Carta de Crookes a Tyndall
22 de Diciembre 1869
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Me siento agradecido por la oportunidad que me brindas al leer tu carta en este momento, al Secretario de la Sociedad Dialéctica (1), y en especial por todas las halagadoras palabras que dices sobre mí. Tan altamente valoro su buena opinión que preferiría no participar en la invitación que al parecer has recibido.
Me siento agradecido por la oportunidad que me brindas al leer tu carta en este momento, al Secretario de la Sociedad Dialéctica (1), y en especial por todas las halagadoras palabras que dices sobre mí. Tan altamente valoro su buena opinión que preferiría no participar en la invitación que al parecer has recibido.
Así es como estoy con respecto al Espiritualismo. Hace unos
seis meses, sin conocer el tema más allá de lo que había deducido de varias
cartas y respuestas publicadas, un amigo me contó algunas de sus extrañas
ocurrencias, le habían sucedido en su propia experiencia. No me siento en la
libertad de mencionar el nombre de mi amigo, pero él es un F.R.S. (2) y se
encuentra en el rango más importante de los filósofos experimentales. Me
aseguró que había presenciado fenómenos supuestamente espirituales, que él no
podía explicar por ninguna fuerza física conocida, y me aconsejó que tomara la
primera oportunidad de ser testigo de tales cosas por mí mismo y de formar mi
propio juicio sobre ello. Poco tiempo después, conocí a algunos de los
destacados miembros de la Sociedad Dialéctica, y fui invitado por ellos a
unirme al comité de investigación. Esto lo rechacé. A veces asistí como
observador, pero sólo con la condición de que no me pidieran dar una opinión y
que no relacionaran mi nombre con el asunto. El Sr. Bennett lo olvidó cuando le
escribió. En algunas de sus reuniones tuvo lugar nada que no se pudiera
explicar fácilmente. En otras he visto fenómenos que sólo podrían explicarse
por la casi segura suposición de un fraude grosero y la ayuda por parte de
alguna de las damas o caballeros presentes.
Pero en una o dos veces he presenciado ciertamente
acontecimientos que parece estar más allá del dominio de cualquier fuerza
conocida. Algo nuevo y digno de noticia para el hombre de ciencia y estoy
bastante seguro de que estamos recibiendo vislumbres, y creo que mi pensamiento
se está configurando en la dirección de que hay algún poder conectado de alguna
forma con la gravedad.
He visto lo suficiente para despertar mi curiosidad y
urgirme a investigar, pero debo hacerlo en mi propio laboratorio y cuando yo
decida, y probar todo con toda la calma posible a diferencia de cuando estoy
con un grupo de entusiastas. La mayor parte de los hechos observados están tan
incrustados en la superstición que es difícil separar unos de otros, y
ciertamente el grueso de los espiritualistas están entre los más crédulos de
los mortales, aunque hay algunas excepciones, el Sr. Varley y el Sr. Wallace,
por ejemplo. No veo nada que no sea filosófico en la idea de que existan en la
naturaleza entidades invisibles de orden superior, o que posean poderes diferentes a los de la raza humana, pero todavía no he
visto nada que me satisfaga sobre que tales inteligencias sean los instrumentos
que producen tales fenómenos.
Últimamente he ideado algunos experimentos de pruebas, los
cuales, tengan éxito o no, no pueden dejar de darme alguna información. Sin embargo,
deseo mantenerme callado en el asunto y que mi nombre no se mezcle con el
espiritualismo hasta que me sienta justificado y lleve los resultados de mi
investigación ante la Royal Society, o al menos mostrarlos experimentalmente en
la mesa de una institución real.
Si en el ínterin, encontrara en
mi laboratorio algo que merezca ser digno de tu atención, ¿te importaría venir
aquí a ver el trabajo, como amigo, y sólo de manera privada, y viendo lo que
pueda mostrarte? haciendo que tu visita hiciera saltar a los “pequeños imanes”
fuera de sus engranajes por tu presencia.
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La carta de respuesta del catedrático Tyndall, se conserva
descatalogada en las cartas de Tyndall Trunk, en la Royal Insitution.
(1) La London Dialectical Society fue creada en 1867, y en
1869 como un comité para “investigar los fenómenos que supuestamente eran
Manifestaciones Espirituales, y para informar al respecto.”
(2) Tal vez el Dr. William Huggins. Es de notar que el 6 de
julio de 1871, Crookes escribió a Huggins, diciendo que preferiría que Tyndall
no fuera un miembro del comité que se estableciera para la investigación de los
fenómenos, alegando que “estaría todo el tiempo haciendo trucos, empujando o
tirando de la mesa, dando golpes con los pies, saltando arriba y abajo,
imponiendo condiciones como: “Si los espíritus pueden golpear sobre la mesa,
hagan un golpe en ese rincón de la habitación. (Vide Science and Spirits) e
interfiriendo de manera general en el progreso de los fenómenos.” Los
investigadores psíquicos reconocerán un retrato exacto de un investigador
nacido para matar al ganso antes de que hubiera puesto algún huevo, y
percibirán toda la simpatía hacia Crookes.
(3) Cromwell Varley, F.R.S. estaba bastante convencido de la
realidad de los espíritus.
(4) Alfred Russel Wallace, F.R.S., quien testificó numerosas
materializaciones incluyendo una que surgió a plena luz desde el lado del médium,
F. W. Monck, y posteriormente fue
reabsorbida.
Crookes y el mundo de los espíritus - 1972
John Tyndall
Cromwell Varley FRS
William Huggins
Alfred Russel Wallace
Francis Ward Monck
DCP abril 2017