INTENCIÓN Y SUPERVIVENCIA - Introducción





INTRODUCCIÓN A LA SEGUNDA EDICIÓN


- Margaret L. Hamilton - 


INTENCIÓN Y SUPERVIVENCIA se publicó en 1942, siete años después de la muerte del Doctor Hamilton, a la edad de 61 años. Está basado en gran parte sobre publicaciones y artículos que él escribió y fue editado con meticuloso cuidado por mi madre, Lillian Hamilton, y mi hermano, James D. Hamilton, M. A. Está ilustrado con muchas fotografías de formas ectoplasmáticas y mediums en trance. La restricciones de la guerra limitaron la impresión a aproximadamente 3000 copias, de las cuales todas fueron distribuidas.


Cuando escribo estas palabras, en noviembre de 1975, todavía recibimos preguntas de cómo puede ser obtenido este libro. En parte para rellenar esta necesidad, y en parte para asegurar que la contribución importante de mi padre al estudio de fenómenos psíquicos no sea olvidada, he emprendido la preparación de una segunda edición.


Como es sumamente probable que el lector de este libro no sepa nada antes sobre mi padre, ofrezco un resumen de su vida, sus muchas actividades y algo de las circunstancias y los resultados de sus investigaciones psíquicas.


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Thomas Glendenning Hamilton, nació en la pequeña ciudad de Agincourt, Ontario, Canadá, el 26 de noviembre de 1873, y fue el cuarto de seis hermanos. En 1881 el padre y su hijo mayor, Robert, visitaron Land Survey, en Canadá, donde adquirieron un área cultivada para la agricultura de buena tierra cerca de lo que es ahora la ciudad de Sasdatoon, Saskatchewan. Pronto el resto de la familia les siguieron: la hija única, Margarita, y los muchachos John, James, Thomas y William.


Durante los primeros años ellos prosperaron. Una de las cuatro familias en quedarse en la pradera, ellos sobrevivieron a las agitaciones de la Northwest Rebellion [Rebelión del Noroeste], conducidas por Louis Riel. A raíz de las batallas, la familia recibió a un número de soldados convalecientes, quienes encontraron un ambiente agradable y hospitalario bajo el techo de los Hamilton


Pero entonces la tragedia los golpeó. El padre murió de repente durante una visita a Ontario; la hija fue víctima de fiebre tifoidea sólo unos pocos meses más tarde. Una sequía severa causó el fracaso de la cosecha. El dolor y la dificultad obligaron a la familia a vender la granja; y en 1819 se mudaron a Winnipeg para asegurar una mejor educación. Al tiempo, Robert, el mayor, consiguió un empleo como inspector eléctrico del gobierno; John Stobo, James Archibald y Thomas Glendenning entraron en la carrera de medicina; y William Oliver tomó el camino de la ley.


“T. G.” como posteriormente fue conocido, pasó por la Universidad Médica de Manitoba, pasó un año en el Departamento de Cirugía y en el Hospital General de Winnipeg, y en 1904 estableció su consultorio de medicina en Elmwood, para luego extenderse hasta Winnipeg. En 1906 fue elegido para la Junta Escolar, en donde sirvió durante diez años. A finales de 1906 se casó con Lillian May Forrester, una graduada de 1905 en la Escuela de Enfermería. Yo nací en 1909. En 1910 nos mudamos a esta casa grande, y en 1911 Glen Forrester hizo su entrada en el mundo. En 1915 llegaron los gemelos James Drummond y Arthur Lamont.


“ T. G. “ sintió temprano el deber de ejercer en la comunidad. Cuando el presidente de la Junta Escolar construyó dos grandes institutos, él ayudó a establecer consultorios médicos gratuitos para todos los alumnos de la escuela pública y fue el primer presidente de la Winnipeg Playground Commission.


En 1915 entró en la arena política, cuando fue elegido diputado liberal por Elmwood para la Asamblea legislativa de Manitoba. Para eso tuvo que dimitir en la Junta Escolar. En esa ocasión recibió una gratificación exaltada de sus conciudadanos. Cito brevemente:


“Así como los niños sean moldeados así será la virilidad de la próxima generación. De ahí la necesidad de hombres que sean capaces, mentalmente y moralmente, de crear las impresiones correctas conducentes a un carácter de integridad... Es dudoso que haya en por otra parte de la ciudad alguien que pueda jactarse de tener un representante cuyo carácter y capacidad han demostrado ser buenos para el público.”


Sentimos, Señor, que durante la duración del mandato que eficientemente y de manera honesta ha satisfecho esta confianza sagrada... La posición que usted ahora lleva a cabo mientras que es miembro del parlamente provincial solamente es una continuación del trabajo en la Junta Escolar en un grado más alto, donde su capacidad ... tendrá mayor alcance en materia referente a la educación.


“ ... Sentimos que su pasada experiencia, su espléndido servicio y amplitud de mente y esfuerzos infatigables... le permitirá contribuir más ... y por lo tanto estamos orgullosos de que en Elmwood todavía puede conservar sus servicios en una actividad pública.”


“Firmado por A. H. Brown, W. J. Long, J. Kerr Brown, etc., y de todos los ciudadanos de Elmwood."


Estos caballeros hablaron sinceramente. En sus cinco años en la Cámara provincial , el Doctor Hamilton ayudó a asegurar el avance de la Ley de Asignación a las Madres, la Ley de Compensación de los Trabajadores, la Ley del Voto Femenino, y ayudó a que la Facultad de Medicina  formara parte de la Universidad de Manitoba.


En enero de 1919, otra vez una tragedia personal le golpeó. Uno de los gemelos, Arthur Lamont murió de influenza, una víctima más de la epidemia que por entonces barría el continente americano entero.


A finales de 1920, T. G. estaba otra vez en las encuestas, esta vez para ser derrotado por el voto del Partido Laborista. Unos días después de las elecciones J. J. Moncrieff hizo este comentario oportuno en su columna semanal:

”Yo conocí a Thomas Glendenning Hamilton, M. D. en un concierto en la vieja iglesia de Knox. Como su nombre indica él parece venir de la iglesia escocesa, cuando el gusto por la música viene de familia, yo lo clasifiqué como un óyete interesado e inteligente.”


“Una contribución a la vida pública de Winnipeg, además de sus servicios de valor como médico, ha sido su interés intenso el sistema escolar público. Muchos años fue miembro del Junta Escolar, y también ha sido su presidente. Público, profesores y niños encontraron en él un leal amigo. Entonces no era nada ilógico entrar finalmente en la Legislatura como representante de Elmwood y distritos adyacentes, dedicando estudio e ideas a muchos campos, y especialmente a la administración de las escuelas.”


“El doctor Hamilton se presentó a la elecciones provinciales junto con unos treinta y cinco o más candidatos de la ciudad, quienes tomaban parte en el sistema proporcional de votación. Él no “tuvo el grado”. Sin embargo, esta mente filosófica es como un valor nacional. Encontré al doctor a la mañana después de la elección. Él no estaba preocupado, con una sonrisa aceptó el veredicto, su placidez característica no fue alterada.


“La perseverancia y persistencia con mucha lógica es peculiar en los Hamilton. El interés del Doctor Hamilton en asuntos públicos, tanto en las esferas generales como locales, no ha disminuido. En medio de las horas ocupadas por su profesión, él siempre está dispuesto en un descanso para alguna cuestión pública... Y la rueda de la vieja fortuna seguirá dando vueltas.”


“El doctor es el tipo de individuo que da estabilidad a la nación.“


Firmado , 'The Wanderer', Winnipeg Tribune, octubre 19, 1920."

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Si bien fueron considerables sus logros cívicos y parlamentarios su servicio verdadero estuvo en el campo de la medicina y la cirugía, donde pronto fue un miembro estimado y valorado. En 1918 dio un curso sobre jurisprudencia médica en la Facultad de Medicina; en 1919 fue designado como personal quirúrgico del Hospital General de Winnipeg, y nombrado Conferenciante y Examinador de Cirugía Clínica durante su quinto año de estudiante de medicina, una posición que ocupó hasta su dimisión en 1933. Mientras tanto, su práctica había crecido hasta el punto que dedicaba casi todo su tiempo profesional a la cirugía abdominal y laboral.



En 1920 fue elegido secretario de la Asociación Médica de Manitoba. Él creó y fue el editor de la revista Manitoba Medical Review, que difundió los acontecimientos de la profesión médica. En octubre de 1920 fue llamado para formar parte como miembro del Colegio Americano de Cirujanos. En 1921 fue presidente del M. M. A., y fue primer presidente de la recién formada Asociación de Exalumnos de la Universidad de Manitoba. En 1923 fue designado en el Concejo de la Asociación Médica Canadiense, un puesto que mantuvo durante diez años y que implicó viajes a otras ciudades importantes canadienses para dar conferencias. Él continuó la lucha para el mantenimiento de las normas éticas médicas, y contra cualquier movimiento por disminuirlas. En esta época, tanto el diario M.M.A. como el C.M.A. publicaron algunos de sus casos quirúrgicos más interesantes.


Su vida espiritual no estaba descuidada. Era uno de los tres caballeros de Elmwood, quienes se reunían en la iglesia Gordon-King, un hermoso edificio que todavía está en pie. En 1926 fue llamado a ser presidente del Comité Administrativo de la Iglesia, y durante 28 años fue el alcalde de la congregación.


Tales deberes de voluntarios, como ser presidente del comité y otros compromisos con la iglesia, eran una carga adicional pesada a la práctica de la cirugía, que hicieron que su vida estuviera extraordinariamente ocupada.


“Los hombres dan a la vida menos de que lo que intentan tomar de ella. Tanto en la palabra, en el ejemplo o en la acción, Hamilton dio sin tener en cuenta los costos. Iba a cualquier parte donde era llamado, la conciencia era su único mentor. Tales hombres son... raros y preciosos.”


Esto fue escrito por el Dr. Rennie Swan, Editor de la revista Manitoba Medical Review, en el momento de la muerte del Dr. Hamilton, en abril de 1935. Para muchos que lo conocieron, estas palabras expresaron una justa apreciación.

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Como estudiante médico, T. G. había leído artículos sobre fenómenos psíquicos por Stead, pero su interés fue ocasional.


En 1918 un amigo cercano, el Dr. W. T. Allison, del Departamento Inglés de la Universidad de Manitoba, contó a mi padre sus impresionantes experiencias personales en fenómenos de "Patience Worth" cuando conoció a una médium, la Sra. de John Curran, de St. Louis. Respondiendo al genuino entusiasmo del Dr. Allison, comenzaron a leer un poco sobre “Patience Worth”, que era literatura para ellos. A su tiempo condujo a mi padre a diseñar e intentar algunos experimentos simples sobre transmisión de pensamiento con el Dr. Allison y el Rev. D. N. McLachlan, ministro de la iglesia. Para sorpresa de todos, los resultados que obtuvieron los convencieron de que la telepatía era posible y realmente funcionaba.


 Mis padres ahora comenzaron a adquirir informes de investigadores británicos, europeos y americanos, como Crookes, Myers, Lodge, Flammarion, Wallace, William James, Hyslop, Schrenck-Notzing, Richet, Osty, Crawford, y otros. Otra vez para su sorpresa, encontraron informes y registros confiables de muchas clases de acontecimientos psíquicos genuinos, que insinuaban la existencia de poderes que hasta ahora eran insospechados en la mente humana, y que apoyaban la vieja creencia sobre la continuidad del hombre y su personalidad más allá de la muerte corporal.


Sus propias observaciones de primera mano comenzaron por casualidad en 1921, con el descubrimiento de un amigo personal cercano a nosotros, de una pequeña señora escocesa, la Sra. Elizabeth Poole, que tenía un potencial para los fenómenos físicos. Ella misma se colocaba en estado inconsciente y aparecían sus capacidades y de verdad era totalmente desinteresada en los asuntos de esta naturaleza. Ya en las primeras sesiones con ella, mis padres vieron a la mesa, que pesaría unas diez libras, moverse por sí misma después de que ella la tocara ligeramente, al parecer cobrando alguna “vitalidad” o fuerza ¿Qué había producido el movimiento de la mesa? ¿Era “la fuerza psíquica” de Crookes, Flammarion, Crawford y otros investigadores que habían experimentado, y que ellos creyeron que era producida por el organismo humano en condiciones especiales?


Después de rigurosas pruebas de los fenómenos de Poole, mi padre concluyó que probablemente eran ciertos y decidió investigar más. En las sesiones regulares privadas semanales, no sólo se producían movimientos poderosos de la mesa, también se oyeron ‘golpes’ que de algún modo sonaban en la mesa, explicando con detalles la transmisión de mensajes que venían de Myers, Stead y otras personalidades difuntas.


En 1920 “LEA EL LIBRO X DE PLATÓN. VERDADERA ALEGORÍA DE LA VERDAD. LEA LODGE. CONFIE EN SU SENTIDO RELIGIOSO. MYERS”.


EN 1921: “SUS ESFUERZOS COLABORAN CON EL INTERÉS DE LA HUMANIDAD. NUNCA TENGA MIEDO. AQUÍ TIERRA MARAVILLOSA. CIRCULO EN CÍRCULO DE LUZ RADIANTE. MYERS.”


De los ‘golpes’ y sus reclamaciones T. G. era sumamente crítico. Él no buscaba la evidencia de la supervivencia de la personalidad. Su interés principal se debía a aprender más sobre la naturaleza de una misteriosa energía que podría mover mesas. Él quiso la prueba de la telekinesis.


Después de aproximadamente cuarenta sesiones durante más de ocho meses, en abril de 1922, mi padre decidió detener las indagaciones. Sintió que los poderes de la Sra. Poole fallaban. Temió también que su participación personal en una investigación de asuntos psíquicos (entonces ridiculizados y despreciados) fuera conocida, y que repercutiera desfavorablemente sobre su reputación, su integridad y su honestidad en su servicio público, y manchara su reputación profesional.


En este momento él debía pensar así.


Al inicio de 1923, en una sesión improvisada, la mesa ‘golpeó’ y transmitió:
“SIGA CON SU TRABAJO. ADELANTE. STEAD...”


Completamente sorprendido y profundamente impresionado, después de un cuidadoso análisis decidió retomar su investigación. Su vida estaba muy ocupada, pero ya no era el ‘investigador reacio’; escogió un pequeño grupo de amigos de confianza, empezó un estudio semanal de la telekinesis y de los fenómenos de trance de Poole. Y ya nunca volvió atrás.


Para este nuevo trabajo preparó una habitación equipada con un gabinete, una mesa, sillas, y un conjunto de cámaras y flashes. Bajo condiciones estrictas de prueba pudo obtener muchas fotografías con flash de los movimientos y levitaciones de mesas, y de las etapas del trance y sus automatismos. Todo esto fue observado repetidas veces, y fueron establecidos completamente como verdaderos. Al igual que con los extraños ‘golpes’ de 1920 y 1921, personalidades invisibles otra vez reclamaron ser responsables de los fenómenos de la mesa, las escrituras automáticas, la clarividencia y de dirigir e inspirar los automatismos del trance.


Aquí están algunos hechos impresionantes:


Desde abril de 1923 hasta diciembre de 1928, hubo 1210 trances diferentes.


Dieciséis controles secundarios del trance reclamaron ser parientes difuntos o personas conocidas cercanas.


Cuatro controles primarios reclamaron ser personas de fama: Robert Louis Stevenson, el prestigioso literato escocés; David Livingstone, el misionero-explorador, W. T. Stead, el redactor ingles e investigador psíquico; Camille Flammarion, el astrónomo francés e investigador de eventos psíquicos. Al final de 1928 apareció un quinto, Charles Haddon Spurgeon, el clérigo Bautista y evangelista.


Debe ser acentuado aquí que nadie en el grupo experimental había tenido cualquier conocimiento previo de los que reclamaban la comunicación, nadie estuvo interesado por estos comunicadores; nadie estudió las obras literarias de Stevenson; nadie se adhirió a la comunidad Bautista; conocíamos las exploraciones africanas de Livingstone no más que cualquier otra persona ¿Por qué entonces estas personas persisten en sus reclamos?


Estos asuntos serán discutidos con algún detalle en los capítulos doce, trece, y catorce.
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En 1923 el Dr. Hamilton llegó a ser un miembro correspondiente de la A.S.P.R. y un año después fue estudiado su informe privado de la investigación con Poole por el Dr. Walter Franklin Prince, presidente de la Sección de Nueva York. También comenzó a estudiar con el Dr. L. R. G. Crandon en Boston lo concerniente a las sesiones “Margery”. También probó la máquina “Voice – Cut – Out “ diseñada por el Dr. Mark Richardson, y demostró para su propia satisfacción la realidad de la “voz directa” de “Walter”, el control de “Margery”.


En marzo de 1921, J. Malcolm Bird, investigador oficial de la A.S.P.R., vistió Winnipeg para escudriñar los fenómenos de Poole; expresó su aprobación sobre las condiciones de control y la validez de los experimentos. También dio una conferencia pública sobre la investigación psíquica del mediumnismo físico de “Margery” a un abundante público interesado


Hasta ahora mi padre había experimentado en un nivel estrictamente privado, discutiendo su trabajo sólo con unos pocos amigos muy íntimos y compañeros médicos, como los Drs. Chown, Mitchell, Swan, Winram, Campbell y otros. Al aumentar el interés debido a la conferencia del Sr. Bird, era inevitable que más tarde o temprano T. G. fuera invitado a hablar públicamente. Fue persuadido por muchos médicos de Winnipeg para dar este paso. Finalmente consintió, y en mayo de 1926 habló aproximadamente a ciento veinticinco miembros de la Sociedad Médica de Winnipeg sobre “Telekinesis”.

Sobre el efecto que produjo en la audiencia, Bruce Chown escribió más tarde:

“No fue ninguna tarea fácil. Él había afrontado el sarcasmo y la burla con una sonrisa y había soportado los ataques por la espalda ... La primera vez que oí sobre sus experimentos psíquicos fue hace algunos años antes en la Sociedad Médica de Winnipeg, cuando él ya había estado investigando estos fenómenos durante algunos años. No mencionó a ningún fantasma, ni espíritu ni ninguna personalidad, pero habló de que una mesa que se movió repetidamente a través de la habitación, que luego saltó en el aire y desafió los esfuerzos de hombres fuertes para detenerla; y mostró las fotografías. No ofreció ni explicaciones, ni teorías, sólo simples hechos. Aquella noche tuvo muchos que se convirtieron...”

Como el interés genuino creció le llegaron más invitaciones a hablar. Walter J. Phillips, notable artista canadiense, que era parte del Arts Club [Club de Arte], le pidió que hablara en la Sociedad Médica de Brandon. En ambos lugares repitió su exposición sobre “Telekinesis”.
Con honestidad, los periódicos locales relataron estas conferencias de una manera seria y solemne.

A finales de 1926 recibimos la palabra de que el Dr. y la Sra. Crandon planeaban un viaje de vacaciones al Oeste, a través de los Estados Unidos, volviendo a través de Canadá. Para nuestro placer, ellos acordaron pasar unos días en Winnipeg a finales de diciembre. Aquí sigue la carta de mi padre al Sr. Brid, escrita un poco después de la salida de los Crandons de nuestra ciudad. Indica la atmósfera de cambio y la actitud más amistosa públicamente (al menos en Winnipeg) hacia el campo de la investigación psíquica.



18 de enero de 1927
Sr. J. Malcolm Bird,
15 Lexington Avenue,
New York City, New York.

Querido Sr. Bird,

Sabiendo que usted hizo una visita a Winnipeg la primavera pasada, interesado en la investigación psíquica, estoy seguro que querrá saber de de la visita del Dr. y Sra. Crandon a esta ciudad.

En primer lugar puedo decir que los periódicos anunciaron su llegada con la mente abierta y respetuosa. Un periódico, que aparece diariamente, dio una exposición estricta sobre el tema de las investigaciones psíquicas, y con respecto a sus autoridades importantes, y habló del Dr. Crandon como uno de sus cultores científicos.

Aunque la visita del Dr. y la Sra. Crandon fue durante la época de Navidad –del 21 al 24 de diciembre– el interés mostrado por círculos profesionales y académicos fue de verdad asombroso, incluyendo a aquellos de nosotros quienes llevamos cinco o seis años mirando con interés el desarrollo lento pero estable de este nuevo campo de la investigación. Cada función en su honor estuvo colmada de gente con mucho interés por conseguir una entrada. En un almuerzo en un hotel del centro, entre otros se veían abogados, médicos, músicos, artistas, profesores, catedráticos y periodistas. En la conferencia pública, donde más de seiscientas personas se ubicaron en un espacio para quinientas, otra vez la audiencia fue dominada en gran parte por grupos de profesionales y académicos, con algunos de conocidos hombres de negocios, de la política y de círculos judiciales. De todo esto usted puede juzgar el interés manifestado en la presentación del Dr. Crandon y la discusión sobre el fenómeno de “Margery”, que no era simplemente una curiosidad, mas bien un interés con sentido penetrante de valores científicos. Un hombre, pastor de una de nuestras iglesias más grandes, comentó que era el público más agudo que había visto en Winnipeg. Uno no puede menos que sentir que esto es esperanzador y afirma el futuro de la investigación psíquica, al menos en Occidente.

Es interesante notar que aparte de la fama de “Margery” y su distinguido marido, varios factores recientemente han preparado el camino para el interés mostrado en la conferencia sobre los fenómenos de “Margery”. Primero, la observación de primera mano por parte de muchos observadores competentes, de los fenómenos físicos y mentales producidos por el mediumnismo físico y psíquico de la Sra. Poole; segundo, sus conferencias muy finas ante mucha gente profesional de esta ciudad el marzo pasado; y por último mi propia conferencia que tuve el privilegio de dar en mayo pasado en Winnipeg en la Sociedad Médica, basada gran parte en mis experiencias y experimentos con la médium antedicha, y que, como usted sabe, fue recibida muy amablemente. Estos incidentes, después de lo que hicieron por el tema Lodge (aquí en 1920) y Doyle (en 1923), prepararon la tierra para la semilla plantada por los Crandons.

Durante la permanencia de tres días en Winnipeg, la Sra. Crandon amablemente dio tres sesiones de brillantes fenómenos que fueron observadas por más de cuarenta personas conocidas de la ciudad. Como estos fenómenos ocurrieron bajo un entorno completamente nuevo, pienso que ellos deben ser cuidadosamente relatados. Yo propongo por lo tanto hacerle un informe en unos días, y estaría contento de hacerlo público en su diario si le parece oportuno.


Estoy preparado para declarar enérgicamente que los fenómenos de “Margery” son absolutamente genuinos; y un número de otros médicos quienes fueron testigos en estas sesiones han llegado a la misma conclusión. Además, no conozco ninguno que observara los fenómenos que haya hecho ninguna crítica. En una palabra, están asombrados de la simplicidad de las condiciones en las que estos fenómenos ocurren.


Puedo decir que, independientemente de esta carta, usted tiene toda la libertad de hacer lo que quiera en cualquier momento. El Dr. y la Sra. Crandon defienden heroicamente la verdad y tienen la oportunidad de ser apoyados.


Con los saludos más amables.


Atentamente (Firma) T. G. Hamilton.


(Para el informe del Dr. Hamilton sobre las sesiones “Margery” en Winnipeg, ver Proceedings, A.S.P.R. 1926-27, Vol. 2, pp 566-567.)


En enero de 1928, el Dr. Hamilton habló por segunda vez en Sociedad Médica de Winnipeg, sobre “Materializaciones”, con relatos de médicos de otros países, como Richet, Geley, Osty de Francia, Schrenck-Notzing de Munich y otros.


Al inicio de 1928, la Sra. Mary Marshall se unió a su grupo experimental. De sangre mezclada entre irlandesa y escocesa como la Sra. Poole, pareció tener excepcional capacidad psíquica. Con lo que debe ser considerado como una combinación de los poderes psíquicos de estas dos damas, desde 1928 hasta 1934 allí manifestaron un número grande, notable y variado de formas teleplasmáticas, todas fotografiadas por una batería de cámaras, desde diferentes ángulos. La presentación de estos fenómenos forma parte principal de este informe.

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Nadie era menos propagandista que mi padre. A pesar del interés penetrante del público durante esos seis años, en los que lo invitaron muchas veces a hablar y escribir sus conclusiones.


¿Por qué fue esto así?


Una respuesta fácil y próxima es que era un hombre íntegro y honesto, conocido y confiado, quien había servido a su ciudad en muchas causas, quien había mostrado un sano juicio y perspectiva científica. Una vez que él se metió en este asunto arriesgado, su leal coraje personal le permitió desafiar las tormentas de críticas adversas y la incredulidad que había surgido al principio en algunos grupos informados. Ante de su probada honestidad al servicio público, ante de su capacidad científica demostrada y la categoría del profesional, el prejuicio y la incredulidad se doblegaban.



En 1928 hizo diez conferencias. En 1929, al principio de enero, al final de mayo y en diciembre, habló extensamente ante diez grupos variados. En Montreal, en noviembre, en el Concejo, sus compañeros de Toronto y Montreal, le persuadieron para que dirigiera la Asociación Médica de Montreal. Desde Montreal fue directamente a hablar a Nueva York, en la filial local de la A.S.P.R. delante de aproximadamente trescientos cincuenta miembros, incluyendo a Malcolm Bird, y Bligh Bond, redactores de la revista de la A.S.P.R. El periodista de ciencia del diario Brooklyn Eagle dio una excelente y prominente cobertura de esta conferencia. La Associated Press recogió el informe del Eagle, y apareció dos días más tarde como noticia en los periódicos canadienses de costa a costa.


El interés local se hizo mayor que cualquier otra vez. Las demandas de conferencias continuaron. Entre enero y junio de 1930, T.G. habló aproximadamente a quince grupos en Winnipeg, incluyendo a Y.M.C.A., el Rotary y el Kiwanis Clubs, además de grupos de Iglesia.


Un impulso inesperado llegó en mayo de 1930. Desde la presidencia de la Sociedad Médica de Minnipeg, el Dr. Rennie Swan comentaba:


“En recientes años aquí en Winnipeg nos hemos enterado mucho en cuanto a la investigación psíquica y la evidencia de la supervivencia después de la muerte. Deseo rendir homenaje a nuestro amigo y miembro numerario Dr. T. Glen Hamilton, por los esfuerzos que ha hecho en esta línea de pensamiento y de investigación. A pesar de las críticas, nadie puede intentar negar la verdad de los maravillosos fenómenos que han sido observados. Conocemos a nuestro hombre; sabemos que él está en este trabajo como un estudiante y un investigador, y tenemos nada más que admiración para él, y permítanos decirle gracias....”


Estas son palabras cálidas y de ánimo que fueron seguidas por otro acontecimiento que indica el fuerte apoyo de la comunidad médica.


Sucedió que el Dr. Hamilton estaba en el encuentro del Comité Ejecutivo de C.M.A., en Ottawa, en 1929, cuando se conoció el deseo de venir a Canadá de la Asociación Médica inglesa, para la Convención del Bicentenario en agosto de 1930. Después de rápidas “gestiones”, y rápidos telegramas a los líderes médicos de Winnipeg, T. G. consiguió persuadir al Comité Ejecutivo para que permitiesen extender una invitación para ofrecer sus facilidades como ciudad anfitriona a la prestigiosa B.M.A. La invitación fue aceptada inmediatamente.


Inmediatamente, los comités locales fueron organizando que saliera todo bien la semana que viniera la B.M.A. La convención de agosto de 1930 sería tan memorable como los médicos de Winnipeg lo pudieron hacer.



Totalmente inesperado fue el lugar que le tocó a T.G. en el Programa de Entretenimientos. Ante la insistencia de varios médicos cirujanos muy conocidos e influyentes (los Drs. Michell, Hunter, Swan y Gibson, de Winnipeg; los Drs. Harvey Agnew y T. C. Routley de Toronto; y el Dr. C. Martin de Montreal, todos miembros del Comité de la Convención), el Dr. Hamilton fue invitado no sólo a realizar una presentación extensa de fotografías de formas teleplasmáticas, en el área reservada a “pasatiempos”, sino que también fue invitado oficialmente a hablar durante el almuerzo para los delegados sobre el tema “Investigación Psíquica en Winnipeg”. Él había hecho un esfuerzo por no introducir ninguna discusión al respecto entre los investigadores de la Convención, y fue sólo por la insistencia de sus compañeros que por último acordó realizar una alocución.


El Sr. Bligh Bond, editor de la revista de la A.S.P.R., hizo un viaje especial desde Nueva York para estar presente. Más de quinientas personas estaban presentes en la sala de conferencia del Hotel Fort Garry el 27 de agosto. El Dr. Swan, presidente del evento, más tarde escribió:


“Su alocución en la reunión cosmopolita atestada de hombres y mujeres cultos fue uno de los puntos culminantes de su vida. Yo me sentí sumamente orgulloso de él aquel día, y estaba feliz porque, de un modo humilde, tuve el privilegio de compartirlo con él.”


H. A. V. Green, K.C., escribió sobre esta conferencia en la revista Journal of Psychic Science, de Londres, Inglaterra; él dijo:


“No cabe duda de que un paso adelante en el reconocimiento de la investigación psíquica ha sido dado por la ciencia organizada, como un verdadero campo para la investigación, realizado por observadores sumamente preparados, como es el Dr. Hamilton, miembro de B.M.A. en la noventa y ocho reunión en Winnipeg…”



Esto fue posible, también, porque algunos delegados de ultramar del B.M.A. habían leído las investigaciones de Winnipeg en el número de octubre de 1929 de la revista British Psychic Science Quarterly, ya que por entonces su editor, Stanley de Brath, había publicado el primero de una serie de artículos sobre las investigaciones del Dr. Hamilton. Desde 1932 hasta 1934 cuatro documentos más tuvieron cabida y los comentarios por parte de la editorial fueron favorables.


Este reconocimiento desde Inglaterra fue particularmente significativo, ya que el del Sr. de Brath era también investigador, amigo cercano de Osty, Geley y Richet y había traducido sus escritos al inglés, y estaba bien enterado de los trabajos de investigadores importantes de Polonia, Austria e Italia. Fue por estos contactos que sus artículos fueron traducidos al alemán por el profesor Hanslinger de Graz, Austria, para la revista Zeitschrift fur Parapsychogie; y al francés gracias a la bondad de M. Henri Boitel , de París.


Sujetos a la revisión y aprovación del Dr. Hamilton, algunos artículos de carácter más popular aparecieron desde noviembre de 1930 en una revista mensual de Manitoba, el Country Guide.


En noviembre de 1930 él dirigió una alocución a tres grupos locales. También en Montreal, a miembros del negocio médico, y en la ciudad de Nueva York, donde el 1 de diciembre dio una conferencia en Carnegie Hall a casi cuatrocientos miembros de la filial local de la A.S.P.R.; el 3 de diciembre, a quinientos cincuenta personas en Dartmouth College; el 5 de diciembre, a setenta y cinco en Teachers's College, de la Universidad de Columbia. El 7 de diciembre fue invitado de honor a una cena privada donde treinta y cinco personas estaban presentes, en Flushing. Volvió a casa pasando por Fort Wayne, parando para hablar en el Young Men’s Group el 9 de diciembre, y a la siguiente noche habló en una cena privada para unos veinticinco profesionales y científicos.


A principios de 1931 habló ante seis grupos diferentes en Winnipeg. En marzo en las oficinas médicas de Toronto, por invitación de Dr. Harvey Agnew, Secretario Nacional del C.M.A., expuso ante la conservadora Academia de Medicina; y repitió aquella exposición la noche siguiente en la Asociación Ministerial de Toronto por encargo del Dr. D. N. McLachlin. Una vez en casa en marzo, habló a tres grupos más de Winnipeg, incluyendo al Congreso Nacional de Mujeres Judías.


Mientras tanto, amigos entusiastas habían estado trabajando silenciosamente con un objetivo nuevo: la formación de una Sociedad de Investigación. Esto se hizo realidad en junio de 1931. Citado en el Winnipeg Free Press:


"SOCIEDAD LOCAL PARA INVESTIGACIÓN PSÍQUICA"


“La Winnipeg Society for Psychical Research [Sociedad para la Investigación Psíquica de Winnipeg] fue formada el martes por un grupo de ciudadanos de Winnipeg interesados en la investigación de fenómenos psíquicos, el Dr. T. Glen Hamilton fue elegido primer presidente.


“Los objetivos de la sociedad es investigar científicamente todos los fenómenos “psíquicos” como generalmente son llamados. Esto incluye cualquier influencia que pueda ser ejercida de una mente a otra por otros canales que no sean los habituales. La clarividencia, clariaudiencia, la escritura automática, el trance y otros muchos fenómenos similares serán incluidos en la esfera de investigación de la nueva sociedad.


“El grupo ha adoptado una constitución similar a la del B.S.P.R., pero no está afiliado a ninguna otra organización.


“Además del presidente, fueron elegidos: Vicepresidente, W. B. Cooper; Secretario-Tesorero, W. A. Wither; miembros del consejo: Isaac Pitblado, K.C.; LL.D; Dr. Bruce Chown, H.A. Reed, H.A.V. Green, K. C., Dr. W. Creighton y Sra. de T. Glen Hamilton.”


En agosto de 1931, la revista Western Home Monthly publicó un artículo con las detalles de las investigaciones de Hamilton, titulado “Seeing the Unseen” [Viendo lo invisible]


Pero a esta altura, T. G. se veía muy cansado de llevar una triple carga de trabajo, y se retiró de las conferencias.


En 1932, mis padres se tomaron unas largas vacaciones, viajando a Inglaterra, Escocia y Francia. En Londres ellos encontraron a muchos líderes del movimiento espiritualista, como la Srta. Estelle Stead, la Sra. Hewat McKenzie, el Sr. David Gow, Stanley de Brath, Sra. de Conan Doyle, y otros. Otra vez lo impulsaron a hablar y dio dos conferencias, una en Wigmore Hall y otra en la Oficina Central de la Alianza Espiritualista de Londres [London Spiritualist Alliance Headquarters]. La Sra. de Doyle se puso en contacto con el editor de un importante diario de Londres, logrando que los experimentos de T.G. fueran presentados en una serie desde octubre en el periódico Daily Sketch , ilustrado con fotografías de teleplasmas y formas de caras.


A principios de 1933, la revista Winnipeg Free Press pidió permiso para publicar una serie similar que apareció en abril, con fotografías que mostraban levitaciones de mesas y masas teleplásticas que ilustraban el texto. El Dr. Hamilton también contribuyó con artículos en las revistas Light  y Psychic News,  ambas de Londres; y vio artículos publicados de su trabajo en los Proceedings y en la revista de la A.S.P.R. En 1934 una demostración muy importante de los fenómenos teleplásmicos fue establecida en Belgrado, Yugoslavia, como parte de un Simposio Internacional de Investigación Psíquica.


Durante los años de su investigación activa, hombres y mujeres de todas las condiciones sociales vinieron a nuestra casa para hablar en privado de estos asuntos. Entre los más distinguidos están el Sr. Arthur Conan Doyle y su señora, el Dr. y la Sra. Crandon, de Boston; el reverendo Einar Kvaraan, el presidente de la S.P.R. de Islandia, el profesor Yohan Massee, del Seminario Teológico Indore  de la India Central; Harold Samuel, concertista notable de piano y autoridad de la música de Bach; Rt. Hon. W. L. MacKenzie King, por entonces primer ministro de Canadá, y muchos, muchos más. A todos les habló libremente de su trabajo y de la interpretación que dio a los fenómenos.


Por entonces su salud fallaba perceptiblemente; él continuó con sus sesiones semanales pero sólo habló públicamente tres veces más. A finales de 1934 cayó enfermo, y en abril de 1935 sufrió un infarto fatal. Solo tenía 62 años.

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Las noticias de su muerte inesperada llegaron a través de Canadá a los Estados Unidos, a Inglaterra y a Europa; nosotros, su familia, fuimos abrumados con muchas cartas de compasión que llegaron a raudales.


El 8 de abril, esto apareció en la página del diario Winnipeg Free Press


“Hay una pena esparcida por Winnipeg y más allá, por la muerte repentina del Dr. T. Glen Hamilton a una edad relativamente joven. Su carrera fue excepcionalmente interesante. En los últimos años había ganado una reputación internacional como investigador de fenómenos psíquicos, pero antes de esto había ocupado un lugar prominente en la ciudad como médico prominente y como ciudadano lleno de civismo.


“Durante casi medio siglo vivió en Winnipeg y practicó su profesión, encontrando tiempo para tomar parte en muchas actividades de la comunidad. Fue presidente de la Junta Escolar, después de servir en ella durante muchos años. También fue miembro de la Legislatura. Sus preferencias fueron indicadas por el hecho de que fue el primer presidente de la Public Playgrounds Commission ( Juegos Públicos de Campo), y fue uno de los partidarios activos de la Ley de Asignación a las Madres. En su propia profesión fue conferenciante en el Colegio Médico y llegó a ser presidente de la Asociación Médica de Manitoba.


“Sus notables trabajos de investigación psíquica comenzaron hace aproximadamente diecisiete años. Sus investigaciones eran de carácter puramente científico. Él cooperaba con otros investigadores de Gran Bretaña y de los Estados Unidos en la investigación de lo que se creía una nueva rama de la ciencia. Eran reconocidos su sinceridad y cuidado extremos con los que conducía sus investigaciones y experimentos. A pesar de la incredulidad general, describió manifestaciones asombrosas que pretendían ser del mundo de los espíritus, y había gran interés entre los investigadores por los resultados que obtuvo.


“El Dr. Hamilton fue un ciudadano digno de Winnipeg, y el valor de su trabajo, en particular en la rama de la investigación científica, se confirmará en el futuro.”


Y desde el diario Winnipeg Tribune  llegó este tributo el 16 de abril:


“La presencia de más de mil doscientas personas, atraídas no por la curiosidad morbosa sino por el respeto y el afecto, en el entierro del Dr. T. Glen Hamilton, debería impresionar a todos nosotros una vez más por su calidad, integridad, bondad y la fuerza de carácter, que hacen un llamamiento poderoso a la mayoría de los hombres.


“El Dr. Hamilton empezó su práctica en Elmwood hace una generación cuando en ese lugar se escuchaba el sonido del martillo y las casas se hacían con una rapidez sorprendente. El joven médico fue una figura central en la vida de la comunidad, evidenciada no sólo por su carrera profesional sino también por su elección en la Junta Escolar de Winnipeg, donde sirvió durante diez años, y fue también el primero en hacer previsiones para la inspección médica en las escuelas. Su elección subsiguiente como miembro de la Legislatura aumentó aún más su popularidad.


“Fue miembro estable del Hospital General y profesor de cirugía clínica durante muchos años, también secretario y posteriormente presidente de la M. M. A., y como miembro de la Asociación Nacional dio generosos y valiosos servicios a su profesión.


“Durante los pasados quince años, sin embargo, el Dr. Hamilton ha sido asociado por el gran público con la investigación psíquica. Hacia el final de la guerra, su interés se extendió a tema y condujo algunos experimentos simples con las mesas giratorias. La fuerza notable mostrada por un amigo, quien desarrolló capacidades mediúmnicas de carácter único, desvió su atención, y dedicó una tarde por semana para investigar científicamente este misterioso tema. Sólo los miembros de su familia y sus allegados sabían la paciencia y la perseverancia con la que él persiguió esta difícil y a menudo desalentadora investigación. Pero con su invencible fuerza de carácter continuó adelante, hasta que obtuvo aquellos excepcionales resultados que le trajeron la fama internacional.”


“Pasaron siete años después de que él y su leal y pequeño grupo de amigos hubieran empezado las sesiones de manera regular, cuando el Dr. Hamilton consiguió su primera fotografía de ectoplasmas. Así consiguió esos retratos ectoplasmáticos que son considerados por algunos estudiantes del tema como la mejor evidencia de la supervivencia del alma después de la muerte. Nadie pudo explicar estas imágenes, y el Dr. Hamilton ciertamente expuso sus críticas al público cortesano e interesado.Estas imágenes psíquicas han sido recibidas en todas partes con la maravilla y admiración que ellas merecen. Y el hecho que hayan sido aceptadas como ciertas es en parte por la reputación testimonial más fina del Dr. Hamilton, y por su integridad absoluta. Él mostró gran valor al dar a publicidad los resultados de su investigación privada, aunque podía tener un perjuicio debido al charlatanismo popular en este campo; pero para su sorpresa, la crítica que recibió fue infinitesimal y de prodigiosa gratitud.


“El Dr. Hamilton no era un espiritualista. Tampoco le gustó ser llamado espiritualista. Fue un miembro leal de la Christian Church [Iglesia Cristiana] y tuvo como objetivo el construir un contrafuerte en la fe a Dios y en la inmortalidad, una vez dada a los santos.


"lvanhoe" (Dr. W. T. Allison).


En la revista del M.M.A. de mayo de 1935, el Dr.Ross Mitchell, gran amigo y fiel seguidor, escribió esto:



“Sus cualidades conmovedoras que le hizo ganar la amistad de muchos fueron la honradez y la sinceridad, la ecuanimidad, la justicia y el espíritu público. Poseía también el sentido común en un alto grado. No hay probablemente tema que despertara una controversia más amarga que la investigación psíquica, y aunque el Dr. Hamilton no pudo llegar a conclusiones, nunca dudaron de su sinceridad ni dejaron de admirar su determinación para investigar fenómenos psíquicos por líneas científicas. Fueron estas cualidades de la mente y del corazón las que le hicieron internacionalmente famoso en este campo, y le hicieron ganar la amistad de los hombres y mujeres más prestigiosos de su tiempo.


“A través de conferencias y artículos periodísticos reveló los secretos del reino de los fenómenos psíquicos ante el público de Winnipeg, Toronto, Boston, Londres, Nueva York y Washington.


“Una eminente figura del mundo de la medicina en el estudio de la Investigación Psíquica, en el trabajo religioso, en la vida política de su tiempo, el Dr. Hamilton será recordado por un gran número de personas que lo conocieron como amigo. Nunca traicionó sus muchas y enraizadas convicciones. Al contrario, las propagó con un enfoque cortés, mediante el razonamiento y la reflexión, con sin arrogancia ni severidad”.


Nosotros, su familia, fuimos tocados profundamente por esta carta de W. L. MacKenzie King, por entonces Primer Ministro de Canadá:


The Cloister, Sea Island, Georgia
November 26, 1935

Estimada Sra. Hamilton,




Usted no se sorprenderá al saber que experimento un sentimiento muy sincero ante la muerte del Dr. Aunque habíamos coincidido una vez, y habíamos compartido poca correspondencia, yo sentía una relación muy cercana a él, y estuve, como usted sabe, profundamente interesado en su trabajo sobre investigación psíquica. He visto en él a uno de los grandes pioneros en este campo de pensamiento y descubrimiento. Yo ahora siento que no sólo nuestro país, sino la ciencia, e incluso la civilización misma ha perdido uno de sus grandes servidores.


Felizmente tenemos fe que nos permite ver las estrellas más allá de los cipreses... yo sólo puedo esperar que su pena pueda, antes que nada, disiparse por la luz del conocimiento más grande y la certeza más profunda de su presencia continuada a su lado, que podría ser posible guardar a los que han compartido la gran experiencia que usted y él han compartido.


Sinceramente
(firmado) W. L. MacKenzie King.

 
El Sr. Stanley de Brath, editor de la revista British Psychic Science Quarterly , escribió en mayo de 1935:


“Sus investigaciones fueron caracterizadas por una capacidad científica excepcional, cuidando  e intentando eliminar toda posibilidad de error... Su trabajo en la investigación psíquica perdurará. Fue tan completo y científico en su método que debe quedarse su trabajo fijo en los registros.”


En 1933 el Sr. F. Bligh Bond, editor de la revista de la A.S.P.R., nos había visitado y había escudriñado en el trabajo de Mary M. en varias sesiones de espiritualismo. En mayo de 1935, el la revista rindió un homenaje al trabajo de T. G.:


“El Dr. Glen Hamilton se acercó al estudio de los fenómenos psíquicos como un escéptico, pero con una mente abierta convencido que era un tema apropiado para la investigación. Hasta que un fenómeno pudiera a fuerza de repetición y renovación de pruebas ser aceptado como un hecho comprobado, él no paraba. Pudo aceptar la hipótesis de la supervivencia humana, pero consideró los fenómenos de las sesiones como producto de leyes aún por explicar.”


“Él fue un ejemplo –demasiado raro–  de un miembro de una profesión mayoritariamente conservadora, un médico, con gran coraje de convicciones, demostrando la verdad en cuanto a la realidad de fenómenos psíquicos con gran indiferencia de cualquier motivo egoísta.


“Alcanzó una gran cosa: nunca perdió el respeto de sus compañeros de profesión; al contrario, logró un grado excepcional de atención hacia hechos desconocidos y (en muchos casos) subversivos, con mucho cuidado y exhaustividad a la hora de presentarlos. Así recordarán al Dr. Glen Hamilton, como quien ha hecho tanto, o más, por reconciliar la opinión ortodoxa médica con el estudio de fenómenos psíquicos, como ningún hombre desde los días de William Barrett. El hecho de que fuera presidente en el pasado de la Sociedad Médica de Manitoba indudablemente tuvo su importancia; pero fue su calidad personal e integridad, el juicio moderado y la infinita capacidad para hacer esfuerzos en lograr experimentos perfectos, lo que ganó su respeto ante sus colegas y fama en la investigación psíquica.


“A estas calidades agregaríamos su amabilidad y espíritu comprensivo, además de la cortesía indefectible que desarmó la crítica e indudablemente contribuyeron a la influencia que él ejerció sobre los que no estaban preparados para escucharlo.


El Dr. Bruce Chown, co-experimentador con el Dr. Hamilton durante muchos años, expresó la más valiosa impresión sobre el hombre y el investigador, cuando escribió en la revista del C.M.A. en julio de 1935:


“¿Qué puedo decir de este hombre, este sabio, este excelente médico, esta alma honesta, natural, amistosa, duradera y valerosa?... Éste no es el lugar para discutir sus investigaciones psíquicas, ya que eso lo hará la historia. De los golpecitos en la mesa pasó a observaciones de cosas aparentemente muertas, al discurso en el trance y la escritura, a la fotografía de masas extraídas del cuerpo del médium, las masas se moldeaban semejando a seres muertos conocidos. Estos fenómenos fueron todos verdaderos. La niebla amarillenta de la duda que ronda las actividades mediúmnicas fue disipada por el carácter del hombre. Días tras día, semana tras semana, año tras año, trabajaba de manera natural, observando, registrando y analizando. Yo a menudo me pregunté cómo tuvo la terquedad y paciencia de persistir. Tenía una calidad de mente rara a cualquier edad, aún en el hombre que profesa la ciencia: una resistencia y un ansia para llevar esto, la carga del corazón, encima de una gran carga profesional y deberes sociales, mostrando un hombre de poderoso carácter, una personalidad fuerte y constante.”



Y en la reunión de noviembre de 1935 de Winnipeg P.S.R., el presidente, Sr. H.A. V. Green, K.C., rindió homenaje así:


“Antes de seguir esta noche con nuestro acto –con esa alta consideración que merece un gran hombre– debemos honorar la memoria de nuestro primer presidente, el Dr. Glen Hamilton.


“El Dr. Hamilton fue un gran hombre porque mostró públicamente y sin temor la verdad como el la conoció, aunque esa verdad fuera increíble para muchos. Descubrió la verdad para él mismo sobre los fenómenos psíquicos, y nunca vaciló en proclamar ese hecho. Fue miembro de una profesión muy conservadora, pero no sufrió ningún temor de irrisión ni de desprecio que le hiciera cambiar la confesión pública de su fe.


“Los fenómenos que él investigó han sido probablemente los imitados por impostores con más frecuencia que cualquier otro fenómeno natural desde que empezó el mundo; y la incredulidad despertada por exposiciones repetidas de impostores es acompañada en las mentes de muchas personas sensibles por el temor y miedo a que las cosas sagradas sean manchadas con barro.


“La medida de la grandeza del Dr. Hamilton es que, sabiendo estas cosas, y habiéndose satisfecho de la autenticidad de ciertos hechos que había observado, habló y escribió sobre eso. También continuó sus experimentos con la integridad de su carácter y la exactitud de su trabajo, convicción llevada a muchos de sus hermanos de profesión tanto hombres como mujeres. En su honradez colocó su fuerza. Nunca afirmó más allá de su conocimiento, pero nunca escondió lo que sabía.


“Cuando los fenómenos psíquicos sean totalmente apreciados y ubicados en su lugar en el orden del Universo, los pioneros quienes persistieron en un examen científico de los hechos, como Schrenck-Notzing, Geley y Hamilton, recibirán de todo el mundo el reconocimiento que, sobre otros temas ya han sido concedidos por sus compañeros de trabajo, Crookes, Richet y Lodge."


Como conclusión de este breve relato de la vida y del trabajo de mi padre, me gustaría compartir con mis lectores la oración sumamente emotiva que el Dr. W. T. Allison, su amigo más cercano, dio en el entierro de mi padre el 9 de abril de 1935, en la iglesia de Winnipeg.


“O Dios, quien has dado un lugar de morada a todas las generaciones, que eres fuente de toda vida y amor, estate cerca de nosotros en esta hora cuando meditamos la transición misteriosa que llamamos muerte.


“Estamos reunidos hoy para realizar los ritos para un querido hermano, que llena nuestros corazones de conformable divinidad. Aunque nosotros andemos por un valle aislado, las colinas eternas que están más allá son de brillante resplandor. Y aunque nuestros corazones están solos, creemos que la memoria de él pasará pronto a aquel Reino más grande,  que abarca un acercamiento mayor al Verdadero amor que podemos comparar con el de la tierra.


“Entonces venimos hoy, no como aquellos sin esperanza, no como los que no tienen un anclaje a lo que hay detrás del velo, no como los que no tienen ninguna visión de los que han entrado en el mundo de luz.”


“Y agradecemos a Ellos por el fuerte sostén que nuestro hermano tenía sobre las verdades eternas. Agradecemos a Ellos su alegría desbordante, su vigoroso y amable carácter, su vida plagada de servicio al enfermo, en su devoción a la Iglesia y en sus años de paciente investigación para convencer a la humanidad que el sueño de santos y sabios es maravillosamente cierto, que otro mundo está sobre nosotros como un aliento, que estamos rodeados por una nube de testimonios que miran sobre nosotros con ojos más grandes que los nuestros, y que hacen una concesión por todos nosotros.”


“Señores, nosotros creemos. Que Ellos nos ayuden en nuestra incredulidad. Este es el rezo para que la profundidad de las alma se alegre por nuestro trabajo infatigable, para que la Verdad de Ellos sea asegurada para nosotros ante la muerte.”


“En la Verdadera Sabiduría Infinita que no tenemos en nuestra vida terrenal, está la Verdad, constructora de la fe cristiana. Y sabemos que su trabajo de vida ha sido la bendición de miles, y seguirá reforzando corazones en los futuros años. Él ha sido llamado para atender a lo más alto y 

'La gran feria de Inteligencias
Esa gama encima de nuestro estado mortal,
En círculo alrededor de la puerta bendita
Lo ha recibido y le dio la bienvenida'.


“Y nosotros que lloramos la pérdida de un marido, un padre, un amigo, saludemos la resignación con ellos en el trabajo con la otra esfera. Convénzanos toda la belleza y bondad, la necesidad de ser preparados para la visita del Ángel exterminador.”


“Debemos serenarnos para estar listos para el gran acontecimiento. Porque, debemos vivir cada día como si fuera el último, para que viviendo para morir, nosotros seamos como Él.”



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