La influencia de la luz en el estudio de los fenómenos psíquicos de la mediumnidad

La influencia de la luz en el estudio de los fenómenos psíquicos de la mediumnidad

El estudio de los fenómenos mediúmnicos no será verdaderamente fecundo hasta el día en que, saliendo del empirismo actual, se establezcan reglas científicas precisas, basadas en el conocimiento de las condiciones en las cuales debe ser observado. Consideremos, por ejemplo, lo que se refiere a la luz en la producción de los fenómenos psíquicos (movimientos sin contacto, exteriorización de sustancia etcétera). Parece que hasta aquí se haya seguido un procedimiento al azar. Se comprueba, deplorándolo, que la oscuridad es eminentemente favorable a su producción, pues generalmente los médiums están habituados a ella; pero también existe la posibilidad de que los fenómenos puedan revelarse a plena luz. Cuando la célebre médium Eusapia fue objeto de particulares estudios por el grupo eminentemente científico constituido por cl Instituto General Psicológico, se ensayaron diversas clases de luz, desde el gas hasta la luz difusa por reflexión en el techo. Con esto último se trataba de evitar al médium el choque visual, tal vez doloroso, producido por una intensa fuente luminosa, y, al mismo tiempo se podrían obtener fenómenos comprobables por la visión.

A pesar de ello, cuando las manifestaciones se hacían más amplias, era necesario disminuir la luz. Lo mismo ocurría en las sesiones en las que el doctor Imoda experimentaba con Linda y en las que Carancini producía movimientos de objetos a distancia u otros fenómenos análogos. Se recordará que Crookes, a pesar de sus conocimientos de las .ciencias naturales, no había encontrado nada mejor que una lámpara de fósforo para ver las materializaciones producidas por Florencia Cook. En el transcurso de experimentos más recientes, con Eva, se emplearon lámparas eléctricas rojas, que iluminaban perfectamente la sala en donde tenía lugar la sesión. A veces se hace, esto, no solo por el control, objetivo, sino para obtener fotografías. Pues si hubiera más luz afectaría la producción del fenómeno.

Sin espera que el médium llegue a exteriorizar la sustancia en plena luz blanca. Estimo, sin negar esta última posibilidad, que se han observado hasta ahora las mejores condiciones para la obtención de fenómenos de exteriorización de esa materia sutil, dotada de una especie de vitalidad y capaz de obrar y modelarse fuera del organismo del médium.

La cuestión de la influencia de la luz debe resolverse así:

1— La obscuridad es necesaria en la primera fase de exteriorización de la fuerza- substancia psíquica materializada.

2— Los rayos ultravioleta de la luz blanca tienen una acción destructiva sobre esas formaciones.

3—Por el contrario, los rayos caloríficos, la luz roja, le son eminentemente favorables.

Las razones de esas influencias son fáciles de concebir si se piensa que la formación de las materializaciones entra en el orden de los fenómenos vitales. Ahora bien; los rayos ultravioleta y los rayos X destruyen la vida (esterilización del agua por los rayos ultravioleta, accidentes debidos al frecuente empleo de la radiografía), mientras que los rayos rojos la intensifican (desenvolvimiento notable de las plantas en estufas con vidrios rojos. Experimentos hechos en el Observatorio de Juvisy).

La formación de las materializaciones es análoga a la germinación, a la embriogenia, a la histolisis. Necesita la obscuridad mientras la formación no está suficientemente materializada. La vida no arriesga al germen o al embrión a los rayos de la luz blanca, sino cuando está desarrollado. Lo mismo debe ocurrir con los ectoplasmas. Sabemos, al menos en lo que concierne a las plantas que la luz roja es la más favorable a la vida. ¿Por qué domina el verde en la naturaleza si no porque el follaje absorbe las radiaciones rojas y nos envía el color complementario, el verde?

También hay que notar el curioso paralelismo de lo que ocurre en biología y en la química fotográfica. La placa no se arriesga a la luz blanca si no después de haber sido revelada con luz roja. Nos vemos, pues, en presencia de un método que puede ser aplicado en los laboratorios de experiencias mediúmnicas. La formación temporaria, una vez efectuada en la obscuridad, podrá ser examinada a la luz roja y su disociación por la luz blanca registrada por medio del cinematógrafo. Así podrán evitarse las dudas en esta clase de fenómenos, tan importantes para las ciencias psíquicas.

Doctor Paul La Cour.


17-junio-1920 - Atlántida