Dolor local transmitido a una persona en la distancia
Una mañana hace tres años me desperté de un sobresalto,
sintiendo que me habían dado un fuerte golpe en la boca, con una clara
sensación de haberme cortado y estar sangrando por el labio superior. Aproveché
mi pañuelo de bolsillo (haciéndolo un bulto)
presioné en esa parte, cuando me senté en la cama y después de unos
segundos me sorprendió no ver sangre, y entonces comprendí que fue algo
imposible que me sucediera porque estaba en la cama tumbada, pensé que había
sido un sueño, miré el reloj, eran las 7 , busqué a mi marido Arturo pero no
estaba en la habitación, concluí con razón que habría salido al lago a navegar
con la vela. Todo estaba entonces bien y me quedé de nuevo dormida. En el
desayuno (a las nueve y media), Arturo llegó bastante tarde y me di cuenta que
deliberadamente se sentó lejos de mí, más lejos que de costumbre y llevaba
puesto un pañuelo disimulando en el labio en el mismo lugar que sentí yo el
golpe. Le dije: "Arturo, ¿por qué llevas eso?" y añadí con un poco de
ansiedad, "Sé que te has hecho daño, pero te lo explicaré después".
Él dijo: "Bueno, cuando estaba navegando, yo tenía desplegada la vela, de
repente vino una racha de viento y giró el timón de pronto, algo fue mal y me
golpeó en la parte superior del labio, estuve sangrando un buen rato hasta que
pude detener el sangrado". "¿Tienes alguna idea más o menos de la
hora que era cuando te pasó?", él respondió: "Debió ser cerca de las
siete". Entonces le conté lo que me había sucedido ante su asombro. Todo esto
está recogido en Proceedings de la Society for Physical Research.
Facts, noviembre de 1884