CAPITULO IV
ASOMBROSO
FENÓMENO
Emoción
y Persecución – Baile de los Platos del Desayuno – Una Gigantesca Aparición-
Unos Garabatos Invisibles – Una Sorprendente Mano en el Mueble – La Auto-Escritura
del Lápiz.
No soy capaz de decir cuántos maravillosos hechos
recurrentes sucedieron en este primer
periodo, porque son muchos, y porque la memoria puede obscurecerse con el paso
de tantos eventos durante estos años. Me voy a decantar por dar las peculiares
características, que después de tanto tiempo se recuerdan de manera perfecta.
No puede
suponerse que las emociones causen los eventos o estas extraordinarias
características, ya que son muchas las personas de buen carácter que lo
atestiguaron. Ni la investigación del padre, ni el inocente carácter de la
madre, ni la inocencia de los chicos, de siempre, que con sólo quince años, recibieron
y acumularon reproches, calumnias, odio y persecuciones. Quizás el asunto más
asombroso fue que, en la frontera de la ciudad con el tiempo se fueron haciendo
populares, generando una rebelde violencia, generando agresividad y escándalo.
Mr. Davenport que no necesitaba pequeños apoyos, iba tranquilamente, pero el
tenor fue de ridiculizarlo, cargar contra él como fraudulento e impostor,
amenazas de persecución y encarcelamiento, multitud de escándalos en Lynch y
tentativas de violencia personal, además de amenazas de asesinarlos
clandestinamente. Aunque es natural, el firme carácter, la concienciación de la
gran honestidad y los buenos motivos además de la simpatía de los mejores
hombres de Buffalo lo mantenían. Ellos seguían interesados en los asuntos.
Además estas maravillas sucedían de manera inesperada y de primera mano.
Él,
naturalmente creyente en su propósito, con la confianza de algo bueno. Él y su
familia transformaron su peculiar juego en un trabajo. No era extraño ni
aburrido, más o menos mantenían la calma, afrontando las amenazas con coraje.
Esto es justamente la condición de los mártires.
Una mañana,
al principio de este periodo, la familia estaba sentada alrededor de la mesa
para desayunar, donde había cuchillos, tenedores y platos, de repente empezaron
a bailar , como si de pronto tomaran vida. A poco tiempo, la mesa empezó
también a moverse, dando golpes de un lado a otro, balanceándose sobre una sola
pata y finalmente se elevó hasta que
todo cayó al suelo, flotó en el aire sin la menor suspensión y moviéndose de la
misma manera que los platos, que había caído fuera y se habían roto. En un momento la mesa
manifestó esta curiosa payasada – William, el más joven de los dos hermanos
exclamó : ”Allí hay un gran hombre, yo lo he visto ya alguna vez, es un hombre
alto!”, mientras, no se veía a nadie en la habitación, todos pertenecían a la
familia, y esto obligó al padre de William a decir unas palabras. Lo que le
dijo es que estaba en su imaginación. El padre interfirió en su inusual sensibilidad
y le dijo : ”William, hijo mío, mantente quieto, quizás ese gran hombre pueda
decirnos algo”. Él creyó que las cosas serían más correctas si hablaba a la
aparición, pero por cortesía pensó en decir eso. La voz no venía de ninguna
parte vacía de la habitación, pero William vio como hablaba y dijo: “Este
extranjero está diciendo que apenas puede permanecer en la habitación de pie
por su gran altura. Él es realmente un gigante”.
“¿Puedes
preguntarle quién es, de dónde viene y qué es lo que quiere?”, preguntó el
padre.
La respuesta
llegó, pero el chico las consideró muy absurdas pero sin embargo están
recogidas en el informe. El chico dijo: “Él ha dicho que no es de la tierra, su
nombre es William E. Richards, y que nos quiere dar algo importante, quiere
encontrarse con nosotros, tiene importantes instrucciones para el futuro”.
Obviamente, todo esto puede ser explicado por la imaginación excitada , aunque
no se puede decir la misma explicación para el baile de platos del desayuno,
cuando fueron testigos todos los familiares que con predisposición natural
creían en otras grandes maravillas.
A las 2 P.M.
según la solicitud de la imaginación o de otra forma, la llamada del personaje
de otro mundo, nombraron y asumieron que este ser era sublunar con nombre
“Richards” interesado en reunirse, inclusive con la familia Davenport y con los
amigos interesados que fueron seleccionados para una importante e interesante sesión. En la habitación había dos
mesas. Los asistentes sentados alrededor de una, en la otra había papel para
escribir y lápices.
Estuvieron en
silencio sin decir nada durante dos minutos, cuando la luz del día fue tapada,
todos ellos vieron el lápiz elevarse de la mesa y colocándose casi en posición
perpendicular, ayudado por tinta invisible, comenzó a escribir rápidamente
encima del papel, en un momento el mismo papel parecía activo y se movía debajo
del lápiz.
Esto no era
un poder de copiar un documento sino una curiosa escritura. Hay que considerar
aparte la dirección de los preparativos de la habitación, se procuró una mesa
larga para estar mejor acomodados y para ver mejor desde lejos y cerca los
fenómenos. “Ya”, dijo el papel, el lápiz y la tinta invisible, suponiendo que
William recibiera la información del gigante o de su imaginación “ y les daré
asistencia para elegir una selección de objetos. Cuando tu estés en la mesa yo
daré un golpe de aprobación”.
Ellos
empezaron inmediatamente en la mesa larga eligiendo los muebles vigilados por
Mr. Taunton Baldwin, después de mirar las mesas, prometieron que elegirían,
ellos empezaron. Todos se asustaron especialmente por una mano en los muebles y
por una fuerte y energética detonación. El Sr. Baldwin no estaba acostumbrado a
esta forma de selección de muebles, respondiendo desde dentro de la materia y pronto llegó a estar satisfecho con la
selección a través de los ruidos o de la misma mesa.
La mayor
evidencia del fenómeno descrito en la última parte de este capítulo es que el
lápiz escribía sin control visible, es un hecho que estaba más allá de los testimonios de los
Davenport, quienes los habían visto en su casa de Buffalo. Puede haber casos
muy similares, relatados por testimonios impecables. Una cosa parecida le
sucedió al Senador Simmons, de Rhode, Islandia. Deseó mirar la escritura por un
lápiz que en un momento se colocó en la mesa, fue vigilado durante el proceso,
y vio el lápiz moverse, levantado y haciéndose inefectivamente el esfuerzo para
escribir, sin caerse por su peso siendo insuficiente la fuerza. Él entonces
cogió un par de tijeras y participó poniéndolas en forma de arco encima del papel,
en una posición que el lápiz quedó dentro, en posición perpendicular. Entonces
él claramente dijo que el lápiz, él mismo, escribió el nombre designado y
entonces levantando el papel, le dio la vuelta y le puso el punto a la i. Esto
es otra circunstancia bastante importante, quizás, más que la escritura; pero
yo prefiero mencionar solamente el fenómeno físico.
(Imagen no pertenece al libro)