Firmemente convencido de que no podía haber una manifestación de una fuerza sin que hubiera un gasto de otra cierta fuerza que actuara como suministro, busqué durante mucho tiempo inútilmente, ya que no había ninguna evidencia de cualquier fuerza o energía que sirviera para abastecer la producción de fenómenos explicados.
Ahora, sin embargo, habiendo visto más al Sr. Home, intuyo, cual es esta fuerza psíquica utilizada anteriormente para los experimentos. En el empleo de términos de la fuerza vital o energía nerviosa,  me he enterado que estoy empleando palabras que tienen otros significados en muchos investigadores; pero después de atestiguar el estado doloroso, abatimiento nervioso y corporal del Sr. Home en algunos experimentos ( después de que contara que en una ocasión casi se desmaya y cae al suelo, pálido y sin habla) podría apenas dudar que el desarrollo de la fuerza psíquica está acompañada por una extracción de la fuerza vital
Me he aventurado a dar a esta nueva fuerza el nombre de fuerza psíquica, debido a la relación entre su manifestación y ciertas condiciones psicológicas, porque deseaba que no se mezclara este concepto sacado de los experimentos y discusiones, con el anterior nombre que estaba muy nombrado en las discusiones sin carácter científico. Pero después de haber entrado en el terreno de la pura investigación científica, se da el derecho a asignarle un nombre nuevo y científico, he pensado que no había otro más adecuado.
Para atestiguar las exposiciones de esta fuerza no es necesario tener acceso a psíquicos conocidos. La fuerza es sí misma es poseída probablemente por todos los seres humanos, aunque los individuos dotados con una extraordinaria cantidad de ella son sin duda unos pocos. En el plazo de doce meses he trabajado de manera privada con unas cinco o seis personas de diferentes familias, que poseían un desarrollo suficientemente vigoroso para producir resultados similares a los relatados en los experimentos, trabajando con aparatos más delicados, capaces de indicar una fracción de gramo en vez de libras, y solamente graduado en onzas.
Si  mis otras ocupaciones me lo permiten, tengo el propósito de continuar los experimentos con variaciones, y con el tiempo se divulgarán los resultados. Mientras tanto, confíe en que esto inducirá a que otros persigan sus investigaciones científicas. Sin embargo, debe de entenderse, que el resto de experimentos que se realicen  deben estar bien definido la manera de proceder con las condiciones bajo las cuales se desarrolla la Fuerza. Pues es condición imprescindible tener en cuenta la electricidad friccional, la atmósfera debe estar libre de humedad, y que ningún material conductor debe tocar el instrumento mientras se genera la fuerza, estas son condiciones esenciales para la producción y la operación de la Fuerza Psíquica, y a menos que estas condiciones se cumplan, los experimentos funcionarán. Enfatizo este punto, porque las objeciones sin razón que se han hecho a veces sobre la Fuerza Psíquica, porque cuando no se manifiesta, no se recogen las condiciones adversas que se producen a la hora de experimentar, y esas condiciones no estarían en otras ocasiones que si se producen acertadamente el experimento. Pero puedo agregar que las condiciones requeridas son muy pocas, y muy razonables, además que no obstruyen la perfecta observación, ni la rigidez y exactitud de éstas.
Momentos antes de ir a impresionar lo escrito, he recibido una carta de mi amigo profesor Mortón, una copia del avance que saldrá en Journal of the Franklin Institute, que contiene algunos de los comentarios sobre mi última carta por Mr. Coleman Sellers el principal ingeniero científico de los Estados Unidos. La esencia de su crítica está citada aquí:
      " En  la página 341 ; ( del Quarterly Journal of Science) hemos cogido una tabla de caoba de 36 pulgadas de largo por 9’5 de ancho y 1 de grosor, con tiras de madera de caoba de 1’5 pulgadas, se han atornillado formando unos pies. Este tablero a sido colocado por un extremo en una mesa, y el otro suspendido en una balanza con un resorte, de manera que el resorte (dinamómetro) marcaba 3 libras, es decir nuestro tablero de caoba anteriormente descrito  pesaba 6 libras, 3 libras en el resorte, y 3 libras en la mesa. A un mecánico se le comentó esta maravilla, el cual posee una biblioteca de conocimiento limitada lo confirmó, los hombres científicos afirman que su tablero pesaba cerca de 13’5 libras. ¿Hizo este tablero el mismo Sr. Crookes o lo hizo el Sr. Home quien lo añadió como una parte más del aparato?... habría sido más satisfactorio que el Sr. Crookes lo indicara, quien hizo este tablero...déjese que se descubra que el tablero de caoba de 6 libras fue realizado por el Sr. Home, y los experimentos no convencerán tanto.”
Mis experimentos de verdad deben ser muy convincentes si un mecánico tan dotado como el Sr. Coleman Sellers  no puede señalar ninguna falta más grave en lo expresado. Él escribe de una manera tan normal, de dimensiones tan verosímiles y de peso, que la mayor parte de las personas creerían que yo realmente había cometido la equivocación que indica.
¿Será creído el hecho de que mi tablero de caoba pesaba solamente 6 libras? Cuatro pesadas hice por separado en mi propia casa, y además mi verdulero me confirmo tal hecho.
Es fácil percibir los errores que puede tener un “mecánico” cuando confía su conocimiento en su “biblioteca limitada”, en vez de la prueba del experimento real.
Estoy apesumbrado de no poder informar al Sr. Sellers de quien hizo mi tablero de caoba. Ha estado en mi posesión durante 17 años; fue cortado originalmente de longitud de una yarda; que parte se convirtió en el soporte de una cámara fotográfica del espectroscopia, y como tal se describe en el diario de la sociedad fotográfica el 21 de enero de 1856 ( pág. 293 , vol. II). Desde ese trabajo interino, se partió la tabla en varios pedazos para aparatos de mi laboratorio físico, y la seleccioné para los experimentos particulares debido a su forma, es más conveniente que otros pedazos de manera de los que disponía.
¿ Pero seriamente era necesario contestar a la pregunta de quién había aportado la tabla al aparato?¿acaso mis criterios no dan crédito de poseer alguna cantidad de sentido común?