Materializaciones de
Miembros Humanos
- Gustave Geley –
Hemos podido comprobar la materialización de miembros
humanos por medio de la vista, por el contacto y por el vaciado de dichos
miembros.
1º. Comprobación de
materialización de miembros humanos por medio de la vista. – la poca luz de
que hemos dispuesto intencionalmente durante nuestras sesiones, nos ha dejado
ver pocas manifestaciones de esto. Ya hemos mencionado los bosquejos de manos
luminosas y la formación de una mano a espensas de substancia sólida emanada
del costado izquierdo del médium.
En otros casos hemos visto a una mano materializada coger
una de las pantallas luminosas e iluminar al mismo tiempo un rostro (todo ello
fuera del alcance del médium).
Otras veces vimos las pantallas sostenidas, no cogidas con
la mano, los dedos replegados formaban silueta sobre la superficie luminosa.
En la sesión del 20 de noviembre he observado el fenómeno
siguiente, que ocurrió en la segunda parte de la sesión: yo tenía cogida la
mano izquierda y el conde Julio Potocki la derecha (la vigilancia era
perfecta). Entre otros fenómenos importantes que se describirán a su debido
tiempo, vi, de repente, una mano larga y fina, al final un brazo, que se formó
ante mi vista, atravesó lentamente el círculo, pasó por delante del médium y
fue a tocar a la Sra. Geley, que asistía a la sesión y estaba colocada frente a
mí. La mano entera, el antebrazo y el brazo eran visibles. Era una mano de
hombre muy bella; la muñeca fina, el antebrazo y brazo estaban revestidos con una
gasa blanca, de pliegues longitudinales, muy regulares. (El médium llevaba
paleto negro.) Inmediatamente después del contacto percibido por la Sra. Geley,
la mano desapareció.
2º.- Comprobación de
materializaciones de miembros humanos por el contacto.- Si rara vez hemos
visto manos materializadas, al contrario, por el contacto las hemos percibido
con mucha frecuencia. Estos contactos de manos han constituido, después de las
luminosidades, el fenómeno más frecuente en nuestras experiencias con Franek.
Se han notado en todas las sesiones logradas. Lo contactos era percibidos sobre
todo por los dos vigilantes; pero también, aunque menos frecuentemente, los
notaban los demás colaboradores. Casi siempre daban la impresión de manos
humanas. Eran manos calientes, con la temperatura normal de las manos vías.
Rozaban o acariciaban especialmente las manos, los brazos o la cabeza de los
experimentadores, eran siempre contactos ligeros y suaves, nunca brutales o
violentos.
Extraigo las notas siguientes de mis actas analíticas:
Sesión del 8 de
noviembre.- (Yo sujetaba la mano derecha del médium.) Noté toques, caricias
de dedos en mi brazo izquierdo y en la cabeza.
Sesión del 11 de
noviembre. Iguales contactos, especialmente en la cabeza. (Yo sujetaba la
mano derecha.)
Sesión del 12 de
noviembre .- Percibo, además de los contactos de costumbre, el roce de un
velo en mi cara. (Yo sujetaba la mano derecha).
Sesión del 15 de
noviembre.- Con la perfecta vigilancia antes descrita (las dos manos del
médium, la mano derecha del profesor Richet y mi mano izquierda estaban
juntas), los dos vigilantes y sus colaterales percibieron los contactos más
diversos, generalmente de dedos y de manos además el roce de un velo y
contactos leves mal definidos. El profesor Richet, en su acta, ha anotado
esto:: “Cuatro o cinco veces he notado toques ligeros, como de un niño
pequeño.”
Sesión del 18 de
noviembre.- Los contactos son percibidos inmediatamente por el profesor
Richet y el Sr. A. de Gramont, vigilantes. Los otros experimentadores, aunque están
muy lejos, notan los mismos contactos.
Sesión del 20 de
noviembre.- (La vigilancia se hacía por el Sr. Flammarion a la derecha, y a
la izquierda por mí.) Los contactos se multiplicaron sobre los dos vigilantes.
El Sr. Flammarion cedió el sitio a su señora, que eprcibió las mismas
sensaciones.
Veamos lo que nos escribe la Sra. Flammaron, a propósito de
esto:
“Afirmo que durante todo el tiempo que he quedado a la
derecha del médium, ni un solo momento se ha separado el dedo meñique de su
mano derecha del de mi mano izquierda, cogido éste al suyo frecuentemente como
un gancho.”
“Mi marido fue tocado por una mano invisible, primero en el
brazo izquierdo, luego en el hombro, cuando se hallaba a la derecha del
médium.”
“Casi en seguida, después de sentarme en su sitio, fui a mi
vez tocada. Una mano invisible recorrió mi cuerpo, comenzando por el lado
izquierdo y pasando muy rápidamente al lado derecho… Varias veces tuve la
sensación d que una forma se me acercaba la sentía venir y me tocaba… En la
segunda parte de la sesión recomenzaron los toques por mi cuerpo. Noté
claramente que una cosa invisible venía hacia mí; una mano recorrió mi
cabellera, anduvo en los peines, no los cogió, pero me despeinó completamente.
Al mismo tiempo sentí golpes de abajo a arriba, bajo mi silla. Tuve la
sensación de que había alguien a mi izquierda; una mano avanzó, rascando la
mesa, pareciendo buscar algo… Insisto en el hecho de que antes de ser tocada
todas las veces he notado que venía algo o alguien, de modo que no me sorprendía
ya porque estaba avisada de que iba a notar un contacto.”
En la misma sesión el conde Potocki vio pasar varias veces
ante sus ojos una mano, que luego se apoderaba de la mías y la estrechaba
amistosamente.
En la sesión del 23 de noviembre de 1920, igual que en la
del 15, he conseguido tener bajo mi mano izquierda las dos manos del médium, y
al mismo tiempo la mano del otro vigilante. He notado esto: “En esas
condiciones fui tocado en el brazo izquierdo y en la cabeza, durante largo
rato, por una mano bien formada. En cierto momento, una mano me cogió el brazo
y, muy violentamente, tiró de él hacia atrás, llegando a separarle del contacto
del médium.”
Las manos materializadas se manifiestan a veces de modo
diferente que por la vista y el contacto.
En la sesión del 20 de noviembre, al final, tuvieron lugar
manifestaciones de orden intelectual, de las que hablaremos después. Algunas
comunicaciones muy claras tuvimos por medio de raps. En una de estas
comunicaciones se nos pidió que cantáramos. En vista de ésta cantamos La
Marsellesa, a media voz. Cuando terminó la primera estrofa se oyeron sonoros
aplausos dentro del gabinete, detrás del médium. Cada estrofa fue igualmente
aplaudida. El mismo fenómeno se reprodujo en la sesión del 27 de diciembre.
3º.- Vaciados de miembros humanos materializados.- Hemos
podido obtener una prueba objetiva formal, con garantía absoluta, de la
materialización de miembros humanos por el procedimiento de vaciado en
parafina. El procedimiento es conocido. (Véase Aksakof: Animismo y espiritismo,
y Delanne: les apparitions matérialisées).
Difieren nuestras experiencias de las de nuestros
predecesores por el hecho de haber obtenido nosotros la certeza de la autenticidad
metapsíquica de los vaciados y de su producción durante nuestras sesiones. Para
ello hemos empleado en la vigilancia y comprobación un procedimiento inédito.
Siendo uno de los más importantes este capítulo de nuestras experiencias, le consagraremos
una gran parte de nuestra narración; mas antes debemos, como ya hemos hecho
respecto de los fenómenos luminosos, preguntarnos si nuestras impresiones, por
medio de la vista y del tacto de órganos materializados, se pueden explicar
como resultado de una trampa.
En las condiciones en que operábamos, en nuestro propio
laboratorio, al abrigo de todo truco premeditado y de toda connivencia, solo
una trampa era posible, la que ya hemos considerado, la sustitución de manos:
una de las manos del médium, diestramente liberada, habría producido todos los
fenómenos.
Ya hemos dicho que nuestra vigilancia, bajo este aspecto,
era de tal naturaleza que nos satisfacía completamente. Pero admitamos, sin
embargo, la hipótesis de la mano libre.
Esta hipótesis es insuficiente para explicar todos los
hechos.
Sin duda alguna los contactos eran notados principalmente
por los vigilantes en la proximidad del médium. Mas a veces también eran
notados por los adyacentes fuera del alcance de las manos (y de los pies) del
médium sentado.
Además, los contactos percibidos por los vigilantes ocurrían
simultáneamente en muchas ocasiones, de suerte que una sola mano no hubiera
podido producirlos. Por último, la mano libre, para actuar, hubiera tenido que
pasar por delante del médium para tocar al vigilante más lejano de ella (es
decir, el de la derecha, si la mano izquierda estaba libre, o el de la
izquierda, si la mano libre fuera la derecha), y este movimiento no hubiera
pasado inadvertido a pesar de la escasa luz. Cuando vimos una mano que
atravesaba el círculo delante del médium, esa mano no se parecía nada a la de
éste. El brazo y antebrazo estaban vestidos con tela blanca, de gasa, con
largos pliegues longitudinales, mientras que el médium llevaba puesto un paletó
negro. En esta ocasión vigilaba yo precisamente la mano izquierda del médium y
se formó la materialización a mi lado. Pues bien; yo estaba absolutamente
seguro de no haber soltado la mano que yo sujetaba.
Debemos, pues, declarar que los fenómenos observados no se
podían atribuir a la liberación de una mano del médium. En tales condiciones
experimentales debe considerarse la materialización de manos como una cosa
enteramente auténtica.
La Ectoplasmia y la Clarividencia