FARADAY Y LAS MESAS
GIRATORIAS
Para el editor de Times:
Sir – Recientemente he estado involucrado en la
investigación de las mesas giratorias. Sentiría que usted supusiera que esto es
necesario para mí, la conclusión sigue siendo de la misma naturaleza, poco ha
cambiado, pero tantas veces se me han reprochado mis opiniones que he esperado
hasta tener un experimento fuerte, que me gustaría trasmitir a todas las
personas interesadas en la materia. El efecto producido por las mesa giratorias
se ha referido a la electricidad, el magnetismo, la atracción, hasta cierto
desconocido o no reconocido poder físico capaz de afectar a los cuerpos
inanimados – a la revolución del planeta tierra, e incluso a la agencia diabólica
o sobrenatural. El filósofo natural puede investigar todas estas causas, pero
esto está tan conectado a la credulidad y a la superstición que requiere poca
atención por su parte.
Las investigaciones serían demasiado largas para describir
en sus columnas. Por lo tanto, pediría la admisión en el próximo sábado en el
Atheneum, y proponer ahí el resultado general. Convencidos de que la primera
causa asignada – a saber, la cuasi acción involuntaria muscular ( como es el
efecto en muchos sujetos o es su deseo o voluntad)- era la verdadera causa, el
primer punto a evitar era si había alguna influencia indebida en la mesa, para
eso emplearía diferentes sustancia.
Un paquete de láminas que constaba de una de papel de lija,
madera prensada, cola, cristal, arcilla plástica, lámina de estaño, cartulina,
gutapercha, caucho vulcanizado, madera y cemento resinoso, todo fue atado junto
y colocado sobre la mesa, bajo las manos de los asistentes no impidió la
transmisión de energía sobre la mesas que se movió exactamente como si no
estuviera el paquete de placas, a plena satisfacción de todos los presentes.
El experimento se repitió con diversas sustancias y personas
en diversos momentos con el constante éxito y en adelante no se puso objeción
para llevar a cabo la construcción de un nuevo aparato con estos materiales.
El siguiente punto fue determinar el lugar y la fuente del
movimiento, es decir, si la mesa se movía debajo de la mano, o era la mano
quien movía la mesa, para eso indicadores fueron construidos.
Uno de ellos consistía en una palanca ligera, apoyada sobre
un cartón encima de la mesa, con en extremo sujeto a él con un alfiler, y con
el otro extremo o brazo largo que servía como índice. Es evidente que si el
experimentador intentaba mover la mesa hacia la izquierda, antes movería las
manos que están colocadas encima del cartón y lo deslizaría sobre la mesa, y el
movimiento se vería si uno se fija en el brazo largo del índice. Si las manos
involuntariamente se movían hacia la izquierda, también lo haría su punto de
apoyo. Si las manos involuntariamente se movían sin la mesa, a la izquierda, el
índice iría a la derecha, y si las manos no se movían, el índice quedaría
quieto. El resultado fue que estuvo bastante estable cuando la mesa no se
movía, sin embargo, había una resultante en la dirección en la que la mesa se
deseaba mover, una fuerza que se ejercía bastante involuntariamente por los
asistentes. Esta resultante es lo que aparece con el curso del tiempo de
espera, mientras que los dedos y las manos se vuelven rígidos y entumecidos e
insensibles al aumento de la presión, crece la fuerza de manera suficiente para
mover la mesa y las sustancias pesadas sobre ellas. Pero el efecto más
importante de este aparato de prueba (que se hizo después más perfecto y sensible
en la mesa) es de un poder correctivo sobre la mesa giratoria.
Tan pronto como el índice se coloca delante de los más
fervientes y perciben – como en mi presencia se ha hecho – que realmente están
presionando un poco o indirectamente, a continuación todos los efectos
desaparecen y la mesa deja de girar, incluso deseando el movimiento. No se
manifiesta el poder de las manos – el poder se ha ido, y sólo porque las partes
se hacen conscientes de que realmente están haciendo un esfuerzo mecánico, por
lo que pueden engañarse a sí mismos sin darse cuenta.
Sé que algunos pueden decir que es el cartón que se mueve
primero y arrastra la mesa y también a los que ponen las manos. Todo lo que hay
que responder es, que el cartón en la práctica es una hoja muy fina de papel
que pesa unos pocos gramos o un trozo de cartón, o incluso el extremo de la
palanca que es muy fina como la cutícula de los dedos.
A continuación, los resultados que siguen son demasiado
absurdos para ser admitidos: la propia mesa se convierte en un estorbo y la
persona que tiene los dedos en el aire, ya sea sin tocar o con las puntas en el
cartón debería ser colocados en la habitación, pero me abstengo de considerar
resultados imaginarios aún cuando no sean filosóficos y si reales.
He sido feliz hasta aquí de cumplir con la honradez y
sinceridad, aunque las personas más optimistas, y lo expongo para todos
aquellos que de verdad quieran investigar la filosofía del tema, y renuncien a
las expectativas, sólo se desea que sean guiados por los hechos y la verdad de
la naturaleza.
Como
soy incapaz, incluso en la actualidad de responder a todas las cartas que me
llegan sobre el asunto, puedo decir que mi aparato puede ser visto en la tienda
del fabricante de instrumentos -- Newman, 122, Regent-street.
Permítame antes de concluir, que me siento sorprendido por
la revelación del tema puramente físico en la mente del gran público. Sin duda,
hay muchas personas que se han formado un juicio justo o una reserva prudente,
porque sé de varias comunicaciones que han demostrado que así es, pero en
número es casi nada comparado con el gran cuerpo de creyentes y testimonios,
como creo, es causa del error. No es una distinción entre las persona que están
de acuerdo conmigo y las que piensan diferente. Quiero decir que es rechazable
considera la causa y efecto por la electricidad y el magnetismo – pero no se
saben nada de las fuerzas o bien de la atracción – aún no se muestran fenómenos
puro de atracción o de la rotación de la tierra, como si la Tierra girara
alrededor de la pata de la mesa o de alguna fuerza física no conocida, sin
preguntarse si las fuerzas conocidas son suficientes o incluso ellos prefieren
referirse al diablo o a un agente sobrenatural para explicar la naturaleza de
la acción. Creo que el sistema educativo podría ser en cierta medida el
responsable de esta importante deficiencia. Señor, su siervo obediente.
M. Faraday.
Royal Institution, 28 de Junio
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Posible reconstrucción del mecanismo:
Posible reconstrucción del mecanismo:
Me resulta muy complicado encontrar alguna imagen de su aparato así que he decidido con sus explicaciones diseñarlo de nuevo. Se ajusta a su descripción y he probado algunos pequeños modelos que parecen funcionar bien. Añadiré su construcción y algunas variaciones en la sección de Taller y Laboratorio.