INTENCIÓN Y SUPERVIVENCIA - CAPÍTULO 1. LAS BASES DE LA METAPSÍQUICA




CAPÍTULO 1. LAS BASES DE LA METAPSÍQUICA

- T. Glen Hamilton-


Desde que la metapsíquica trata preguntas tan extensas, complejas y tan poco conocidas que salen fuera de nuestras fronteras, las dificultades surgen para el investigador que procura presentar su trabajo como un unidad separada que pueda llevarle a comprender fenómenos psíquicos tales como fantasmas, transmisión del pensamiento, visiones, movimientos de objetos sin contacto, manifestaciones teleplasmáticas y otros. Estaría bien entonces, antes de mostrar nuestros hallazgos, que tuviéramos la misma actitud que promueven otros investigadores de este campo; ellos, hablando en términos generales, los han aceptado como hechos probados, en particular lo referido a las materializaciones o teleplasmas, y las teorías surgen solas.


En ningún caso el trabajo de los principales pioneros de esta nueva investigación parece haber sido instituido o realizado con otro espíritu que no sea el verdadero y con perspectiva de ciencia.


Por ejemplo el Sr. William Crookes comenzó sus investigaciones en 1869, a la edad de 36 años, cuando había conseguido una alta posición entre los físicos y químicos de la época. Escribiendo en 1870 sobre sus originales y exhaustivos experimentos con el médium D. D. Home, declaró:


En este caso, prefiero entrar en la investigación sin nociones preconcebidas en absoluto, en cuanto a lo que puede o no puede ser, pero con todos los sentidos en alerta, listo para llevar la información a mi mente, creyendo que no hemos agotado todo el conocimiento humano ni comprendido todas las fuerzas físicas, y recordando que nada es demasiado maravilloso para ser verdadero si es compatible con las leyes de la naturaleza, y en cosas como estas, el experimento es la mejor prueba de su consistencia.” (1)


Convencido por sus propias observaciones de que ‘ciertos fenómenos físicos, como el movimiento de sustancias materiales y la producción de sonidos similares a las descargas eléctricas ocurren en condiciones que no pueden ser explicadas según las leyes físicas conocidas‘, su respuesta a sus muchos detractores y críticos fue:


“Le digo a mis críticos que repitan los experimentos; investiguen con cuidado y paciencia como suelo hacer yo. Si mientras investigan, descubren un engaño, lo proclaman y dicen cómo fue hecho. Pero si encuentran un hecho, deben aceptarlo sin miedo, como están obligados según las leyes eternas de la ciencia”.


Las misteriosas manifestaciones que nosotros agrupamos como teleplasmas, fueron escrupulosamente estudiadas por el Sr. Crookes con el método experimental, incluyendo fotografías; y en ciertos casos encontró también acontecimientos psíquicos genuinos causados por fuerzas e inteligencias aún desconocidas por la ciencia en general. Treinta años más tarde, como presidente de la Asociación Británica para el Avance de la Ciencia [British Association for the Advancement of Science] en su Alocución Presidencial, en 1898, reafirmó su creencia en la realidad de estos fenómenos cuando declaró:


“No tengo nada de qué retractarme. Adhiero a mis declaraciones ya publicadas... Mi propio conocimiento en aquella época se extendió apenas más allá del hecho de que ciertos fenómenos nuevos sin duda habían ocurrido, y fueron atestiguados por mis sentidos y todavía mejor, por registros automáticos... Pienso que ahora veo un poco más lejos. Vislumbro alguna coherencia entre los fenómenos extraños evasivos; alguna forma de continuidad entre aquellas fuerzas inexplicables y leyes ya conocidas.” (2)


Estas mismas declaraciones generales pueden ser aplicadas a Edmund Gurney, quien en asociación con el Sr. Frank Podmore, el profesor Henry Sigwick y el profesor F. W. H. Myers, a principios de 1880 había inundado las islas británicas con demandas de auténticos y bien atestiguados informes de incidentes de fantasmas, apariciones, sueños verídicos, fenómenos de mediumnismo mental, precogniciones y profecías, además de acontecimientos de criptestesia. El resultado de la colación y la clasificación de los muchos cientos de casos que Gurney y sus compañeros recogieron, llevaron a la creación de un monumental libro titulado Fantasmas de los Vivos [Phantasms of the Living] (3) que solo hay que leer para ver como es de excelente y bien considerado su trabajo.


El catedrático William James, eminente psicólogo americano, filósofo y médico, también pasó tiempo en la investigación psíquica, a pesar del estigma que muchos de sus contemporáneos habían colocado sobre el tema. Después de pasar 25 años estudiando los fenómenos psíquicos, no vaciló al escribir:


“Deseo constar para la presencia, en medio de toda la farsa, de la realidad del conocimiento supernormal. Por esto pienso que el conocimiento no puede ser explicado por las fuentes ordinarias de información de los sentidos... los fenómenos son enormemente complejos... apenas la superficie de los llamados hechos ‘psíquicos’ a sido rozada por los objetivos científicos. Es por estos hechos que estoy persuadido, de que las mayores conquistas científicas de la futura generación podrán ser alcanzadas” (4)


William James tuvo razón. Hechos nuevos debían surgir, y más rápidamente de lo que se podían esperar. Cinco nuevos investigadores, el profesor Charles Richet, la Sra. Bisson, el Dr. Baron von Schrenck-Notzing y el Dr. Gustave Geley en Europa y el Dr. W. J. Crawford en Irlanda, todos avanzaron presentando informes de una sustancia misteriosa, que se materializaba en diferentes formas, llamada ectoplasma o teleplasma, que a veces aparecía en presencia de los poderosos médiums con los que tuvieron la oportunidad de trabajar y estudiar.


A Richet le cayó el honor por primera vez de reconocer e informar de la sustancia como un material biológico que tiene muchas modalidades insospechadas por Crookes, quien antes la había visto sólo en formas terminadas. En 1905 y 1906 Richet, sentado con la médium Eva C., en Argel, vio ectoplasmas (como provisionalmente lo llamó) dando lugar a extrañas masas blancas, derivando en dedos rudimentarios, manos y caras, incluso en algunos casos el material tenía aspecto de velos y ropas.


Cuatro años después Eva C., ahora en París, fue investigada por Schrenck-Notzing y la Sra. Bisson. Usando la fotografía de flash, ellos confirmaron las observaciones de Richet, de que el ectoplasma o teleplasma (como en ese momento era llamado generalmente) era definitivamente una sustancia de alguna clase que podría dar lugar a varios simulacros ( formas imitativas) y que al parecer tenía su fuente biológica en el cuerpo del médium.


Convencido de que los fenómenos observados era genuinos, Schrenck-Notzing publicó los relatos de su trabajo con Eva C. en su libro Fenómenos de Materialización [Phenomena of Materialization] (5). Sobre todo en círculos académicos su informe fue recibido con el escarnio, exagerando que se trataba de manifestaciones fraudulentas, y que había sido engañado. Richet fue en su apoyo y le escribió:


“La verdad debe aparecer en su entera belleza, pero esto no pasará con personas incompetentes e ignorantes quienes no han visto nada, no han controlado nada, no han examinado nada, ni han leído cuidadosamente los informes de las sesiones. Pero esto debe llegar con los sabios que han trabajado realmente, que han experimentado sin cesar, y prefieren la verdad a la probabilidad.” (6)


Schrenck-Notzing fue el único en estar adelante. En 1915 W. J. Crawford (7) de Belfast comenzó una serie de experimentos con una médium, una joven muchacha de aquella ciudad. Así como observó el  movimiento de muchos objetos materiales sin ningún contacto físico, también consiguió un número de fotografías para publicar en un informe de la sustancia que salía del cuerpo de la médium, una sustancia que parecía ser similar a las registradas por los investigadores continentales.


Entonces aparecieron las verificaciones del Dr. en psicología Gustave Geley, Director del Instituto de Metapsíquica de París. La experimentación con Eva C. durante la década de la Primera Guerra Mundial en las condiciones que se llevó a cabo dio resultados concluyentes, se observaron masas teleplasmáticas y formas, muchas de los cuales demostraron una complejidad mucho más grande en el desarrollo que cualquier otro registro de esa época. En su libro La Ectoplasmia y la Clarividencia [Clairvoyance and Materialization] (8) él escribe:


“He visto las representaciones completas de una cara, una mano o un dedo. En los casos más perfectos el órgano materializado tiene todas las apariencias y propiedades biológicas del mismo órgano vivo. He visto dedos admirablemente moldeados con uñas, he visto manos completas con sus huesos y uniones, he visto una cabeza viva y he sentido el cráneo bajo el espeso pelo; he visto caras bien formadas y vivas, caras Humanas. En muchos casos estas representaciones han crecido bajo mis propios ojos desde el principio al final del fenómeno.” (la letra cursiva es de Geley).


Colaborando con Richet y el Conde de Gramont, en 1920 Geley experimentó con un médium polaco, Frank Kluski, un hombre de educación que vive en Varsovia. Entre otros fenómenos obtuvo una serie de moldes de una pieza de parafina de manos solas y entrelazadas, indudablemente producto de la manipulación de fuerzas supernormales.


Los fenómenos teleplasmáticos debían aparecer en todas las partes del mundo. A principios de 1923, el Dr. L. R. G. Crandon de Boston, tuvo la oportunidad de estudiar las notables manifestaciones a través del mediumnismo físico de su esposa, ahora conocida como “Margery”. Trabajó con Dr. Mark Richardson y otros. El Dr. Crandon obtuvo resultados excepcionales en condiciones excelentes para evitar cualquier engaño, afirmando de lejos la realidad de los teleplasmas.


Soy consciente de que el primer investigador en Canadá, y seguramente el primer hombre médico en registrar una masa teleplasmática fue el Dr. William Creighton de Winnipeg. En presencia de seis testigos, y la utilización de tres cámaras simultáneas, el 20 de marzo de 1927, fotografió una masa extraña que desciende de la boca de la médium en trance (la Sra. Y.) y tuvo razones para creer que era teleplasma.


Muchos otros investigadores experimentados y con entrenamiento científico podrían ser presentados en la actualidad como testigos de los fenómenos, pero aquellos que he mencionado son probablemente suficientes para mostrar con base firme las observaciones de la realidad de tales fenómenos. No es posible creer que estos observadores fueron todos engañados con operaciones fraudulentas, con mecanismos estúpidos y torpes, sólo lo acepta el ignorante y el crédulo, con explicaciones que ofenden a nuestra razón y muestran indiferencia a la verdad. En palabras de Richet:


“Hay pruebas amplias de que la materialización experimental (ectoplasma) debería tomar la senda de un hecho científico... Además, las materializaciones no deben ser consideradas como fenómenos aislados. Deben ser consideradas con la telecinesia y la alucinación colectiva. Tomadas juntas llevan a pruebas indiscutibles que la ciencia imperfecta de hoy debe aceptar. La función de la ciencia es ante todo verificar, y luego si es posible entender.” (9)


Gracias en gran parte a los trabajos abnegados de estos pioneros, considerable cantidad de datos están ahora al alcance de la mano, en relación con la naturaleza, características principales y funciones de las teleplasmas. Por ejemplo, se conoce por las publicaciones que se emiten principalmente por los ojos, oídos, nariz y boca del médium; en su estado inicial puede ser vaporosa o sólida; y que el primer estado rápidamente se condensa en el segundo, que pude tomar varios aspectos. Algunas formas pueden ser bastantes amorfas o con formas; unas pueden mostrar una semi-organización intencional, como los pseudópodos que forman copias de manos capaces de recoger objetos; todavía otras pueden mostrar una diferenciación progresiva hasta que aparecen caras biológicamente maduras, dedos y manos.


Tantos las sustancias como las formas de vez en cuando han sido tocadas y manipuladas. Crookes, Richet y otros tuvieron la experiencia de sostener una mano materializada que lentamente se desvaneció como si se desintegrara. El Dr. Crandon y sus socios de la misma manera agarraron y fotografiaron una mano supernormal. El Dr. Creighton divulgó que la masa extraída de la Sra. Y. “era fría y gelatinosa, del tamaño de un pulgar y en forma de una cuerda”.


La posibilidad concreta de que el médium sea la fuente orgánica de esta misteriosa sustancia, hace que pueda sufrir un colapso nervioso si la sustancia es manejada demasiado sin tener en cuenta que tipo de sustancia es –como es revelado por las personalidades de trance quienes reclaman ser las causantes– y crea una responsabilidad ética que un investigador serio debe aceptar. Esto marca una de las fronteras de su técnica experimental.


El investigador también debe aceptar el hecho de que hasta ahora la mayor parte de los fenómenos teleplasmáticos son producidos en total oscuridad. Hay muchos que creen que por eso los fenómenos teleplasmáticos son fraudulentos. Por lo general, la oscuridad es uno de los factores necesarios en la producción del plasma, la presencia de luz hace que el material se desintegre. Aunque en ocasiones se ha presentado durante bastante tiempo de manera estable bajo la luz roja. Crandon hizo un informe habiendo observado repetidamente varias formaciones de Margery bajo luz roja. Geley y Richet experimentaron esto con algunos fenómenos de Eva C.


Por suerte para el investigador, el teleplasma puede soportar los efectos perjudiciales de un destello de fotografía sin demasiada incomodidad por parte del médium, con la condición de ser exposiciones sumamente breves. La fotografía presenta un medio para mostrar la realidad objetiva de la sustancia y una manera de estudiar su morfología y procesos.


Estos fenómenos han sido establecidos bajo la dirección de inteligencias conocidas como “Controles”; es decir la reclamación de personalidades durante el trance que dicen ser individuos quienes habrían sobrevivido a la muerte, como es generalmente conocido. Esto es un aspecto que lleva a una pregunta particularmente desagradable para muchos. Eva C. tenía su “Berthe”, y su “Estelle”, Kluski tenía a su “Attiski”, Rudi Schneider su “Lola”; Margery a su “Walter”, la Sra. Y a su “T’zan”, etc. Escribiendo a Schrenck-Notzing sobre este punto, la Sra. Bisson dijo:


“En su somnanbulidad Eva dice: ‘no soy yo quien lo produce o eso creo; es una entidad independiente de mi que toma prestado material mío, que puede salir  de mi cuerpo. Esto no puede ocurrir con luz ‘, esto es corroborado por la circunstancia de que ella ha producido fenómenos en momentos insospechados sola o conmigo. Ella reclama que se rinde a un poder desconocido que la dirige”. (10)



En conexión con el trabajo de Kluski, el Dr. Geley menciona este mismo punto:


“Las Manifestaciones muestran inteligencia... estrechamente relacionada con los fenómenos físicos, que siempre eran dirigidos hacia algún objeto definido. Las luces, los toques, las apariciones de caras, todo muestra una dirección inteligente que parece consciente y autónoma. Los moldes mostraron una colaboración obvia entre las entidades que operaban (todo lo que se puede conocer de ellas) y nosotros... Estas entidades no me parecieron ser de un orden de alta inteligencia, como en los experimentos de Crawford, parecen tener una mentalidad y capacidad no mayor que la de artesanos. Comento una cosa curiosa: todos los moldes de Kluski fueron hechos por alguna entidad particular, pero las demás parecieron interesarse en los resultados tanto como nosotros. En Varsovia vi que uno de estos seres tomó una pantalla luminosa dirigiendo su luz sobre los guantes, y los miró durante mucho tiempo con curiosidad... en sesiones de espiritualismo se dieron buenos fenómenos físicos, todo paso como si ... las ideas imitativas y primarias vinieran de fuentes independientes. “ (11)


Ahora se conoce que cuando Schrenck-Notzing procuró trabajar sin las inteligencias del trance, no consiguió ningún progreso. Se vio obligado a concederles una audiencia y cooperar con ellas para que los fenómenos fueran obtenidos.


Es un mundo extraño y estas preguntas nuevas aparecieron, cargadas de importancia desde el punto de vista científico.


Hemos visto entonces que hay muchos acuerdos entre los investigadores de asuntos psíquicos. Seguramente todos ellos se convencieron de dos cosas: primero, que el problema debería y podría ser atacado científicamente; segundo, muchos de los fenómenos eran genuinos y venían de una fuente que sólo podría considerarse como supernormal. Pero el acuerdo termina aquí, ya que ellos no estuvieron de acuerdo en cuanto a exactamente qué es el área supernormal. Hablando en términos generales, los encontramos divididos en dos campos: algunos pensaron que esta área estaba compuesta de facultades supernormales solamente del médium; otros pensaron que estas facultades estimuladas y funcionales estaban bajo la influencia o dirección de alguna clase de conocimiento proveniente de los muertos que sobreviven; ambas hipótesis tienen importancia de gran alcance; la segunda, espiritualista, va más lejos que la primera, supuestamente animista. Después del largo y exhaustivo estudio de varios acontecimientos notables psico-físicos que pudo observar, el Sr. Crookes (12) creyó que los fenómenos eran del tipo espiritualista, presagiando un destino más alto para el hombre que el que la ciencia física tenía hasta entonces. Myers examinó el aspecto mental de la pregunta durante años, y así fue conducido a creer que los datos que había recogido y había clasificado daban implicaciones fuertes de la continuación del individuo, llegando a la misma consideración que el físico. Lodge (13), Barrett (14) en Inglaterra y Hyslop (15) y Hodgson (16) en Estados Unidos, también llegaron a aceptar la hipótesis espiritualista como la mejor explicación a muchas manifestaciones que habían observado. William James (17) parece haber llegado un poco vacilante a la misma conclusión: La supervivencia personal dentro de un conocimiento cósmico de alguna clase, pero no estaba seguro si sería una supervivencia completa o atenuada de la personalidad. Sintió que más hechos tendrían que ser descubiertos antes de decidirse por una u otra teoría.


“De mi experiencia una surge una conclusión dogmáticamente fija, y es que nuestras vidas se parecen a islas en el mar o a  árboles en el bosque... los árboles cruzan sus raíces en la oscuridad y las islas también se tocan a través del fondo del océano. Así hay una continua de conciencia cósmica, contra la que nuestra individualidad construye cercas, dentro de las cuales nuestras mentes se hunden como en un mar madre o un depósito.” (18)


Así, James resume sus conclusiones sobre el asunto, en 1909, una año antes de su muerte.


Por otra parte Richet y Schrenck-Notzing sostenían la opinión de que la evidencia metapsíquica hasta ahora no estaba garantizada, estaba lejos. A riesgo de estar acusado de llamar la atención en este aspecto, cito en este punto la propia declaración de Richet, en la que mira atrás en las teorías de Myers y Geley, y luego continúa a dar sus propias conclusiones, él escribe:


“Geley, en un libro talentoso, sostiene que el subconsciente es una especie de energía creativa que determina la mutación histórica por la cual la larva se transforma en crisálida y la crisálida en insecto perfecto. El subconsciente produce los estigmas y las curas milagrosas. Es el subconsciente el que dirige las materializaciones.”


“Incluso para Geley, el subconsciente es insuficiente y él se inclina a admitir – sin afirmarlo definitivamente – que los fenómenos importantes y complejos del mediumnismo físico parecen mostrar una dirección externa y una intención que no puede remitirse al médium o a los experimentadores”.


“Con su trabajo admirable sobre la personalidad humana F. Myers bosqueja una teoría que en algunos puntos se parece a la de Geley, para fenómenos elementales psíquicos por lo menos. Según Myers, hay muchas personalidades, centros subconscientes, que coexistiendo, funcionando, pensando, comparando y analizando al lado de su centro principal (el conciente) que apenas conoce su existencia. Estos centros secundarios son más favorables a la influencia criptestésica que la conciencia central”.


“Seguramente. Pero inmediatamente después, para explicar fenómenos importantes, Myers se ve obligado a admitir la supervivencia, y deducir que en muchos casos de escritura automática o de oratoria, estos centros secundarios son invadidos por espíritus desencarnados.” (19)


Más adelante, este fisiólogo distinguido aclara su buena voluntad para considerar la posibilidad de que puede haber en el universo inteligencias diferentes a las del hombre, en un estado de conocimiento ‘donde la mente existiría sin neuronas o cualquier substrato material’, pero aclarando igualmente que no considera probable (aunque no imposible) que estas inteligencias pudieran ser ‘el conocimiento sobreviviente de seres humanos difuntos’. Así que tres, y no dos hipótesis nos da Richet y que el lector considerará:


1.- La posibilidad de que las inteligencias productoras de los fenómenos fueran seres humanos difuntos.


2.- La posibilidad de que estas inteligencias vinieran de un orden de existencia distinto al humano: “espíritus”, “demonios”, “ángeles”, etc.


3.- La posibilidad de que todos los fenómenos surjan totalmente de dentro del organismo del médium, sin ayuda exterior de ninguna clase. Es decir, inherentes a la mente del médium y de su cuerpo, con la capacidad de producir materializaciones, mover objetos sin contacto físico, lograr conocimiento más allá del alcance normal y finalmente una capacidad de crear y traer vidas inteligentes para dirigir y ser responsables de estas cosas. En resumen, que la organización humana sea en sí misma y para sí misma creadora potencial de la magnitud y diversidad de un gran genio, una teoría tremendamente increíble, pero no obstante preferida por Richet como la menos increíble.


Actualmente (1935) la posición de la investigación psíquica no es envidiable. Las opiniones varían extensamente según la ignorancia, la tendencia o la lucidez del individuo. Muchos, sobre razones falsas a priori sacadas de la psicología y de la biología, niegan la posibilidad de los acontecimientos psíquicos; unos niegan la existencia de los fenómenos físicos, pero aceptan los mentales; otros niegan los mentales y aceptan los fenómenos físicos de la metapsíquica.


El efecto alcanzado por estas divisiones ha sido el más dañino para la opinión de los científicos de otros campos. Ataques violentos y espontáneos, totalmente alejados de la dignidad de discusiones verdaderamente científicas, son hechos una y otra vez. Es un profundo orgullo que mis investigaciones no hayan sufrido tales indignidades, en gran parte porque muchos de mis compañeros médicos han aceptado mis métodos experimentales, independientemente de la naturaleza algo insólita de estas cosas. Esto no algo fácil en mi vida cuando hablé por primera vez en Winnipeg a la Sociedad Médica en 1926. Yo no conocía si realmente perdería parte de mi prestigio profesional. A terminar, mi audiencia en aquella ocasión no dudó ni de mi salud mental ni de mi sinceridad, escuchando con tolerancia y escepticismo bien equilibrado. Desde aquella época he tenido el privilegio y el honor de dirigirme a muchos distinguidos públicos médicos tanto aquí como fuera de Canadá. Y cada vez yo tuve la experiencia alentadora de encontrar el mismo profundo interés tolerante. Por este profundo apoyo estuve muy agradecido. Es un placer y un honor para mí, en esta ocasión para perfilar brevemente algunos apuntes y las conclusiones de la investigación teleplasmática emprendida por mí y mis compañeros durante los pasados siete años. Éste es un mundo profundamente misterioso de acontecimientos supernormales a los que yo les dirigiré la atención.



REFERENCIAS:

(1) Quarterly Journal of Science (1870), vii, p. 316.

(2) Presidential Address, Report of the British Association for the Advancement of Science, 1898.

(3) E. Gurney et al., "Phantasms of the Living" (Trubner & Co., London, 1886).

(4) John H. Randall, "New Light on Immortality" (The Macmillan Co., New York, 1921) p. 46.

(5) Baron von Schrenck-Notzing: E. E. Fournier d'Albe, D.Sc. (traductor), "Phenomena of Materialization" (E. R. Dutton & Co., New York, 1920).

(6) Schrenck-Notzing, loc. cit., p. 340.

(7) W. J. Crawford, D.SC., "The Reality of Psychic Phenomena" (E. P. Dutton & Co., New York, 1918); "Experiments in Psychical Science" (E. P. Dutton & Co., New York, 1919).

(8) Gustave Geley, "Clairvoyance and Materialization" (T. Fischer Unwin, Ltd., London, 1927) p. 186 (Trans. S. de Brath, M.Inst.C.E.).

(9) Charles Richet, Ph.D.: Stanley de Brath, M.Inst.C.E. (translator), "Thirty Years of Psychical Research" (The Macmillan Company, New York, 1923) p. 543.

(10) Schrenck-Notzing, op. cit., p. 99.

(11) Geley, op. cit., p. 258.

(12) Sir Williarn Crookes, F.R.S., "Researches in the Phenomena of Spiritualism" (J. Bums, London, 1874). Medhurst, Goldney and Barrington, Crookes and the Spiritual World (Taplinger Publishing Co., New York, 1972).

(13) Sir Oliver Lodge, F.R.S., D.Sc., LL.D., "Man and The Universe" (Methuen & Co., London, 1908); "The Survival of Man" (Methuen & Co., London, 1909); "Reason and Belief" (Methuen & Co., London, 1910); "Modern Problems" (Methuen & Co., London, 1912); "The Substance of Faith" (Methuen & Co., London, 1915); "Raymond, or Life and Death" (Methuen & Co., London, 1916); "The Survival of Man" (George H. Doran Co., New York, 1920); "The Making of Man" (Hodder & Stoughton, London, 1924); "Ether and Reality" (Hodder & Stoughton, London, 1925); "Why I Believe in Personal Immortality" (Cassell & Co., London, 1928).

(14) Sir William Fletcher Barrett (1845-1926).
Profesor del Colegio Real de Ciencias [Royal College of Science], Dublin. Reconocido investigador psíquico. En enero de 1882 ayudó a crear la Sociedad Británica para la Investigación Psíquica [B.S.P.R.] y en 1885 colaboro en la formación de la Sociedad Americana para la Investigación Psíquica [A.S.P.R]. Autor de un importante informe sobre un caso de supervivencia y comunicación. Ver S.P.R. Proceedings, Vol. XXXIV, 1924.

(15) James Hervey Hyslop (1854-1920).
Profesor de Lógica y Ética en la Universidad de Columbia, New York. "Borderland of Psychical Research" (Small, Maynard & Co., Boston); "Enigmas of Psychical Research" (Small, Maynard & Co, Boston); "Psychical Research and the Resurrection" (Small, Maynard & Co., Boston, 1908); "Science and a Future Life" (Herbert B. Turner & Co., Boston, 1905); "Contact with the Other World" (Century Co., New York, 1919).

(16) Dr. Richard Hodgson (1855-1905).
Estudió Derecho en Cambridge. Secretario de la filial de Boston de la A.S.P.R. Proceedings, Vol. III, 1892, sobre la mediumnidad de Mrs Piper.

(17) William James (1842-1905).
Profesor de Psicología en la Universidad de Harvard. Miembro fundador de la A.S.P.R. "Varieties of Religious Experience" (Collins Fontana Paper-back, 1960).

(18) Randall, op. cit., p. 47.

(19) Richet, op. cit., p. 620. 





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