APÉNCIDE 12
Esta
perspectiva es contemplada en un artículo publicado en Spiritual Scientist.
El
sábado 25 de agosto de 1996, Tina Laurent era una de las nueve personas
invitadas por el grupo.
Llegué
a Scole con cierta aprensión. No tanto porque alimentaba dudas sobre los
fenómenos producidos en esta sede, como porque un reciente resfriado me había
dejado una tos nerviosa e irritante, y temía ser excluida de la sesión a causa
del ruido fastidioso producido por la tos.
Afortunadamente
no me ha ocurrido así, y con un reconfortante vaso de agua junto a la silla, me
he preparado con mis doce compañeros para la que, para mí, ha resultado la jornada
más memorable de mis cincuenta y nueve años de vida (¡en sólo un par de días!).
Ha superado con creces mis expectativas iniciales. ¡Oh, si las pruebas
personales del Mundo del Espíritu pudieran sólo ser transmitidas!
A dos
días de distancia, sigo reviviendo algunos momentos de aquella tarde, y me
siento todavía rodeada por el amor que se me dio. Trataré de ser lo más breve
posible. No soy una científica ni una académica, sino una mujer normal que,
desde hace más de quince años, se preocupa por la metafonía y que ha tenido
muchas experiencias que la han llevado a creer en la supervivencia del espíritu
humano.
No
entraré en el detalle de toda la sesión, sino que expondré lo que golpeó de
modo más llamativo mis sentidos.
Una luz
espiritual, después de habernos impresionado con sus movimientos y
fluctuaciones, se me acercó, quedando suspendida delante de mi cara.
Nos
comunicamos y yo le dije: «Sí, puedes entrar».
Entró
inmediatamente con un silbido en el área del plexo solar, produciendo un ligero
golpe mientras penetraba en mi cuerpo (percibido, no oído). Divagó un poco, produciendo
cierta picazón (como una abeja introducida en la chaqueta), después descendió
rápidamente a lo largo del brazo y con el mismo golpe salió por la palma de mi
mano.
¿Qué
pensar de todo esto? Sé que el amor que conocí en aquella habitación era muy
real y tangible y... ¡oídme, oídme, desde entonces ya no he tosido! No hay
palabras adecuadas para dar gracias al grupo experimental de Scole y a los
espíritus guía por sus esfuerzos mancomunados que nos han permitido participar
en su trabajo, cuyo valor es incalculable para el género humano.
Durante
una sesión experimental, el profesor Fontana tenía una tos irritante. Una luz
espiritual penetró en su vaso de agua y, según los componentes del grupo:
«pareció casi ahogarse». Al profesor le pidieron luego beber el agua. La tos
desapareció.
INFORME DE UNA
CURACIÓN
Después
de una petición por parte de una suscriptora italiana de Spiritual Sciencist, una niña, Shannen Miller, fue inscrita en la
lista de las curaciones del grupo de Scole en junio de 1996. Tenía que ser
sometida a una intervención quirúrgica para extirparle tejido cicatricial de un
pulmón.
El 14
de mayo de 1997, la madre de Shannen, Deborah Miller, escribió al grupo
enviando una foto de la niña sonriente.
Estimados
señores,
Desde
hace dos años han diagnosticado a mi hija tuberculosis. Después de un período
de curación, pareció tener una mejoría pero, después, tuvo una recaída. Después
de ulteriores tratamientos y exámenes técnicos, los médicos decidieron operarla
para quitar la masa restante del pulmón.
Mi
niñera les escribió pidiéndoles inscribir a Shannen en su lista de curaciones a
distancia. Como creo que ella les ha dicho, el 14 de abril la niña fue sometida
a una TAC de control antes de la operación, y los médicos se dieron cuenta de
que la masa se había reducido a un puntito. En consecuencia, decidieron no
operarla. La broncoscopia demuestra que el pulmón está limpio.
Quisiera
agradecerles por su intervención que ha ayudado a que se restableciese mi hija
Shannen. Quisiera pedirles que la dejen todavía un poco en su lista, para
ayudarla a curarse completamente. Que Dios les bendiga.
Algún
tiempo después, añadieron otras informaciones de la niñera de la pequeña
australiana que dieron luz sobre algunos puntos oscuros:
La
enfermedad había afectado al pulmón izquierdo. Shannen había sido curada
durante nueve meses, pero los médicos habían pensado que los tratamientos no
habían sido suficientes para eliminar la «masa» —estaban bastante seguros de
que sería necesaria una intervención quirúrgica—. Esta situación se remontaba a
junio de 1996. En este momento, en base a mi petición, comenzó la curación a
distancia a la cual me uní.
Shannen
no pudo ser operada a principios de 1997 porque había sido hospitalizada
nuevamente por una pulmonía. En el mes de abril fue sometida a una TAC para
establecer la entidad de la "masa" que tenían que extirpar. Pero el
examen no mostró «masa» alguna, sólo un minúsculo tejido cicatricial, todo
esto. Todos nos alegramos pero permanecimos también sorprendidos, incluidos los
especialistas en enfermedades contagiosas y de las vías respiratorias. En este
punto, Deborah —la madre de Shannen— dijo a los médicos que ¡tenía una
«confesión» que hacer! Les contó que Shannen había recibido una pequeña ayuda a
través de la curación espiritual.
El
médico sonrió con sarcasmo, y dijo: «No me importa el tipo de ayuda que haya
recibido. ¡El hecho es que algo ha funcionado!».
Shannen
sorprendió a todos. Ninguno imaginaba que el problema pudiera resolverse por sí
sólo, dando siempre por descontado que la intervención quirúrgica era la única
opción posible. Este caso ha sido descrito en la revista médica Paediatric Journal, y ha sido
presentado en muchos países, incluida Australia.
El
grupo experimental de Scole estaba «muy orgulloso de haber estado implicado en
este caso y de haber ofrecido su pequeña contribución para ayudar a aquella
adorable niña».
La
curación parece ser una parte muy importante de la ciencia espiritual. Su
desarrollo podría ayudar a muchas personas. Hay muchas otras Shannen ahí fuera.
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