William H. Mumler
De Boston, primer
fotógrafo de espíritus. Fue grabador jefe de la firma de joyería Bigelow, Kennard & Co., de Boston. Un día
en el estudio de un amigo trató de tomar una fotografía de sí mismo para
centrar la cámara en una silla vacía con un resorte – después de destapar la
lente. En el rebelado de la placa se descubrió una extraña figura, una chica
joven, transparente, sentada en la silla, desapareciendo en una niebla tenue en
la parte de abajo. Reconoció que era una prima suya que murió doce años antes.
El experimento se repitió y se convenció de que las caras adicionales
sobrenaturales que aparecían en las placas eran de origen sobrenatural.
La noticia del
descubrimiento de Mumler comenzó a extenderse, fue sitiado por solicitudes para
turnos fotográficos, así que renunció a su trabajo y se convirtió en fotógrafo
de espíritus profesional. Entre los primeros en investigar los poderes de Mumler fue Andrew Jackson Davis,
entonces editor del Herald
of Progress de Nueva York. La primera vez envió a un fotógrafo profesional para
investigarlo, el informe fue favorable. Encontró que era una nueva
manifestación psíquica genuina. Al parecer, no importaba si Mumler trabajaba en
su propio estudio o en el de los demás, si utilizaba sus propios productos
químicos o no. Los fotógrafos iban y venían, y consultaba. Black, de Boston, inventor del baño en
nitrato de plata, ofreció 50 libras a Mumler para tener una verdadera
fotografía de espíritu. La primera vez que fue Horace Weston, un compañero
fotógrafo, hizo un examen escrupuloso, rebeló la placa él mismo y ante su
asombro encontró que había una imagen además de la suya, un hombre apoyado en
su hombro.
Mumler empezó a
tener crédito y a estar de moda, se hizo un tremendo negocio. El primer
escándalo, sin embargo, no se hizo esperar. Se descubrió que él obtuvo de vez
en cuando el retrato de hombres que estaban muy vivos. Parece como si hubiera
sido los dobles de los vivos. No pudo explicar el resultado, pero aún así
espiritualistas lo acusaron de engaño y pusieron el grito en el cielo, así que
en 1868 trasladó su sede a Nueva York.
Prosperó durante
un tiempo hasta que fue detenido por orden del alcalde de Nueva York acusándole
de fraude, planteado por un periodista. En el juicio testificaron fotógrafos
profesionales a favor de él y fue absuelto. Su carrera después estuvo llena de
vicisitudes. Murió en 1884 en la pobreza.
La historia de su
vida se cuenta en el libro: Experiencias Personales de William H. Mumler,
Fotógrafo de Espíritus.
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MUMLER, WILLIAM H., of Boston, Mass., the first spirit photographer. He was head engraver of the jewellery firm Bigelow, Kennard & Co., of Boston. One day, in a friend's studio, he tried to take a photograph of himself by focussing the camera on an empty chair and spring into position - after uncapping the lens. When developing the plate he discovered an extraneous figure, a young, transparent girl sitting in the chair, fading away into a dim mist in the lower parts. He recognised in it his cousin who died twelve years before. The experiment was repeated and he became satisfied that the extra faces on his plates were of supernormal origin. The news of Mumler's discovery began to spread, he *as besieged with requests for sittings so that he gave up his position and became a professional spirit-photographer. Among the first to investigate Mumler's powers was Andrew Jackson Davis, then editor of the Herald of Progress in New York. He first sent a professional photographer to test Mumler and on his favourable report conducted an investigation himself. He found the new psychic manifestation genuine. It apparently did not matter whether Mumler worked in his own studio or in that of others, whether he used his own chemicals or not. Photographers came and went, one searching inquiry followed another. Black of Boston, inventor of the nitrate of silver bath, offered £50 to Mumler for a true spirit photograph. He first sent Horace Weston, a fellow photographer, then came himself, made the most scrupulous examination, developed the plate himself and to his utter amazement found another form on it besides his own, a man leaning on his shoulder. Mumler's credit was established, he was in vogue and did tremendous business. The first scandal, however, was not long in coming. It was discovered that he obtained from time to time the portrait of men who were very much alive. It appears as if they had been doubles of the living. He could not explain the result but even spiritualists now accused him of trickery and such a hue and cry was raised that in 1868 he transferred his headquarters to New York. He prospered for a while until he was arrested by the order of the Mayor of New York on an accusation of fraud raised by a newspaperman. At the trial professional photographers testified for him and he was acquitted. His further career was full of vicissitudes. He died in 1884 in poverty. The story of his life is told in his book: Personal Experiences of William H. Mumler in Spirit Photography.
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Enciclopedia de Ciencias Psíquicas - Nandor Fodor