Capítulo 3 - Experimento Scole



CAPÍTULO 3

Los espíritus guía de scole
y los primeros experimentos



Este tipo de cosas es más difícil de hacer
de lo que parece.

Profesor A. W. VERRAL. (póstumo)


Ya es bastante difícil reflexionar sobre las implicaciones de la supervivencia personal en otro plano de existencia, pero la idea de que una vez que nos hemos aclimatado a nuestro nuevo ambiente, cada uno de nosotros puede convertirse en miembro de un grupo de almas que desarrolla un trabajo espiritual es todavía más provocadora desde el punto de vista intelectual. Sin embargo, según los seres espirituales manifestados en Scole, son muchos los grupos de espíritus que trabajan para comunicar con nuestra dimensión. Cada uno contribuye con sus propios talentos y cualidades, haciendo así a cada grupo de espíritus único en su aproximación y en su capacidad.


Para comprender lo que sucedió en Scole es fundamental tener una mayor comprensión de los espíritus guías.


Cuando un investigador preguntó a una de las guías cómo hacía para saber que había llegado el momento de manifestarse en una sesión, la respuesta fue: «Reconozco cuándo ha llegado el momento porque lo percibo. Es como sentir que tiran de ti, una señal que reconozco. Es una relajación de los sentidos mentales y en este estado consigo reunirme y comunicar con vosotros. Traduzco mis pensamientos en palabras y uso el médium de esta manera, como un instrumento de comunicación».


Según todos los que fueron testigos de los acontecimientos, los espíritus guía de Scole hicieron las sesiones interesantes y, por extraño que pueda parecer, divertidas. (ver apéndice 1). Aunque el grupo de entidades espirituales estuviera compuesto de miles de mentes, sólo un número reducido de entidades estaba en disposición de comunicarse. Durante los cinco años y las quinientas sesiones de la experiencia de Scole, el grupo conoció cierto número de espíritus comunicadores, pero algunos sólo por brevísimo tiempo. Con el desarrollo de los experimentos, los espíritus guía sirvieron de diversos comunicantes regulares. Cuatro de los principales espíritus científicos que se manifestaron fueron presentados como William, Albert, Joseph y Edwin. Cada nuevo comunicante se manifestaba y ofrecía consejos y opiniones según las necesidades. Los guías debatieron con el grupo de Scole sobre una amplísima gama de temas a través de estos comunicantes regulares.


Estas entidades funcionaban frecuentemente como una especie de «intermediarios». Por ejemplo, la señora Bradshaw, una comunicante regular, durante su existencia en la tierra no había adquirido muchos conocimientos científicos. Por tanto no se podía esperar de ella que lo supiese todo sobre la ciencia del espacio, del tiempo, de la materia y de la energía temas que se trataban con frecuencia cuando estaban presentes algunos científicos sólo porque ahora era un espíritu. Cuando se le hacía una pregunta, durante un instante, parecía escuchar la respuesta de un experto del sector que se encontraba en su plano de existencia. Después transmitía la información a aquellos que habían hecho la pregunta en nuestra dimensión. Antes de dar la respuesta, comenzaba muchas veces con estas palabras: «Me están diciendo que...». Un elemento interesante de esta comunicación era que permanecía escuchando tal vez un segundo, y después hablaba del tema durante cinco minutos.


Cómo obran los espíritus guía


En una sesión típica, Manu un poderoso guía que era el «guardián» del mundo espiritual se presentaba en primer lugar, daba la bienvenida a todos, después «andaba detrás de los bastidores» y unía las energías para que pudiera comenzar el trabajo. Comúnmente eran unos compases jocosos de Patrick McKenna que había sido sacerdote cuando se encontraba en el mundo físico con los que fingía no querer admitir al guía indio Raji. Después, al final, permitía que sonase una marcha (la señal de la llegada de Raji). Comúnmente, Raji intercambiaba cumplidos con los miembros del grupo antes de discutir seriamente con ellos sobre los experimentos fotográficos o de otro tipo programados para aquélla sesión o para sesiones futuras. Raji era acompañado frecuentemente por Charlie nº1, su asistente, que se movía entre los participantes tocándoles con sus pequeños dedos, o haciéndoles caricias en la cabeza.


En medio de todo esto, Edward Matthews, al parecer un científico en una existencia anterior, podía dirigirse al grupo hablando, normalmente, de sus proyectos relativos a experimentos científicos y aludiendo a algunas de las maravillas a las que el grupo asistiría. Resultaba claro que Edward se había encargado de esta función. Normalmente era el más entusiasta en relación a los experimentos, ofreciendo detalladas instrucciones para, digamos, la construcción de algunos componentes especiales de un aparato. Para el grupo era una gozada escuchar a esta alma simpática y sensible, lo mismo que lo era escuchar a John Paxton, un ser espiritual muy evolucionado.


Paxton logró comunicarse con el grupo sólo en las «sesiones cerradas», cuando no había visitantes externos. Esto se debía fundamentalmente a las necesidades prácticas de comunicación desde uno de los planos espirituales más elevados, pero Paxton estaba encantado de transmitir la enseñanza y las instrucciones especiales de almas más evolucionadas del mundo espiritual.


Durante la mayor parte de las sesiones, la señora Emily Bradshaw transmitía comentarios ocasionales a través de su médium en trance, ayudando, a veces, a Patrick o a Raji a explicar un punto especialmente pertinente. Otra de sus funciones era la de ayudar a los comunicantes en el mundo espiritual a transmitir mensajes a los amigos o a las personas queridas presentes, ofreciendo así una prueba de la supervivencia a los visitantes, lo mismo que a los miembros del grupo. La señora Bradshaw era muy concreta en estas informaciones.


Para terminar, después de aquella que normalmente había sido una tarde interesante y estimulante, Patrick anunciaba que era hora de terminar. Él y la señora Bradshaw asumían la dirección que a veces producía el «fenómeno de la voz difusa», hablando desde cualquier punto de la habitación, a discreción suya. A veces comunicaba desde todos los puntos de la habitación simultáneamente, y el grupo le oyó incluso hablar desde un punto que se encontraba dentro de las paredes de la bodega.


Primeras experiencias


Después del primer aporte, la corona inglesa con el rostro de Churchill, continuaron en Scole evolucionando rápidamente los acontecimientos. El grupo recibió unos setenta aportes (del francés apporter, «aportar») durante el Experimento de Scole (ver apéndice 6). El primero de noviembre de 1993, una vez más con los siete miembros presentes, dijo Manu: «Estamos a punto de ofreceros una serie de regalos que hemos seleccionado cuidadosamente; ellos son importantes para los presentes y os son entregados con infinito amor y amistad».


Contrariamente a las expectativas del grupo, no sucedió nada de inmediato, pero durante toda la tarde los participantes oyeron una serie de golpes intermitentes. Al final de la sesión, cuando se encendieron las luces, había sobre la mesa siete objetos, como habían prometido. Un detalle interesante de estos regalos consistía en el hecho de que cuatro de los objetos estaban destinados a las mujeres y tres a los hombres, y que las personas presentes eran siete: cuatro mujeres y tres hombres. Los objetos eran: un dedal de plata, dos medallitas de plata, un brazalete de plata, una medalla con la cara de San Cristóbal, una cucharilla en miniatura de metal decorado con la empuñadura en espiral, un cubilete decorado por detrás con una inscripción en francés y un pequeño medallón de oro con jeroglíficos (ver foto 3 de la serie).


En esta fase, los miembros del grupo no se daban cuenta todavía de que los guías no utilizaban los métodos tradicionales para aportar los objetos y producir otros fenómenos que reproducían regularmente. En consecuencia, seguían con la costumbre tradicional de poner el cono de aluminio —la bocina— encima de la mesa durante las sesiones. Aunque el grupo había conseguido fenómenos importantes, como los aportes, en aquellos meses había sucedido bien poco con la bocina. Sin embargo, la situación cambió drásticamente el 13 de diciembre de 1993.


Durante aquella sesión, con todos los miembros presentes, Manu, hablando a través de Diana, introdujo los trabajos como de costumbre: «Buenas tardes, amigos míos... Quisiera daros mayor información sobre lo que queremos hacer. Algunos de nosotros, en esta dimensión están tratando de ofrecer su propia contribución a este trabajo. Cada uno tiene una personalidad propia y distintas capacidades».


Después de esto, campanillas colgadas del techo comenzaron a tintinear festivamente. En este momento, otro comunicante se presentó a través de Alan: «Buenas tardes a todos. Me llamo Patrick y en el caso de que todavía no lo hayáis notado, soy irlandés». Quedó claro muy pronto que Patrick tenía un sentido del humor más bien sobresaliente. «Durante mi vida en la Tierra era sacerdote, pero ¡no uno de los dóciles! Continuaba cazando en los embrollos, creedme». Explicó que el año de su tránsito había sido 1942 pero que, en aquel tiempo, estaba muy lejos de la guerra que sacudía al mundo.

Después de escuchar otras noticias de Patrick en relación a los proyectos de los guías, los participantes hablaron entre ellos animadamente. Entusiasmados, hicieron conjeturas sobre lo que podría suceder después. No quedarían defraudados.


Luces y levitaciones


Inmediatamente después de las palabras de Patrick, el grupo comenzó a ver lucecitas brillantes que aparecían de la nada y lanzaban dardos por la habitación. Eran luces espectaculares, parecidas a estrellas fugaces, bajaban rapidísimamente del techo formando una curva, para desaparecer luego en la nada. Eran acompañadas de chispas y de una inequívoca detonación.


Fue en este momento cuando la bocina se elevó graciosamente de la mesa; los movimientos eran visibles en la oscuridad gracias a las etiquetas fosforescentes colocadas en torno a sus dos extremidades. El cono de metal fluctuó elegantemente hacia el techo antes de «dar vueltas por toda la habitación, manteniendo una órbita constante».


Patrick explicó así el fenómeno:


Hermoso ¿verdad? El objeto es manipulado por dos jóvenes entidades, hijas de nuestro mundo. Se encuentran sobre la mesa. Nuestro grupo está explorando métodos completamente nuevos de interacción interdimensional. Estamos demostrando una forma de tecnología científica espiritual que implica un tipo especial de energía.


Energía creativa, el paso y formas de energía


El grupo pidió a los guías espirituales que explicaran lo que entendían por «energía». Manu respondió:


La energía de que hablamos es una mezcla de «energía creativa» procedente de tres fuentes específicas. La primera, la llamaremos «energía espiritual» que llevamos con nosotros desde nuestro mundo. La segunda es energía humana, que tomamos de vuestros cuerpos durante los experimentos. Y la tercera es la energía de la Tierra, que es sacada de las «columnas» o «depósitos» de energía natural que existen en ciertos lugares geográficos de vuestro mundo. Estas energías eran conocidas y utilizadas en la antigüedad, pero es un conocimiento que ahora se ha olvidado. Tratamos de ayudar a la humanidad a recordar.


Se le explicó al grupo que el efecto creado por la energía podía ser considerado como equivalente a un campo electromagnético.


Mientras los miembros del grupo hablaban con Patrick, el cono de aluminio continuó moviéndose con gracia alrededor de la habitación. Después, se agazapó serpenteando entre las patas de las sillas antes de aterrizar delicadamente, en posición vertical, sobre la mesa. Aquí, con gran diversión del grupo, comenzó a dar vueltas y a agitarse.


Después llegó el turno a otro comunicante que se presentó a través de Alan: «Soy Raji». Este fidedigno gentilhombre dijo que era su agradable deber explicar algo de lo que sucedería. Los comunicantes estaban desarrollando experimentos con la energía. Uno de sus fines últimos consistía en hacer visibles a varios «visitantes» de otros planos de existencia a los ojos del grupo en ulteriores sesiones.


Para poder realizar los experimentos programados, explicó Raji, los guías tuvieron que construir una vez energía sobre los participantes reunidos en torno a la mesa. Esta vez había sido ya perfeccionada y podía ser puesta a punto en pocos segundos. Desde aquel momento en adelante, los espíritus guía harían aquella operación al comienzo de cada sesión, y todo el trabajo se desarrollaría bajo este paraguas de energía.


Raji explicó también que había sido construido un «paso espiritual» en el centro de la mesa. Muy pronto, a través de este paso, se manifestarían las entidades espirituales.


Las informaciones relativas a la nueva «energía creativa» y al «paso espiritual» marcaron un giro en el trabajo del grupo. Después de esto, durante la semana los fenómenos en la «cueva de Scole» se hicieron cada vez más espectaculares. Se oían continuamente golpes secos y batacazos sobre las sillas, sobre la mesa y sobre las paredes. Las luces paranormales, aparecidas inicialmente como estrellas fugaces, se ausentaron con un movimiento más delicado y llegaron a explorar metódicamente todo el espacio de la bodega cada vez que el grupo se reunía.


Desde aquel momento en adelante, el progreso del grupo de Scole fue rapidísimo. Los fenómenos se intensificaron cada vez más. Se comenzó a tener la impresión de que la bodega «vibraba» de energía. Entretanto, el grupo había puesto cuatro etiquetas fosforescentes sobre la mesa para controlar los movimientos. Formas densas de energía comenzaron a moverse en torno a la habitación y al hacerlo así, oscurecían de vez en cuando las etiquetas fosforescentes.


Música, meditación y curación


A finales de diciembre de 1993, pidió Manu al grupo que tuvieran más cuidado en la elección de la música que se escuchaban durante las sesiones, dado que las melodías demasiado tristes obstaculizaban el trabajo. Por lo que parecía, el progreso dependía de la creación de la atmósfera adecuada, que comprendía las «vibraciones» generadas por la música. La música melancólica bajaba las vibraciones, mientras que la alegre las elevaba.


Desde aquél momento, a los siete miembros se les pidió meditar un tiempo breve todos los días. La meditación era importante para prepararlos al trabajo que les esperaba y permitía a cada individuo, «tocar los reinos espirituales» sobre una base regular, y esto contribuía a elevar las vibraciones de sus cuerpos de modo que pudieran ser utilizados con mayor facilidad y eficacia, como instrumentos.


Manu explicó que la meditación, y la armonía y el amor presente durante las sesiones contribuirían a generar poderosas energías curativas dentro del grupo. Los componentes del grupo se convertirían así en instrumentos a través de los cuales los guías podrían transmitir las energías curativas al plano terrestre; a ellos se les pedía enviar mentalmente estas energías, un momento antes de cada oración de clausura, a las personas que necesitaban de ella. Muy pronto, el grupo comenzó a recibir señales regulares de las personas que admitían sacar beneficio de esta curación «lejana» o «a distancia».



Voces y otros ruidos


Después de haber revelado que el nuevo modo de trabajar implicaría la energía, y no el ectoplasma, los guías espirituales explicaron también que la nueva energía se utilizaría para generar «voces de energía», que podían dirigirse al grupo desde una posición de media altura.


Durante una de las primeras sesiones, Raji se comunicó a través de su médium, Alan, durante gran parte de la tarde pero, durante unos momentos, el grupo se divirtió mucho, cuando Edward Matthews un espíritu sensible cuyo cuerpo había sido matado durante la Primera Guerra Mundial hizo de todo para que se le notara. En un segundo momento, Raji explicó la dificultad de Edward: no se había tratado de un intento de producir «voces de energía», sino de un experimento que pretendía la utilización del médium de una forma completamente nueva. Los guías dijeron que usaban las cuerdas vocales del médium para comunicarse, pero que las habían «alargado» mucho más allá de su cuerpo, de aquí la sensación de que las voces provenían de otra parte de la habitación. Desde aquel momento en adelante el grupo definió este fenómeno como «voz difusa».


Los críticos han sometido a discusión lo adecuado de la expresión «alargado» en este contexto. Naturalmente, las cuerdas vocales no habían sido manipuladas físicamente de este modo en cuanto que esto habría podido ser algo dañoso para la salud del médium. La respuesta del grupo fue sencilla. «Los guías han tratado de utilizar palabras que describieran los fenómenos de modo figurado y adecuado; pero a veces, esto les ha puesto en dificultad. El problema es que todavía no hay un vocabulario adecuado para explicar algunas de las cosas que sucedieron». El punto era que los espíritus guía habían utilizado las cualidades físicas, energéticas y espirituales del médium para realizar el fenómeno. Necesitaremos tiempo para definir un vocabulario común que describan fenómenos semejantes, y el grupo  nos ha pedido tener muy presente este punto cuando presentemos el material.


Otros comunicantes aprendieron muy pronto a hablar a través de la voz difusa. Arnold fue el primero, pero al principio tuvo grandes dificultades para hacerse oír utilizando la nueva técnica. El segundo comunicante no tuvo estos problemas. Naturalmente, Nuvola Bianca era una guía muy fuerte. Su voz se hacía audible a todos rápidamente. Sin embargo, dijo que ya había hecho muchos intentos de comunicarse con el círculo, pero que ninguno de los participantes había conseguido sentirla, dado que la frecuencia de las vibraciones había sido siempre equivocada para este tipo de comunicaciones. Había perseverado, no obstante, hasta que las condiciones habían llegado a ser perfectas.


Además de los golpes sobre la mesa, que parecían ser producto de un par de barras de madera, el grupo de Scole, entre tanto, había notado muchos ruidos, incluidos diversos batacazos sobre la mesa y golpes en las paredes y en las sillas. Estos ruidos estaban destinados a convertirse en un elemento importante de su experiencia durante la experiencia de Scole.


Otros fenómenos


Todo parecía desarrollarse de acuerdo con un plan muy concreto. Está claro que todos los participantes del grupo serían utilizados en un esfuerzo común para desarrollar los fenómenos, en cuanto que cada uno de ellos contaba con puntos fuertes en distintos campos. Los guías parecían saber con seguridad lo que querían hacer.


Sin embargo, es interesante observar que los espíritus guía no lo sabían todo y que no tenían éxito en el primer intento. De acuerdo con las apariencias, gran parte de lo que se hacía era el resultado de pruebas y errores. Manu explicó que, por ejemplo, las luces que el grupo había observado eran el subproducto de otros experimentos llevados a cabo por los guías. Sin embargo, desde el momento en que a los participantes les habían agradado tanto aquéllas «luces paranormales» y las habían encontrado tan naturales, las entidades habían decidido desarrollarlas en una futura demostración frente a un público más amplio.


Algunas de las conversaciones consistían en simples explicaciones de lo que era necesario para las sesiones y de cuál era la finalidad de los experimentos. Algunos mantienen una expectativa irracional debido al hecho de que los espíritus deberían revelar sólo conocimientos profundos o sorprendentes. Simplemente no importa lo que se transmite, lo importante a recordar es que las recepciones de palabras simples o de sabios consejos mantienen la hipótesis de la supervivencia.


Los guías tenían también un cierto sentido del humor. Una vez, cuando las luces volvieron a encenderse al final de una sesión, el grupo descubrió que la silla de Alan, había sido vuelta silenciosamente 180º, ¡con él encima!


El Día de Año Nuevo de 1994 encontró a los miembros del círculo de Scole muy optimistas sobre el desarrollo de los fenómenos. El 3 de enero, la primera vez en tres semanas que el círculo se encontraba de nuevo al completo, los espíritus guía tuvieron la oportunidad de mostrar en serio lo que podían hacer con la nueva energía.


La sesión comenzó con un golpe seco sobre la lámpara del techo, que anunciaba la llegada de Manu. Poco después, sonaron las campanillas, la señal de llegada de Patrick. Siguió la ya familiar exhibición de luces, pero esta vez el fenómeno fue mucho más intenso. El efecto de las estrellas fugaces había mejorado y algunas luces se agitaban también en la mesa y en el techo.


Los guías pidieron al grupo permanecer en silencio durante un momento y concentrar sus pensamientos en el «paso dorado» que había sido creado sobre la mesa. La mesa comenzó entonces a inclinarse sobre las etiquetas fosforescentes pegadas encima. Patrick confirmó que era obra de los guías. Algo que naturalmente habría sido imposible en circunstancias normales, dado que la mesa era de madera. Y sobre la realidad de este punto los participantes son inflexibles, porque todos ellos vieron claramente lo que sucedió.


Después la mesa se elevó a unos treinta centímetros del suelo, se inclinó y se movió alrededor del círculo antes de detenerse. El «batería» utilizó de nuevo las «varitas» para golpear la mesa si bien en la bodega no había varitas. Gotas de agua fueron rociadas sobre los tres participantes. Después la bocina se elevó de nuevo, moviéndose con gracia por la habitación, visitando todos los puntos en su trayectoria. El grupo preguntó a los guías si se podía hacer que la bocina golpease las esquilas suspendidas en el techo. Inmediatamente, el objeto de aluminio se dirigió a las campanillas golpeándolas ruidosamente, Después, a través de la bocina fueron enviados besos antes de volver a su posición de reposo. Esto pareció el tramo final de las exhibiciones de la bocina.


Al final de la tarde, los espíritus guía transmitieron al grupo instrucciones especiales sobre los objetos que deberían ser colocados en la habitación desde aquél momento en adelante. Dijeron que querían distinguir el GES de los demás grupos que trabajaban en fenómenos paranormales físicos de forma más tradicional. Explicaron que cualquier objeto podía ser utilizado para experimentos de levitación, y en especial pidieron al grupo que se hiciera con dos cubos de madera de balsa y un cilindro de cartón especialmente para esta finalidad. El grupo decidió poner contraseñas a estos objetos con pequeñas etiquetas fosforescentes, de manera que sus movimientos pudieran ser observados en la oscuridad.


Durante toda la tarde se oyeron a intervalos regulares siete golpes, exactamente como los que se habían oído durante el fenómeno de los aportes. El grupo estaba impaciente por ver si habían sido aportados otros regalos. Cuando se encendieron las luces, descubrieron que así era exactamente. Sobre la mesa había siete objetos: una antigua cuchara de hueso de ballena, un collar de madreperlas, una varita para cóctel en marfil embutido, un broche en forma de hoja, un collar de piritas de hierro, una ancla de plata, un brazalete con una áncora, una cruz y un corazón con la inscripción «Fe, Esperanza y Caridad», y una medalla de plata con la imagen de Santa Bernadette, y la inscripción «Kara» (ver foto 3 del dossier fotográfico).


textoalternativo


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De acuerdo con las instrucciones, durante toda la semana siguiente el grupo recogió varios objetos para futuros experimentos de levitación. Durante la sesión del 10 de enero, estaban presentes seis miembros del grupo. El cuarto fragmento grabado en la casete era Sleepy Shores, al final del cual se manifestó Manu; fue así como se convirtió en «contraseña musical» que anunciaba su llegada. El grupo observó que, en aquella ocasión, los fenómenos se habían iniciado antes. Después de la introducción de Manu, se oyeron repicar las campanillas y Patrick se manifestó, seguido poco después por Raji. Cada uno explicó brevemente lo que sucedería, mientras durante toda la tarde el cubo de madera de balsa, una pequeña caja forrada con una lámina de plata y dos cilindros de cartón se elevaron y dieron vueltas por la bodega en varias ocasiones. Al grupo se le pidió luego que quitase las escudillas de agua que habían sido colocadas alrededor de la habitación, de acuerdo con los métodos tradicionales para producir los fenómenos. Aparentemente, el agua aumentaba la humedad relativa de la habitación, e incidía en la capacidad de los espíritus para producir aquello que ahora llamaban «voces de energía».


Se le explicó al grupo que eran las primeras personas en ser utilizadas con éxito por el mundo espiritual en la experimentación de esta nueva forma de trabajo energético. Y se les pidió no divulgar los resultados hasta que los fenómenos alcanzasen un nivel más avanzado. Los guías hicieron comprender que se estaban preparando para el momento en que médiums físicos no tuvieran ya un papel tan determinante en la comunicación. Según parece, las energías combinadas de cada grupo, serían un día suficientes para producir las voces de energía a media voz, más bien que a través de un médium en trance.


Los guías deseaban también trabajar de tal manera que produjeran su forma de luz visible, con la que el grupo pudiera observar de modo adecuado los fenómenos. El grupo no tenía permiso para utilizar la luz artificial, porque ésta causaba no pocas dificultades a los espíritus guía. Estos últimos explicaron también que llegaría un momento en que el grupo sería capaz de captar los fenómenos con máquinas fotográficas normales, a condición de que no tuvieran flash. Durante esta sesión, que duró dos horas y media, no hubo fenómenos luminosos ni aportes, pero sin embargo, concluyó de manera insólita; el grupo fue informado de que muy pronto recibiría otras «señales».


Los fenómenos continuaron. El 17 de enero, el grupo contó que las luces fueron «increíbles». Se agitaron a media altura durante toda la sesión, con frecuencia a una velocidad loca. En un momento dado, el grupo contó diecinueve luces mientras caían del techo, una después de otra, como en formación, para desaparecer luego en la mesa. Inmediatamente después de este «bombardeo en picado», las mismas luces vibraron fuera de la mesa, balanceándose en el aire una después de otra. Una luz describió un círculo perfecto ante de sus propios ojos, dando vueltas a tal velocidad que daba la impresión de ser un anillo de luz continua, más que una veleta.


Hubo también experimentos de levitación. En primer lugar, uno de los cilindros de cartón se dirigió derecho hacia el techo antes de fluctuar dulcemente por la habitación, más o menos como había sucedido con la bocina que ahora había sido suprimida. Ambos cubos de madera de balsa realizaron vueltas parecidas a media altura, permaneciendo a veces suspendidos a no más de algún centímetro por encima de los rostros de los participantes. Un episodio divertido sucedió cuando los cubos «asintieron» en respuesta a alguna pregunta. También los movimientos de un segundo cilindro de cartón y del estuche cubierto de plata fueron controlados, y se elevaron a media altura para que todos lo vieran. La mesa fue elevada parcialmente una vez más, mientras sobre ella «resonaban golpes intermitentes, que recordaban el crepitar de una metralleta».


La cuestión de las luces durante la sesión experimental fue discutida con los espíritus guía que explicaron:


El motivo por el que queremos producir nuestra iluminación en el futuro, más bien que emplear la iluminación eléctrica que vosotros podéis proporcionar, no se debe a la luz artificial en sí. El problema radica esencialmente en la corriente eléctrica utilizada para producir la luz artificial. Desgraciadamente, ésta destruye la energía particular que utilizamos y sin la cual no pueden producirse los fenómenos.


El 24 de enero Manu y Patrick se manifestaron, como de costumbre, a las notas de sus fragmentos musicales, y hubo una ulterior exhibición de luces. Esta vez fueron tan prolíferas y luminosas que pareció contemplarse un espectáculo de fuegos artificiales. Se agitaron por todas partes, alejándose veloces como saetas de un punto a otro, dando vueltas en torno a la mesa y «patinando» sobre la superficie de ésta. Después las luces llegaron a fundirse con los objetos levantados. Por primera vez rozaron a dos de los participantes. Uno, Ken, fue tocado en la cabeza, una sensación que describió como algo parecido al «romper el capullo de una mariposa». Sandra, sin embargo, fue rozada en la mano por otra luz. La sensación fue parecida a la de un ramito frotando en la piel.


Durante esta sesión se repitieron los golpes intermitentes, pero hubo también otros fenómenos acústicos. Una pandereta, introducida precisamente aquella tarde, fue golpeada con decisión, mientras las sillas adosadas a las paredes se movían y crujían como si cierto número de espíritus en carne y hueso se hubieran sentado.


Después de esto, Hoo, una guía china, habló a través de Diana. Era muy sabia y sus palabras fueron sumamente animosas, mientras hablaba de las «futuras maravillas».


Después intervino Patrick que dio otras explicaciones:


Dentro de cuatro sesiones me será permitido dirigir la que podríamos llamar la «Noche de Patrick». Vosotros deberéis crear una zona separada, de una profundidad de sesenta centímetros, con una apertura frontal y cortinas a ambos lados y en la parte superior. La pared de la bodega será la parte trasera de este habitáculo. No os explicaré exactamente lo que tenemos en la mente, pero tengo razones para creer que asistiréis a algo especial.


En espera de la «noche de Patrick» Robin y Sandra organizaron otra demostración de mediumnidad física por parte de Steward Alexander, el sábado 30 de enero. Estaban presentes treinta y cinco personas. Como sabemos, Steward es un médium tradicional, y sus espíritus guía utilizan el ectoplasma. Durante la sesión, contaron testigos haber visto «una nube de ectoplasma impresionante, grande como un balón, hacerse densa delante de la cara del médium». El fenómeno estaba envuelto en luz roja, que resplandecía sobre el médium.


El grupo de Scole no se había preguntado si serían incompatibles la sesión tradicional con el ectoplasma y sus nuevos experimentos con las energías. No se les había pasado ni siquiera por la imaginación. Pero el 31 de enero de 1994, la sesión fue mucho más tranquila, caracterizada por pocos fenómenos. Manu explicó en detalle que los espíritus guía de Scole, tenían mucha dificultad para conseguir las vibraciones energéticas adecuadas. Esto se debía, dijo, al hecho de que recientemente se había desarrollado una demostración de fenómenos físicos utilizando el ectoplasma y a que los guías del otro médium trabajaban de distinta manera. Si bien ninguno de los dos métodos el suyo y el utilizado por los espíritus guía del otro grupo era equivocado, eran sin embargo incompatibles.


Por fortuna, este impasse duró poco y las campanillas volvieron a tintinear de forma intermitente, coincidiendo frecuentemente con la música de fondo, y se desarrolló gran trabajo durante esta sesión para mejorar los fenómenos luminosos. Al final de la tarde, hubo por primera vez luces mayores y prolongadas en el tiempo.


Patrick explicó que los guías estaban reflexionando a fondo, sobre qué fenómenos mantener en programas cuando el grupo presentase al público su propio trabajo. Los guías preferían repetir los fenómenos que se habían producido con el ectoplasma utilizando los nuevos métodos energéticos. Después de esto podrían continuar con fenómenos nuevos y variados que nunca antes se habían experimentado. Se explicó claramente que el trabajo pionero desarrollado  durante la experiencia de Scole trataba de producir fenómenos paranormales físicos, para presentarlos públicamente en todo el mundo, con el fin de demostrar de una vez por todas, a la humanidad entera que la vida después de la muerte es una realidad.


Continuaron los fenómenos. Además de las campanillas, el grupo había colgado del techo una serie de globos de viento que los espíritus guía hacían sonar a petición. Las luces se hicieron más grandes y luminosas respecto a los primeros experimentos. El grupo aprendió que, como en el caso de las primeras luces, también éstas más grandes tenían consistencia. Dos de los presentes contaron haber tenido la sensación de haber sido golpeados por un objeto sólido, cuando las luces habían tocado sus pies. Y, lo mismo que las primeras luces, también éstas más grandes atravesaban la materia sólida. Como ya había sucedido, penetraban en la mesa varias veces para salir luego de ella con la misma facilidad.


Hacia el final de una «sesión muy divertida» Nuvola Bianca se unió al grupo. Explicó que estaba presente para conseguir informaciones sobre el nuevo modo de trabajar con la energía, con la intención de ayudar a otros grupos en el mundo a conseguir resultados del mismo modo.

En un cambio que da una idea de las muchas cosas que sucedían en la bodega durante estas primeras sesiones, dos espíritus guía dieron pistas sobre su propia identidad. Uno dio simplemente las iniciales «ACD»; el otro, una dirección: «91 Circle Gardens, Merton». Después de una búsqueda, se descubrió que la dirección existía, pero no fue posible comprobar si el comunicante había vivido allí alguna vez.


Esto hace plantearse una serie de interrogantes con relación a la experiencia de Scole. Indudablemente, parecía que algunos de los acontecimientos ocurridos en la «Cueva de Scole» tuviera ya importantes implicaciones científicas, ya una base experimental que consentían en someterla a controles, pruebas y comprobaciones. Otros episodios parecían ser de naturaleza más personal, por tanto más difíciles de comprobar.


Esto ha llevado a algunos comentaristas a dar mayor importancia a los experimentos científicos que a las comunicaciones personales. Todos, naturalmente, estamos en cierto modo limitados por nuestro punto de vista personal. Algunos pueden considerar muy importante saber de qué manera sus seres queridos salen bien parados en el más allá, mientras otros consideran más importante saber si los espíritus están en situación de explicarnos si podemos usar y cómo el agua como combustible para nuestro coche y la luz para poner en órbita nuestras naves espaciales.


Sin embargo, independientemente del hecho de que las comunicaciones verbales tengan implicaciones científicas o personales, todas podrían ser importantes para confirmar que sobrevivimos siempre que se logre demostrar que las informaciones proceden de algo exterior al médium. Pero en el caso de la mediumnidad mental esto siempre ha sido un aspecto difícil de demostrar de una manera satisfactoria para todos, desde el momento en que los críticos pueden mantener, incluso de forma convincente, interpretaciones alternativas como la mistificación, el otro ego, o la hipótesis de al super-PSI de la que hablaremos más adelante (ver capítulos 5 y 9). De aquí la exigencia para la mediumnidad física de crear fenómenos que puedan ser sometidos a pruebas y verificaciones más fácilmente, para satisfacer las numerosas peticiones hechas por la mayor parte de los críticos.


El 14 de febrero, día de San Valentín, estaban presentes los siete miembros del grupo. Los guías dijeron que habían traído siete regalos, «en el espíritu del amor» y al terminar la tarde fueron hallados sobre la mesa siete objetos: un pañuelo de mujer con la inicial «H»; un franco francés de 1923, con la inscripción Chambre de Commerce de France; un cortaplumas con la empuñadura de madreperla; una medalla de plata con la grabación de la Gran Segadora (la muerte); una medalla deportiva de plata; un sujeta corbatas con una perla engarzada y un collar de marcasita (ver foto 3 de la serie) . Como de ordinario, era Manu el que parecía más implicado en estos aportes. Dijo que aquélla tarde le ayudaban en aquella tarea feliz dos espíritus niños de la era victoriana. Le habían incluso ayudado a elegir los regalos.


Durante la sesión se desplazaron en pareja dos luces, explorando la bodega a una distancia constante de unos diez centímetros. Se comportaban como una luz única, como si fueran dirigidas por una sola inteligencia, después, cuando se lo pidieron, rozó las manos de dos participantes. Luego comenzaron a aparecer manchas luminosas en toda la estancia.


Dado que la siguiente sesión sería la tan esperada «noche de Patrick», la última parte de la sesión del 14 de febrero fue dedicada a instrucciones en el último minuto con vistas al acontecimiento.


«Quisiéramos que formaseis un semicírculo de cara al habitáculo, dentro del cual se sentará Alan», explicó Patrick. «Por favor, colocad la mesa entre vosotros y el médium». Los comentarios de Patrick fueron hechos utilizando el método apenas desarrollado de la voz difusa, con su «hasta la vista» final procedente de un punto de unos sesenta centímetros del cuerpo en trance de Alan.


Finalmente llegó la «Noche de Patrick». El grupo no podía imaginar que duraría tres horas largas. Robin sonreía mientras nos explicaba algunos preparativos. «En broma, colocamos un cenicero, un puro, una latita de Guinness (cerveza) y una garrafa sobre una silla de madera detrás de nosotros. Sabíamos que a Patrick le gustaba fumar puros y beber "una pinta de cerveza oscura" cuando vivía».


Alan, el médium de Patrick, se puso encima tiras fosforescentes en las rodillas de modo que los demás pudieran controlar su posición. La excitación por cuanto podía suceder estaba por las nubes.


Llegó en primer lugar Manu. Luego sonaron las campanillas, y se presentó Patrick con su inconfundible acento irlandés, antes de explicar parcialmente lo que sucedería. «Durante esta sesión toda la energía será conservada para una finalidad especial que los guías tienen en su mente. ¡No os lo perdáis!».


Pequeñas luces, mucho más luminosas de cualquiera otra vista anteriormente, comenzaron a agitarse por la habitación. Aparecieron las manchas luminosas y por primera vez iluminaron la mesa mientras pasaban por encima. Después las luces más pequeñas se encargaron de emitir haces luminosos, parecidos a la luz de una antorcha, mientras se movían por la habitación. Se formaron columnas resplandecientes a los lados y sobre el área rodeada por las cortinas, donde estaba sentado Alan. Estas columnas luminosas eran de un metro y medio de largas y de veinte centímetros de anchas. Aparecían esporádicamente «cortinas» de luces; medían noventa centímetros de lado e iluminaban de forma viva el espacio por dentro. El espectáculo de luces pareció crecer en intensidad hasta alcanzar luego el clímax. De improviso, Patrick dijo que prestaran atención: «¡Mirad hacia las cortinas!».


Todas las miradas se dirigieron hacia el punto indicado donde uno de los haces luminosos estaba iluminando la figura materializada del mismo Patrick. Los miembros del grupo cuentan que llegaron a ver la cabeza y las espaldas. Uno de ellos lo vio también claramente hasta la cintura. Patrick llegó a repetir esta materialización durante cinco veces antes de desvanecerse, de modo que todos tuvieron la posibilidad de observarlo en la luz especial proyectada.


Después explicó lo que sigue:

La compleja mecánica de este nuevo tipo de fenómenos que tienen como base la energía, implica el uso de la física cuántica, donde la manipulación de los átomos y moléculas es importante... Estos son los primeros intentos, pero pensamos que lograremos repetir estos fenómenos en otros grupos extendidos por el mundo.


Continuó describiendo los proyectos de los guías con relación a experimentos con la fotografía paranormal basada en los principios todavía desconocidos, de la ciencia espiritual.


Terminada la sesión y encendidas las luces, el grupo observó que había algo distinto en la silla donde había estado colocada la cerveza para Patrick y el puro. El cenicero había sido dado la vuelta y sobre él había sido colocada la lata de Guinness. No sólo eso, el puro estaba sobre la lata.


Fue así como las extrañas experiencias del grupo crecieron en intensidad entre el otoño de 1993 y los primeros meses de 1994. Como hemos visto, en este periodo de grandes cambios, el fenómeno principal lo formaban los aportes. «Los espíritus guía seguramente nos ofrecían los regalos con amor», dijo Sandra. «Hasta el día de hoy, nosotros y nuestros huéspedes habíamos recibido más de setenta regalos».


Los aportes continuaron llegando durante muchos meses. El lunes 11 de julio de 1994, después de los saludos iniciales de Manu, el típico golpe de un objeto que cae sobre la mesa pareció distinto de lo normal. Manu explicó a Robin que el aporte venía «de uno de tus dos guías espirituales y comprenderás por qué ha sido elegido exactamente este objeto cuando lo veas».


El grupo se preguntó una vez más qué habrían aportado los guías. Encendida la luz, vieron que se trataba de un periódico, aparentemente una copia original del Daily Express, con fecha del lunes 28 de mayo de 1945.


Robin es un experto en periódicos, por haber trabajado muchos años en la industria del papel. Comenta así:


Los que se preguntan con escepticismo sobre el origen sobrenatural de los periódicos aportados, podría argumentar tranquilamente que cualquiera puede procurarse la copia original de un viejo periódico, dado que son fáciles de hallar como regalos de cumpleaños. Sin embargo, aunque idénticas en todos los aspectos al original, estas copias modernas están impresas naturalmente en el papel del que ahora disponemos.


El Daily Express aportado estaba impreso sobre un tipo de papel utilizado al comienzo y en mitad de los años Cuarenta, pero en condiciones casi perfectas. A pesar del hecho de que, aparentemente ¡tenía cuarenta y nueve años! No había rastro del típico amarillento que, por el contrario debería haber si hubiera sido un original de finales del periodo bélico. El amarillento se produce porque durante la guerra el papel utilizado para las ediciones de los periódicos nacionales y locales, estaba hecho de pasta de madera trabajada mecánicamente. La pasta contiene la lignina, una impureza química, que en poco tiempo vuelve el papel amarillento cuando se pone en contacto con la luz del sol y con el aire. Si uno de nosotros hubiera logrado introducir un periódico original del tiempo de la posguerra, tratando de hacerlo pasar por un aporte, ¿por qué no presentaba las típicas señales de envejecimiento?


Es interesante observar que algunas semanas después, el diario aportado, aunque mantenido con cuidado lejos de la luz y del aire, se puso amarillo.


Robin dijo que también el contenido del periódico era muy pertinente. En la primera página había una foto de Sir Winston Churchill que Robin estaba seguro de que estuviera presente como ayuda espiritual, por haber recibido muchas comunicaciones de él en el pasado. La corona inglesa con la imagen de Churchill, uno de los primeros aportes, tenía la misma importancia. (El modo como se desarrolló la relación de Robin con Churchill está descrito en su libro In Pursuit of Physical Madiumship. Janus. 1996).


Frente a los fenómenos de los aportes se podría criticar que uno (o más miembros) del grupo hubiera tratado de engañar a los demás. Sin embargo, se trataba de un truco elaborado y costoso dado el número de objetos, su origen geográfico, la rareza, el valor y los materiales de que estaban compuestos. Esta diversidad era un aspecto importante de la prueba que los guías espirituales estaban tratando de ofrecer.



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