Vera Ivanovna
Kryzhanovskaia
Вера Ивановна Крыжановская
Cuyo nombre de casada fue Vera Ivanovna Semenova (Varsovia,
14 de Julio, 1861 – Tallin, 29 de diciembre, 1924) fue una médium rusa de
escritura en trance. Entre 1885 y 1917 escribió centenares de novelas y cuentos
firmados por el espíritu de Rochester, de los libros más famosos “El Faraón Mernefta”
y “El Canciller de Hierro”.
Descendiente de una antigua y noble familia de la provincia
de Tambov, nació en Varsovia, Polonia, donde su padre – el General Mayor Ivan
Antonivich Kryzhanovsky – dirigía una brigada de artillería. Su madre provenía
de una familia de farmacéuticos. Desde el principio, la joven recibió una buena
educación y estuvo interesada en la historia antigua y oculta.
Su padre murió cuando Vera tenía sólo diez años, dejando a
la familia en una difícil situación. En 1872, Vera se unió a una asociación de
caridad para la educación de las niñas nobles de San Petersburgo, le fue
concedida una beca en la Escuela Santa Catarina. Sin embargo, su frágil salud y
las dificultades financieras le impidieron completar el curso. En 1877 se
perdió de sus estudios y terminó su educación en casa.
Durante este periodo, el espíritu del poeta inglés J. W.
Rochester (1647-1680), aprovechó los dones psíquicos de la joven y se le
apareció para proponerle que estuviera en cuerpo y alma al buen servicio y así
escribir bajo su dirección. Después de este contacto, él se convirtió es su
guía espiritual. Vera, aparentemente fue curada de la tuberculosis crónica, una
enfermedad grave en el momento si tratamiento médico.
John Wilmot, el Conde de Rochester, tomó la misión de
promover la espiritualidad y consolidar la doctrina, revelando al mundo
material las leyes que rigen el universo, aclarando y desmitificando los
misterios de la religión naciente. Así que se asoció con Vera como
intermediaria para lleva a cabo su importante tarea.
A los 18 años comenzó su trabajo de escritura. En 1880, en
un viaje a Francia, participó con éxito en una sesión psíquica. En ese momento,
sus contemporáneos se vieron sorprendidos por su productividad, a pesar de su
débil salud. En sus sesiones se reunieron famosos médicos europeos del momento,
incluso el príncipe Nicolás, el futuro Nicolás II de Rusia. En una de esas
sesiones se predijo el accidente del príncipe en Khodynka.
Vera Ivanovna comenzó la escritura directa a los 18 años. De
acuerdo con V.V.Scriabin, algo “sobrenatural” ocurrió:
“A menudo, en medio de una conversación, de repente se
quedaba en silencio, estaba pálida y pasando su mano por la cara, empezó a
repetir la misma frase:” Denme un lápiz y un papel, ¡rápido!” Por lo general,
en ese momento, Vera se sentaba en una silla junto a una pequeña mesa que casi
siempre tenía lista con un lápiz y un bloc de notas”.
“Tenía la cabeza ligeramente echada hacia atrás y los ojos
medio cerrados, concentrada en un solo punto. De repente, ella comenzó a
escribir sin mirar le papel. Era verdadera escritura automática. (…) Este
estado de trance duraba 20-30 minutos, después del cual Vera Ivanovna por lo
general se desmayaba. (…)”
Las transmisiones de los escritos terminaba con la misma
palabra: “Rochester”.
Según las Notas literarias de M. Spassovsky:
“En estado de inconsciencia, ella escribía en francés… Sus
escritos son traducidos al ruso y, con cuidado, redactados por la autora o por
una persona de confianza. (M. Spassovsky, Notas literarias – “Veshnie Vody”,
1916, volumen 8/7, p 145). En 1880, en un viaje a Francia, Vera Ivanovna
participó con éxito en una sesión psíquica. Muchos contemporáneos se vieron
sorprendidos por su productividad, a pesar de su débil salud.
Así, aunque muchos biógrafos y críticos afirman que su
escritura era puramente psíquica y mecánica, como el Dr. A. Aseev y L.
Sokolova-Rydnina, otros prefieren considerar a Vera como una escritora autora
de los libros más que como una médium. De esta forma, en los primeros mensajes
aparecía la firma del espíritu Rochester. En la actualidad, en Rusia y en
muchos países consideran el nombre de Rochester como el alias o el apodo de
Vera.
En 1886, en París, se hizo pública su primera obra, la
novela histórica “Episodio de la vida de Tiberio”, escritura en francés (así
como sus primeros trabajos), donde la tendencia a temas místicos se empezaba a
notar.
En este periodo de residencia temporal en París, Vera
transcribió una serie de novelas históricas como "El Faraón
Mernefta", “La Abadía de los Benedictinos”, “El Romance de la Reina”, “El
Canciller de Hierro del Antiguo Egipto”, “Herculano”, “El Siglo de la Victoria”, “La
Noche de San Bartolomé”, entre otros, llama la atención del público no sólo por
sus personajes fascinantes sino también por sus emocionantes tramas.
Gracias a la novela
“El Canciller de Hierro del Antiguo Egipto”, la Academia de Ciencias de Francia
le otorgó el título de “Oficial de la Academia Francesa”, y en 1907, la
Academia de Ciencias de Rusia le concedió la “Mención de honor” a la novela
“Las Luminarias Checas”.
Su marido, S.V. Semenov, ocupó una posición en la oficina de
Su Majestad y en 1904 fue nombrado "kamerguer", una especie de
secretario del zar Nicolás II de Rusia. Semenov era un famoso espiritista y
presidió el “Círculo de Investigación Psíquica” en San Petersburgo.
Después de su regreso a Rusia en 1890, se inició la
traducción de sus obras al ruso, al igual que las nuevas escrituras creadas.
Sólo dos personas estuvieron presentes en sus últimos
momentos, su hija Tamara y un amigo leal de la familia”. (Vs. Nymtak.
Recuerdos. Tallin, 1935, Cit. “Sobre Ocultismo y Yoga”, 1961, p.44). La
escritora está enterrada en el cementerio “Aleksander Nevski” de Tallin, donde
puede visitarse su tumba.
Después de su muerte, sus libros continuaron siendo
reeditados, especialmente en Riga, Letonia por la Sociedad Esotérica de esa
ciudad, y en Berlín, hasta mediados de los años 30.
Aún se pueden encontrar algunos de ellos en últimas
ediciones de las dos últimas décadas. Además de los originales franceses y
rusos, algunos libros fueron traducidos a varios idiomas, como letón, lituano,
esloveno, alemán, inglés, español, polaco y checo, y en gran medida en
portugués.
Durante más de 30 años de trabajo, Rochester a través de
Vera Kryzhanovskaia creó más de 80 obras, entre novelas y cuentos, por
desgracia, muchas ediciones publicadas están perdidas debido a los
acontecimientos que siguieron a la Revolución Rusa.
Sorprendentemente, después de 75 años de la muerte de la
notable médium, sus libros comienzan a elevarse de nuevo, y los rusos (y el
resto del mundo) comienzan a re-descubrir su valioso trabajo y los lectores
vuelven.
Artículo original en portugués
El conde de Rochester