EL MANIFIESTO DE LOS TREINTA Y CUATRO
Me creo que el deber de publicar, antes de mis experiencias
con JUAN GUZIK, el dictamen suscrito por treinta y cuatro notabilidades
francesas y extranjeras (Son, en realidad, treinta y cinco. Pero un error
primero de tipografía ha popularizado este documento bajo el título de:
Manifiesto de los treinta y cuatro.) Este dictamen es la conclusión de una
serie de experiencias de demostración hechas en 1922-1923, por gestión mía, en
el Instituto Metapsíquico Internacional.
Más de ochenta personalidades de la élite parisién han
asistido a estas sesiones de demostración, y salvo tres o cuatro, que han
tenido la mala suerte de asistir a las sesiones negativas , que han sido pocas,
los demás se han declarado convencidos.
He aquí el dictamen
sintético, en extremo prudente y moderado, pero muy afirmativo, firmado por
nuestros principales colaboradores. Este informe no menciona más que los hechos
observados con certidumbre por todos los
experimentadores. Otros fenómenos mucho más complejos se han observado
frecuentemente, y serán motivo de publicaciones ulteriores.
Damos a JUAN GUZIK las más calurosa gracias por su
abnegación y por la complacencia con que se ha sometido a todos los medios de inspección
y comprobación pedidos.
Después de haber participado en una serie de experiencias
metapsíquicas hechas con el médium JUAN GUZIK, unas veces en el Instituto
Metapsíquico Internacional, otras en casa de alguno de nosotros, nos creemos en
el deber de resumir nuestra impresión.
1º. Vigilancia del
médium.- El médium se desnudaba en presencia, por lo menos, de dos de nosotros,
antes de entrar en la sala de las sesiones, y se vestía con un pijama sin
bolsillos. Durante las sesiones estaba sujeto por las dos manos con el dedo
meñique de cada mano cogido al dedo meñique de la mano correspondiente de cada
uno de los encargados de la vigilancia. Además, una cinta muy corta (con la
longitud estrictamente justa) doblemente precintada (con una bala de plomo
aplastada por una pinza con las iniciales de I.M.I.) ligaba el punto derecho y
el izquierdo del médium a los puños izquierdo y derecho de los vigilantes. Esta
ligadura era inviolable (hacía falta, por fuerza, cortar la cinta para dejar
libres las manos del médium) e imposibilitaba el uso de las manos aunque no
hubieran estado sujetas. Los vigilantes aseguraban el contacto estrecho y
permanente de su cuerpo, especialmente pie y pierna, con el cuerpo, piernas y
pies del médium.
Hemos comprobado todos que durante las sesiones quedaba el
médium en estado absolutamente pasivo. Cuando se producía un fenómeno imporatne
sus pies y manos temblaban, pero nunca iniciaban movimiento alguno, ni aun de
pequeña amplitud. Por excepción le ocurrí, de tiempo en tiempo, llevar hacia tras,
todo lo separado posible de él, la mano de uno u otro de los vigilantes para
que comprobara ciertos fenómenos descritos más adelante.
2º. Vigilancia de los
experimentadores.- Todos los experimentadores se cogían de la mano y
estaban unidos, puño con puño, por medio de cadenitas, sujetas con candados,
todo lo cortas posibles.
3º. Vigilancia de la sala.- las puertas de las salas donde
se verificaban las sesiones estaban cerradas con llave por dentro y precintadas
con cintas engomadas y firmadas por uno de nosotros.
El cubrefuegos de la chimenea estaba igualmente unido al
suelo y precintado. Algunos experimentadores incluso han precintado las
ventanas. No había en dichas habitaciones ningún mueble ni alacena susceptible
de ocultar a algún compinche. La hipótesis de trampas, roperos disimulados en
el muro, lienzos de pared giratorios, etc., no puede aducirse, por las
siguientes razones:
A)
Un dictamen muy completo del Sr. LEGROS,
arquitecto diplomado, domiciliado en la avenida Daumesnil, número 26 duplicado,
que ha visitado detenidamente el local del I.M.I., declara formalmente que los
muros, el suelo y el techo son enteramente normales.
B)
Varias veces, antes de la sesión, se ha cubierto
de serrín el suelo, e modo que el levantar una trampa se hubiera descubierto
inevitablemente. Es de notar que en estas condiciones no hemos observado
huellas de pasos humanos.
C)
Algunas sesiones positivas se han celebrado en
el domicilio particular de cuatro de nosotros (el profesor RICHET, el profesor
CUNEO, el doctor BORD, y el doctor BOUR).
En tales condiciones, a pesar de la
obscuridad, la vigilancia material era absoluta, y la vigilancia de GUZIK, de
extremada sencillez, era enteramente satisfactoria.
4º.
Fenómenos.- Hemos observado cierto
número de fenómenos inexplicables en el estado actual de nuestros conocimientos
científicos.
Entre estos fenómenos los hay que no se han producido en
todas las sesiones positivas, tales como las impresiones en barro de modelar y
las manifestaciones luminosas. Etas últimas iban acompañadas de sensaciones de
tocamiento y de sonidos articulados concomitantes.
Como estos hechos no han podido ser observados por todos los
experimentadores, los callaremos, a pesar de su importancia, y nos limitaremos
a afirmar la realidad de dos categorías de fenómenos:
1.ª Desplazamientos, a veces grandes, de objetos varios, sin
ningún contacto con el médium y , por otra parte, fuera de su alcance (hasta
1,50 m.).
Para ponernos al abrigo de toda ilusión de observación y de
todo error de memoria, el sitio que ocupaban estos objetos habían sido
minuciosamente marcado, y con frecuencia pegados al suelo o a la mesa que les
sustentaba, por medio de papel engomado.
2.ª Contactos y tocamientos muy frecuentes y diversos, como
sensaciones, percibidos en los brazos, la espalda y la cabeza de los vigilantes.
A veces, al final de las sesiones, el médium, todavía en
trance, guiaba la mano de uno u otro de
sus vigilantes hacia atrás y hacia arriba todo lo lejos de él posible. En estas
condiciones la cara dorsal de la mano o del brazo del vigilante ha notado
varias veces contactos materiales.
Por el momento no podemos precisar más.
Afirmamos sencillamente nuestra convicción de que los
fenómenos obtenidos con JUAN GUZIK no son explicables por ilusiones o
alucinaciones individuales o colectivas, ni por superchería de ninguna clase.
SRES. JOSEPH AGEORGES, escritor; BAYLE, licenciado en
Ciencias, jefe del servicio de Identidad judicial en la Prefectura de Policía;
doctor BENJAMÍN BORD, antiguo interno de los Hospitales de París; doctor BOUR,
director de la Casa de Salud de la Malmaison; doctor BOURBON; doctor STEPHEN
CHAUVET, antiguo interno laureado (medalla de oro) de los Hospitales de París,
doctor CUÑÉO profesor de la Facultad de medicina, cirujano de los Hospitales ,
capitán DESPRES, antiguo alumno de la Escuela Politécnica; CAMILLE FLAMMARION,
fundador y primer presidente de la Sociedad Astronómica de Francia, director del
Observatorio de Juvisy; doctor FONTOYNOT, antiguo interno de lo Hospitales de
París, director de la Escuela de Medicina de Madagascar; a PASCAL FORTHUNY,
escritor; doctor GUSTAVO GELEY, antiguo interno de los Hospitales de Lyón,
laureado (primer premio de tesis) de la Facultad de Medicina; conde A. DE
GRAMONT, doctor en Ciencias, miembro del Instituto de Francia; PAUL GINISTY,
escritor, redactor del Petit Parisien,
GEORGES, licenciado en Ciencias, ingeniero (E.S.E.) JACQUES HAVERNA, jefe del
servicio fotográfico y cifrado en el Ministerio del Interior; doctor HERICOURT,
HUC, director de La Dépêche de Toulouse,
doctor HUMBERT, jefe de la sección de Higiene y de la Liga de las Sociedades de
la Cruz Roja; comandante KELLER, del Estado Mayor del mariscal FAYOLLE; doctor
LAEMMEZ; doctor LASSABLIERE, miembro del Instituto de Francia, inspector
general, jefe de los servicios sanitarios en el Ministerio de Agricultura; Sir
OLIVER LODGE, miembro de la Royal Society de Inglaterra; MESTRE, profesor de la
Facultad de Derecho ; MICHAUX, inspector general de Caminos y Puentes, antiguo
consejero de Estado y director de los caminos de Hierro; doctor MOUTIER,
antiguo interno de los Hospitales de París; doctor OSTY; MARCEL PRÉVOST,
miembro de la Academia Francesa; profesor CH. RICHET, miembro de la Academia de
Medicina y del Instituto de Francia; doctor REHM, escritor, doctor JEAN CHARLES
ROUX, antiguo interno de los Hospitales de París; RENÉ SUDRE, escritor;
profesor SANTOLÍQUIDO, representante de la Liga de las Cruces Rojas en la
Sociedad de Naciones; Profesor VALLÉE, director de Laboratorio Nacional de
Investigaciones Sanitarias.
Ectoplasmia y Clarividencia,- Gusteve Geley.