Recibido un mensaje acordado
No es raro que dos personas
acuerden que si uno muere antes que el otro, enviará un determinado mensaje o
contraseña a través de un médium para demostrar que todavía está vivo. La
recepción de dicho mensaje es un fenómeno raro y muy pocos casos están
registrados.
Tenemos la suerte de haber
obtenido información de primera mano de tal caso y haber podido comprobar su
autenticidad en la medida de lo posible. El destinatario fue la Sra. J.
Newland, del 15, Bushmead Avenue, Bedford, con quien estoy familiarizado. La
Sra. Newland es la esposa de un doctor en el R.A.M.Q. y mientras estaba en la
India, hizo un pacto con un oficial de la Fuerza Fronteriza de Birmania, en el
sentido de que si uno de ellos moría antes que el otro, trataría de transmitir
las palabras “Jumbo Dwip”, el nombre de un lugar donde ellos y otras dos
personas se habían perdido y tuvieron una aventura desagradable. El oficial era
escéptico con respecto a la supervivencia, pero estuvo de acuerdo en broma de
llevar a cabo este experimento.
Esto fue antes del estallido
de la guerra con Japón.
El 8 de marzo de 1941, fue
publicado como desaparecido en Birmania. Desde entonces la Sra. Newland ha
estado tratando a través de diferentes médiums obtener información definitiva sobre
él y en caso de su muerte, obtener el mensaje acordado. Ella se ha sentado con
varios médiums, incluida la Sra. Nash, pero no ha podido saber nada sobre él.
El jueves 12 de agosto, tuvo una reunión con el Sr. Joseph Benjamín en Bedford,
donde había venido a dar una demostración pública de clarividencia. Ni ella ni
ninguno de sus parientes o amigos habían tenido contacto previo con él. El
médium pareció entrar en un ligero trance y de inmediato describió a una
antigua sirvienta que había estado con la familia durante años en la India, de
cuya muerte había conocido solo un mes antes. Nadie estaba más lejos de sus
pensamientos que ponerse en contacto con ella. Ella no dio su nombre, pero
habló en un inglés desgarrado como hacía y mostró todo el conocimiento que
tendría sobre la familia.
Luego describió a un joven
con uniforme que dio el nombre de Duncan y que ella tenía dos objetos que le
pertenecían. Ella sacó una carta que había recibido de él y una fotografía. Le
dio la carta al médium y mantuvo la fotografía boca abajo sobre su regazo.
Luego él controló al médium y al principio estaba confundido, pero luego se
tranquilizó. Finalmente, ella le preguntó si podía dar las palabras clave
acordadas. Al principio dijo que no podía recordarlo, y luego lentamente
transmitió cada sílaba. De repente, el médium tomó la fotografía del regazo de
la Sra. Newland y escribió las palabras acordadas y un mensaje para su esposa:
“Mi esposa Beryl, dile que la amo”.
Aquí se muestra una
reproducción exacta de la escritura del médium. Éste nos parece el mejor caso
que hemos encontrado de la recepción de un mensaje acordado. Ciertamente está
al nivel del de “¡Julia! Haz lo correcto y sé feliz, Berja”, citado por F. H.
Myers en La Personalidad Humana. La Sra. Newland es una asistente a médiums
experimentada, equilibrada y me aseguró que tuvo cuidado de no revelar nada al
médium. En el caso de Benja, el mensaje fue anotado y sellado, y la
comunicación está abierta a la objeción habitual de que el médium hubiera leído
el mensaje por clarividencia. Además, solo tenemos el testimonio verbal de
“Julia” (sin más testigos) de que el mensaje fue recibido. En este caso, solo
conocía el mensaje la Sra. Newland y el médium lo escribió y lo vieron
directamente otras personas que lo confirmaron en la declaración de la Sra.
Newland. Ella misma ha certificado que el relato anterior es correcto.
La única explicación
“normal” es que el médium leyera la mente de la Sra. Newland. Nadie puede negar
que esta es una posible explicación. Todo lo que uno puede decir es que otros
médiums bien conocidos no pudieron hacerlo. Los casos de este tipo son parte de
lo variado de: la evidencia de todo tipo que respalda la hipótesis de la
supervivencia del alma.
Psychic Science V22- 1943