Capítulo 6
Examen de las películas
fotográficas
Todas
las pruebas en la vida real son engañosas
en mayor o menor medida; lo único que cuenta
es la calidad de la prueba, no si es perfecta
o imperfecta. La prueba es una cuestión de
niveles.
B.N.M. Tyrrell
Los
protocolos fotográficos
En
previsión de las probables críticas relacionadas con los fenómenos producidos
en la oscuridad más absoluta, el profesor Fontana sugirió un protocolo en
cuatro fases, de modo que los investigadores pudieran comprobar el momento en
que se producían realmente las imágenes fotográficas. En primer lugar, los
investigadores proporcionarían la película a utilizar; segundo, actuarían de
modo que la película fuera conservada en un recipiente seguro, proporcionado
por ellos; tercero, tendrían el control del recipiente durante toda la sesión;
y, finalmente, el revelado de la película tendría lugar bajo su control. Según
el Informe de Scole: «Un protocolo de
este tipo excluiría toda posibilidad de intervención física. Ni los espíritus
guía, ni el grupo de Scole pusieron objeciones a esta propuesta».
En este
punto, se recuerda que el grupo de Scole estaba ya llevando a cabo experimentos
en el campo fotográfico, y utilizaba varios tipos de película que habían sido
cortésmente proporcionadas por Polaroid.
El sobre de seguridad
Antes
de las investigaciones, Montague Keen había discutido con el profesor Richard
Wiseman el tipo de protocolo que podría ser aceptado por los escépticos. El
doctor Wiseman era miembro del consejo de la S.P.R. y ex-miembro de la sección
de psicología de la universidad de Edimburgo. Actualmente es lector de
psicología en la University
of Hertfordshire, y está especializado en criminología. Era considerado por
tanto como una especie de consultor experto en relación a los procedimientos de
seguridad.
El
doctor Wiseman había proporcionado un sobre de seguridad a prueba de fraude, en
polietileno opaco de tres capas. Los investigadores propusieron meter en el
sobre una película de 35 mm
todavía sellada en el sobre, con la esperanza de recibir transmisiones del
mundo espiritual en forma de imágenes sobre la película.
Este
sobre fue entregado al grupo después de la primera sesión en octubre de 1995, y
fue objeto de una discusión durante la segunda sesión, la del 16 de diciembre,
cuando la señora Bradshaw dijo:
Nos habéis dado a examinar un hermoso sobre. Lo
hemos trasladado por la habitación y controlado, y en efecto es un sobre
estupendo. No creo que tengamos problemas de momento, sin embargo, quisiéramos
comenzar a hacer algún experimento con el grupo y con vosotros, sin más dilación,
para ver cómo procedemos.
Montague
Kenn estuvo de acuerdo. «Aquélla era la intención —un turno de prueba, como
podremos definirlo—». Durante la sesión tuvo lugar esta discusión con los
guías:
Joseph: «Gran parte de lo que os presentamos a vosotros
y a otras personas será muy difícil de demostrar, y será muy difícil utilizar
como pruebas algunas de estas demostraciones físicas... He aquí por qué estos
experimentos específicos, en nuestro caso los experimentos fotográficos, son
tan perfectos y tan únicos en el modo en que son planificados y por los
resultados que se obtienen. Pero la última finalidad es esta: el experimento no
se utiliza como un truco para atraer la atención de las personas, sino para
producir fenómenos que permanezcan en el tiempo... Esto es lo que haremos en
términos fotográficos en las próximas semanas. Monty —¿puedo hablarte?—
¿podrías adquirir una película en lugar de utilizar la que tenéis,
concretamente una Polaroid de 12 fotos, que ya hemos utilizado anteriormente?
Parece que funciona bastante bien».
Robin: «¿En
colores o en blanco y negro?».
Montague:
«Cogeré los dos, así podréis elegir».
Señora Bradshaw: «Está bien, me huele que utilizaremos las
dos, ¿no es así? Será perfecto. ¿Y la velocidad? ¿Con qué velocidad hemos obtenido
buenos resultados?».
Robin:
«Hemos obtenido buenos resultados con... la película en color tiene sólo una
velocidad, ISO 40, y la otra con la que hemos obtenido mejores resultados, si
no recuerdo mal, es la ISO
110, pero es en blanco y negro. Control normal».
Arthur:
«Entonces la idea es que Monty lleve una película de cada tipo, cerrada en el
mismo sobre. ¿Es esta la idea?».
Con
ocasión de la siguiente reunión, la del 13 de enero de 1996, el profesor
Ellison cogió el estuche que contenía una Polaroid Polapan de 35 mm , adquirida por Montague
Keen, quitó la casete con los agentes químicos y puso el estuche con el rollo
en el sobre de seguridad de Wiseman. La casete con los agentes químicos fue
puesta aparte pera ser utilizada para el revelado de las fotos al final de la
sesión. Después de esto, el profesor Ellison selló el estuche todavía cerrado y
lo llevó a la bodega en el experimento, poniéndolo en el suelo debajo de la mesa.
Después
de la sesión, los investigadores abrieron el sobre, sacaron el estuche,
extrajeron el rollo y lo metieron en la reveladora eléctrica que se encontraba
en el piso superior. Los resultados, proyectados inmediatamente después por Foy
en una gran pantalla que se encontraba en la biblioteca, mostraron sobre todo
imágenes parecidas a formaciones estelares desparramadas con rayas que no podían
atribuirse a deslizamientos debidos al proceso del revelado (ver foto 32 de la
serie). Sin embargo, en un punto había una pequeña luz parecida al diente de un
engranaje con una sustancia indefinida
detrás.
Foto 32
Los
investigadores pensaron que el resultado «indicaba la presencia de un fenómeno
paranormal», en cuanto que las imágenes no eran ciertamente casuales, sino que,
por el contrario, tenían una forma reconocible. En buena lógica, naturalmente,
no debería existir nada visible. Aunque los resultados no se correspondían con
las expectativas específicas de los investigadores, estos últimos no lograron
encontrar ningún indicio de confirmación de que el procedimiento hubiera sido
manipulado, ya que durante todo el tiempo del experimento el sobre había sido
colocado en un lugar inaccesible entre los pies del profesor Ellison y de
Montague. Por otra parte, la película había sido proporcionada por Montague
Keen, y él y el profesor Ellison se habían ocupado del revelado. Y el sobre de
seguridad y la película habían sido conservadas en todo momento por los
investigadores. Fue así como iniciaron los experimentos fotográficos
controlados científicamente —mediante un procedimiento que no podía ser
falsificado y con un resultado que «indicaba la presencia de un fenómeno paranormal».
Las
siguientes descripciones de los experimentos fotográficos se basan en las
descritas en el Informe de Scole, que
ofrecen una detallada explicación del modo como fue realizada esta innovadora
investigación. Una vez más, quisiéramos expresar nuestro agradecimiento a los
autores del Informe por habernos
proporcionado por adelantado una copia de la publicación.
Letras griegas sobre película verde
El 17
de febrero de 1996, con ocasión de la quinta sesión, el procedimiento sufrió un
cambio. Montague Keen adquirió directamente de Jessops de Leicester, el
principal proveedor, una película Polaroid de 35 mm en color. También esta
vez, la preparación fue iniciada por el profesor Ellison. Él quitó la casete
con los agentes químicos y entregó la película a Montague quien la puso en el
borde de la mesa exactamente frente a él. Robin Foy explicó que los guías le
habían confiado que habían tenido mayor dificultad de lo que en principio era
de esperar con el sobre de seguridad de polietileno negro que había sido
utilizado a prueba en la tercera sesión.
Hacia
el final de la sesión, Joseph y Emily Bradshaw hicieron su aportación:
Joseph: «Esperamos que encontréis algo muy interesante en la
película. Recordad que éstas son sólo las primeras experiencias. Habrá
progresos, creedme. Los guías que trabajan en este procedimiento me han explicado
su dificultad y la confianza que tienen de conseguir lo que se han propuesto».
Señora Bradshaw: «Sólo puedo confirmar las palabras de Joseph.
Esperamos haber logrado daros algo que os haga saltar de alegría cuando lo
comprobéis. Hagamos una apuesta: ¡si no saltáis de alegría, la próxima vez
traigo media corona!».
Arthur: «Ya no
es de curso legal».
Señora Bradshaw: «Oh querido, apuesto no obstante que te
gustaría tener media corona, ¿no es así? Pero no creo que te la mande».
Para
resumir, la señora Bradshaw consiguió quedarse con la media corona. Cuando fue revelada
la película inmediatamente después de la sesión, se descubrió por otra parte
que era negra. Sin embargo, tres o cuatro fotogramas
contenían imágenes en color. La más significativa de estas, mostraba tres
letras griegas en mayúsculas sobre fondo verde: m e n (ver foto 15 de la serie). Estas letras
en caracteres romanos, corresponden a «m», «e» y «n». Parecían estar
iluminadas, como si una antorcha hubiera sido colocada encima de ellas. En un
examen más atento se ve, aunque débilmente, que deberían estar precedidas y
seguidas por otras letras.
Foto 15
Los
investigadores notaron que en este caso no había sido utilizado el sobre de
seguridad. El estuche con la película no estaba marcado y no era visible,
aunque sí se encontraba a pocos centímetros de Montague Keen, y muy cercano a
los demás investigadores que se sentaban a su lado, en concreto los profesores
Ellison y Fontana. Uno de ellos, o los dos, se habría dado cuenta casi con
seguridad de un eventual intento de cambiar los contenedores por parte de los
miembros del grupo, que habría tenido que pasar por delante de ellos y realizar
el cambio en la oscuridad. Sin embargo, el control no podía considerarse perfecto,
dado que subsistían posibilidades teóricas de un cambio.
El 25
de mayo de 1996, con motivo de un seminario en el que participaron diez
personas, se presentó un mensaje en latín sobre la película. Los principales
investigadores no estaban presentes. Sin embargo, un informe detallado del
proceso fue realizado por el señor Denzil Fairbairn, un hombre de negocios.
Opiniones - DENZIL FAIRBAIRN
Había
examinado con gran escepticismo las afirmaciones contenidas en los seis
primeros números de la revista Spiritual
Scientist. Todo me parecía más bien extravagante y en cierto modo
exagerado.
Antes
de entrar en la bodega para la sesión, se me pidió —por petición expresa de los
espíritus guía— elegir, entre una decena de películas todavía preparadas y selladas,
una película Polaroid en blanco y negro, y cuidar de ella. Después se me pidió
sacar de la caja sellada el estuche de plástico que contenía la película, y
consignarlo con mi firma. Conservé la película hasta que fue colocada sobre la
mesa de la bodega, y no la perdí de vista en ningún momento hasta que se
apagaron las luces.
Tengo
que detallar que la película se encontraba al otro lado de donde se sentaban
los miembros del grupo, y que la cúpula de cristal en el centro de la mesa les
impedía verla. A mi juicio, por tanto, ninguno de ellos podía manipular la
película, sobre todo porque cada uno llevaba una cinta fosforescente que
indicaba continuamente dónde se encontraba dentro de la estancia oscurecida.
Después
de darnos la bienvenida y de pronunciar unas palabras de ánimo, Manu procedió a
mezclar los tres tipos de energía utilizada para llevar a cabo esta clase de
fenómenos.
Fuimos
presentados luego a una distinguida personalidad oriental de nombre Raji. En
aquel momento, los médiums estaban controlados simultáneamente, uno por parte
de Emily Bradshaw, una señora encantadora hacia la que sentí rápidamente una
gran simpatía, y el otro por Joseph, un hombre moderado y modesto que daba la
sensación de tener una gran cultura, sin ser sin embargo arrogante.
En
primer lugar aparecieron las inconfundibles ráfagas de aire helado en toda la
estancia, sobre todo debajo de las rodillas, donde, en algunos momentos, hacía
verdadero frío.
Súbitamente
saltó de la nada una pequeña luz fuera de la mesa. Fue tan rápida, que lo único
que permaneció impreso en el campo visible fue la estela de luz a media altura.
Esto sucedió repetidamente, y cada vez la luz aumentaba de intensidad y
permanecía visible por períodos más largos.
Algunos
oyeron ruidos de pasos y arrastrarse sobre el pavimento cubierto de alfombras,
y la señora Bradshaw nos avisó de que había dos visitantes en la habitación.
Después, desde un punto encima de la mesa, oímos a alguien que trataba de
hablar. Inicialmente, la primera voz no fue demasiado clara; después una
segunda, muy definida, que el grupo de Scole reconoció como la de «Reg Lawrence»,
habló desde la misma distancia. Estaba tratando de aportar «pequeños retoques»
para ayudar al primer orador a hacerse oír con más claridad.
Pregunté
a mi madre si había sentido que la tocaban o había notado golpecitos, pero
respondió que no. Después la señora Bradshaw transmitió a mi madre algunas
informaciones dignas de consideración de parte de mi padre, y mientras ella
hablaba, sentí que me tocaban de una forma sólida en la muñeca y en el
estómago.
Mi
mujer, que estaba sentada a mi lado, sintió que la tocaban en la nuca, y poco
después mi madre sintió el peso de una mano que se apoyaba en la suya.
Verbalizó en voz alta lo que le estaba pasando, luego sintió que le levantaban
la otra mano que fue dejada caer sobre el dorso de la mano del espíritu.
Después le levantaron las dos manos y se las besaron en las puntas de los
dedos. Inmediatamente, esto fue reconocido como un gesto que mi padre había realizado
con frecuencia antes de declarar sus sentimientos a mi madre.
Nos
informaron de que el equipo de espíritus encargados de las fotografías tal vez
había logrado imprimir algo en la película. Se me pidió nuevamente tener
cuidado de la película hasta el momento del revelado.
El
rollo fue introducido en una pequeña reveladora proporcionada por la sociedad
Polaroid, y todos nosotros esperamos con impaciencia la impresión final. Fue un
verdadero y auténtico placer descubrir que sobre dos de los doce fotogramas
había algo insólito. En realidad, se trataba de un mensaje en latín que no sólo
era reproducido de modo especular en el mismo fotograma, sino que éste último
era a su vez especular sobre el segundo fotograma, de tal manera que todo el
mensaje aparecía cuatro veces en varios niveles de reproducción transparente.
El mensaje era: Reflexionis,
Lucis in Terra et in Planetis (Reflexiones de la luz en la Tierra y en los planetas)
(ver foto 33 de la serie).
(Foto
añadida por esta web, no pertenece al libro)
(Foto
añadida por esta web, no pertenece al libro)
Los
investigadores observaron que, aunque no habían asistido a este experimento, la
explicación obvia y normal de los resultados habría podido ser la de un cambio
de película por parte de un miembro del grupo. Cosa realizable ya sea sacando
la película de su contenedor y sustituyéndola con una elaborada anteriormente,
ya sea sustituyendo totalmente el
estuche con su contenido. Sin embargo, los investigadores opinaron que ni una
ni otra explicación podía conciliarse con la presencia del sello de papel que
el señor Fairbairn había aplicado al contenedor antes de que comenzase el
experimento. Y esto, porque habría sido extremadamente difícil quitar y
sustituir el sello in situ, en la
oscuridad y sin ser vistos. Además, para poder coger el contenedor durante la
sesión, los miembros del grupo habrían tenido, ante todo, que quitarse u
oscurecer las tiras fosforescentes que llevaban en el brazo, quitar el sello
sin ruido y sin dañarlo, abrir la caperuza en silencio, sustituir la película
por otra, cerrar la caperuza siempre en silencio, reponer la contraseña y
finalmente, volver a meter el contenedor en la posición original.
Según
los investigadores, otra hipótesis podía ser la de que el señor Fairbairn
estuviera de acuerdo con el grupo —en contra del testimonio de otros testigos
independientes, a muchos de los cuales el señor Fairbairn jamás había
encontrado antes—. Una hipótesis que, sin embargo, debería haberse presentado
también cuando estaban presentes otros experimentadores.
El
mensaje de la cadena dorada
El 13
de julio los mismos investigadores hicieron otro intento para obtener una
prueba fotográfica. Además del profesor Ellison y de Montague Kenn, en la
sesión estaba presente el profesor Archie Roy, especialista en astrofísica, que
había llevado una película para diapositivas Polachrome de 35 mm en color, de 12 fotos,
todavía selladas.
En esta
ocasión, el profesor Ellison abrió la preparación sellada, sacó una caja,
rompió el sello y extrajo el estuche negro, poniendo aparte, como de costumbre,
la casete con los agentes químicos para el revelado. Después, Monatgue Kenn
aplicó un adhesivo fosforescente sobre un lado del estuche. El profesor Ellison
se le metió en el bolsillo, y luego lo puso sobre la mesa de la bodega, entre
una de las cuatro tiras fosforescentes pegadas a la mesa y un cristal, vuelto
hacia el estuche. Al final de la sesión, el estuche se encontraba en la misma
posición.
Una vez
revelada, en la película se veía una frase escrita en pésima grafía, que podría
ser la siguiente: Perfectio consummata
seu quinta Essentia Universalis. (Perfección consumada o quintaesencia
Universal) (ver fotos 16 y 17 de la serie).
Foto 17
A la
frase le seguía el dibujo de un círculo con un punto en el centro. El profesor
Roy hizo notar que se trataba de un símbolo del sol, teoría que había sido
tratada durante la discusión sobre astronomía que se había desarrollado poco antes
con el espíritu guía.
Una
amiga y vecina de Diana, Beverley Dear, encontró luego un libro, Magic Symbols (F. Goodman, Trodd, 1989),
en el que están reproducidas ilustraciones contenidas en una publicación
alemana de 1747, Aurea Catena, oder eine
Beschreibung von dem Ursprung der Natur und Natürlichen Dingen. Entre
estas, figura una ilustración de la cadena dorada de Homero (Aurea Catena Homeri). Sobre esta cadena
están colgadas o suspendidas una serie de símbolos, uno de los cuales tiene un
círculo con un punto en el centro y una pequeña cruz debajo. En la base la
siguiente inscripción: Perfectio
Consummata seu Quinta Essentia Universalis. (Del caos a la máxima cima de
la humanidad).
Magic
Symbols (F. Goodman,
Trodd, 1989)
Según
el Informe de Scole, la frase está
traducida, como la hemos transmitido, por un consultor, pero el doctor Gauld,
miembro de la S.P.R., opina que estaría mejor interpretada como: «Perfección
última, o bien quintaesencia universal: parte del sumo instrumento simbólico
que inicia la cadena con el caos y la confusión y termina con la perfección,
para representar el progreso del hombre hacia la luz».
Por
tanto, de la comparación de Magic
Symbols, lo que los investigadores al comienzo habían pensado que representaba
al sol, ahora parecía corresponder más claramente al símbolo inferior del Aurea Catena Homeri. Digno de notar el
hecho de que tal mensaje haya llegado cuando estaba presente un astrofísico,
sobre todo desde el momento en que el tema del mensaje estaba relacionado con
una discusión tenida exactamente durante la sesión.
En la
misma falsilla[1],
el resultado de la siguiente sesión fue un mensaje en lengua alemana, recibido
cuando estaban presentes investigadores alemanes. Durante una sesión anterior,
la del 31 de mayo de 1996, en que habían estado presentes Walter Schnittger,
ingeniero de automóviles, y su mujer Karin, intérprete, ésta última había
guardado durante toda la tarde el contenedor de la película. Parecía que los
guías hubieran hecho un claro intento de grabar en la película una poesía en
alemán, aunque el resultado estuviera desenfocado, y sólo en parte legible. La
escasa definición se debía aparentemente al hecho de que Karin había agitado el
contenedor en momentos de gran emoción, o diversión, durante la sesión.
La
siguiente sesión, en la que participaron de nuevo los Schnittger, tuvo lugar el 26 de julio de 1996. Es importante
observar que esta vez fue Walter Schnittger el que guardó el contenedor con la
película, que nunca apoyó en la mesa ni consintió que otros la tocasen. Fue él
mismo el que controló luego el revelado.
Esta
vez, la transmisión sobre la película fue mucho más clara (ver fotos 20,21 y 22
de la serie).
Ein alter Stamm mit tausend Aesen
Die Wurseln in der Ewigkeit
Neig sich von Osten hin nach Westen
In mancher Bildung Weit und breit.
Kein Baum kann bluthenreicher werden
Und keines Frucht kann edler seyn
Doch auch das «Dunkilste» auf Erden
Es reif auf seinem Zweig allein.
Un
viejo tronco con muchas ramas
Las
raíces hundidas en la eternidad
Se
inclina desde el Este hasta el Oeste
De
forma múltiple, de un lugar a otro.
Ningún
árbol puede ser más frondoso
Y
ningún árbol frutal puede ser más noble
Pero
hasta el «más oscuro» en la tierra
Madura,
mas sólo sobre sus ramas.
[1] Hoja de papel con líneas muy señaladas, que se pone debajo de otra en
que se va a escribir, para que aquellas se transparenten y sirvan de guía.
(Diccionario). Aquí la falsilla se refiere al parecer a la película. (N de T)
Poema completo
Foto 20
Foto 21
Foto 22
La
película contenía también símbolos de planetas e ideogramas chinos, todos
«dibujados de un modo concreto, claramente visibles y en colores vivos».
Según
el Informe, esta película presentaba
tres características interesantes. En primer lugar, la poesía estaba escrita en
lo que los Schnittger y otros alemanes presentes consideraban un óptimo alemán,
en un estilo típico de los años Cuarenta del siglo XIX. En segundo lugar, era
una poesía de gran calidad y, a pesar de las mismas investigaciones hechas en
Alemania por los Schnittger, por el doctor Kurt Hoffman y por otros, su autor
permanece anónimo. En tercer lugar, según Robin Foy, los guías habían sugerido
que había sido escrita o encontrada por un ascendiente de Walter Schnittger,
ofreciendo así una prueba potencial ulterior de un nexo entre un participante y
el contenido de la película.
Según
una nota del Informe, el doctor Kurt
Hoffman informó a los investigadores de que algunos expertos alemanes
consultados por él, habían identificado la poesía como típica de Friedrich
Rückert (1788-1866). Se hacía notar que Rückert era un poeta popular y fuente
de inspiración de muchas óperas de Gustav Mahler. Él, además, era famoso por
haber traducido el Corán al alemán, y alimentaba un gran interés por el
misticismo oriental. Aunque Rückert fue un potencial candidato, investigaciones
profundas hechas por competentes estudiosos alemanes en dieciséis universidades
del Reino Unido no confirmaron la paternidad. No se encontró rastro de una
publicación. La poesía no se encuentra en la antología de versos de Rückert a disposición de los
estudiosos, y es considerada «muy oscura».
A la luz de lo visto más arriba,
los investigadores consideraron que sería posible encontrar una relación con la
hipótesis general de fraude, en la medida de que tal hipótesis se funda en el
acceso, relativamente fácil, a material ya de dominio público.
Aunque
el protocolo utilizado en las sesiones en que se produjeron la primera y la
segunda imagen con la poesía en alemán tuviera un punto débil (la película
había sido entresacada de la reserva de los Foy), este inconveniente se
resolvió con ocasión de la siguiente sesión en la que participaron los Schnittger, y en la que se recibió otro mensaje: Wie der Staub in... Wind (como polvo en
el... viento). El resultado de esta película parece haber sido obtenido con un
«protocolo perfecto», o bien no había posibilidad alguna de fraude (ver fotos
18 y 19 de la serie).
Opiniones –WALTER SCHNITTGER
Una
semana antes de nuestra cita, me telefoneó Robin Foy para informarme de que
estaba previsto un experimento fotográfico para la semana siguiente. Me pidió
que adquiriera una película para diapositivas en color Polaroid Polachrome de 35 mm y un candado. Nos
recomendó también no manejar la película más de lo necesario.
Adquirí
un candado, conservándolo con el preparado sellado, y encargué tres películas,
una de 12 fotos, las otras dos de 36. Conservamos personalmente todo hasta la
fecha prevista (viernes 22 de noviembre de 1996), manteniendo las películas en
una bolsa de plástico.
En casa
de los Foy examiné atentamente la caja de madera
colocada sobre la mesa de la sala de estar, y noté que sólo podía contener un
rollo en su estuche de plástico. Quité el candado y las dos llaves del
preparado, y lo apoyé sobre la mesa frente a mí. Elegí el rollo de 12 fotos,
quité el envoltorio de la casete con los agentes químicos del revelado y del
estuche, poniendo rápidamente este último en la caja, que cerré inmediatamente
con el candado. Dejé la casete con los agentes químicos en la habitación.
Fotografía de la caja
Tomé la
caja de madera y me dirigí hacia el coche, donde deposité las dos llaves del
candado, después entregué las llaves del coche a Hans (Schaer), que se quedó
todo el tiempo con nosotros. Todos los miembros del grupo fueron testigos de
esta actuación.
Desde
el momento en que fue cerrada hasta el revelado de la película al terminar la
sesión, la caja permaneció siempre conmigo. Jamás la dejé sin custodia, ni
permití que nadie la tocase. Cuando bajamos a la bodega, tuve la caja en mi
regazo con ambas manos hasta que después de haberle dicho que no era zurdo,
Edwin me pidió tener la caja con la mano derecha de tal modo que apoyase el
dedo índice en la tapa y la yema tocase el candado. Con la mano en esta
posición, Edwin me pidió poner la caja sobre la mesa, de modo que la base se
apoyara sobre la superficie. El brazo derecho, desde la mano hasta el codo,
estaba apoyado en la mesa, mientras la mano izquierda la tenía puesta en la rodilla.
En los
minutos que siguieron, con la mano en esta posición, la mesa vibró en diversas
ocasiones, a veces tan violentamente que los cristales empezaron a tintinear.
En una ocasión, sentí que me levantaban la manga de la mano derecha del jersey
y de la camisa y un dedo rodeó mi muñeca; después me soltaron la manga. Tuve la
impresión de que hubiera al menos cinco manos tocándome simultáneamente el
brazo derecho, algunas hacían una presión muy fuerte, como si estuvieran
tratando de quitarme los dedos de la caja (cosa que impedí) o de forzarlos,
tanto que me costó un poco mantenerla cerrada. En cierto momento sentí una
sensación de frío, como si me hubieran puesto en el dorso de la mano un trozo
de hielo.
Después
me pidieron poner de nuevo la caja en el regazo, donde la guardé con ambas
manos hasta el final de la sesión, cuando hice que Hans me devolviera las
llaves del coche. Después de esto, sin abandonar nunca la caja, fui al coche a
coger las llaves del candado. Cuando volví, controlé atentamente la reveladora,
para comprobar que estaba vacía. Inserté la casete con los agentes químicos y
finalmente abrí la caja, saqué el estuche de plástico, extraje la película y la
inserté en la reveladora.
Después
de haber cerrado la reveladora y activado el proceso de revelado —claramente
audible y de una duración de unos dos minutos— quité la película, que todos
habíamos inspeccionado. A lo largo de toda ella eran visibles un texto,
símbolos y líneas además de palabras en alemán como wie e Staub escritas a mano,
y un extraño escrito alemán de modo especular.
Un
protocolo similar fue seguido por Walter en la sesión del 6 de diciembre de
1996. Walter dejó en su coche las llaves del candado, lo cerró y quitó las
llaves. También en este caso mantuvo la caja sobre la mesa con la mano derecha,
y la tocó muchas veces, pero en esta circunstancia la presión ejercida fue
menor respecto a la vez anterior. Lo que salió de la reveladora tenía el
aspecto de una serie de radiografías de los dedos de la mano de Walter.
El 17
de enero de 1997 hubo otra sesión con Karin y Walter. Se adoptó el mismo
procedimiento, salvo que la caja fue custodiada por Karin, mientras Walter
guardaba las llaves del candado en el coche. La caja no fue tocada por ningún
otro durante este breve intervalo.
Esta
vez, el grupo permaneció arriba, mientras Walter fue a la bodega y colocó la
caja en el centro de la mesa de tal manera que los ángulos opuestos de la misma
estuvieran vueltos hacia los cuatro puntos cardinales, según lo indicado por
las cuatro etiquetas fosforescentes. Una hoja de papel blanco, formato A4,
había sido ya colocada en el centro, que permitiera dibujar con la pluma el
contorno de la caja y del candado colocado. A petición de Robin, Karin y Walter
controlaron a fondo toda la habitación, sin encontrar nada sospechoso.
Walter
confirmó que durante la sesión que siguió, ninguno de los seis participantes se
movió de su sitio, a juzgar por las posiciones de las cuatro cintas
fosforescentes que llevaban encima. Al final de la sesión controló que los
contornos trazados en la hoja de papel correspondiesen a la posición de la caja
y del candado. Una vez que subieron al piso superior, Karin guardó nuevamente la caja, mientras el marido
iba al coche a tomar las llaves del candado. Después de comprobar que la
reveladora estaba vacía, Walter escribió sus iniciales tanto en la caja con los
agentes químicos como en la película y, con la ayuda de Alan, puso ambas en la
reveladora. Al terminar el proceso, confirmó que las iniciales sobre la
película eran las suyas. Sobre esta última había símbolos herméticos (ver fotos
23, 24 y 25 de la serie).
Foto 23
Foto 24
Foto 25
Se
hicieron incorporar todas las imágenes a un único volumen publicado. Nada raro.
En efecto, podría tener sentido que los espíritus transmitan, durante una
sesión, material de una única fuente utilizable, más que utilizar numerosos
textos distintos que no harían sino complicar el proceso sin incidir en modo
alguno en el resultado final: prueba de que los espíritus guía estaban
capacitados para reproducir imágenes reconocibles sobre la película.
La caja
de madera utilizada en estos experimentos había sido introducida a petición de
los guías para aumentar la seguridad (ver fotos 34 y 35 de la serie). Entregada
a los investigadores para una comprobación, era devuelta con todos los sellos
rotos —hay que sugerir que era imposible abrir la caja sin romper los sellos.
Si los investigadores hubieran logrado abrirla sin romper los sellos, lo habrían
mostrado a todo el mundo. Algunos de los expertos que participaban en la sesión
guardaron la caja durante todo el tiempo. Todos coincidieron en el hecho de que
era físicamente imposible para los médiums falsificar la caja. Si alguien
hubiera querido abrirla, aprovechando la oscuridad que reinaba en la estancia,
debería haberla tenido con una mano y abrirla con la otra. Todo esto sin mover
la caja o el candado de su posición que era indicada con una pluma al comienzo
de cada sesión.
La caja
La caja
(Foto
añadida por esta web, no pertenece al libro)
Los
guías habían tenido algún problema, dado que aquellos experimentos fotográficos
eran nuevos tanto para ellos como para el grupo y los investigadores. Durante
la sesión del 10 de agosto de 1996, hubo una discusión sobre la naturaleza de
la transferencia de energía y de los
problemas encontrados. Albert, hablando a través de Allan, trató de explicar lo
que había sucedido.
Albert: «Estas fuerzas son utilizadas más o menos
como es utilizada una onda portadora —para transmitir— y pueden penetrar la
materia tanto en nuestro mundo como en el vuestro... El proceso del pensamiento
o de la imaginación es transportado por esta onda (portadora), y así es como me imagino este proceso. Estas
ondas portadoras son (utilizadas)
para transportar señales como la modulación, la modulación de frecuencia».
Arthur:
«Exacto. Las ondas de radio, produciendo una frecuencia alta, van arriba y
abajo. La alta frecuencia transporta la energía, mientras la baja frecuencia es
la inteligencia transportada».
Albert: «Me agrada que lo hayas dicho tú. Creo que
es un buen ejemplo. Cuando utilizo la analogía de la radio comienzo a tener
alguna dificultad. Coincidirás conmigo en que las ondas de radio no llegan a
penetrar todos los materiales»
Arthur: «Sí, el
metal».
Albert: «... tienen dificultad para penetrar también en
otras sustancias, no necesariamente el metal. En el momento en que (estas fuerzas penetran materiales distintos) se produce un cambio. A veces, durante este (proceso)
estas transformaciones se pierden; parte
de la información se pierde y es imprevisible. No tenemos nada con lo que
comparar nuestros resultados, debido a la imprevisibilidad de este fenómeno.
A esto se añade que sobre las ondas
influyen sustancias distintas, por tanto se tienen diversas pérdidas, y según
los materiales se producen distintos cambios. En lo que se refiere a las
películas, ellas están en un estuche de metal. ¿Podéis confirmarlo?».
David: «Sí ».
Arthur:
«Pensaba que fuese de plástico».
Montague: «Es
una lámina».
Albert: «No, no es una lámina, es metal, con un espesor
cercano a una milésima de pulgada».
Arthur: «Es
más bien gruesa».
Albert: «Esto no es un problema. Ya lo hemos
resuelto hace tiempo, pero lo que nos ha dado problemas es cuando las películas
vienen metidas dentro de otros objetos. Actualmente hay dos capas. También el
negro es un problema. Ahora lo hemos resuelto, pero de vez en cuando nos da
problemas. Cuando se utilizaban otras capas, entonces encontrábamos problemas
que teníamos que superar con ulteriores experimentos. Este es el motivo de que
hayamos tenido un resultado negativo cuando nos hemos encontrado frente a otra
capa. Con el tiempo habría podido resolverse, pero hemos pensado que habríamos
vuelto al punto de partida (y) habríamos
tenido que continuar de manera ligeramente distinta».
Los
guías esperaban que la caja pudiera ofrecer la misma seguridad y eliminar al
mismo tiempo algunas dificultades. Quisieron que se hiciera con una tapa
provista de una bisagra y un porta-candado fuerte. Lo que se buscaba era
mantener la película en un lugar seguro, reduciendo, como consecuencia, la
posibilidad de ser acusados de fraude en caso de que hubiera sido necesario
dejar en custodia la película por unos días o por un período más largo, para
permitir trabajar a los guías. La necesidad de adoptar esta garantía
probablemente nació del hecho de que los guías no siempre conseguían obtener resultados
en una sola sesión.
La caja
de madera es utilizada también como contenedor «hermético» de las películas
durante las sesiones. Como ha observado Walter Schnittger, los investigadores incrementaron
las precauciones, como poner aparte las llaves del candado, colocar la caja
sobre una hoja de papel y dibujar los contornos para demostrar que no había
sido alejada, e incluso tener en la mano la caja durante toda la duración de la
sesión experimental. Las imágenes continuaban apareciendo también en las películas
depositadas dentro de la caja.
Por
motivos que ya hemos explicado, los investigadores tuvieron la impresión de que
si hubieran logrado dejar claro que tenían el control total de cómo y cuándo se
producían las fotografías, aquella habría
sido la mejor prueba posible. Sin embargo, esto no justifica que todos
sus experimentos tuvieran que ver exclusivamente con las fotografías.
Por
ejemplo, en el experimento de la «esencia del cristal», a los investigadores se
les pidió comprobar si conseguían ver y tocar un cristal visiblemente luminoso
contenido en una taza puesta sobre la mesa. A pesar de que la bodega estaba
inmersa en la oscuridad más absoluta, ellos veían la taza
gracias a la luz creada por los espíritus. Los investigadores confirmaron que
lograron ver y tocar el cristal. Después los guías les pidieron volver a
probar. Esta vez, aunque lograron también ver el cristal, ya no podían tocarlo.
Después los espíritus pidieron volver a probar una vez más. Y de nuevo
consiguieron ver y tocar el cristal. (Una vez realizado lo que intentaban, el
profesor Ellison apoyó el mentón tan cerca del borde como para impedir que
alguien pudiera interferir con el cristal en la taza).
(Foto
añadida por esta web, no pertenece al libro - Reconstrucción de lo sucedido)
Los
espíritus guía habían creado aparentemente algo similar a un holograma de los
cristales. Explicaron que habían hecho este experimento para ilustrar lo que
sucede al ser humano cuando muere. El elemento «físico» o terreno de una
persona ya no existe, pero la esencia permanece y se sitúa «en otro lugar». En
este caso, los guías habían apartado el elemento físico, haciendo visible la
esencia de los cristales en la taza. Inútil decir que los científicos encontraron
esta demostración fascinante, tanto más cuanto que parecía ser la prueba de un
nuevo tipo de manipulación de la materia y de la energía.
Aunque
los investigadores hicieron lo mejor que pudieron para ajustarse al protocolo
científico, hasta cierto punto cada experimento controlado por ellos nunca era
perfecto. Esto es verdad para cualquier experimento en que los científicos no
pueden tener el control absoluto de todas las variables. Si esto os preocupa,
hay que destacar que esto vale para muchos experimentos de biología o de
medicina, lo mismo que para los llevados a cabo durante la experiencia de
Scole. La falta de un control total de todas las variables no priva
necesariamente a un experimento de su validez.
El
grupo permitió siempre a los expertos aportar cualquier cambio al procedimiento
para hacerlo más seguro. Aunque fueron los guías los que sugirieron el tipo de
caja más adecuado, los protocolos fueron respetados siempre. Fueron los
investigadores los que introdujeron los sobres de seguridad y otros controles
para eliminar la posibilidad de fraude.
Sobre
el mismo tema, un punto de especial importancia de la experiencia de Scole se
refiere a qué hacer con los tensados «del hilo y de la cuerda». Todo hilo tiene
un punto débil y se romperá cuando se tire por ambas partes. Sin embargo, si
reunimos quinientos hilos y los entrelazamos entre ellos tendremos una cuerda
que no se romperá. La debilidad de cada hilo se supera por la fuerza unida de
todos los hilos puestos juntos.
Esto es
también verdad para los quinientos experimentos llevados a cabo en Scole a lo
largo de cinco años. Cada uno de ellos tenía su punto débil, pero tomados en su
conjunto el resultado global es una prueba sólida y convincente de que la
inteligencia humana puede sobrevivir a la muerte física: parecía exactamente
que alguna forma de inteligencia estuviera tratando de comunicar desde «alguna
parte».
Si hubo
fraude, entonces debió envolver seguramente a todos los miembros del grupo
experimental de Scole. Ellos deberían haber programado, hasta el mínimo
detalle, todas las conversaciones que tuvieron a lo largo de las sesiones.
Deberían haber sabido a priori cuándo,
cómo y quién hablaría de una determinada materia, y cuándo, cómo y quién haría
alguna cosa. Ellos deberían también haber previsto de algún modo si, por
ejemplo, el profesor Ellison llegaría tarde en el tren, (cosa que sucede), y,
por tanto si estaría o no presente en la inminente conversación.
Los
miembros del grupo debían estar en situación de pasar sin discontinuidad, de
las discusiones de los experimentos sin investigadores a otras con los
investigadores. Los miembros del grupo, sobre todo los médiums, habrían tenido
que conocer el objeto de las investigaciones de Montague Kenn, del profesor
Quintana y del profesor Ellison (y de otros investigadores), y cuándo, dónde y
hasta qué punto habían hecho progresos. La capacidad y los poderes necesarios
para reunir tales y tantas informaciones —que habrían sido indispensables para
elaborar un engaño de tal envergadura— resultan tan enormes que debemos
preguntarnos si la comunicación por parte de entidades desencarnadas (con
acceso a esas informaciones sobre «otro nivel») no será tal vez la explicación
más verosímil.
Siguiendo
esta pauta, es claro a nuestro parecer que de la transcripción del 16 de agosto
de 1997 los espíritus guías dieron la impresión de conocer muchas cosas sobre
la pasión de Montague Kenn por Rachmaninov y sobre la especial significación
que una de las óperas de este compositor tuvo para él en la juventud. Durante la sesión, de una grabadora (la que
no tenía micrófono) salieron las notas de esta composición musical. Como nos
contó Montague:
No sólo
de la grabadora sin micrófono procedía el familiar «ruido blanco», sino que,
superpuestas, había también una música y una voz. Reconocí casi inmediatamente
que el fragmento formaba parte del Concerto
per due pienoforti de Rachmaninov. Me emocioné profundamente porque aquélla
música tenía para mí una gran significación. Había sido uno de los primeros
fragmentos de música clásica que había conocido –una grabación del mismo
Rachmaninov que había escuchado sobre un 78 revoluciones antes de la guerra.
Aquel fragmento me trasladó a los días de mi adolescencia cuando andaba de un
lado para otro. Estaba seguro de no haber contado a nadie este hecho, ni
siquiera a los miembros del grupo de Scole, ninguno de los cuales parecía
especialmente interesado por la música clásica.
Es
interesante observar que en la cinta virgen fueron grabadas tanto la música
como la voz que a ella se sobreponía, pero no las voces con la música de fondo
de la habitación. El profesor Fontana había puesto personalmente una contraseña
en la cinta virgen, insertándola en la grabadora al comienzo de la sesión.
Estuvo también muy atento para que nadie del grupo se acercase a la cinta o a
la grabadora sin micrófono.
Sopesamos
la validez de la hipótesis de fraude a la luz de lo sucedido en esta sesión.
Por un lado, Montague Keen declaró no haber revelado a ningún miembro del grupo
o a otros su afición y el vínculo juvenil con la ópera «ejecutada» por la
fuente espiritual. Por otro lado, algunos críticos avanzaron la hipótesis de
que Montague debía haber revelado al
grupo todos los particulares, pero que luego, inexplicablemente, se había
olvidado de ello. La lógica consecuencia de esta argumentación es que los
críticos que hicieron esta acusación habrían continuado haciéndola en todos los demás casos de «conocimiento»
aparente por parte de los espíritus guía. El grupo habría tenido que recoger
por anticipado todas las informaciones dignas de consideración, después habría
tenido que esperar el momento oportuno para introducirlas en la conversación.
Para
los que se han tomado el trabajo de analizar efectivamente el conjunto de
pruebas relativas a los fenómenos mediúmnicos, recogidas en los últimos ciento
y pico años, esta acusación de la «recogida de informaciones» buscando una
estafa por parte de los médiums entra en la categoría «de lo absurdo». Los que
avanzan el absurdo de la acusación de fraude afirman también con frecuencia que
este es el motivo principal por el que la mayor parte de los críticos se
inclina por la hipótesis de la super-PSI: desde el momento en que la super-SPI
es intrínsicamente indemostrable, se convierte en el saco perfecto para todos
los fenómenos inexplicables.
A veces
se tiene la impresión de que, más que tomar en consideración la explicación de
la supervivencia, se prefiere inclinarse por cualquier otra hipótesis, aunque
sea inverosímil. Para algunos es absolutamente impensable que existan realmente entidades que
sobrevivan a la muerte, que ahora se encuentran en otra dimensión, todavía conscientes
de sí mismas, con recuerdos de su vida terrena y capaces de comunicarse en
condiciones adecuadas con los que siguen todavía aquí.
Sin
embargo, y este es el punto importante, que la hipótesis de la supervivencia
esté más o menos en contra de algunos prejuicios teológicos, sociológicos,
lógicos o de otro tipo no es relevante para los fines de su pretendida
veracidad, aunque se ofenda a nuestras actuales convicciones. Si los espíritus
guía son capaces de demostrar la exactitud de la supervivencia, al final
tendremos que aceptar esta «nueva» verdad y adaptarnos a las implicaciones.
Keith
McQuin Roberts tiene una preparación científica. Fue invitado a participar en
una sesión experimental en Scole.
Opiniones – KEITH MCQUIN ROBERTS
Por
naturaleza y por educación tengo una visión científica. Antes como ahora,
parece que ilustrar a los demás sobre el tema de la supervivencia requiere una
aproximación distinta, científica, si queremos que tenga una mayor posibilidad
de éxito respecto al pasado.
Descendimos
a la bodega, conocida como «cueva de Scole». La estancia había sido
reestructurada de tal manera que se impedía cualquier fuente de luz y el único
ajuar estaba formado por algunas sillas y por una mesa. Robin nos invitó a
controlar la estancia y nos explicó cómo funcionaban los aparatos que se venían
utilizando cuando participaban en una demostración representantes de la comunidad
científica. Explicó su manera de proceder y las medidas de seguridad adoptadas
para excluir cualquier riesgo de ser acusados de fraude o de manipulación del
proceso.
Los
fenómenos no defraudaron las expectativas y más que una sesión experimental fue
una demostración, pero esto no la rebajó en modo alguno. Me dio más tiempo para
observar y reflexionar y, aunque sabía lo que me esperaba, me quedé sin embargo
muy impresionado.
Uno de
los fenómenos fue el de una lucecita, parecida a una bola, que cambiaba de
lugar por toda la habitación. Actuaba como si fuese un objeto sólido y parecía
cambiar de lugar de forma deliberada de una persona a otra.
Estaba fascinado
por el modo como sentí una ligera presión cuando me tocó. Todavía más
sorprendente fue el modo en que descendió ruidosamente a través de la pesada
superficie de la mesa, para volver a subir después a través de ella en el
silencio más absoluto. Todo esto pareció una demostración de leyes científicas
actualmente desconocidas.
En lo
que a mí se refiere, el punto fuerte de la sesión fue cuando fui tocado por una
mano materializada. Había esperado que se me concediera la posibilidad de hacer
aquella experiencia, pero cuando sucedió me sentí abrumado por la emoción. Me
recobré lo suficiente como para mostrarme educado y pregunté si por mi parte
podía tocarla. Pero, en la excitación, olvidé saludar y preguntar quién era.
Inmediatamente después de este episodio, la demostración comenzó a entrar en la
fase final.
Aunque
los fenómenos a los que he asistido me han fascinado, tengo la impresión de que
en sí no son importantes. Son más bien señales importantes a lo largo del
proceso que todos esperamos pueda conducir a resultados que sean repetibles y
fiables en condiciones controladas.
Con el
tiempo tal vez contemos con los progresos prometidos, y el mensaje de las
dimensiones espirituales podrá llegar finalmente a muchas más personas que hoy
en día. Sin embargo, no creo que esto pueda suceder en un inmediato futuro, lo
mismo que no creo que este mundo esté ya preparado. Espero no obstante
equivocarme, porque mi visión se ha transformado por lo que he aprendido, y mi
deseo es que otros puedan tener la misma oportunidad.
Si los
experimentos producen fenómenos fiables y repetibles, que pueden ser
controlados por los científicos, y si estos demuestran de una forma irrefutable
una forma de existencia más allá de la muerte, la humanidad deberá enfrentarse
a conceptos que se encuentran tal vez entre los más comprometedores con los que
nunca haya tenido que enfrentarse. Podrían resultar grandes implicaciones para
la ciencia, si la tierra y los espíritus científicos colaborasen entre sí.
Los
miembros del grupo nos dijeron que algunos investigadores implicados en el
experimento de Scole, habían admitido tranquilamente que esperaban con impaciencia
las sesiones, y que habían reconocido el potencial de los futuros experimentos,
vista la colaboración entre las dos dimensiones. El grupo encontró útil
aprender de estos expertos cuáles eran las pruebas necesarias para convencer a
sus colegas más escépticos. Naturalmente, el grupo fue capaz de llevar a cabo
los experimentos y proporcionar pruebas sólo dentro de los límites de lo que
los espíritus guía lograban obtener utilizando sus métodos de comunicación
«basados en la energía».
Desde
un punto de vista más especulativo, se sugirió también que los espíritus guía
serían capaces de crear un contacto «utilizando la ciencia de los átomos y de
las moléculas», porque es sólo en la historia relativamente reciente, como
individuos con grandes conocimientos de entre los muertos se han puesto a
disposición para desarrollar el trabajo «desde la otra parte». Podemos hacer
más que ofrecer esta explicación tal como hoy se encuentra.
Es
interesante observar también que numerosos científicos eminentes, académicos y
otros doctos investigadores del pasado se han implicado seriamente en la
investigación parapsicológica y de lo paranormal; algunos han sido objeto de
burlas por parte de sus colegas «más realistas» pero, a pesar de esto, han
continuado con tenacidad por su camino, desde el momento en que los resultados
logrados eran tan fascinantes. Sin embargo, actualmente se nota un interés
sorprendente por los fenómenos paranormales que desafía toda explicación
normal. Una rama del instituto de psicología de la universidad de Edimburgo se
dedica actualmente al estudio de esta disciplina.
El
profesor Fontana ha comentado que los fenómenos paranormales físicos podrían
llevarnos a reformular algunas de las leyes científicas que nos son más
queridas. Muchos ilustres investigadores han asistido personalmente y examinado
atentamente las circunstancias en que se producen estos fenómenos. Otros
científicos en todo el mundo están comenzando a analizar la experiencia de
Scole y ha examinar también el nuevo trabajo experimental que se está
desarrollando actualmente por otros grupos que han seguido el ejemplo de Scole.