1920
En Mayo de
1920 fue elegido Secretario de Manitoba Medical Society.
Él perdió su asiento ese
año en la sede Provincial.
Los meses pasaban y en Octubre
de 1920 el impacto de la profecía aparentemente fantástica había comenzado a
desvanecerse el Dr. Hamilton otra vez hizo unas lecturas en el campo de lo
psíquico de hombres como Hyslop, Lodge, Sir William Barrett, Crawford, y
Flammarion.
De vez en cuando leyó
algunos libros un poco más espiritistas como ‘Cartas de Julia’ ('Letters From
Julia') de W. T. Stead, ‘Tierras Altas del Cielo’ ('The Highlands of Heaven')
de Vale Owens, ‘La Muerte no Existe ('There Is No Death') de Florence Maryat, y
desde luego siguió leyendo su favorito de todos los tiempos, Patience Worth.
Él no estaba listo para
investigar algún fenómeno, pese a todo.
Él recientemente había
fundado Manitoba Medical Bulletin, un pequeño boletín para mantener informados
a todos los doctores de la provincia sobre los acontecimientos médicos,
quirúrgicos y farmacéuticos.
También
realizó muchos servicios sociales abandonados durante su periodo de legislatura
En Octubre se hizo Miembro del American College of
Surgeons.
Y
ahora la puerta al trabajo psíquico comenzó a abrirse otra vez.
A
principios de la tarde del 20 de Octubre de 1920, tres personas de improviso
pasaron por la casa del Dr. Hamilton para charlar. Ellos eran de Earnest Court,
un Englishman (Erudito Inglés), el subsecretario de Manitoba Medical Society, y
su hija en edad escolar.
También estuvo su pequeño amigo Scots
y la Sra. Poole, quien hacía mucho tiempo había sido considerada como un miembro
más de la Familia Hamilton pero que no conocía nada de la investigación
psíquica o Espiritista, y que había tenido poca escolarización, de hecho sabía
hacer muy pocas cuentas, leía libros de adolescentes y las cartas que escribía
se podían leer, pero a menudo las palabras estaban mal escritas y los signos de
puntuación estaban totalmente ausentes.
[ Foto de Elizabeth Poole]
[ Foto de Elizabeth Poole]
[ Foto de Elizabeth Poole durante una sesión]
Durante la noche, por casualidad, el
Dr. Court
introdujo el tema de las investigaciones psíquicas, respecto a las cuales los
Hamilton habían tenido cierto interés. Les preguntó si alguna vez había
intentado la mesa giratoria, un viejo juego de salón, que había visto en el
Viejo Mundo, y que él habían experimentado una vez; y que, de vez en cuando, él
dijo, sacó a la luz diversas afirmaciones que no eran fáciles de explicar por
alguna de las vías ortodoxas conocidas , y en algunos casos daban indicios de
ciertas comunicaciones fundadas con personas muertas.
Intrigado
por la descripción del Dr. Court y los resultados que a veces había obtenido en
ese simple experimento, trajeron una pequeña mesa de madera – aproximadamente
del tamaño de una banqueta ordinaria de piano – a la habitación.
Para
su total asombro, mientras se sentaban en los cuatro lados de la pequeña mesa,
con las puntas de sus dedos tocando ligeramente su superficie, la mesa se agitó
como si una mano gigante la moviera. Pronto comenzó a palpitar arriba y abajo,
inclinándose sobre dos patas de una manera agresiva y decidida.
El
Dr. Court sugirió que el Dr. Hamilton repitiera el alfabeto. Así lo hizo,
empezando por “ a, b, c, d,…’ una y otra vez, la mesa se inclinaba e iba
indicando la letra correspondiente. La madre de Lillian, la Sra. John
Forrester, tomaron las letras indicadas. A continuación el proceso se repitió.
Era una forma laboriosa y requería mucho tiempo para recibir un mensaje.
Después
de unos minutos la mesa se detuvo. Las luces se encendieron y se vio el
mensaje:
La
mesa había transmitido un mensaje supuestamente de Myers, quién reclamó ser el portavoz principal.
“Platón libro
10 … Alegoría muy cierta … Lea a Lodge … Confíe en su sensación religiosa …
Myers … Myers y Stead están aquí… Stead contesta a las preguntas del doctor …”
Al principio la
undécima palabra había sido registrada como “religión”, y la mesa indicó con
una especie de movimiento en sacudida que la palabra estaba equivocada. El Dr.
Court, entonces preguntó si la palabra era “religiosa”. La mesa dio tres golpes
ruidosos, que fueron tomados como una aceptación.
Esta referencia
a la “sensación religiosa” de Lodge, fue algo muy interesante para los
Hamiltons, el Dr. Hamilton ese mismo día había comprado el libro "The Substance of Faith" (La
Sustancia de la Fe), escrito por Lodge, que todavía no estaba desempaquetado.
Este hecho no era conocido por los demás.
El décimo libro había sido
indicado por diez inclinaciones de la mesa.
Los Hamilton no tenían ningún
conocimiento acerca de los trabajos de Patón; ellos no sabían en el momento de
la sesión que “La República” tenía diez libros, pero ellos habían leído a Myers
en su "Human
Personality and Its Survival of
Bodily Death" (Personalidad Humana y Supervivencia Corporal a la Muerte)
Ellos fueron los únicos presentes que
se dieron cuenta de la importancia del nombre, y mentalmente preguntaron: “¿Puede
ser Myers?”
[ Foto de F. W. H. Myers - sin fecha]
La conversación de después de la
sesión fue grabada por Lillian Hamilton, la misma noche – no es literal, pero
es suficiente para dar una idea del significado.
Dr. Hamilton: (a Mr. Court) “¿Hay
diez libros de Platón?”
Mr. Court: “Sí”
Dr. Hamilton: “¿Qué cree usted que
puede significar este mensaje?”
Court había leído la República de Platón, y dijo que en el 10
estaba su famoso mito de la caverna, por el cual el filósofo dio a conocer su
creencia en que el mundo físico aparentemente es como las sombras, por así
decirlo, de una realidad más duradera y que constituye el mundo por venir.
En palabras de Mr. Court: “Este
famoso mito de Platón, simboliza la irrealidad de este mundo, en comparación
con la realidad del siguiente. Cuenta la historia de unos hombres encadenados
en una caverna, contemplando las sombras proyectadas sobre un muro por la luz
de un fuego.”
Si Myers estaba viviendo, como él
decía estar, entonces, posiblemente, también pueda representar el mundo de los
sentidos en el que vivimos, comparándola con la vida que lleva ahora en un
estado más evolucionado.
Myers parecía estar diciendo que en
su nuevo estado como desencarnado encontró las enseñanzas verdaderas. Sugirió,
además que leyera a Oliver Lodge y confiara en su sentido religioso. También
añadió que le ayudaría a comunicarse con el famoso periodista W. T. Stead,
quien había muerto como uno de los pasajeros que se hundió con el Titanic en
1912.
Los Hamiltons conocían a Lodge y sus
creencias sobre la vida después de la muerte, y la posibilidad de la
comunicación entre los dos estados bajo ciertas circunstancias peculiares.
Ellos también conocían a Myers y habían leído su 'Human Personality and Its Survival of
Bodily Death', pero no conocían nada de Platón.
De
hecho, ninguno de los asistentes, a excepción de Court, sabía nada de los
trabajos de Platón.
La
Sra. Poole no tenía ningún conocimiento de Platón, Myers o de cualquier otra
literatura relacionada con los psíquicos.
¿Qué
significaba todo esto?
¿Quiénes eran los
comunicadores?
F.W.H. Myers nació
en 1843 y murió en 1901, justo dos años antes de que el Dr. Hamilton se
graduara de su Licenciatura de Medicina.
Fue educado en la Cambridge University, y creía que cualquier estudio sobre la mente
humana debe abarcar la completa experiencia humana, de todos los fenómenos
normales, y además toda la amplia gama de aquellos que son considerados
fenómenos anormales.
Después
de que la comunicación con su primera esposa, Myers se convenció de la
supervivencia del ser humano.
Fue
conocido por sus estudios sobre la mente inconsciente, la disociación del
conocimiento subconsciente y por su investigación psíquica.
Myers
escribió entre los años 1880 y 1890 sobre los sueños, alucinaciones,
creatividad, el genio, la histeria, la personalidad múltiple, las apariciones,
el mediumnismo físico de trance, la escritura automática, la telepatía y la
hipnosis.
Todos
estos fenómenos implicaron lo que Myers llamó “automatismos”, es decir, la
entrada del conocimiento de material latente subconsciente o procesos
subliminales motores que permitían superar las barreras del conocimiento normal
que se habían hecho inestables y permeables.
Myers
había tratado de demostrar la conexión entre todo y los procesos psicológicos
normales.
Creo
la teoría del yo subconsciente o subliminal. En esta teoría nuestra conciencia normal
es sólo parte de un pequeño subconjunto de una individualidad más grande que
uno mismo. Es el ambiente que evoca los aspectos específicos del inconsciente
que surge para responder a las circunstancias de la vida ordinaria.
Esta
interpretación era muy diferente a los conceptos del modelo de Freud y su
represión.
Freud
y otros vieron estos fenómenos subconscientes como algo anormal o poco
saludable. Myers creyó que todos esos aspectos eran el resultado de un proceso
psicológico básico, es decir, la relajación de las barreras del inconsciente y
de las áreas de la mente consciente.
Estos
mecanismos pueden tomarse como algo beneficioso o no.
Escribió
numerosos libros sobre sus investigaciones: 'Phantasms of the Living'
(Fantasmas de los Vivos) en 1886; and
'Science and the Future Life' (La Ciencia y la Vida Futura) en 1893; y
'Human Personality and Its Survival of Bodily Death' que fue publicado póstumamente en 1903.
En el libro de 'Human Personality
and Its Survival of Bodily Death' (La Personalidad Humana y Su
Supervivencia a la Muerte Corporal) es a menudo con justificación, un
‘clásico’.
Fue resaltable que ese fue el
último libro que acababan de leer el Dr. Hamilton y Lillian con gran interés, y
que Lillian se convenció de la verdadera afirmación de Myers, de que los seres
humanos sobreviven a la muerte física, en algún estado de conciencia.
La mayor parte de la vida de Myers
fue dedicada al estudio de asuntos psíquicos. Ayudó a fundar la Sociedad para la Investigación Psíquica
(Psychical Research Society) en 1882
Escribir sobre
la posibilidad de que la gente poseyera un alma era un acto muy atrevido para
cualquier científico cuando Myers escribió el libro. Se arriesgó aún más al
afirmar que el alma puede sobrevivir a la muerte del cuerpo humano. La ciencia
se encontraba bajo el hechizo de un nuevo “materialismo” que sólo permitía
fenómenos medibles para su reconocimiento y estudio real.
La física estaba repleta de
vanidad y orgullo, que permitía a los científicos famosos el lujo de exponer la imposibilidad de que volara
algo más pesado que el aire, pero se tendrían que comer sus palabras.
El comerse las propias
palabras es algo bastante común públicamente. Le ha ocurrido no sólo por las
órdenes religiosas como la Iglesia Católica después del debacle de Galileo,
sino también por los protestantes y diversos ateos.
Esto es uno de los aspectos
más agradables y divertidos en la vida de aquellos que en sus mentes tiene la
motivación de la comprobación y la esperanza de la investigación antes que la
evasión y la traición del terrible desconocimiento.
En esta atmósfera de
orgullo, Myers fue uno de los primeros en reconocer la percepción
extrasensorial como un fenómeno normal de la psicología humana.
William Stead Thomas nació
el 5 de Julio de 1849 y murió el 15 de Abril de 1912. Fue hijo de un ministro
Congregacional y se convirtió en un periodista de renombre mundial. Sus abuelos
tenían una ganadería.
[ Foto de W. T. Stead]
A la edad de cinco años él podía leer
latín casi tan bien como podía leer el inglés. Su padre le enseño y a esa
altura también estaba bien informado de la Sagrada Escritura.
Stead catalogó sus intereses como el
ciclismo, paseo en bote y jugar con los niños.
Tenía un profundo despertar religioso
en su vida temprana y fue gran parte por su labor periodística dedicada a la
erradicación de los vicios de la alta sociedad y el acomodamiento. Al parecer
él tomó los preceptos de Jesús muy seriamente.
Era más famoso que la mayoría de los
hombres de estado y el periodista más famoso de su época.
En su época el Imperio Británico se
hundía en su camino por la revolución industrial. El Capitalismo se estaba
afianzando, la corrupción y la inmoralidad eran abundantes y la pobreza se
hacía cada vez más crónica, más que ninguna vez antes en el Imperio. Stead se
arremangó la camisa y atacó a este “diablo” con entusiasmo. Parecía que tenía
una energía inagotable.
Trabajó a favor de los pobres,
marginados y oprimidos, y para este fin, él quiso avanzar en las causas de justicia
social, igualdad y moralidad.
Sus ataques por
las viviendas precarias pedía una legislatura que mejorara la situación.
Él era
partidario de vivir en acción pública para ayudar a los pobres y a
cualquier amigo de Glasdstone, así como
influir en mucha gente del mundo entero. Stead estaba en contacto con los
reyes, emperadores y hombre de buena posición de cada nación, a pesar de ser un
redactor de un periódico que estaba lejos de los centro de poder. Fue una gran
influencia en el periodismo contemporáneo de su época y un pionero en la prensa
sensacionalista, entusiasmo que se originó en la “entrevista” al estilo de su
entrevista al General Gordon 1894.
También fue
creador de la moderna técnica de crear un evento de prensa en lugar de sólo
presentar informes.
En 1885 comenzó
una cruzada para acabar con la prostitución infantil; y en el proceso él
‘compró’ un niño, Eliza Armstrong, la hija de trece años de un deshollinador
para mostrar la facilidad con la que se podía comprar niños para la
prostitución. Como resultado de esta acción fue encarcelado durante tres meses;
pero sus escritos sobre la experiencia influyeron en el cambio de edad de
consentimiento al pasar de 13 a 16 años, además de otros cambios.
Stead no
culpaba a las prostitutas. Sabía dónde estaba el problema y atacaba a las casas
elegantes que eran el resultado de las pasiones de los ricos que hacían que
existieran las prostitutas.
Por lo tanto ¿qué pasó entonces?
Stead fue el
mensajero que llevaba malas noticias al rey – por decirlo de alguna forma – el
siguiente evento de su vida parecía que
fácilmente sería predicho.
Stead fue
encarcelado por secuestro y asalto indecente.
Fue condenado sobre la base de
que no había logrado obtener el permiso para la compra de la niña al padre. El
padre no fue acusado de vender a su hija. Esto por sí solo nos dice todo lo
que tenemos que saber sobre el entorno
social y legal en el cual Stead trabajó.
Pero, por lo
general, Stead trató su encarcelamiento como un activo valioso en su vida ya que fue iluminado por la experiencia
y sus lectores fueron informados sobre las condiciones sociales de entonces. Atesoró
la experiencia como una de las formas de crecimiento de su vida. Era
simplemente incontenible. Tubo a toda su familia cerca en Navidad cuando estuvo
en la prisión y ellos generalmente “tenía su salvavidas”.
Se hizo un partidario
entusiasta del movimiento pacifista, y uno de sus portavoces principales.
No era muy
popular en muchas partes, debido a sus posturas polémicas ante los problemas;
pero de él no se puede decir que evitara una controversia cuando la justicia no
estaba del lado del pobre.
Cecil Rodas fue
inspirada según sus sugerencias y dejó una herencia en su testamento, pero
tarde o temprano Stead se cruzó con su voluntad de oponerse a la guerra Boer.
Stead era un
verdadero pacifista y activista por la paz. Su busto está en el palacio de la
paz de La Haya.
Era un
esperantista, es decir, que apoyaba la difusión del esperanto, el idioma estaba
siendo pregonado como lengua universal y
que podía romper las barreras del idioma en el mundo.
En 1881 asistió
a su primera sesión de espiritismo, donde más tarde afirmó que fue aclamado
como el “Futuro San Pedro del Espiritismo.”
En 1890 se
convirtió en el dueño y editor de Review of Reviews, y esto abrió sus talentos
al apoyo del Espiritismo. En 1891 publicó “Historias de Fantasmas Reales”
('Real Ghost Stories') y un año después publicó “Más Historias de Fantasmas”
('More Ghost Stories'). Ambas fueron empresas muy populares.
A partir de
1893 hasta 1897 editó un órgano Espiritualista
llamado “Fronterizos” ('Borderland'), en el que se mostraba
totalmente el interés por las investigaciones psíquicas.
En
1897 publicó “Cartas de Julia” ('Letters From Julia'). Pretendía ser un
registro de sus comunicaciones a través de la escritura automática de la
periodista estadounidense Julie Ames. Él la había conocido en vida y ella
mantuvo la comunicación después de que muriera de una muerte temprana.
En 1909 fundó 'Julia's Bureau', donde los
investigadores podían obtener información acerca del mundo espiritual de un
modo fácil.
Stead esbozó
las fotos de los transatlánticos y de él mismo ahogándose. Esto al parecer
había sido premonitorio, como pasó tiempo después cuando se ahogó con el
Titanic.
Fue varias
veces nominado para el Premio Nobel de la Paz. En el año que más posibilidades
había de que lo ganara fue cuando perdió su vida en el Titanic.
Stead se
dirigía a Estados Unidos en el Titanic para participar en una conferencia sobre
la paz en el Carnegie Hall a petición de William
Howard Taft. Después de que chocara
contra un iceberg ayudó a varias mujeres y niños a llegar a los botes
salvavidas y luego se sentó en la sala de clase primera de fumadores leyendo
tranquilamente mientras el barco se hundía.
Después de su
muerte él se comunicó desde el otro lado y se creó un pequeño libro de las
experiencias después de la muerte y de las condiciones que encontró allí. Esto
se hizo en 1922, justo en el momento que el Dr. Hamilton comenzaba su estudio
serio sobre telekinesia.
‘La Isla Azul’
('The
Blue Island') es un relato de sus supuestas experiencias después de su muerte. Fue
escrito por él a través de la mano de un médium, durante varias sesiones de
espiritismo. Su hija Estelle publicó este trabajo.
Con
el tiempo después de que hubiera muerto, fue ridiculizado por muchos círculos
periodísticos como un fanático o un
chiflado.
‘La
sociedad parece ser verdaderamente blanca y brillante pero por dentro está
llena de huesos de muertos y podredumbre’, Stead lo había dicho en vida. Tal
vez simplemente parafraseando a Jesús.
Estos
pues, eran los hombres que pretendían ponerse en contacto con el Dr. Hamilton
durante aquella primera sesión de espiritismo. Ellos habían mostrado un fuerte
interés por la supervivencia del ser humano y una buena voluntad de seguir la
investigación para ver donde conducía. Probablemente no era una cosa fácil
desviarlos de sus objetivos.
Sir
Oliver Lodge, fue mencionado en el mensaje, estaba todavía vivo por entonces.
Vivió desde el 12 de Junio de 1851 hasta el 22 de Agosto de 1940, y fue un
científico británico muy conocido, y que había sido activo en el estudio de la comunicación a través de la radio.
[ Foto de Sir Oliver Lodge]
Fue uno de los primeros
experimentadores en el campo de la telegrafía inalámbrica, transmitiendo
señales el 14 de Agosto de 1894, un año antes de que Marconi lo hiciera, e
inventó los dispositivos para la detección de señales de radio, así como las
conocidas “bujías”, utilizadas en los motores de automóviles de ignición.
Él desarrolló un sintonizador
variable para la detección de señales de radio y el altavoz de bobina
enrollada, que es todavía el instrumento principal para la producción de
sonido y música en las radios y receptores de televisión y de los equipos
estéreos, así como el sonido de los teatros.
También desarrolló el tubo de vacío,
que posteriormente fue llamado el tubo de vacío de Crookes, e hizo una
amplificación de las señales eléctricas gracias a el agregado de una rejilla de
alambre en el interior del tubo de vacío, que actuó con los electrones igual
que una válvula de agua actúa en el control del flujo de agua que pasa por
cierto punto. Esta invención llevaría al desarrollo de los sistemas de
altavoces.
Había escrito artículos sobre
relatividad y la contracción de Lorentz, que es acreditado al mismo Lorentz en
aquél año de 1893, alrededor de una década antes de que Einstein publicara sus
investigaciones sobre el tema de la relatividad.
Llevó a cabo investigaciones
científicas sobre los rayos, la electrólisis y el uso de la electricidad en la
dispersión de la niebla y el humo. Sus primeros trabajos todavía se usan para
la fabricación de dispositivos de control de contaminación.
Fue profesor de física a los 30 años,
presidente de Birmingham
College, y un popular conferenciante además de un precoz locutor. Heinrich
Hertz pensó que Lodge había sido el primer científico en descubrir las ondas
electromagnéticas.
Lodge escribió unos 40 libros sobre
temas tales como el éter, electromagnetismo, relatividad y comunicación
psíquica con supuestas personas fallecidas.
Fue famoso por sus estudios en la
telepatía a finales de los años de 1880 y su trabajo con médiums, de los cuales
obtuvo un convencimiento y una poderosa creencia en la continuidad de la vida
más allá del cuerpo físico.
Escribió sobre asuntos psíquicos y
fue presidente de la Sociedad para la Investigación Psíquica (Society for Psychical
Research) de Londres, entre 1901 hasta 1903.
[ Foto de Sir Arthur Conan Doyle]
Era un cristiano practicante y
escribió: “¡Estoy convencido de la existencia continuada igual que estoy
convencido de esta existencia! Él nunca dudó de esta creencia.
También fue un conocido socialista
con respecto a sus convicciones políticas.
El pasó sus años de jubilación a unas
millas de Stonehenge.
Volvamos
ahora al trabajo de Hamilton. La pregunta para el Dr. Hamilton fue exactamente
la misma pregunta que había ocupado la mente y las investigaciones de W. H.
Myers: ¿De dónde procede esa información?
Hay
varias posibilidades. La información podría haber salido de la mente del
médium, aunque esto sería poco probable,
ya que el médium apenas sabe leer ni escribir en este caso, y además no había
sido expuesta a ninguna información de las personas que pretendía comunicarse.
Tampoco tenía ninguna información sobre Platón.
La
información podría haber llegado telepáticamente a la mente de uno o de varios
de los asistentes. Pero para llegar a la mente desde otros asistentes primero
tendría que haber residido en alguno de los asistentes. Eso otra vez es
improbable; una encuesta rápida de los asistentes reveló que había un hueco
vacío de información con respecto a Platón. Cualquier conocimiento debería
haber sido de manera inconsciente.
Dos
semanas después del primer mensaje, Lillian Hamilton encontró que había una
copia de la República de Platón entre sus propios libros.
En
la REPÚBLICA se encontró que el libro
10 era un mito más apropiado según las circunstancias: era un mito que
establecía en forma de alegoría el argumento de Platón de que la vida debía
seguir después de la muerte si queremos mantener nuestra fe en la justicia del
Juez Divino, de Dios.
Aquí
ella leyó: Por citar a Sócrates: “Bien” dijo “le voy a contar la historia del
hijo de Arminius… fue muerto en batalla, y diez días después … cuando estaba
acostado en la pira funeraria, volvió a la vida y les dijo que había visto el
otro mundo.
Dijo
que cuando su alma dejó su cuerpo se fue en un viaje con una gran compañía y
llegaron a un lugar misterioso… Él se acercó y le dijeron que iba a ser el
mensajero que informara al otro mundo de ellos.
Entonces
él contempló y vio... almas… algunas subían de la tierra, polvorientas y
desgastadas por el viaje, y algunas descendían del cielo limpio y brillante…
Ellos
se adentraron en el prado donde acamparon, como en un festival, los que se
conocían se abrazaban y conversaban, las almas que llegaron desde la Tierra
preguntaban sobre las cosas de arriba, y las almas que venían del cielo sobre
cosas de abajo… aquellos de debajo lloraban y se afligían por el recuerdo de
las cosas que habían pasado… mientras que los de arriba describían las delicias
celestiales y las visiones de belleza
inconcebible…”
“Por
tanto, mi consejo es que nosotros nos mantengamos siempre en el camino de los
cielos y sigamos siempre a la justicia y a la virtud, considerando que el alma
es inmortal y capaz de aguantar cada tipo de bien y toda clase de mal. Por lo
tanto vamos a vivir queriéndonos el uno
al otro y a los dioses… y estará bien en ambos sitios, en esta vida y en la
peregrinación de mil años hasta donde hemos estado describiendo.”
El
Dr. y Lillian Hamilton estuvieron muy impresionados por la belleza y la
pertinencia del mensaje.
Es
interesante notar que durante el día de esta primera sesión de espiritismo un
libro recientemente había llegado desde Londres, Inglaterra. Estaba todavía empaquetado.
Cuando fue abierto, se encontró que el libro era de Lodge 'The Substance of Faith.'
(La Sustancia de la Fe).
Pero
la pregunta siguió atormentando: “¿De dónde venía el mensaje?”
Hubo
nada más que unos pocos asistentes y ninguno sabía nada sobre Platón, entonces
la información no podía haber venido de ellos telepáticamente.
Animado
por la evidencia del supuesto mensaje de Myers, el Dr. Hamilton y Lillian de
vez en cuando mantenían sesiones de mesas con un pequeño grupo, en la teoría de
que ya que este tipo de grupo había funcionado con éxito una vez, como una
especie de “médium”, entonces quizás otros resultados importantes podrían
obtenerse.
A
su juicio, lo que estaba ocurriendo era un fenómeno de grupo, y ellos no
estaban buscando un individuo único que fuera médium.