CAPÍTULO 3: CLASES DE MEDIUMNISMO FÍSICO
- T. Glen Hamilton -
¿Qué es un teleplasma? ¿cuál es su fuente? ¿en qué parte del
cuerpo del médium surge, y en qué parte se retira?¿Cuál es su color, textura,
grado de organización y su destino?
El conocimiento de esta sustancia es pobre. Lo poco que hemos sido
capaces de descubrir viene de estudiar las fotografías y las apreciaciones
médicas del Dr. Hamilton en cierto modelo insólito de comportamiento de los médiums
en trance.
Acerca de la fuente (y la sugerencia de que su origen está
relacionado de alguna forma con la actividad muscular anormal), el Dr. Hamilton
escribió:
Durante el desarrollo de una sesión, Mary M. podía ser oída
haciendo un peculiar rechino, jadear, toser o sonidos de ahogamiento, que
sugieren que sus órganos digestivos y respiratorios estaban siendo afectados, lo
que era un factor inquietante en cada caso. De vez en cuando, después de que la
sesión había acabado, ella se quejaba de tener náuseas y a veces vomitaba un
moco blanquecino con espuma. A veces durante la sesión suspiraba de forma
fatigosa, en otras ocasiones gemía como con una angustia física. Cuando esta
clase de reacciones se producían con frecuencia y la masa no aparecía como en
los experimentos cuando surgía el teleplasma y era fotografiado, llegamos a la
conclusión de que el organismo de Mary M. había “utilizado” lo que se llamó un “negativo”,
estas sesiones eran de prueba, para la obtención de un buen resultado en el
final de una serie de las mismas.
“Los rasgos excepcionales expuestos por el médium auxiliar ‘Ewan’
son también significativos. Estos eran contracciones frecuentes espasmódicas de
los miembros, contracciones musculares y de vez en cuando respiración
acelerada. Había ocasiones también en que las respiraciones de este médium extremadamente
tenues, y aún a veces cesaban completamente durante varios segundos, para
reanudarlas con gran esfuerzo y una inspiración profunda, como si los músculos
respiratorios estuvieran próximos a un estado de espasmo. También se producía
un gimoteo, sollozos y de vez en cuando violentos jadeos, indicativos de un
estado al parecer de angustia atormentadora. Otras veces estas reacciones de
Ewan invariablemente eran producidas en un grado marcado varios minutos inmediatamente
antes de que una masa apareciera y mientras estaba siendo fotografiada; también
manifestaba algunas o todas estas reacciones de vez en cuando durante los
experimentos preliminares. Esto indicaba claramente que este hombre estaba en
mitad de la producción, no sólo al final de la sesión entera de experimentos;
el resultado de todo esto no terminaba con la manifestación de un teleplasma
sobre o cerca de su cuerpo, sino cerca o sobre el cuerpo de la médium Mary M. o
separado completamente de cualquiera, dentro de la habitación.
“La médium auxiliar Mercedes también exponía rasgos anormales
durante el trance. En muchas ocasiones pasó espontáneamente del sueño del
trance ordinario a un estado en el que la musculatura entera de su cuerpo y
miembros llegó a ser espásticamente fija, semejante a lo visto en condiciones
tónicas severas. En la fase inicial de este estado los reflejos rotulares eran
exagerados, las coyunturas se volvían inmóvibles, las mandíbulas apretadas, el
pulso lento, los ojos firmemente cerrados, los globos oculares insensibles al
tacto, y la respiración casi imperceptible. De vez en cuando a este estado de
rigidez le siguió una etapa todavía más profunda, parecida al rigor mortis. El conocimiento y la
sensibilidad estaban en completa suspensión. Era un sueño increíblemente
profundo, probablemente estrechamente relacionado con ciertos estados
catalépticos vistos en algunos sujetos bajo el estado profundo de hipnosis,
durando por lo general entre ocho a diez minutos, y en ocasiones al menos duró
durante quince minutos después de que la sesión hubiera terminado. En cada caso
este trance como de muerte era precedido o acompañado de manifestaciones de
gran magnitud (como los descritos en los capítulos 10 y 11). Mercedes volvía al
estado normal de manera inversa a como había entrado, es decir, la rigidez
comenzaba a disminuir, la respiración reasumía su flujo normal, el pulso, tanto
en frecuencia como en intensidad volvía a su estado normal. Ella otra vez pasaba
a su estado ordinario de trance, bastante inconsciente de la experiencia que
acababa de pasar. Recuperado un nivel aproximado al conocimiento normal, con
frecuencia se quejaba de tener bastante frío y a veces náuseas, sobre todo si
el estado cataléptico había durado durante mucho tiempo. A veces ella se mostró
semi – aturdida hasta que abandonaba la habitación de la sesión, pero nunca
logró volver a su estado normal de equilibrio mental perfecto después de un
corto periodo. En la medida que he sido capaz de descubrir, ningún otro médium
físico hasta ahora ha revelado tan profunda y tan amplia condición cataléptica
como la que acabo de explicar. Como los fenómenos resultantes de esta amalgama
particular de médiums fueron materializaciones, aparte de la médium Mary M.,
sin mostrar ninguna conexión con ellas, nos obliga a asumir que el organismo de
Mercedes debería ser el suministrador de los productos creados por otro médium del
grupo, y estos productos estuvieron disponibles sólo cuando ella estaba en un
estado sumamente pasivo, en un trance cataléptico.
“Otro rasgo excepcional del grupo de Mary M. fue que a menudo los médiums
expusieron movimientos rítmicos de sus manos y pies, frotamientos o golpes con
sus manos o con las paredes de madera del gabinete, o el frotamiento de sus
brazos con los asistentes adyacentes o con otro médium. Era una manifestación muy
curiosa, pero los resultados obtenidos nos condujeron a creer que estos
movimientos rítmicos fueran, como los mandos decían, causantes de la liberación
de ‘fuerzas’ no disponibles de otra forma.
“Otro rasgo insólito del trabajo fue que de las treinta o más
personas que participaron como asistentes por algún tiempo o de manera regular
durante nuestros experimentos, tarde o temprano, casi la mitad tuvieron
reacciones de una u otra clase, especialmente cuando la aparición de la masa
era inminente. Sus manos podrían ponerse frías y húmedas; podían sentir
“telarañas” sobre sus caras o alguna otra parte del cuerpo; podían experimentar
sensaciones de temblores; incomprensiblemente podían sentirse mareados, como si
de pronto fueran privados de su vigor físico normal. Cuando la sesión
terminaba, muy a menudo experimentaban un sentimiento de agotamiento nervioso y
físico diferente al ordinario. En resumen, había una excelente razón para creer
que muchos de nuestros asistentes, en algunos casos sin que fueran conscientes
de ello contribuirían en la producción de estas extrañas masas teleplasmáticas.
“Esta suposición también se apoyada en el hecho adicional de que
raras veces la exteriorización ocurría en presencia de poca gente. También
encontramos como regla general que la mayor magnitud del fenómeno, tenía
relación con el mayor número de sesiones anteriores a su manifestación. Esto
nos condujo a asumir que Mary M. producía los teleplasmas como resultado de un
proceso de acumulación y almacenaje de material desconocido a lo largo de un
periodo considerable de tiempo. Tal material al parecer era adquirido de cada
fuente psíquica dinámica disponible en una serie de sesiones consecutivas.
“Estas conclusiones de ningún modo se limitaban a las
investigaciones de Winnipeg. Schrenck-Notzing escribió que vio una sustancia
floculante que era emitida por la boca de Eva C., y comentó que su aparición era
acompañada por ‘profundas respiraciones y esfuerzos convulsivos musculares ’, y
que sus músculos mostraban una tendencia a la contracción.” (1)
“En otro comentario escrito en el mismo sentido, el Dr. Gustave
Geley dijo: ’Los fenómenos aparecen (cuando aparecen completamente) después de
un intervalo variable, a veces después de mucho tiempo, una hora o más. Siempre
comienzan por sensaciones dolorosas de la médium. Ella suspira, gime en forma irregular,
como una mujer durante el parto. Estos gemidos son mayores cuando la
manifestación comienza a aparecer. Y disminuyen o cesan totalmente cuando se ha
completado’. (2)
“Perturbaciones respiratorias anormales también han sido
observadas con la médium de Boston. En compañía del Dr. L. R. G. Crandon y del Dr. Mark Richardson, he observado el descenso de las respiraciones de
Margery, tan bajas como cinco o seis al minuto, una condición que, bajo
circunstancias ordinarias, indicaría un cercano desvanecimiento físico, o si es
observado bajo la anestesia profunda de un paciente, sería considerado como una
condición sumamente grave y de inmediata atención.
“Pensando en el comportamiento durante
el trance del médium Ewan, cito el trabajo de Osty con Rudi Schneider: ‘cuando
la luz blanca era apagada, Schneider quedaba silencioso en su silla. Después de
un lapso de dos a cinco minutos, temblaba varias veces, su respiración se
suspendía y luego de pronto tomaba una frecuencia muy alta, que seguía durante
el resto de la sesión, excepto en varios momentos cuando Rudi hacía breves
comentarios, y en ciertos periodos, pocos en número, la respiración cesaba
completamente entre treinta a sesenta segundos... En cuanto entraba en estado
de sonambulismo, Rudi respiraba con una rapidez extraordinaria, no obstante su
musculatura entera estaba contraída. En estas condiciones trabajaba para
producir la exteriorización de “la fuerza” de la que produciría la sustancia
invisible dada al Dr. Osty para observarla... Cuando la producción de la
sustancia se hacía difícil, se lo
sujetaba por los brazos en lugar de las muñecas, y él con sus manos frotaba con sus manos al
quien lo controlaba... Rudi, durante el trance, explicaba este acto: ‘Es el
médium quien aporta el poder en primer lugar, pero si le falta, debe tomarlo de
los asistentes.” (3)
“Tanto los experimentos de Osty –
Schneider como los de Mary M. indican la posibilidad de que otras personas
además del médium puedan contribuir en la sesión físicamente, y que uno de los
métodos de captación de esta contribución sea el frotamiento de las manos del
médium o mediums.”
“El surgimiento de investigaciones
independientes continuaron en partes diferentes del mundo con mediums
diferentes; estas conclusiones simutáneas indicaban que los hechos
fundamentales eran de gran importancia para la ciencia que no puede permitirse
el lujo de ignorarlos. Los investigadores médicos en telecinesis y teleplasmas trabajan
sin ser conscientes de que han suministrado la primera prueba a la metapsíquica
del mediumnismo genuino. Todos los médiums que producen fenómenos genuinos
tarde o temprano revelan signos inequívocos de que experimentan perturbaciones
verdaderamente fisiológicas y psico fisiológicas, básicamente en todos ellos
las mismas y sobre las que ellos no parecen tener ningún control”. (4)
En cuanto al color y a los puntos de
aparición, la posición, la desaparición, encontramos lo siguiente:
Con Mary M. a la sustancia fotografiada se
le asigna un color blanco. Áreas negras en el material aparecieron raras veces.
La sustancia pareció ser emitida principalmente de las cuencas de los oídos, la
nariz, la boca y de vez en cuando de los pechos. El punto del acontecimiento, o
la posición que estuvo todo el tiempo de la exposición, generalmente fue en la
región de la cabeza, los hombros y el pecho. Muchas veces la masa fotografiada
apareció a varios pies de la médium. El punto de retroceso – donde la masa era
reabsorbida y entraba de nuevo en el cuerpo de la médium – fue deducido por el
estudio y comparación de fotografías consecutivas en diferentes momentos. En
tales casos la masa en la segunda fotografía parecía ser un residuo de la
primera. Los observadores continentales a veces veían la vuelta del material
por vía del orificio por el que había surgido, mientras que otras veces comentaron
que el material desaparecía a la vista en el aire, igual que una nube
desaparece. Geley escribió:
“La desaparición de formas
materializadas es tan curiosa como su formación. Esto es a veces instantáneo;
en menos de un segundo, la cosa tocada desaparecía a la vista. En otros casos la
desaparición ocurría gradualmente. Uno puede observar la vuelta de la sustancia
original y su reabsorción en el médium por los mismos cambios que cuando surge
su desarrollo, pero en un orden inverso. En otros casos, la desaparición puede
ser vista poco a poco, no de vuelta a la sustancia amorfa, pero una disminución
progresiva de las características perceptibles. La visibilidad poco a poco
disminuye, los contornos de la cara del ectoplasma se van borrando y
desaparece.” (5)
Tanto la aparición y la desaparición, la
disposición final y el destino del teleplasma después de la reabsorción en el
cuerpo del médium, son asuntos que todavía conocemos y sospechamos muy poco.
Lo revelado por los datos de Hamilton
fueron los grados de organización y las texturas. Ya ha sido dicho que los
teleplasmas asumían muchas formas y moldes. Nosotros los clasificamos según los
grados de organización:
1. Inorganizado o sin forma. 2.
Semi-organizado, donde la forma revela de alguna manera una manipulación
inteligente. 3. Utilitarista, mostrando un empleo inteligente de las
propiedades físicas de la protuberancia. 4. Los plasmas diferenciados.
Las masas inorganizadas comúnmente
ocurrían una o dos sesiones antes de las formas más complejas. En opinión de
las inteligencias direccionales, tales masas eran simplemente prueba, solían
averiguar si la materia juntada para el fenómeno en particular era buena para
utilizarla de la manera deseada. Tales protuberancias inorganizadas sumaron
poco conocimiento de la sustancia ya estudiada en otras masas. Serán
mencionadas por su relación cronológica con las masas organizadas con las que
ellos respectivamente estuvieron asociados.
Los plasmas utilitaristas parecían haber
sufrido una alteración deliberada en el arreglo de las partes de sus componentes.
Tales alteraciones generalmente causaban un efecto imitativo de algún objeto,
como una mano o un barco, o un cambio del plasma rebelaba las áreas
diferenciadas que eran una ventaja para la fotografía. Estos procesos que tienen
como resultado lo anterior son llamados “imitativos” y también “intencionales”.
En contraste con estos dos tipos de
plasmas estaban los que contenían áreas de material que era fotográficamente (y
probablemente biológicamente) similares a manos y caras humanas.
Una quinta clasificación algo anormal de
materializaciones incluye pelo, velos, ropa, que llegó a ser de algún modo un objetivo
en el ambiente experimental y suficientemente fotografiado, y que probablemente
fue traído al campo de la observación por medios diferentes a los utilizados en
la teleplasmia. Schereck-Notzing y Richet incluyeron este último grupo en su
definición de teleplasmas. Recomendamos su exclusión hasta que su origen y
ocurrencias sean mostradas más claramente como semejantes a los verdaderos
teleplasmas.
La estructura fibrosa de los plasmas de
Mary M. es un estudio más interesante y al mismo tiempo más difícil que los
datos permitidos por las fotografías. Uno tiende a una revisión detallada de
las fotografías para distinguir si es posible cualquier relación entre la
fibrosidad de la sustancia y el estado de organización plasmática. La evidencia
mostrará que las variaciones de fibrosidad parecen ocurrir con la formación de
contornos, hendiduras y superficies que dan al teleplasmas sus modos de
organización.
La compactación de la fibra varía
extensamente. En el tipo común amorfo, la mayor parte del material parece ser
compuesto de fibras aleatoriamente cortas. En otro tipo, la fibra y el grano
muestran una estructura estriada, pareciéndose a una hoja o material similar.
Los hilos relativamente gruesos del teleplasma pueden formar, en algunos casos,
una red que se entrelaza.
Uno puede intentar aproximarse a la
densidad de la fibra y la cohesión interna del plasma basándose en la textura.
La cohesión plástica puede ser deducida de la presencia de los hilos que unen
los contornos o superficies creadas por la manipulación, ya que la presencia de
tales hilos indica que la plasticidad es bastante alta para resistirse a la
acción rasgadora de la manipulación. Algunas masas parecen estar colgando del
aire. Tales ejemplos deben ser estudiados con cuidado para indicar el método
por el que el material es sostenido en esta posición.
El Dr. Hamilton obtuvo aproximadamente
trescientas exposiciones de cincuenta y dos teleplasmas diferentes.
Aproximadamente treinta de estos cincuenta y dos han sido escogidos para las
ilustraciones fotográficas de este informe. La tabla siguiente indica la
distribución de los diferentes tipos.
Teleplasmas de Mary
M.
clasificados según su
grado de organización
|
||
Tipo
|
Fotografiados
|
En el texto
|
Todos los Grados
|
52 (6)
|
30
|
Sin Organización
|
19
|
7
|
Imitativos
|
10
|
7
|
Utilitarista
|
3
|
3
|
Diferenciado
|
21
|
13
|
El número más grande de excluidos fueron los inorganizados, que en
nuestra opinión eran los menos importantes e interesantes. Sólo han sido
excluido tres de los imitativos y ocho plasmas diferenciados; hay un ejemplo de
las cinco materializaciones de “velos”.
REFERENCIAS
(1)
Schrenck-Notzing, op. cit., p. 52.
(2) Geley, op. cit., p. 183.
(3) Eugene Osty, "The Unknown Power of Spirit Over Matter". M. L. Hamilton (traductor). Informe presentado ante el Instituto Metapsíquico de Paris, reportado en la revista Je Sais Tout de París, en junio de 1932.
(4) T. G. Hamilton, ibid.
(5) Geley, op. cit. p. 189.
(6) Este número no incluye nueve exposiciones de teleplasmas fotografiados dos veces.
(2) Geley, op. cit., p. 183.
(3) Eugene Osty, "The Unknown Power of Spirit Over Matter". M. L. Hamilton (traductor). Informe presentado ante el Instituto Metapsíquico de Paris, reportado en la revista Je Sais Tout de París, en junio de 1932.
(4) T. G. Hamilton, ibid.
(5) Geley, op. cit. p. 189.
(6) Este número no incluye nueve exposiciones de teleplasmas fotografiados dos veces.
INTRODUCCIÓN, PREFACIO, CONTRAPORTADA, C1, C2, C3, C4, C5, C6, C7, C8, C9, C10, C11, C12, C13, C14, C15, C16, C17