Jean Baptiste Vianney
Jean Baptiste Vianney (1786-1859) el cura d´Ars, un ministro
francés de profundos sentimientos religiosos y ferviente fe, cuya vida estuvo
llena de extraordinarias manifestaciones psíquicas. Construyó capillas, casas
para niños y mujeres indigentes, sin amigos, eran proporcionadas a los pobres,
cuando los medios faltaban él se basaba en la oración. No tuvo un centavo en el
mundo, sin embargo mantenía regularmente a más de un centenar de mujeres y
niños pobres, siempre en busca de ayuda y llegaba a través de la oración. Las
personas que sufrían enfermedades poco a poco comenzaron a experimentar
repentinas curaciones mientras rezaban ante el altar o hacían confesiones al
cura. Según el biógrafo, el abate Monnin, más de 20.000 personas por año
llegaban desde Alemania, Italia, Bélgica, y de todas partes de Francia, incluso
de Inglaterra para ser curados por él. Su iglesia estaba abierta día y noche,
inmensas multitudes estaban esperando durante horas y días. Omnibuses se
establecieron para trasladar a los pacientes de Lyon hasta d´Ars y Saona,
llegado a cubrirse barcos llenos de ansiosos pelegrinos. Sus poderes de
clarividencia se desarrollaron, caminaba entre la multitud y sabía sus nombres,
parentescos y las circunstancias de sus enfermedades tan rápido como él los
miraba. Durante treinta y cinco años sufrió disturbios violentos de
poltergeist.
Fuertes golpes resonaban en la puerta, una tormenta de
golpes descendió sobre las piezas del mobiliario, a veces había sonidos como si
un caballo salvaje corriera por la sala de arriba golpeando el techo con sus
pezuñas y estampando sus cuatro patas en el suelo de baldosa. En otras
ocasiones parecía que había un gran rebaño de ovejas pastando por encima de las
cabezas o un gendarme subiendo por las escaleras con sus pesadas botas. La
tesis de siempre es la de esperar sobre las perturbaciones. Alguien que se
cruza en su camino buscando consuelo en él y lo atribuyó a la envida de los
demonios por el bien que él estaba haciendo. Dijo que una vez el diablo se
entretuvo empujándolo en su habitación toda la noche en una cama con ruedas. Al
día siguiente, cuando entró en su confesionario se sintió levantado y movido
como si estuviera en un barco con mar agitada. De acuerdo con William Howitt:
"La verdad es que probablemente M. Vianney vio reducirse su cuerpo por el
ayuno, la penitencia y el enorme esfuerzo que le hizo estar abierto a todo tipo
de impresiones espirituales, en el que el diablo tendría cabida. Pero lo más
probable es que muchas de las tesis de visitantes fantasmales no fueron más que
simplemente espíritus del bajo orden que les gustaba divertirse y encontraron
la accesibilidad al cura. Muchos sin duda, como los que visitaron al Vidente de
Prevorst y se habrían alegrado de sus rezos, pero tenía completamente cerrada
aquella cabeza debida a su demonofóbia católica."
Enciclopedia de Ciencias Psíquicas - Nandor Fodor
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CURE
D'ARS, Jean
Baptiste Vianney (1786-1859) a French Minister of deep religious feeling
and fervent faith, whose life was replete with extraordinary psychic
manifestations. He built chapels, homes for destitute children and friendless
women, provided for the poor and when his means were wanting he relied on
prayer. He did not have a penny in the world, yet he regularly maintained more
than one hundred poor women and children, for help always came in answer to his
prayer. Persons afflicted with disease soon began to experience sudden cures
whilst praying before the altar or making confessions to the Cure. According to
the biographer, Abbe Monnin, upwards of 20,000 persons came annually from
Germany, Italy, Belgium, all parts of France and even * from England to be
cured by him. His church was open day and night and immense crowds were waiting
for hours and days. Omnibuses were established to convey patients from Lyons
to. d'Ars and the Saone was covered with boats full of anxious pilgrims. His
powers of clairvoyance developed to such a degree that by walking in the crowd
he could tell the names, connections and circumstances of the patients as soon
as he cast his eye upon them. For thirty-five years he was persecuted by
violent Poltergeist disturbances.
Loud knocks resounded at the gate, a
storm of blows descended upon the pieces of furniture, sometimes there were
sounds as if a wild horse were rearing in the hall below his room, striking the
ceiling with his hoofs and stamping with all four feet on the tiled floor. At
other times a great flock of sheep appeared to be passing above his head or a
gendarme seemed to be ascending the stairs in his heavy boots. He always
expected these, disturbances when someone was on his way to seek consolation
from him and attributed it to the envy of the demons for the good he was going to
do. He said that once the devil amused himself by pushing him about his chamber
all night on a bed on castors. The next day when he entered his confessional he
felt himself lifted up and tossed about as though he had been in a boat on a
rough sea. According to William Howitt: "the truth probably is that M.
Vianney had so reduced his body by fasting, penance and enormous exertion, that
he had opened himself to all kinds of spiritual impressions, in which the devil
was sure to have his share. But most likely many of these ghostly visitors were
merely spirits of a low order who liked to amuse themselves, as they found the
cure accessible to them. Many, no doubt, like those who visited the Seeress of
Prevorst, would have been glad of his prayers, had he not been so completely
shut up on that head, by his catholic demonophobia."
Jean Baptiste Vianney