Biología Sobrenatural
Schrenck-Notzing reiteró la asunción de Richet y Geley de
que la principal justificación de la investigación de las materializaciones – y
la garantía contra la estafa mecánica en las sesiones– descansaba en el
supuesto de que la sustancia materializada era biológica.
“Ciertos procesos primitivos desde el campo de la biología”,
señaló Schrenck-Notzing, “proporciona contribuciones importantes a la
explicación de los problemas de materializaciones del médium”. O bien la
oportunidad se presentó a la inversa: la materialización presenta la
oportunidad de estudiar el funcionamiento del protoplasma en condiciones
especiales: materialización de las extremidades, cabezas y las formas amorfas
de los médiums, mostrando similitudes a las proyecciones y retracciones de los
pseudópodos en las células protozoarias y la regeneración de las extremidades
en ciertos organismos. Esta fue también la opinión de un compañero de Schrenck-Notzing,
el embriólogo alemán Hans Driesch, cuya filosofía biológica facilitó el apoyo
autorizado de Schrenck-Notzing. Driesch había afirmado recientemente que la
materialización espiritualista y el desarrollo embriológico eran prácticamente
el mismo proceso.
Con esa sentencia se ofreció a darle su visto bueno a la investigación psíquica y se lanzó de
lleno a ese campo, llegando a ser presidente de la Sociedad para la Investigación
Psíquica en 1926. Driesch se había formado su reputación científica desde 1890
por experimentar con células separadas de un embrión de erizo en la segunda y
cuarta etapa, después de ver como cada una de las células se regeneraban hasta
formar un conjunto, produciendo un erizo en cada parte un poco más pequeño de
lo normal a este proceso lo llamó morfogénesis.
Morfogénesis de Hans Driesch en la experimentación de embriones.
Los experimentos se habían ideado para enfrentar a Weissmann
y su “plasma germinal” o teoría nuclear de la herencia contra la teoría del
protoplasma hereditario de Haeckel. El protoplasma se impuso, mostrando su
capacidad para regenerar el desarrollo embriológico sin la participación del
núcleo o de cualquier partícula de cualquier tipo: el protoplasma parecía ser
auto-dirigido, y “conocer” dónde estaba y lo que estaba haciendo.
Driesch elaboró su concepto de morfogénesis en una doctrina
vitalista aún más amplia que le enfrentó contra todas las formas de
materialismo o el reduccionismo en la biología. Se centró en la forma de la
agencia generativa del protoplasma, como un alumno suyo explicaba, Jakob von
Uexküll:
“Con el fin de encontrar una relación entre el protoplasma y
la estructura vivamente clara, hay que imaginar que nuestras casas y las
máquinas no son construidas por nosotros, sino más bien cristalizadas de una
forma independiente fuera de la masa. Cada piedra de cada casa y cada pieza de
la máquina retendrá una porción extra de masa en sí misma, de manera que
realizaría auto-reparaciones y arreglos que fueran necesarios; además, cada
casa y cada máquina contendría una mayor acumulación de masa original, que
sería la responsable de nuevas casas y nuevas máquinas.”
Driesch apoda a esa agencia que da forma al protoplasma como
“entelequia”, poniendo su propia huella en el término filosófico aristotélico
del principio teleológico. El principio de entelequia describe la capacidad de
la vida constante de la materia para su auto-construcción, que varía mucho
según el contexto. Fue la entelequia la que hizo que la vida fuese diferente a
la materia inanimada. Gran parte de su trabajo biológico posterior constituirá
la elaboración de la instancia de esta morfogénesis teleológica dondequiera que
pudo encontrarla. La recuperación del cerebro de los daños en pacientes
humanos, en actos generados internamente en los animales superiores y … en las
materializaciones espiritualistas.
La materialización, según él, es el mismo proceso
morfogenético fuera del cuerpo. La única diferencia entre el vitalismo
ordinario y el control en parapsicología se refiere al área de control; estas
áreas, siendo medidas mucho mayor en el segundo caso que en el primero. En un
sentido embriológico, la “materialización” se ve desde el punto de vista
vitalista. Piense en un pequeño cuerpo material, llamado óvulo, y piense en el
enorme cuerpo y complejo de materiales, por ejemplo, el de un elefante que
puede salir de él: aquí se tiene una corriente permanente de materializaciones
ante sus ojos, todos ellos se producen de forma similar, es decir, de un
control de difusión entelético.
El regalo de los médiums, Driesch mantiene, que consiste en
su capacidad para aprovechar el protoplasma vital fuera de su cuerpo en forma
de ideas conscientes e inconscientes. De este modo, cada vez que hay un
fenómeno físico que ocurre en relación
con el cuerpo del individuo dotado de manera especial parafísica… debemos
asumir que la parte mental inconsciente
de esa persona tiene la capacidad de acción propositiva en la materia extendiendo
la acción más allá de su rango normal en la medida de varios metros, pero siempre
en relación con su cuerpo. La materialización entonces se organizará en la
asimilación en un campo extendido. De hecho, la asimilación de esta
organización y su construcción normal, tal como aparece, por ejemplo en la regeneración,
tendría que ser amplificada sólo en lo que respecta a sus efectos. La
materialización sería al mismo tiempo una embriología sobrenatural. La “embriología
sobrenatural” de Driesch mantuvo una proposición en subjuntivo. Aunque escribió
extensamente sobre las materializaciones y con frecuencia asistió a sesiones
llevadas a cabo por otros, Driesch no llevó a cabo su propia investigación
experimental sobre materializaciones. Su interés en este campo tenía que ver
con su filosofía de la biología, y para las apuestas y suposiciones más grandes
que rodean las visiones contrarias a la vida.
Vibratory Modernism
Schrenck-Notzing
Hans Driesch
Charles Richet y Hans Driesch