San Agustín, agua "magnetizada", poltergeist de Rosenheim, La agresión de los fenómenos psíquicos, Agotamiento del médium
Agotamiento del médium. Se observa frecuentemente tras una actividad paranormal: "Totalmente rota, casi paralizada, queda sentada en su silla, sus piernas muchas veces incapaces de moverse, por lo que hay que sacarla en brazos. O bien está echada inmóvil, sin sentido. El pulso muy acelerado, duro y tenso, como si quisieran estallar las arterias. La respiración renqueante. Un frío sudor cubre la sien y las manos. El costado izquierdo está en un estado hiperestésico. La mirada rígida y somnolienta. Las mejillas y las comisuras bucales caídas, la nariz puntiaguda, dan a la faz un color blanco como la cera, un aspecto envejecido, espectral. Los miembros relajados ponen de manifiesto la enorme pérdida de energía. En la orina fuerte aumento de la albúmina y disminución de la glucosa. La fuerza muscular, que es normalmente de 65 kg en el lado derecho y de 25 kg en el izquierdo, y que con ayuda de "John" (El control John King) se aumenta fuertemente durante las sesiones, cae casi inmediatamente a cero. En repentinas ocasiones se registró también una pérdida de peso. Si había comido antes de la sesión, vomita. Este estado de agotamiento no desaparece sino lentamente; en el caso de Eusapia, pasó cerca de media hora hasta que volvió algo en sí. Después sigue estando agotada, semidespierta, confundida, incapaz de comprender y responder bien a las preguntas. Necesita por lo menos un día de descanso, hasta que vuelve a estar en condiciones de realizar bien una nueva sesión". Así se expresan Morselli, Flammarion, Ochorowicz y otros respecto del agotamiento de Palladino resumido en Moser. Este agotamiento es posiblemente un indicio contra la hipótesis de que el PSI sea de naturaleza no física.
La agresión de los fenómenos psíquicos
La agresión de los fenómenos psíquicos. En la psicología profunda significa un instinto humano discutido y controvertido, que tiene sus orígenes en uno o más impulsos. La base biológica de la agresión no está aclarada. El objetivo de la agresión es la destrucción de un objeto o el dañar a una persona en algunos casos incluso a uno mismo. El psicoanálisis supone de modo hipotético, en analogía con la libido, que el instinto de destrucción es la base de la energía psíquica en que se basa la agresividad.
En muchas situaciones conflictivas se pone la acción agresiva aparentemente en el lugar de una en sí posible solución racional: en muchos casos , según parece, una consecuencia de ciertas dificultades de resolución. En casos menos frecuentes parece que la actuación sustitutiva agresiva se sirve de medios paranormales. Muchos fenómenos de apariciones de fantasmas se pueden remontar a una motivación psicológica agresiva (empleando los correspondientes test de diagnóstico personal en los supuestos agentes), es decir, el atacado por el conflicto no ve ninguna solución de sus problemas y moviliza, para ello las posibilidades parapsíquicas.
Agua "magnetizada"
Agua "magnetizada". Es agua tratada de determinada manera cuya ingestión es supuestamente saludable o que favorece el crecimiento de las plantas. Se trataba probablemente, en un principio, de un recurso auxiliar: el magnetizador que no se encontraba constantemente disponible para un determinado tratamiento, le comunicaba al agua fluido magnético (frotando la jarra o el frasco que contenía el agua, o sosteniendo simplemente la mano derecha encima del líquido), con esto disponía el paciente de una reserva de fluido. El efecto terapéutico de curas hechas con agua magnetizada no se puede entender solamente con la idea de un placebo. Ya en el siglo XVIII se realizaron, con éxito, pruebas para distinguir el agua magnetizada : había personas que eran capaces de hallar el agua magnetizada de una serie de vasos, todos ellos llenos de agua. En los casos en los que se habían tocado directamente el agua, podría pensarse en alteraciones producidas por las secreciones naturales de la piel , pero por lo general no se tocaba el agua. Hay que excluir la información telepática y el que se hayan dado señales inconscientes en aquellos casos en los que el magnetizador no estuvo presente en la prueba. No resta sino sospechar que hubo una manifestación retrocognitiva o que se produjo un efecto físico-químico: el del "fluido".
Aurelius Augustinus Hipponensis (Agustín de Hipona) - 354-430. Santo, maestro eclesiástico y obispo, procedente de Tagaste en Nymidia, África del Norte. Un hombre "que más que cualquier otro pensador desde Aristóteles hasta Kant merece un sitio de honor en la historia de la investigación psíquica". Agustín relata repetidas veces acontecimientos paranormales sucedidos en su entorno, por ejemplo, en su principal obra "De Civitate Dei", (Sobre la Ciudad de Dios, XVIII, 18) relata el caso de una persona digna de confianza, según el mismo, Agustín asegura , que una vez antes de dormirse tuvo la impresión de que un sabio que le era conocido entraba en su habitación y le explicaba ciertas cuestiones filosóficas platónicas. Más tarde se comprobó que este sabio aquella misma noche había soñado que hacía esa visita. Agustín es prudente en la explicación de los fenómenos. "Si alguien investiga las causa y efectos de estas visiones y adivinaciones y verdaderamente las entiende, preferiría conocer su punto de vista, en vez de que de mí se espere que trate personalmente el tema".