Capítulo 2
El
grupo experimental de scole
Los individuos se sienten molestos no tanto por las
cosas,
como por la visión que tienen de ellas.
EPITETO
La
historia de cómo se formó el GES se remonta a agosto de 1991, mes en el que
Robin y Sandra se trasladaron a la aldea de Scole, cerca de Diss, en Norfolk.
Habían visitado muchas veces esta aldea con motivo de «pequeñas fugas de la
vida frenética». Durante sus estancias, habían admirado con frecuencia, desde
la ventana de la habitación de su pensión preferida, una hermosa casa con un
jardín frondoso y un poco salvaje. Algún tiempo después, se trasladarían
precisamente a aquella casa.
Habían
sucedido muchas cosas en la vida de los Foy que los había movido a irse a vivir
en la Street
Farmhouse de Scole (ver foto 1 del dossier fotográfico de las
últimas páginas). Robin, un ex-piloto de la RAF , había asumido la
dirección de una papelera, mientras Sandra se dedicaba a las faenas de casa; la
pareja tenía cuatro hijos ya mayores. Desde hacía más de veinticinco años se
interesaban por los fenómenos psíquicos-físicos. Los fenómenos psíquicos físicos,
que hoy llaman a veces «fenómenos paranormales tangibles», son acontecimientos
psíquicos que pueden ser observados por todas las personas que comúnmente participan
en lo que se llama «círculo de desarrollo físico». Por regla general, los
fenómenos son audibles al oído humano y visibles al ojo, por tanto, con
frecuencia pueden ser grabados en cinta magnetofónica y tomados en película;
los perfumes procedentes de los fenómenos físicos pueden ser captados con el
sentido normal del olfato; mientras los visitantes espirituales pueden hacerse
visibles «físicamente» tocando a las personas (de modo que éstas se den cuenta
de sus «cuerpos sólidos») y expresarse de modo bastante independiente de un
médium humano, al que puedan utilizar como instrumento de comunicación.
Street Farmhouse de Scole
El médium
puede también emitir el ectoplasma. La definición generalmente aceptada de
ectoplasma, es la de una sustancia física, una mezcla de sustancias químicas y
fluidos corpóreos tomados del cuerpo del médium y de los participantes. Es por
naturaleza «plásmico». Los guías espirituales amasan los ingredientes dentro
del cuerpo del médium antes de que el ectoplasma se libere a través de uno o de
todos sus orificios. El ectoplasma es luego moldeado y plasmado por los guías
espirituales con el fin de producir fenómenos psico-físicos.
Los
experimentos con el ectoplasma son sólo uno de los modos como en el pasado, las
entidades espirituales consiguieron influir en los acontecimientos en el plano
físico. Naturalmente, para hacer esto necesitaban de un médium y de las
condiciones adecuadas. Algunos médiums trabajan todavía de este modo con
óptimos resultados. El ectoplasma, sin embargo, presenta un problema, puede ser
peligroso para la salud del médium, sobre todo si se le molesta o se le toca
mientras está en trance.
Muchas
personas tienen dificultad para creer en estas cosas. Sin embargo, Robin está
convencido de que esta forma de mediumnidad en muchos casos es auténtica. Como
en muchas actividades humanas, naturalmente, pueden estar implicadas personas
honestas y deshonestas. Algunos médiums son impostores, otros sinceros. Robin
tiene la clara sensación de que, en este campo concretamente, hay charlatanes
que buscan notoriedad y, por consiguiente, lanzan el descrédito sobre todos los
médiums.
Robin y
Sandra se conocieron en un círculo físico en Romford, en el Essex, hace muchos
años. El médium presente transmitió el mensaje de un cierto doctor Dunn, que
les informaba de que en un futuro trabajarían de una forma nueva «utilizando la
energía y no el ectoplasma». En aquél tiempo, esta frase no significó nada para
ellos; hoy, sin embargo, recordándolo, tienen la sensación de que todo tenía un
sentido. Para ellos, toda la evolución de los experimentos había sido como
dedicarse a un juego de paciencia durante un largo periodo de tiempo. La
impresión es como si hubieran tenido un contacto aquí y otro allí durante muchos
años, pero la visión de conjunto había llegado solamente después de haber
reunido un número suficiente de elementos.
Hoy, el
grupo de Scole, se da cuenta de haber sido reunido específicamente para abrir
el camino a un trabajo con una nueva «energía creativa», más bien que con el tradicional
ectoplasma. Los espíritus guía de Scole querían alejarse de los métodos
tradicionales por diversos motivos. Los métodos tradicionales no habían logrado
convencer a la gente de que la supervivencia era una realidad. En el comienzo
del trabajo del grupo, sin embargo, parecía que los guías consideraban
importante que con la energía podían repetir los mismos efectos que habían
obtenido otros espíritus con el ectoplasma.
Los
guías explicaron que esta nueva energía era mucho más segura y fácil de
utilizar por un mayor número de personas, y que éstos eran suficientes motivos
para desarrollar un nuevo modo de trabajar. Mostraron también cuántas otras
cosas se podían conseguir utilizando la nueva energía creativa.
En su
vieja casa de Postwick, en Norfolk, los Foy habían formado un pequeño grupo que
se reunía para el desarrollo de los fenómenos paranormales físicos, y ahora estaban
deseosos de continuar con esta investigación lo antes posible. Estaban
encantados de que las otras cuatro personas que habían trabajado con ellos en
Postwick estuvieran dispuestas a hacer algunos kilómetros más para trasladarse
a Scole.
La
biblioteca, que se encontraba en un extremo de la casa, está preparada para el
trabajo, cubriendo las ventanas con una gruesa tela en PVC, y oscureciendo de
varios otros modos ingeniosos todas las fuentes de luz. Eso de la oscuridad
total de la habitación había sido siempre un elemento importante en el pasado,
no tenía que haber ni siquiera un agujerillo por el que pudiera filtrarse un
poco de luz. Dado que era muy complicado arreglar así la habitación, la dejaron
siempre a oscuras. En consecuencia, una vez preparado este local, no se tuvo
nunca una verdadera y auténtica interrupción en la continuidad de las sesiones.
El
objetivo final de los Foy era, sin embargo, reestructurar lo antes posible la
mayor de las dos bodegas. Una bodega es más fácil de oscurecer, estando subterránea
y sin ventanas. Además, Robin y Sandra organizaban frecuentemente seminarios,
donde grupos de hasta treinta personas podían observar los fenómenos físicos.
La bodega sería perfecta para estas demostraciones. Así fue cómo se realizó la
primera re-estructuración del primer local (ver foto 2 de la serie).
En
febrero de 1992 se terminaron los trabajos. Se reunieron veinte personas para
un encuentro inaugural, incluido el médium Stewart Alexander. Stewart y sus
entidades espirituales trabajan en el mundo tradicional, con el ectoplasma. Por
lo que dijeron las personas presentes en aquella ocasión, hubo una profusión de
fenómenos físicos. Pero el acontecimiento más importante fue cuando Penna
Bianca, una de las principales guías espirituales de Stewart, bendijo la
bodega, dedicándola al trabajo del mundo espiritual.
Después
de la reestructuración, del encuentro inaugural y de la ceremonia de bendición,
la excitación y el entusiasmo parecieron producir un incremento de los
fenómenos. Durante las sesiones, después de un repentino descenso de la
temperatura, el grupo comenzó a notar botes secos, golpes y chasquidos
procedentes de las paredes y de alrededor de las sillas. De vez en cuando,
oyeron también débiles silbidos. Sin embargo, la breve explosión de actividad
paranormal se acabó muy pronto.
Los Foy
ampliaron el grupo a otros tres componentes para ver si esto podía servir de
ayuda. Ahora era nueve los que se encontraban de forma regular.
Desgraciadamente, no funcionó. Pasaban las semanas y los meses, pero en lugar
de asistir a un progreso de los fenómenos, sucedió más bien lo contrario. No
pasó mucho tiempo hasta que sobrevino el cansancio en algunos miembros del
grupo y se fueron. Como consecuencia, se resquebrajó la armonía entre los
componentes, factor importante para el éxito de los fenómenos. El grupo llegó
con dificultad al verano de 1992, pero estaba claro que sería necesario aportar
cambios.
Ello no
obstante, en este periodo sombrío hubo algunos rayos luminosos. En algunas
ocasiones, cuando médiums como Stewart Alexander eran invitados para sesiones
especiales, en la bodega se reunían hasta veintiocho personas. Y durante cada
una de estas sesiones, se asistía a una variedad sorprendente de fenómenos
paranormales físicos. Una demostración especial de mediumnidad física
tradicional, que tuvo lugar el 30 de agosto de 1992, se destaca entre todas las
demás en la memoria de Robin, porque le ofreció la demostración última de la
vida después de la muerte. Él mismo recuerda:
Durante
la sesión, mi padre, que había fallecido en 1987, se materializó. Llegué a
abrazarlo y reconocí, sin ningún género de dudas, su voz. Admitámoslo, ¿quién
de nosotros no reconocería a su propio padre? Cuando vivía estábamos muy
unidos, y conseguimos tener una conversación durante la cual mi padre me habló
de cosas que sólo él y yo podíamos conocer. Me dio algunos consejos preciosos
sobre mi salud que seguí inmediata y sabiamente, desde el momento en que se
demostraron extremadamente acertados cuando, al día siguiente, llamé a mi
médico para tener la confirmación.
A los
Foy les fue transmitido luego un mensaje del mundo espiritual, a través de un
amigo que era médium, en el que se explicaba que las energías de las diversas
personas de su grupo no se unían, de aquí la falta de progreso. Es muy
importante que se den energías adecuadas, en cualquier grupo que lleve a cabo
experimentos sobre fenómenos físicos. Una vez recibido el mensaje, los Foy no
sabían cómo decírselo a los demás, pero, para sorpresa suya, fueron los otros
los que admitieron que estaban pensando en renunciar, alejándose. Por ello,
trece meses después de la formación del grupo, los Foy hacían punto y aparte,
sentándose los dos solos en la bodega oscura. Se atuvieron a un riguroso esquema
de sesiones regulares para garantizar la continuidad de la energía, mientras
contemplaban la tarea desalentadora de reconstruir, una vez más, el grupo.
Se
enteraron de que una señora de negocios francesa, llamada Mimi, que vivía en la
vecina Diss, estaba interesada en formar parte de un grupo. La primera sesión
con Mimi tuvo lugar el lunes 21 de septiembre de 1992. La atmósfera era muy
buena y el grupo muy optimista. Robin encendió el magnetófono, del que brotó,
como de costumbre, una música pegadiza que, según los espíritus guías,
contribuye a elevar las vibraciones. La sesión pareció desarrollarse sin
grandes sorpresas hasta que, de improviso, en las primeras notas del Bring me Sunshine de Morecambe y Wise,
oyeron a media voz el chasquido de una dentadura. Por un lado, pensaban en una
broma de los guías, porque todos conocen las chanzas de Eric Meracambe. Por
otro, sin embargo, se trataba de algo más importante: el primer fenómeno
significativo del grupo de Scole.
Después
de esta sesión, todos los lunes por la tarde, al final de los encuentros, en la
casa comenzó a aparecer una extraña actividad paranormal. «Sobre todo en le
dormitorio», contó Sandra. «Notábamos continuamente golpes secos y golpecitos
en las paredes, puertas, buhardillas y bombillas. Después comenzamos a sentir
golpecitos; ¡en la cabecera de la cama!».
«En
base a nuestros conocimientos y a nuestra experiencia en este tipo de cosas»,
continuó Robin, «pensamos que las energías psíquicas se estuvieran reuniendo en
previsión del trabajo que un día, tal vez, se desarrollaría en la bodega. A la
luz de lo que sucedió a partir de entonces, probablemente fue aquélla una
deducción acertada».
Poco
después de estos episodios, Sandra y Robin organizaron un fin de semana
residencial para personas interesadas en la mediumnidad física, y conocieron a
Ken y a su amiga Bernette. Fue acordado que se unieran al grupo de Scole.
El
lunes 23 de noviembre de 1992, los cinco miembros se reunieron por primera vez.
Pero la mezcla de energías no parecía aún suficientemente fuerte para producir
fenómenos paranormales físicos significativos que los Foy ambicionaban.
Necesitaban encontrar a otras personas.
Siguió
una serie de acontecimientos que cambiarían su vida. Robin y Sandra pusieron un
anuncio en un periódico local para encontrar nuevos miembros. En el mes de
diciembre respondieron Alan y Diana Bennett. La pareja había vivido en Norfolk
durante veintidós años y al igual que Foy tenían cuatro hijos ya mayores. Alan
era carpintero y Diana sanadora. Meditaban juntos intentando captar las
energías. Durante estas prácticas, las bombillas se desenroscaban y sucedían
otros episodios insólitos. También sucedían cosas extrañas cuando estaban
separados, pero cuando estaban juntos, era como si sus energías fueran mucho más
potentes. Una vez entraron en una casa y las luces comenzaron a apagarse y
encenderse. Una bombilla se deslizó hasta la otra parte de la habitación. Ellos
sin duda aportaron energías poderosas al grupo de Scole.
Y así,
el grupo llegó a siete miembros. Robin, Sandra, Mimi, Ken, Bernette, Alan y
Diana. Los Bernette participaron por primera vez el 4 de enero de 1993. Al
principio, ninguno de ellos podía imaginar que la introducción de las energías
de Alan y Diana supondría el comienzo del verdadero trabajo del grupo de Scole.
Sin embargo, como recuerda Robin: «Todos percibimos el cambio, y definir el
círculo como "vivo" y "vibrante" no sería ciertamente
exagerado. Era un estado de ánimo de optimismo y excitación».
En esta
fase, el grupo seguía todavía las directivas tradicionales de desarrollo que
sigue todo círculo para desarrollar fenómenos paranormales físicos. Como parte
de los instrumentos, tenían una «bocina» de aluminio, que durante las sesiones
se colocaba verticalmente sobre la mesa central redonda. Este soporte, que se
usa tradicionalmente en las sesiones espiritistas, es un objeto cónico,
parecido a un megáfono, a través del cual hablan las entidades que se
comunican. En Scole, nunca había sido mostrada la más mínima señal de
movimiento, para no hablar del hecho de que los espíritus no lo habían usado
jamás para comunicar. Esto, al menos, hasta el lunes 26 de abril de 1993,
cuando, por primera vez, la bocina se cae de la mesa, golpeando la pierna de
uno de los participantes antes de caer ruidosamente a tierra. Finalmente,
tuvieron un resultado tangible, sobre el que continuar.
La
semana siguiente los siete miembros estaban presentes. Advirtieron chasquidos y
murmullos, además de un frío increíble. La bocina cayó de nuevo en el regazo de
uno de los participantes, pero esta vez su caída fue más controlada, como si fuera al ralentí. Cuando
se volvió a escuchar la cinta del magnetófono, el grupo se dio cuenta de una
interferencia constante, parecida a descargas eléctricas, hasta el momento en
que la bocina había sido desplazada. Inmediatamente después cesaron las
descargas y el resto de la cinta era claro como el sonido de una campana,
tanto, que el grupo pensó que los guías hubieran acumulado alguna clase de
«energía» para desplazar la bocina.
Los
fenómenos continuaron desarrollándose durante todo el verano de 1993. Las
débiles luces que a veces se presentían se hicieron más luminosas y más
regulares. Comenzaron a aparecer cortinas de niebla. Los participantes fueron a
veces rociados con agua. Se desarrolló una profusión de sonidos audibles, y los
presentes se sintieron sacudir y tirar de los pantalones, de las mangas de la
camisa o de la chaqueta. En los primeros momentos, Sandra y Robin, fueron
utilizados para la comunicación en trance. Muchos comunicantes hablaron a
través de ellos y todos anunciaron que obtendrían muy pronto excelentes resultados.
Sandra sin embargo, no estaba muy contenta de desarrollar ulteriormente sus
facultades mediúmnicas. Durante las sesiones se sentía psicológicamente tensa.
Fue en aquel momento cuando los componentes del grupo, decidieron exponer la
situación a los espíritus guías, dejando que fueran ellos los que eligieran
cuál sería el mejor modo para continuar y quien debería ser utilizado con ese
fin. Desde aquel momento en adelante, los fenómenos comenzaron a desarrollarse
a un ritmo increíble.
Antes
que nada, las entidades hicieron caer a Alan en trance. Como nunca había sido
utilizado hasta entonces de aquel modo, sus primeros intentos de comunicación
fueron más bien difíciles, hasta que se habituaron las entidades a utilizarlo
como instrumento. Se programaron otras sesiones para ejercitarse, y el nivel de
trance de Alan se hizo rápidamente más profundo. Muy pronto, fue completamente
inconsciente durante las sesiones del grupo, mientras los guías lo sacaban de
su propio cuerpo. Al mismo tiempo, Diana comenzó también a ser utilizada del
mismo modo. Como había recibido instrucciones, en el pasado, sobre cómo entrar
en trance, estaba más familiarizada con este estado, y los espíritus guías
tomaron muy pronto el pleno control de ella durante las sesiones. De esta
manera, los espíritus tenían ahora dos «instrumentos» válidos y el círculo de
Scole podía contar con siete componentes en armonía entre ellos y llenos de
entusiasmo. Todo estaba preparado para comenzar.
Desde
el comienzo, el grupo no pudo sino maravillarse de lo que ocurría durante las
sesiones. Incluso algunos de los primerísimos fenómenos fueron bastante
espectaculares. Las sesiones en la bodega eran como entrar en otro mundo, un
lugar en el que estaban en vigor normas distintas.
El
grupo de Scole aprendió que estos nuevos modos de trabajar con la energía ya
habían sido experimentados antes de iniciarse la experiencia de Scole, pero las
entidades espirituales habían fallado porque los tiempos, evidentemente, no
estaban maduros. Sólo en años recientes, desde que determinadas energías se
habían unido en la Tierra ,
el mundo espiritual había logrado reproducir los fenómenos sobre una base
regular. Además, la mezcla de energías de los miembros del grupo de Scole fue
un factor determinante para lo que se realizó durante el tiempo que pasaron
juntos. Con las energías de Sandra, Robin, Alan, y Diana había comenzado una
nueva y extraordinaria fase en el trabajo mediúmnico.
Uno de
los espíritus guías, John Paxton, explicó al grupo las cuatro principales
diferencias entre el modo más tradicional de trabajar y la nueva tecnología
basada en la energía de la que disponía ahora el mundo espiritual. Ante todo,
se trataba de una energía creativa formada por una mezcla de energías de la Tierra , humana y
espiritual. Como tal, era mucho más segura para el médium, aunque el trance era
todavía necesario. En segundo lugar, utilizando la nueva energía, los fenómenos
podían ser desarrollados con mucha mayor rapidez, en el espacio de meses y no
ya de años. En tercer lugar, la variedad de los fenómenos que el equipo de
guías espirituales podía producir a través de cualquier grupo experimental era
mucho mayor. En cuarto lugar, los nuevos métodos basados en la energía, eran un
producto en el que confluían las energías individuales y colectivas de las
personas que formaban un grupo y las energías aportadas por los espíritus
guías. En este sentido, el producto energético mezclado no se basaba únicamente
en la calidad física del médium, o de los médiums, como solía suceder en las
formas más tradicionales de la mediumnidad física. Precisamente por esto, el
desarrollo de los fenómenos basados en la energía era mucho más que una
experiencia de condivisión, era un esfuerzo de grupo.
Durante
las sesiones experimentales de Scole, tanto Alan como Diana, entraron en un
estado alterado de conciencia o trance, permitiendo que sus cuerpos fueran
usados por algunos espíritus guía para la comunicación verbal, de modo que
todas las entidades pudiesen hablar al grupo. Diana dijo que mientras caía en
trance durante los experimentos, notaba «una especie de separación». Robin,
Sandra y los demás permanecían conscientes de manera que pudieran observar e
interactuar con los comunicantes.
Han
preguntado muchos por qué tanto Alan como Diana debían estar en trance al mismo
tiempo. Los guías respondieron que para ellos era más fácil actuar de manera
eficaz cuando dos médiums se encontraban en un estado de trance paralelo. En cierta
medida el uno podía equilibrar al otro. Además, dado que los comunicantes eran
numerosos, frecuentemente esta solución era útil para permitir, digamos, a un
espíritu docto proporcionar un tipo de información, mientras otras entidades
transmitían simultáneamente otros mensajes.
Una vez
los espíritus guía organizaron una sesión especial durante la cual a Alan y
Diana no se les pidió caer en trance, de modo que pudieran asistir a los
fenómenos luminosos y observar el movimiento y la actividad en la habitación.
En esta ocasión, las luces fueron excepcionales. Alan había participado en de
varios círculos, pero nunca se había sentido especialmente impresionado por los
fenómenos. En aquélla delicada situación comprendió lo espectaculares que
fueron los fenómenos que se producían en Scole. Éstas son sus palabras:
En
cierto sentido fue positivo que no hubiera tenido nunca antes aquélla primera
experiencia, porque sólo entonces comprendí cómo podía sentirse una persona que
no hubiera asistido nunca a este tipo de fenómenos. La gente venía a nuestros
seminarios y escuchaba el informe de nuestras experiencias, pero, al no haber
participado personalmente en las sesiones experimentales, no podía contar con
la prueba directa. Sin embargo, para las personas que participaban en las
sesiones experimentales era un asunto totalmente distinto, naturalmente;
estaban realmente conmovidas por lo que veían.
Y no se
trataba sólo de ver. Recuerdo a una señora que tuvo una experiencia muy
conmovedora durante una sesión. Las luces entraron en su cuerpo para curarla.
Le brotaron las lágrimas. Debe ser fantástico que una experiencia de este tipo
te envuelva personalmente.
Por
tanto no estamos hablando simplemente de ser testigos de una cosa por el gusto
de ver con sus propios ojos sólo fenómenos
inexplicables. Estamos hablando de cosas que obligan a reflexionar y que
cambian realmente las vidas de las personas.
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