Fraulein Auguste Muller
Muller, Fraulein Auguste, de Carlsruhe, la primera sonámbula
de Alemania en la época del magnetismo animal y que decía relacionarse con los
espíritus. La historia de su trance fue registrada por el Dr. Meier en su libro
Höchst Merkwürdige Geschichte der Magnetisch Hellsehenden Auguste Muller,
Stuttgart, 1918. Ella era controlada por el espíritu de su madre muerta y dio
muestras frecuentes de viajar con la notable facultad de clarividencia. También
dio diagnósticos médicos correctos de sí misma y de otros, y afirmó discernir
durante el trance de los pensamientos suyos y de otros. También podía
proyectarse a sí misma y apareció de noche en el dormitorio que su amiga
Catherine, como ella le había prometido.
Frank Podmore escribe:
Queda por añadir que Jung enseñó que el trance era una
condición de enfermedad; y que el intento de comunicarse con los espíritus o
prever el futuro por estos médiums era muy peligroso y pecaminoso
(Proposiciones 23 y 24); y advierte a sus lectores la confianza explícita a las
expresiones de los sonámbulos. Pero los sucesores de Jung prestaron poca
atención a estas advertencias, y en el curso de los siguientes 30 años, se
registraron prodigios y numerosos hechos de “sonámbulos muy notables”.
Uno de los primeros en llamar la atención – una atención que
por la naturaleza de sus actuaciones apenas parece haber merecido – fue cierta
Fräulein Auguste Muller, de Carlsruhe, cuya historia, fue conservada por el Dr.
Meier, y se puede tomar como bastante representativa.
La joven mujer en trance era capaz de diagnosticar y prescribir
todas las dolencias de sí misma y de otras personas de forma habitual. Ella
dijo que en trance podía discernir no solo los cuerpos de los hombres, sino
también sus pensamientos y caracteres; pero no hay pruebas que se ofrecieran de
este poder. Ella afirmaba conversar con
el espíritu de su madre muerta. También dijo que podía visitar a su hermano en
Viena y hacerle conocer su presencia; pero ella rechazó la sugerencia del Dr. Meier
de que le hablara en voz alta, por temor a asustarlo no lo hizo. Se registró
que con los ojos cerrados podía leer las entradas al teatro y las canciones de
un libro de música. Pero no se dan detalles. La siguiente prueba: Meier le
pidió si una noche podía decirle algo digno de mención que hubiera ocurrido
recientemente en su propia familia, y la clarividente fue capaz de responderle
hablando de la muerte del padre de su mujer que vivía en una ciudad a quince
millas de la de Meier y que había recibido la noticia de este evento la mañana
de ese mismo día y estaba seguro – una confianza que no nos permite
compartir - que la sonámbula no sabía
nada al respecto.
Otro caso puede ser citado. Una amiga de Auguste, llamada
Catharine, pasó a sufrir un dolor de muelas y le dijo a la sonámbula que ella
probablemente sería incapaz de pagar su
visita habitual al día siguiente. Auguste respondió: “Yo te visitaré, entonces,
esta noche.” Catharine, informó que esa noche vio a Auguste entrando en su
habitación vestida con el vestido de noche. Entonces se acercó a Catharine y se
acostó a su lado en la cama. Por la mañana Catharine despertó y encontró que su
dolor de muelas había desaparecido y estaba asombrada de saber que Auguste
nunca se había ido en toda la noche de la cama. El incidente es considerado por
Meier como una prueba evidente de la existencia de un cuerpo psíquico.
Keiser, como ya se mencionó, en la revisión del caso de la
Archiv, aduce como un notable ejemplo de la acción a distancia, condicionada
por la relación entre las dos jóvenes mujeres. El lector posiblemente puede
preferir alguna hipótesis aún más simple.
Fuentes:
Enciclopedia de la Ciencia Psíquica, Nandor Fodor, 1934
"Hochst merkwurdige
Geschichte der magnetisch hellsehenden Auguste Muller". Stuttgart, 1818.
Modern
Spiritualism: A History and a Criticism de
Frank Podmore