El capítulo
4: La Revelación de Marte
Historia de la señorita
Helene Smith
- Nandor Fodor-
E
|
l
descubrimiento de Schiaparell, los misteriosos canales de Marte, hizo una
impresión profunda en la mente inconsciente de la humanidad en el último cuarto
del siglo pasado. El continente era particularmente sensible, donde la
imaginación se estimuló por los romances populares astronómicos de Camille
Flammarion. Ellos producían una fuga de la realidad gracias a maravillas y
temor. La anterior creencia de que en otros planetas había vida fue rápidamente
desechada. Los soñadores pensaban en una raza que tuvo una perspectiva
obstaculizada por los límites de nuestro planeta y que demostraron una rápida
adaptación al cambio de vida en los cielos.
En
los años 60 de la mano de Victorien Sardoy, el gran dramaturgo francés,
“soñaba” y dibujó, los diseños arquitectónicos de extraños edificios en el
planeta Júpiter. Pero en su existencia no se creyó más que Swift creyó en
Liliput, Campanella en la Ciudad del Sol, o Sr. Thomas More en Utopía. Caló en
las almas intrépidas. Cayó en particular sobre una señorita, que cuyos vuelos
de su mente revelaron al raro genio y prometió una nueva revelación. Los
científicos lucharon amargamente sobre su Dispensación Marciana. Era la
sensación psicológica del final de siglo.
Paisaje
de Marte dibujado por la Sra. Helene Smith.
Esto
originó un cambio marcado con August Lemaitre, profesor docto suizo, yendo más
o menos al planeta Marte, en presencia de la Sra. Helene Smith, en Ginebra.
Ella era una “sonambulista”, ahora debemos llamarla una médium. Una mujer
hermosa en ese entonces, (1894), “Ella no mostró ” escribió al profesor
Theodore Flournoy (1) , “un aspecto demacrado o trágico que habitualmente se
suele atribuir a los visionarios en la tradición. Ella presentó un aire de
salud, vigor físico y mental, muy agradable de contemplar.” Los profesores la
tomaron como abejas en la miel y debían
atestiguar extraños acontecimientos. Su discurso confuso del cual parecía sacar
conocimientos y transportar la información,
parecía sobrepasar los poderes de la mente normal.
(1) From India to the Planet Mars”, London, 1901.
El
25 de noviembre de 1894, en un estado de trance la Sra. Smith pareció percibir,
a la distancia y a una gran altura una luz brillante. Entonces sintió un temblor
que casi hizo que su corazón se parara, después pareció como si su cabeza
estuviera en blanco, como si no estuviera en el cuerpo. Se encontró en una
niebla densa, que cambió de color azul a un rojo vivo, después a gris y
finalmente a negro. Dijo que estaba flotando. La mesa se levantó sobre una
pata, sin que nadie la tocase y su movimiento parecía indicar que ésta flotaba
de una manera muy curiosa. Entonces vio ponerse una estrella más grande, se iba
haciendo cada vez más grande, finalmente se hizo tan grande como la casa.
Sintió que ascendía. La mesa comenzó a golpear las letras del alfabeto:
“¡Lemaitre,
lo que usted ha deseado desde hace tanto tiempo!
La
médium, quien estaba mal, ahora estaba agusto, había encontrado un mejor
sentimiento. Ella distinguió tres enormes globos, uno de ellos muy hermoso
“¿Cuál era ese por el que andaba?”.Ella preguntó y la mesa contestó: “sobre un
mundo, Marte”
Helene Smith comenzó a dar una descripción de todas las cosas detalladas, cosa extrañas que se presentaron a su visión y le causaron gran sorpresa como entretenimiento. Los carros sin caballos o ruedas emitiendo chispas como si se deslizaran, las casas que se vieron tenían fuentes en las azoteas, teniendo una horquilla para las cortinas hecho de hierro con forma de ángel con alas extendidas, etc. describió a la gente, eran exactamente como los habitantes de nuestra tierra, salvo que ambos sexos llevaban el mismo traje, consistía en un pantalón, muy amplio y una larga blusa, apretada a la cintura y dibujada de varios diseños.
El
mundo Marciano, en sus características principales, mostró una gran semejanza con el nuestro y una
originalidad pueril en gran número de pequeños detalles. Esto había sido todo,
el incidente rápidamente había sido olvidado. Pero esto no acabó. Helene Smith
comenzó a relatar paisajes Marcianos y las cosas que se presentaron en su
visión. Los paisajes tenían parecido con peinados que utilizan las japonesas y los platos de
Nankin. Pronto, el misterio se hizo más profundo. Ella escribió caracteres extraños
sobre el papel, diferente de cualquier escritura de la Tierra. Ellas fueron
reveladas como letras del alfabeto Marciano. Los profesores se pusieron
delante. Aquí había algo interesante. Su interés fue mantenido a diario. Con el
tiempo, Helene Smith en realidad comenzó a hablar Marciano y al poco tiempo los
profesores, traducía las oraciones y de cómo se pronunciaba, de manera
laboriosa pasaron a hacerlo de forma automática. La lengua llevó el sello de
lengua natural.
“Añadiré”
dijo el catedrático Floumoy ” que la oratoria se hace con soltura y de manera
rápida, como Helene a veces hace cuando está sonámbula, esta tiene una calidad
acústica totalmente propia, debido al predomino de ciertos sonidos y además
tiene una entonación peculiar y difícil de describir.”
El
rumor de la totalidad de la extraña revelación corrió como un reguero de
pólvora. Los espiritualistas estaban jubilosos. El fenómeno apoyaba la idea de
“control de espíritu”, mensajes de espíritus y la reencarnación. Entonces el
catedrático Floumoy lanzó una bomba.
El sometió a los fragmentos de la lengua
Marciana a una exhaustiva investigación final. Y declaró que el inventor de la
lengua no conocía ningún otro idioma mas que el francés. Que la fonética
Marciana era una reproducción incompleta de la fonética francesa. Era como una
obra de arte, una reproducción subconsciente de esta lengua, con todos sus
rasgos propios de la época infantil. Pero como hazaña de memoria , si era un
logro prodigioso.
Esta
crítica devastadora conducida a una explicación amarga. El profesor Lemaitre ya había reconocido el origen
extraterrestres de esta lengua Marciana. Pero el profesor Henry del Sorbonne,
justificó completamente las conclusiones del profesor Flournoy. Él mostró que
las palabras Marcianas a excepción de un residuo del dos por ciento, eran
derivaciones de palabras terrestres conocidas.
La
médium y la mayor parte de sus amigos rechazaron doblegarse ante este
veredicto. Como si eliminar los efectos de las revelaciones Marcianas fuera
algo encantador para el médium y le gustara cambiar su hábitat estelar. Ella
describió un grotesco mundo Ultra-Marciano, con un lenguaje diferente, el
Marciano, la gente más alta medía unos tres pies, con cabezas dos veces más
anchas que altas, viviendo en cabinas pequeñas, largas sin ventanas ni puertas,
pero con un túnel hasta la carretera de unos diez pies de largo sobre el suelo.
El lenguaje llevaba un ritmo muy peculiar, era absolutamente nuevo.
Urano
era un tema similar. Los jeroglíficos eran muy curiosos, su lenguaje, no por
las letras, sino por las palabras también lo eran. Los ideogramas, sin embargo,
no mostraron ninguna semejanza con los objetos que representaban. En este, el
profesor Flournoy encontró otra prueba de la imaginación infantil. Esta
característica esencia de la escritura ideográfica fue omitida porque la médium
se esforzó en crear algo que desafiara todo el análisis.
Contra
el segundo análisis la médium encontró refugio en la Luna. Las revelaciones
Lunarias, sin embargo, fueron sometidas por el profesor Flournoy. Profundamente
herida en su vanidad, la Srta. Helene Smith rompió con él y con el mundo de la
ciencia.
Esto
fue una gran pérdida. Las revelaciones planetarias era una faceta, también
estaba la asombrosa personalidad de Helene Smith. Había otros misterios que
ningún ingenio científico había aclarado.
Cosas
sin vida giradas y trasladadas en su presencia. Golpes sobre los muebles.
Instrumentos distantes que tocaban. Los objetos desconocidos que caían del
aire: conchas llenas de arena, todavía mojada del mar, un florero chino lleno
de agua con una rosa dentro, monedas chinas, ramas de árboles, flores y hojas
de hiedra, que llevaba agujereados los caracteres legible del nombre del
espíritu controlador, que decía ser el causante de estos milagros.
El
profesor Flournoy era un psicólogo. No podía explicar los fenómenos físicos,
entonces el los dejó de lado. Y como estos fueron desalentados, disminuyeron
hasta desaparecer por completo. Lo que sucedió era suficiente para dejar
perplejo a una reunión de científicos. Helene Smith podía encontrar objetos
perdidos, podía predecir el futuro, ella vió como los espíritus le dijeron su
nombre al oído de forma audible y tuvo visiones que revelaron el pasado
personal de los demás.
“He
hablado personalmente” escribió el profesor Flournoy, “y fui sorprendido
enormemente, al reconocer escenas del pasado, antes de nacer, acontecimientos
de mi propia familia ¿Como podía la médium, quien nadie nunca antes había
sacado estos hechos a relucir y pertenecían a un pasado remoto de naturaleza
privada de mi vida y completamente desconocidos a alguna persona?
Él
no aceptaría a los espíritus. Con respecto a “Leopold” (alias Cagliostro), el jefe del grupo
invisible, explicó que “sería imposible imaginarse que fuera independiente y
diferente de la Srta. Smith ya que tenía un carácter muy personal y la
individualidad marcada y era mas posible
que una existencia real.
Pero
él no admitía que detrás del automatismo hubiera una presencia verdadera. La
teoría de una personalidad secundaria tenía más peso para él.
Él
adoptó una actitud similar hacia el gran romance del trance del “Royal Cycle” (Ciclo
Real). Esto comenzó según el anuncio de que Helene era la reencarnación de
Marie Antoinette. De vez en cuando, la médium parecía hundirse detrás de esta
histórica personalidad, promulgando el papel de la reina de manera brillante.
El elemento supernormal era relativamente escaso en esta personificación, pero
esto creció en el “Oriental Cycle” (Ciclo Oriental). En esto la médium decía
que era Simandini, la hija de un jeque árabe del sigo sexto y la esposa del
príncipe Sivrouka Nayaka, señor de la fortaleza de Tchandraguiri, construida en
la provincia de Kanara, Hindustani, en 1401. Después de muchos años de casada,
fue quemada viva sobre una hoguera, durante el entierro de su marido. Todo era
asombroso, Helene Smith en realidad habló Hindustani durante esta fase de la
personalidad y escribió algunas palabras en árabe correcto. Usó palabras
Sanscritas bien adaptadas a la situación, expresando un pensamiento personal y
no simplemente una serie de frases insensatas.
Después
de una larga y laboriosa investigación, el profesor Flournoy encontró una vieja
historia India que confirmaron los principales hechos. Estos no estaban
registrados en los libros de historia. Entonces el profesor Flournoy se vio
obligado a admitir que la información historia exacta dada por Leopold y la
lengua hablada en Simandini desafiaba la explicación normal.
Helene Smith murió en 1929. Su correspondencia y otros periódicos póstumamente fueron analizados por el Prof. W. Deonna, de Ginebra, en un voluminoso volumen (1). Detalles revelaron una nueva fase, la religiosa, que Helene Smith mantuvo a distancia de la ciencia y del espiritualismo. Pintó cuadros enormes religiosos, visiones de Cristo, la Virgen, los Apóstoles y los Arcángeles quienes juegan papeles dominantes. Esto está escrito en sus propias palabras, de cómo estos fueron hechos:
“Los
días cuando debo pintar soy siempre despertada muy temprano – generalmente
entre las 5 y las 6 de la mañana- con
tres golpes ruidosos en mi cama. Abro mis ojos y veo mi dormitorio intensamente
iluminado, inmediatamente entiendo que tengo que levantarme y trabajar. Me
visto bajo la hermosa luz iridiscente, espero unos momentos, me siento en mi
butaca, hasta que me llegue el sentimiento de que tengo que trabajar. Esto no
tarda mucho. De repente me levanto y voy hasta el cuadro. Cuando he andado
aproximadamente unos dos pasos, siento una extraña sensación, probablemente me
vuelvo a dormir. Sé más tarde que me he podido dormir porque encuentro mis dedos cubiertos de diferentes colores y
no tengo ningún recuerdo de haberlos usado, aunque cuando se ha empezado un
cuadro, me piden que prepare los colores sobre mi paleta cada tarde y la
coloque cerca de mi cama.”
(1) “De la
Planete Marte en Terre Sainte, París, 1932.
Ella
raras veces utilizaba un pincel. Puso la
primera capa de pintura con sus tres dedos del medio de la mano, como si
presionara un timbre eléctrico. Durante la segunda capa, utilizó los mismos dedos
muy despacio hacia delante y hacia atrás, produciendo una superficie muy lisa.
Los contornos fueron hechos con las uñas y el cielo con la palma de la mano.
El
profesor Deonna admite la notable calidad de las pinturas y dice que están
lejos de poder producirlo cuando ella está de manera natural. Él no hace
ninguna tentativa de explicar algún rasgo increíble. Era un hábito de Helene
Smith el tomar fotografías de las sucesivas etapas de los cuadros. En su
desesperación algunos negativos de la pintura de “Judas “ fueron estropeados.
Su ángel de la guarda le apareció y le anunció que atestiguaría un milagro. Dos
días más tarde el retrato comenzó a desaparecer. La barba, el bigote, las
lágrimas de Judas y otros detalles gradualmente desaparecían, hasta la pintura
volvió a su etapa inicial, todo esto fue recogido por fotografías. Entonces
apareció una inscripción: “ la voluntad de Dios, el 18 de noviembre de 1913”.
Las fotografías fueron tomadas otra vez. La inscripción desapareció y Helene
Smith terminó el cuadro como antes.
A
propósito, la prueba objetiva fue descubierta, durante las visiones de las
pinturas fueron acompañadas por fenómenos luminosos. Helene Smith expuso las
placas fotográficas que fueron encontradas entre sus efectos. Estas parecían
mostrar que una pelota de luz había iluminado la habitación, como se registraba
en su correspondencia. Pero, desde luego, la prueba descansa sobre la buena fe
de la médium.
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