Reflexiones sobre el “Proyecto Alfa”: ¿Experimento científico o una ilusión del mago?

Transcriptción de Zetetic Scholar (1987), págs.. 73-98

Reflexiones sobre el “Proyecto Alfa”: ¿Experimento científico o una ilusión del mago?


Marcello Truzzi

Prólogo

Se envió una versión preliminar del siguiente documento a unas 20 personas, principales actores involucrados, para obtener sus correcciones y sugerencias. La mayoría respondió, y eso dio lugar a numerosos cambios. Estoy particularmente agradecido por los comentarios críticos y útiles de los Drs. Peter Phillips, Michael Thalbourne, Berthold Schwarz, Walter Upho_, Ron Westrum, Ray Hyman, y Stanley Krippner, y de Piet Hein Hoebens, Dennis Stillings y George Hansen. Aunque es improbable que mi producto final sea visto como satisfactorio por todas las críticas, y yo debería ser responsable de las interpretaciones presentadas en este documento; los comentarios que me dijeron sobre mi borrador preliminar dieron lugar a algunos cambios importantes y, con la esperanza de la mejora del escrito. Por desgracia, James Randi me respondió con la invitación a corregir cualquier error factual en el primer borrador mediante una carta enojada y vituperativa. En ella, declaró que él no respondería a las preguntas planteadas en mi artículo, pues al hacerlo, revelaría información que traería más vergüenza a los parapsicólogos, y deseaba ahorrar eso. Si así fuera, solo puedo exhortarlo a que repare los gastos de los investigadores psi. Espero que después de una reflexión más profunda y la lectura de esta revisión del proyecto, Randi podría estar de acuerdo en que el diálogo razonado es más apropiado junto con un enfoque productivo para resolver los muchos complejos problemas que rodean al proyecto Alfa. Yo espero que publique una respuesta a mi análisis en alguna parte, él sigue siendo bienvenido al espacio Zetetic Scholar.

Me temo que hay algunos que podrían leer este ensayo y concluir equivocadamente que he buscado atacar a Randi a nivel personal porque varias preguntas que planteo conciernen a sus motivos. Así, partes de mi análisis pueden ser mal interpretadas como constituyendo un ataque indebido ad hominen. Esa no es la intención, y creo que cualquier pregunta que plantee sobre los motivos de Randi, están claramente vinculadas a las cuestiones pertinentes de las pruebas y los argumentos. A pesar de nuestras diferencias, y la reacción hostil inicial de Randi a mi artículo, sigo creyendo que Randi ha hecho y puede continuar haciendo importantes contribuciones positivas a la investigación psi.

Aquellos que sientan que he sido demasiado duro con Randi, probablemente también concluirán que he sido demasiado amable con los tontos como para ser absorbidos por el Proyecto Alfa. Aunque he tratado de actuar como un intermediario honesto entre los puntos de vista, y aspirando a ser objetivo (reconociendo que rara vez se puede ser completamente así), nunca he afirmado ser un mediador neutral. Las reglas básicas de la ciencia son conservadoras y, en la medida en que éstas imponen la carga de la prueba a los que requieren una evidencia más fuerte cuanto más extraordinaria es la demanda, no son neutrales. Pero también necesitan recordar, la evidencia siempre varía según el grado, y la evidencia inadecuada tiene la respuesta de una mejor evidencia, no una negación dogmática que se comporta como inadecuada con las pruebas que no eran pruebas. Estoy muy de acuerdo con Mario Bunge, cuando dijo que “la disidencia es la esencia del proceso científico, y la presión ocasional para suprimirla en el nombre de la ortodoxia del día es aún más perjudicial para la ciencia que todas las formas de pseudociencia juntas” (Bunge, 1980:46). Para algunos Alfa ha sido un intento de sustituir el argumento y la evidencia por el ridículo. Al sustituir los silogismos por las carcajadas, actuando para suprimir la disidencia. Es por esta razón a menudo soy más agudamente crítico con los llamados “escépticos”, y con sus “ortodoxas” conclusiones, de las que de hecho estoy en gran medida de acuerdo.

Me han acusado de mostrar demasiada tolerancia. Podemos permitirnos el lujo de ser tolerantes hacia los jugadores con ideas inconformistas si creemos que el juego de la ciencia es un sistema de auto-corrección donde justo el juego conducirá a la corrección; pero no podemos permitir la tolerancia hacia aquellos que juegan injustamente, especialmente aquellos jugadores del lado ortodoxo que empiezan con todas las ventajas y por tanto amenazan con terminar el juego prematuramente.

Mi artículo no pretende terminar con el juego; simplemente comienza una nueva partida. Este ensayo plantea y descomprime lo que creo que son las preguntas adecuadas; no se ofrece un conjunto de respuestas finales. Quien impugna mis observaciones, interpretaciones y/o evidencias, especialmente los que estuvieron involucrados en Alfa, están invitados a participar en el diálogo continuo en Zetetic Scholar.

Debido a que las reflexiones siguientes son complejas, permítanme esbozar mi análisis. Mi preocupación central es examinar el Proyecto Alfa en los últimos términos que Randi lo planteó: un experimento sociológico serio. Porque las ciencias del comportamiento se han preocupado durante mucho tiempo sobre las cuestiones éticas que rodean a los investigadores sobre temas humanos, y porque los críticos de Randi han plateado preguntas sobre ética involucradas en Alfa; mi análisis da algunas consideraciones a tales asuntos.

Pero este ensayo es principalmente un análisis metodológico que evalúa a Alfa como experimento científico, no como un drama retórico. Mi ensayo considera cuatro preguntas centrales: (1) ¿Fue el Proyecto Alfa un experimento científico realizado de manera competente? (2) ¿Fue el Proyecto Alfa llevado éticamente en términos de los valores generales utilizados en las prácticas científicas, especialmente aquellos que los críticos de la investigación psi han respaldado en el pasado? (3) ¿Fue el Proyecto Alfa objetivamente y/o adecuadamente dirigido? Y (4) ¿Cuál es el significado de Alfa para nuestra comprensión del proceso por el cual el debate psi está siendo evaluado dentro de la ciencia?

Mi análisis comienza con una breve descripción de Alfa y las reacciones al mismo. Voy a considerar el contexto de Alfa, primero en términos de precedentes históricos y después en términos que el reto de Randi estaba respondiendo. Miro a continuación a Alfa como un “experimento” científico. A continuación, considero el impacto real de Alfa en el trabajo del Laboratorio Mac, donde otros investigadores psi fueron atrapados en la red Alfa. A esto le sigue la consideración de varios episodios relacionados que tienen algunas implicaciones para nuestra evaluación de Alfa: la afirmación de Randi de un segundo experimento exitoso, el Proyecto Beta, su caída en la trampa reveló algunos problemas con su enfoque, y dos casos menores que plantean más preguntas sobre los métodos de Randi. A continuación, doy mis conclusiones generales sobre el Proyecto Alfa. Finalmente, en el epílogo, busco poner en evidencia mi propia relación con Alfa durante su progreso.

La Revelación del Proyecto Alfa

Cuando el Laboratorio McDonnell para la Investigación Psíquica de la Universidad de Washington hizo saber en 1979 que estaban buscando psíquicos para ser probados, el joven Steve Shaw (18 años) y Michael Edwards (17 años) se presentaron, y pronto se convirtieron en sus sujetos estrella. Durante varias visitas en los siguientes años, impresionó al director del laboratorio, Peter R. Phillips, y a sus experimentadores con ejemplos de psicoquinesis (PK) y ESP. En una conferencia de prensa el 28 de enero de 1983, el mago James (“El Maravilloso”) Randi (1983a) reveló que dos de los trabajadores maravilla eran parte de su “Proyecto Alfa”. (Pronto llamado “Shazam Scam” por algunos de la prensa) y que los chicos eran hábiles magos quienes conspiraron con Randi para engañar a los investigadores. El proyecto Alfa de Randi, quien afirmó demostrar que los controles utilizados por los parapsicólogos eran inadecuados contra el fraude a medida de lo que persigue Randi, lo que caracteriza como “ciencia de clapeta”. Randi afirmó que los muchachos habían engañado a los parapsicólogos de los Estados Unidos como a los de Inglaterra. Además, dijo que los chicos habían sido instruidos para decir la verdad si se les preguntaba si estaban fingiendo, pero simplemente nunca nadie les preguntó esto.

Como evidencia del suceso, Randi fue citado en un “artículo” de Phillips en Research in Parapsychology y en un suplemento de Journal of American Psychosomatic Dentistry and Medicine por el Dr. Berthold Schwarz y varias historias sobre los poderes de los chicos en el The National Enquirer. Randi anunció que la historia completa aparecería en la revista de marzo de Discover (Anónimo, 1983a) y también como parte de un especial de televisión de Randi, “¿Magic or Mystery?” que sería retransmitido el 8 de febrero [El título correcto, si lo recuerdo bien era “Magic or Miracle?"]. En su conferencia de prensa para Discover, Randi también advirtió a los parapsicólogos que un “Proyecto Beta” estaba “ya en marcha”, y dijo que esperaba que fracasara tras la lección aprendida con el proyecto Alfa.

La reacción del anuncio de Randi fue mixta. La reacción positiva más extrema fue la repercusión en Discover (Anonimo 1983a) donde todos los parapsicólogos fueron ridiculizados, y surgió la Asociación Americana para el Avance de la Ciencia. Se sugirió que la Asociación Americana para el Avance de la Ciencia fuera expulsada de la afiliación de la Asociación de Parapsicología pero se concluyó que: “Parece claro que la mayoría de sus experimentos [de los parapsicólogos] están mal controlados, que sus informes son ingenuos, sino engañosos y ninguno se califica como ciencia”.

[Cuando he discutido este ensayo con Randi, dijo que la publicación iba más lejos en su generalizaciones de lo que él pretendía, fui informado por amigos mutuos de que Randi estaba descontento con el extremismo de la publicación, pero cabe destacar que Randi nunca negó públicamente la cobertura de Discover en ninguna carta publicada a su editor o en sus informes posteriores] (Randi, 1983d y e). Por lo tanto, era natural que la mayoría de los lectores asumieran que la columna de Discover reflejaba sus propias opiniones, sobre todo porque “invitaba” a aquellos a su conferencia de prensa para tener una “cuenta detallada”, en lo que Discover publicó su comunicado de prensa donde él agradecía públicamente a Discover el “haber mantenido silencio” durante el experimento, indicando así que la revista era hasta cierto punto colaboradora del proyecto de Randi]

Menos extremos, pero ciertamente encantados fue la respuesta de The Skeptical Inquirer. El proyecto Alfa fue la historia de la portada del verano de 1983. Martin Garner (1983) escribió sobre la historia del fraude Alfa como un “hito en la historia de la investigación del PK”. Randi publicó su relato de los acontecimientos en sus ediciones del Summer and Fall y presentó más adelante otro relato adicional (en dos sesiones), una conferencia de octubre de 1983 sobre “Ciencia, escepticismo y lo paranormal”, patrocinado por el Comité para la Investigación Científica de las Afirmaciones de lo Paranormal (CSICOP), editor de The Skeptical Inquirer. Aunque el proyecto de Randi aparentemente fue hecho por su cuenta y de manera independiente del CSICOP, su destacado papel en él, el aparente respaldo del proyecto, el destacado papel que Alfa tuvo en la conferencia del CSICOP, y el conocimiento de Alfa por algunos becarios del CSICOP antes de su revelación pública de Randi, da la sensación de que muchos perciban Alfa como un proyecto de CSICOP. Hasta la fecha, no se ha hecho ninguna declaración separando a CSICOP de Alfa para contrarrestar estas impresiones, pero quiero subrayar que no existe una conexión formal entre Alfa y CSICOP.

En otro extremo estaban los “parapsicólogos” (por ejemplo, el profesor Walter H. Uphoff) y su amigo a quien llamaron “foul” que incluso continuaron insistiendo en que algunos fenómenos PK fueron reales y que ocurrieron a la vez (si no fueron causados directamente por) con los jóvenes cómplices de Randi, negaciones y la reivindicación de Randi, un completo desacreditador (e.g., Schwarz, 1983b). Además, Randi estaba exagerando – como cuando afirmó haber “engañado a las comunidades de parapsicología de EEUU y de Inglaterra”), solo ofreció dudosas pruebas de eso a los Estados Unidos y ninguna a Inglaterra. También hizo caso omiso de los últimos experimentos con los muchachos, informados en 1982 en reuniones de Parapsychological Association (AP, Asociación de Parapsicología), donde los controles parecen haber sido adecuados y los chicos dicen que no usaron ningún engaño, y los resultados no indicaron ningún PSI (Thalbourne and Shafer, 1983; Shafer 1983; and Shafer, et al., 1983; también, cf., Thalbourne, 1983).

Más común fue el punto medio tomado por algunos (por ejemplo, e.g., Auerbach, 1983; and Hövelmann, en prensa), incluyéndome a mí mismo, Peter Phillips, y algunos miembros prominentes del Parapsychological (por ejemplo, Stanley Krippner), que consideraba que había aspectos potencialmente constructivos de Alfa para la parapsicología, pero que también había serios problemas éticos involucrados. Si Randi hubiera sido un psicólogo y no un prestidigitador, algunos señalaron que muy probablemente podría haber sido expulsado de la American Psychological Association por lo que seguramente habría sido visto por muchos como poco ético al interferir en el programa de investigación de otro científico, (véase, Broad, 1983). Las normas dentro de la Psicología sobre estos asuntos están lejos de ser claras, pero Randi había actuado como un psicólogo y miembro de la AP, se podría haber investigado y quizás ponerle sanciones. Pero Randi no es un científico profesional, y las normas que definen su comportamiento inadecuado están aún menos claras. Como ocurre en muchos asuntos, el Alfa no es algo que tenga simples términos o blancos o negros. Es un asunto complejo y de ninguna manera una novela para la investigación psíquica y por lo tanto debe ser examinada dentro de su contexto histórico para una comprensión adecuada.

De izquierda a derecha Steve Shaw  y Michael Edwards, Randi

Precedentes y problema de la parsimonia

Al leer a los críticos y defensores extremos de Randi, uno podría tener la impresión de que los engaños como los de Randi nunca antes han tenido lugar en la ciencia. De hecho, por supuesto que ha habido muchos engaños dentro de la ciencia (Véase MacDougall, 1958), y muchos de ellos tienen un fuerte paralelismo con Alfa (no sugiero que haya casos perfectamente comparables). Por ejemplo, un caso bien conocido fue el del profesor de la Universidad de Wurzberg, el profesor Johann B. A. Beringer que comenzó en 1725, véase Jahn and Woolf, 1963). Beringer creía profundamente que los fósiles eran meramente “artificios caprichosos de Dios”, que probablemente puso en la tierra para poner a prueba la fe del hombre. Para demostrar su credulidad, algunos de sus estudiantes (alguno que tenía como rival), crearon absurdas tablillas de arcilla con todo tipo de inscripciones en idiomas antiguos. Incluso pusieron la firma de Dios mismo en los fósiles. Beringer comenzó a producir un libro muy caro sobre fósiles y los estudiantes le dijeron la verdad, pero Beringer se negó a creerlos y siguió adelante con su libro que sirvió para risas y ridiculizarlo. Se llevó a cabo una investigación oficial y se le dio un castigo a los burladores que habían tratado de reírse “porque era tan arrogante”. En este caso, el sabotaje de un programa de investigación fue tratado con dureza.

Quizás el caso paralelo más cercano dentro de la investigación psíquica inicial fue el engaño producido por Richard Hodgson, un destacado investigador psíquico y editor del Journal of the Society for Psychical Research, y  S. J. Davey (cf., Hodgson, 1886{7 and 1892; and Davey, 1887 and 1888). Davey había descubierto que podía duplicar algunos de los efectos de la sala de sesiones con trucos y Hodgson estableció una serie de sesiones para investigadores psíquicos (incluyendo algunos de los famosos del periodo) en que Davey actuó como médium, practicando sus engaños. Los investigadores invitados describieron sus observaciones, diciendo que creían que era una actividad espiritual real, que no podía ser producido por engaño. Más tarde, Davey y Hodgson revelaron que habían estado engañando a todo el mundo con un experimento para probar la validez de las observaciones registradas. Este experimento produjo un alboroto ya que los informes fueron muy embarazosos para aquellos que los hicieron. En muchos casos los informes describían cosas no hechas por Davey o se informó que la manera en que ocurrieron las cosas impedía hacer lo que relataban los informes. Muchos se quejaron del fraude y algunos insistieron en que los fenómenos eran reales y que se produjeron de verdad en la sesión pese a la revelación de Davey de que fue un fraude. Aunque gran parte de esto ha sido olvidado, este estudio temprano de Hodgson y Davey tuvo un gran impacto en ese momento, y muchos investigadores críticos lo consideraron extremadamente importante. No solo produjo graves preguntas sobre el testimonio humano, actuó como una comparación del grupo de control entre esos informes y otros informes de los mismos “testigos” en otras sesiones. En estos casos, los participantes engañados se sienten victimizados y consideran que el fraude fue un sabotaje. Por otra parte, los autores de los engaños sentían que lo hacían por un bien superior, para demostrar la incompetencia de los investigadores. Un fin noble que justifica los medios poco nobles. Parece que no hay duda de que ha habido casos en el pasado (por ejemplo el de los Rayos N) donde tal enfoque engañoso era productivo para la ciencia. La cuestión general de mentir a los sujetos humanos en la investigación psicológica seria dentro de los contextos sociales y psicológicos de la ciencia es un problema complejo. El problema se hace aún más complejo cuando tenemos un conjunto de investigadores que realizan experimentos sin permiso en otro grupo de investigadores mintiéndoles. (Otra dimensión importante del problema, un doctor, Michael Thalbourne llamó mi atención; se refería a la cuestión de si la competencia debe medirse de la misma manera cuando se trata de una investigación exploratoria claramente definida o como una informal, muchos de los trabajos de Mac Lab parece haber sucedido la segunda).

Al tratar con estos casos, cualquier juicio de la ética involucrada debe incluir consideraciones de las intenciones y motivos (generalmente complejos y quizás siempre incompletamente determinables) de los responsables del fraude. ¿Se hizo el fraude con la esperanza de “atrapar” a los investigadores incompetentes?¿Qué tan objetiva y desinteresada es la parte que introduce el fraude? Si el fraude ha sido detectado por los investigadores, ¿los resultados se habrían publicado por su competencia?¿Fue el objetivo de usar el fraude para provocar el ridículo a la investigación y tal vez bloquear la investigación futura o se hizo con el objetivo de promover la mejora de la investigación? ¿Tiene el introductor del fraude claramente declarado de antemano lo que significarían los posibles resultados? Estas son el tipo de preguntas que deben hacerse antes de poder juzgar realmente el carácter de tales “experimentos”. Podríamos desear distinguir algunos episodios como “hoaxes” (significa que fueron parecidos a chistes) frente a otros que llamamos “fraudes” (donde se esperan resultados más serios o previstos). También debemos recordar la cuestión clave de preguntar si hubo algún efecto extraordinario valido que no haya sido por causa de los tramposos.

Desafortunadamente, estas preguntas a menudo no tienen respuesta sobre los episodios del pasado. Por ejemplo, parece que Douglas Blackburn y George Albert Smith (de acuerdo con Blackburn's 1908 confesión), usó trucos para engañar a muchos de los principales psíquicos sobre los poderes de la telepatía. Aunque encuentro evidencias abrumadores de que usaron engaños, (Véase, Hall, 1980), Smith negó las confesiones de Blackburn, y hoy en día sigue siendo creído por algunos (Por ejemplo, Delin, 1972). En tales casos, debemos considerar las pruebas y argumentos, pero normalmente nos vemos obligados a confiar en la parsimonia para nuestras conclusiones. La parsimonia es escoger la explicación más sencilla y adecuada que debe finalmente actuar como nuestro criterio para tales casos. Desafortunadamente, el juicio sobre lo que constituye una situación con más parsimonia implica que la conclusión general implica elementos subjetivos y un grado de negación social. (Véase, Collins, 1976). Si la historia nos ha demostrado algo, es que la divulgación del fraude ocurrido no es probable que convenza a todos los engañados. Al igual que con Beringer y los engañados por Davey, algunas personas simplemente no aceptan la revelación del fraude como una explicación adecuada. Este fuerte rechazo a admitir que fue engañado (“quedando como un tonto”) parece común.

Un excelente caso es el de David Jones, quien recientemente mostró su máquina fraudulenta de movimiento perpetuo a algunos “monstruos de movimiento perpetuo” (término de Jones). Le dieron la bienvenida en su hermandad y, como Jones describió: “Yo protesté y dije que mi máquina era un engaño, y que era un charlatán que confesaba; aun así, una vez fui acusado de mentir para proteger mi secreto. Me temo que muchos de los pobres monstruos deben haber regresado a sus talleres con renovada determinación” (Jones, 1983).

Una ironía en tales cosas es que una vez que los defraudadores admiten su fraude, la puerta queda abierta a desconfiar de ellos por completo. Algunos defraudados exigirán que el defraudador pruebe que él cometió el fraude y no aceptarán simplemente la explicación de cómo se hizo. Así, algunos estafados por Randi (y se debe enfatizar que el profesor Phillips no está entre ellos) insisten en que no ha demostrado adecuadamente cómo cada uno de los efectos aparentemente paranormales fueron producidos por engaño; y hasta que lo hagan para su satisfacción, simplemente no aceptarán su reclamo del éxito del fraude. Por razones puramente lógicas, la suya es una posición defendible a la luz de los muchos fines involucrados. Pero para la mayoría de nosotros, la conclusión parsimoniosa (la psicológicamente más fácil, ya que parece que hace menos suposiciones sobre el mundo) es que debemos creer a Randi y a sus socios cuando simplemente nos dicen que produjeron todos sus efectos a través de medios muy normales.

Dado su falta de conocimiento sobre el prestidigitador y sus puntos de vista espiritualistas, Sir Arthur Conan Doyle podría lógicamente argumentar que Harry Houdini había utilizado secretamente poderes paranormales de desmaterialización para escapar de sus ataduras y que Houdini estaba mintiendo cuando afirmó hacerlo (Conan Doyle, 1930), pero la mayoría de nosotros consideramos que tal explicación es ridícula porque viola fuertemente lo que vemos como el argumento más parsimonioso, que Houdini escapó de manera normal, tal como afirmó, aunque no conozcamos completamente sus métodos. No obstante debe, sin conocimiento de sus métodos (en realidad, los métodos de Houdini han sido bien conocidos entre los prestidigitadores), la aceptación de la palabra de Houdini, que hizo meros trucos y debe ser confiada; así, la posición de Conan Doyle puede parecer tonta, pero no fue irracional.

Tenemos que reconocer que aquellos (por ejemplo, Schwarz, 1983b, que realizó la investigación de Shaw) que hoy piensan que Randi aún no ha explicado adecuadamente los detalles de los trucos de Shaw y/o Edwards, siguen creyendo que el PK fue real y que las reclamaciones de desacreditación de Randi son inadecuadas y apoyadas por gente burra e irracional. Aquellos de nosotros que aceptamos las reclamaciones de Randi como completamente desacreditativas de los informes de los chicos PK, no podemos hacerlo por razones puramente racionales, lo hacemos porque creemos que nuestra conclusión es las más razonables en las circunstancias, no porque nuestra lógica y nuestra evidencia sea realmente hermética. Hasta cada instancia del supuesto PK por Shaw y Edwards se explica adecuadamente en cuanto a cómo se produjo de manera normal (no a los investigadores engañados, que nunca pueden convencerse debido a los factores normales de los errores de memoria e inferencia, pero para el resto de nosotros haciendo un juicio), todavía podemos razonablemente tomar su palabra de que engañaron; pero debemos reconocer que tal confianza es un acto de fe y no en uno basado en motivos puramente objetivos o estrictamente racionales. (Muchos de los métodos de simulación están generalmente disponibles; lo que algunos creen que se necesita  una explicación de los pocos eventos que Schwarz y Uphoff todavía mantienen que podrían haber sido ejemplos genuinos de psi.)

Si Randi realmente espera que veamos al Alfa como un “serio experimento sociológico” (Randi, 1983a), que nos proporcione una prueba de disconformidad, y no meramente como una broma publicitaria destinada a desacreditar los PK, debe publicar en algún momento los detalles de los métodos de simulación utilizados. De lo contrario, ¿cómo están los observadores independientes y objetivos (especialmente aquellos fuera de la fraternidad de los magos sobre los límites del engaño, para llegar a una conclusión meramente razonable o plausible con Randi) preparados para llegar a un juicio científico (establecido experimentalmente)?

Nada de esto es un argumento para que Randi revelara sus métodos. Como mago, tiene el derecho al secreto; él podría incluso ser condenado por muchos de sus compañeros magos si eligiera revelarlo todo. Pero debe reconocer abiertamente que se trata de una limitación básica impuesta a las reclamaciones de un prestidigitador y evitar entonces una afirmación científica inapropiada. A menos que Randi esté dispuesto a soportar la carga prueba de su afirmación de que todos los informes de los efectos de PK de los chicos pueden explicarse, sería mejor afirmar que es una declaración casi científica; y aquellos de nosotros aceptaríamos la demanda  de reconocer que está basado en lo que yo creo que es un sesgo razonable en lugar de algo puramente objetivo (es decir, exclusivamente científico).

Para que no me acusen de “misterio”, o de alguna manera de ser apologista de aquellos que insisten en que los verdaderos efectos paranormales se han producido incluso cuando puede ser algo sustancialmente duplicado por engaño, debo declarar categóricamente que tal no es mi propósito en la discusión anterior.

Solo quiero señalar que la cuestión de estos asuntos gira en torno a la cuestión de la parsimonia de la lógica per se. Muchos críticos, aparentemente, creen que la duplicación mediante engaños es suficiente para desacreditar una afirmación de que un efecto se produjo de manera normal. Esta duplicación por engaño, ciertamente es suficiente para plantear serias cuestiones sobre una afirmación paranormal, pero una pregunta sigue siendo una cuestión y no la respuesta. El peso de la prueba recae sobre el demandante de la ciencia, y los que hacen las reclamaciones a lo paranormal, ellos deben soportar ese peso, no los críticos. Pero cuando un crítico lo rechaza con la evidencia de que es insuficiente para el peso de la afirmación que debe soportar (y la parsimonia entonces juega su papel), pero porque él afirma haber demostrado que la evidencia es el resultado de trucos, él es él mismo, haciendo una afirmación positiva y esa demanda, también necesita la prueba, más bien que una mera aserción. Es razonable para nosotros no esperar que un prestidigitador nos revele sus métodos, y no es necesario que lo haga si simplemente desea reducir la carga de la evidencia para algún evento paranormal que pueda ser duplicado a través de los trucos y esto plantea serias preguntas.

Pero, diría yo, no es mera apologética, para recordarnos que gran parte de nuestro discurso en tales asuntos se basa en cuestiones de parsimonia y por lo tanto debe dejar la puerta ligeramente entreabierta para lo que muchos de nosotros nos parecen ser argumentos  muy poco plausibles. Cerrar esa puerta sería bloquear más investigaciones, algo que un verdadero científico no debe hacer.

Los antecedentes y el Reto de Randi

Debe entenderse que el Proyecto Alfa de Randi fue en gran parte su respuesta a un desafío que habían hecho con frecuencia varios parapsicólogos. En el pasado, Randi, como otros prestidigitadores antes que él, por lo general presentaba pruebas de que había producido los efectos de fenómenos paranormales mediante el engaño. La mayoría de los críticos psi aceptó tal demostración como una réplica del supuesto efecto psíquico y adoptó la conclusión parsimoniosa de que le efecto psíquico era probablemente también trucos. A menudo, había controversia sobre el grado en que el prestidigitador reprodujo realmente el mismo efecto bajo las mismas condiciones. Los críticos del psi, que usualmente adoptan criterios estrictos para la replicación cuando los proponen, reclaman casos favorables, a veces aceptan criterios muy suaves para replicarlos cuando la reproducción es para desacreditar el psi. Así, la simulación de Randi de doblar metales en televisión podría ser aceptada para desacreditar efectos similares producidos bajo estrictos controles. Pero aun concediendo condiciones comparables, los defensores del psi señalan que los efectos similares no necesariamente implican causas similares. La existencia de pelucas no niega la existencia de cabello real. Randi siempre ha reconocido que su capacidad para reproducir efectos psi mediante el engaño no demuestra que los efectos que duplicó fueran producidos de forma idéntica; Randi claramente afirma que su argumento de que el efecto original probablemente se produjo también por fraude se basa en la parsimonia (razonabilidad) en lugar de la pura lógica. Como dijo Randi: “Nunca he dicho, ni diría como dice una persona lógica, que mi duplicación de las hazañas “psíquicas” demuestren que los “psíquicos” utilizan trucos similares. Lo que sí demuestra, es que es más racional sospechar de la trampa que adoptar la alternativa absurda” (Randi, 1980,p.3). Tenga en cuenta que aquí Randi dice “engaño sospechoso” más bien que “asumir trucos”. Su posición formalmente declarada no es tan severa como muchos afirman. Sin embargo, las declaraciones menos formales de Randi suelen sonar como si asumiera e incluso afirmara que el engaño es la explicación de un supuesto fenómeno paranormal; por lo tanto, Randi ha contribuido a la confusión sobre lo que realmente está diciendo. La mayoría de los investigadores psi probablemente no tomarían discusiones con Randi si afirmara conscientemente que él simplemente sospecha de los trucos como lo hace en la declaración anterior pero de manera formal.

Está claro que Randi va más allá de la mera sospecha, porque cree que el engaño es la explicación más probable, pero solo es una conjetura razonable. Debido a este problema, numerosos defensores habían exigido a Randi que entrara en sus laboratorios, con sus condiciones, para demostrar si podía o no replicar realmente los fenómenos de supuestos psíquicos reales. Y cuando Randi rechazó ese desafío, vieron esto como una demostración de que él era incapaz de reproducir los fenómenos bajo verdaderas condiciones similares. El problema obvio con tal desafío, por supuesto, es que el mago no tiene ninguna garantía de que las condiciones fueran realmente similares. En primer lugar, las condiciones reales bajo las cuales el supuesto psíquico real fue probado no pueden ser verdaderamente duplicadas. Esas condiciones fueron necesariamente incompletas y tal vez inexactas. (Ray Hyman ha señalado que incluso el “psíquico” que originalmente realizó una hazaña no pudo repetir su actuación de manera exacta bajo las mismas condiciones, por lo que una prueba adecuada requeriría que tanto el “psíquico” como el mago, intentaran la misma hazaña bajo condiciones acordadas y juzgadas por un panel de proponentes, críticos y agnósticos). Probablemente más importante, sabiendo que estaba tratando con un prestidigitador, parece probable que los investigadores estuvieran particularmente en guardia y probablemente no buscarían ser “útiles”, ya que al saber que no es un verdadero psíquico, no avanzaría en los experimentos, sino que dedicaría a desacreditar el trabajo. El ambiente sería totalmente diferente, y eso sería muy importante para cualquier persona que busca despistar a los investigadores.

Sabiendo esto, Randi todavía trató de estar a la altura del desafío lo mejor que pudo. Así, en 1975 visitó la sede del diario espiritualista de Inglaterra Psychic News, quien se presentó como un verdadero psíquico llamado Zwinge (su apellido original), “y engañe por completo, creyeron que estaban ante un importante hallazgo, un nuevo psíquico (Randi, 1982, pp.186-190). Puesto que él fue capaz de ocultar su identidad, Randi demostró que podía engañar a algunas personas supuestamente experimentados en asuntos psíquicos. Pero, por supuesto, este tipo de espiritualistas no deben confundirse con los científicos de laboratorio. Entonces ¿cómo Randi podría aceptar el desafío de esta última, garantizando las mismas condiciones que pudieran haberse producido con un “psíquico” como Ted Serios o Uri Geller? La respuesta de Randi fue el Proyecto Alfa.

En un análisis independiente de las cuestiones planteadas, el sociólogo J. Trevor Pinch (1979) argumentó que para demostrar que el fraude se produjo en el experimento original, “los resultados de la replicación, primero deben ser duplicados como un reclamo paranormal, al igual que los parapsicólogos mismos han hecho… Si los resultados que se reclaman como fraude no reciben (aparentemente) su duplicidad paranormal, a continuación, el crítico puede decir que el fraude no se ha demostrado de manera inequívoca porque la interpretación de lo paranormal resulta ser poco convincente. “Es como si un mago saca un conejo del sombrero, sin mostrar primero que el sombrero estaba vacío. Sin la replicación del fraude que se expresa en esta condición; sin embargo, se ha informado, al menos, que ninguno merece una seria atención científica”. [En una nota, Pizca indica que aquí está haciendo referencia al episodio de Randi con el Psychic News] (Pinch, 1979, p. 336). Aunque no directamente en respuesta a esta crítica de Randi, el Proyecto Alfa comenzó como un intento de cumplir con este problema.

La naturaleza de Alfa

Esencialmente, Randi introdujo el engaño en una empresa de investigación en curso con el fin de exponer públicamente lo que considera la ausencia de procedimientos científicos adecuados con controles anti engaños. Es importante hacer hincapié en el siguiente punto: Lo único que se podría etiquetar como “fraude” que se encuentra en Alfa fue la puesta en marcha por Randi (E incluso se puede argumentar sobre el uso de ese término aquí, ya que la influencia de Randi en Alfa no fue directamente relacionada con cualquier pérdida económica de las víctimas de Alfa, que no tenía intención de que sufrieran económicamente y lo hizo espera el tiempo para que ellos “interrogaran”). Alfa no se hizo para atraer a los experimentadores hacia el fraude o para conseguir que actuaran de manera deshonesta. Por lo tanto, no era un caso de atrapamiento; era simplemente un caso de sabotaje. Pero este sabotaje se llevó a cabo por una “buena causa”, para detectar y revelar lo que Randi vio como incompetencia en la investigación. Por lo tanto, como sabotaje, así fue visto por Randi como excusable.(Debo destacar que yo no veo la maldad como una parte necesaria de la definición de sabotaje, como los ofendidos por mi uso de este término han comentado; sabotaje puede ser un acto de defensa, así como uno de ofensa, como cuando un espía enemigo sabotea un esfuerzo para bombardear su tierra natal) Y, por supuesto, si los controles de los investigadores hubieran sido suficientes, habrían detenido el fraude y Alfa habría fallado y (suponiendo que la asociación de Randi con Alfa hubiera sido conocida) Randi habría sido desacreditado por su fracaso de engañar y habría sido revelado. (De hecho, hay que recordar, también, que el Dr Thalbourne del Laboratorio Mac argumenta que los experimentos formales se llevaron a cabo contra el fraude, por lo tanto Alfa no pudo funcionar, a pesar de la afirmación de Randi que dice lo contrario).

Me parece que los que aplauden a Alfa se pueden clasificar de forma útil como los que toman cualquier punto de vista general hacia el engaño de Randi. Uno de ellos es que se trata aquí de un mago, no un científico, la realización de una función útil es desenmascarar lo que él percibe como afirmaciones pseudocientíficas por paranormalistas. Como tal, es una acción independiente por un intérprete, en parte toma la respuesta a desafíos que se le hacen por los antagonistas. Como tal, no sería apropiado para nosotros plantear serias preguntas sobre la ética científica y metodológica. Esta parece ser la actitud de muchos hacia Alfa. No era más que una broma con un lado útil y una broma bien hecha, ya que trajo a la burla a los que demostraron su incompetencia. (Una versión de este punto de vista toma la posición del argumento de Randi, que fue principalmente retórica y no puramente científica. Visto esto, sería caer en la misma categoría que la famosa instancia de una muestra de arte donde un jurado fue engañado para otorgar un premio a una “obra de arte” que en realidad fue realizada por un mono he introducida en la exposición por algunos estudiantes de arte. Entonces se produce la burla y muchos consiguen una buena risa de ello, especialmente aquellos que piensan que sus víctimas eran tontos, en primer lugar. Si esto hubiera sido todo lo que Randi había previsto, sería difícil encontrar gravedad en el problema con Alfa.

 Debemos rechazar esta visión de Alfa como una simple broma inteligente, sin embargo, Randi enfáticamente nos dice que no quiere decir que sea una simple broma. Incluso señaló en su comunicado de prensa (Randi 1983a) que: “Hay que destacar que el Proyecto Alfa fue diseñado como un legítimo experimento sociológico. No tenía la intención de menospreciar o avergonzar a cualquier persona”. También parece claro que muchos en la comunidad científica (al menos en Discover y al CSICOP) parecen haber aceptado esta elevada descripción hecha por Randi de lo que se supone que era Alfa. A la luz de esto, Alfa debe ser evaluado como un experimento serio antes de que podamos juzgar si fue un éxito o un fracaso.

Como he señalado anteriormente, se han descrito los casos en que el fraude se ha utilizado dentro de la ciencia para atrapar a incompetentes. Quizás el caso más famoso reciente de este tipo fueron aquellos investigadores que fingieron una enfermedad mental con el fin de llegar a un hospital mental para que las prácticas de diagnóstico de los psiquiatras pudiera ser probadas (Rosenham, 1973). Estos “pseudo-pacientes” encontraron que una vez que estuvieron etiquetados como psicóticos, no pudieron comprobar que estaban lo suficiente normales. Aunque ha habido mucha controversia sobre la ética implicada en el estudio, muchos científicos creen que es engañosa por los medios utilizados, aquí fueron justificados por fines de importancia del estudio. Hay muchos otros paralelos, por ejemplo, no es raro para los interesados en la seguridad (como en la industria o en el trabajo de inteligencia) el emplear a terceros para determinar si se pueden romper las medidas de seguridad y poner a prueba los sistemas de seguridad.

Fácilmente podría ser argumentando que los parapsicólogos tienen algo de responsabilidad para poner a prueba de manera similar sus controles contra el fraude mediante pruebas de sus medidas de precaución contra la posibilidad de tramposos. Los parapsicólogos deben producir controles adecuados contra el error y el fraude si son para convencer a élites científicas generalmente escépticas sobre el valor de sus experimentos. (Yo hablo aquí de experimentos formales. Debemos recordar que una parte sustancial de los casos, pero, en mi opinión, los primeros trabajos en el Laboratorio de Mac no eran de carácter formal). Así, aquellos que valoran la verdad más de lo que les guste el ridículo, deben, al menos en cierto grado, agradecer cualquier exposición de los controles inadecuados que se utilizaron. Necesitamos evaluar alfa a la luz de tales consideraciones.

El laboratorio de Mac y los rumores

 En 1981 hubo una reunión de la Asociación de Parapsicología, el profesor Phillips dio una de las dos partes de la presentación. Durante la primera parte, Phillips mostró algunas cintas que había obtenido a partir de las cuales Randi demostró cómo el metal podía ser doblado a través del engaño. Randi pidió a Phillips una copia de los vídeos de los chicos (se necesita enfatizar que Phillips buscó activamente el consejo de Randi antes de esa convención, como uno puede descubrir de los trucos) e incluyó sus apariciones en televisión, entre ellas algunas de Uri Geller.

Siguiendo esto en la primera parte, Phillips nos mostró las cintas que tenía de algunos experimentos sobre PK realizados en el Laboratorio de Mac con Shaw y Edwards. La reacción de sus compañeros parapsicólogos a la presentación de Phillips  fue claramente hostil. Muchos preguntaron cómo sus cintas eran muy diferentes a las de Randi, le criticaron por su falta de control en los experimentos. Charles Honorton incluso se levantó y dijo que este tipo de trabajo fue establecido en la parapsicología hacía muchos años. Randi se sentó junto a mí durante todo esto, y reconoció que aunque Phillips había sido engañado por los chicos, la mayor parte de los parapsicólogos presentes claramente no habían sido impresionados. Randi incluso me dijo que estaba orgulloso de que los parapsicólogos mostraran su escepticismo. Randi dijo que muchos de nosotros podríamos escribir las impresiones y publicarlas en el Skeptical Inquirer, me dijo que esperaba ver mi carta sobre mi punto de vista de lo que él había dicho.

Al final resultó que Randi nunca publicó ninguna columna acerca de esta convención, nada en absoluto. Recientemente me dijeron los corresponsales en el Laboratorio de Mac que el hecho de que Randi publicara la columna había sido el resultado de su acuerdo previo con Peter Phillips para que no escribiera nada en absoluto respecto a la presentación, ya que iba a ser una sesión informal a la que no estaba invitada la prensa. Un supuesto extraño evento paralelo en esta convención produjo todo tipo de rumores que empezaron a salir sobre lo que podría estar pasando. Lo que más oí fue que dado que las películas del Lab. Mac eran terribles, Randi y Phillips debían estar colaborando en algún tipo de experimento en la convención para ver si los parapsicólogos creían en tales cosas. Dado que las películas de Randi mostraron métodos tan similares a los que podrían haber sido utilizados por los chicos en las películas de Phillips, era bastante comprensible que algunas de estas conjeturas empezaran a dar vueltas.

Por último, cabe mencionar que las quejas de Randi sobre el laboratorio Mac fueron el centro de estos primeros esfuerzos de la presentación en la conferencia de 1981. El profesor Phillips señala correctamente que el mejor trabajo de su laboratorio se hizo después de esta presentación, el trabajo durante el cual se tomó el consejo crítico de Randi y sus compañeros parapsicólogos y durante el cual no hubo ningún fraude (o resultados muy significativos en psi) que tuviera lugar. Phillips argumenta que las caracterizaciones de él  y de sus compañeros, como “incompetentes” fueron descritos con más precisión como “inexpertos, pero capaces de aprender sobre la marcha”.

Las reacciones al Alfa

El éxito del proyecto Alfa pronto fue cuestionado. El portavoz de la Universidad de Washington rápidamente señaló que el laboratorio Mac nunca había emitido ningún respaldo científico de las habilidades psíquicas de los chicos, que nada habían publicado acerca de los chicos en ninguna revista revisada por pares, y también citó una declaración de septiembre de 1981 desde Mac Lab (Phillips, 1981a y b) sobre que lo que los chicos había hecho podría haber sido realizado a través de medios normales. También se platearon preguntas acerca de la afirmación de que los chicos nunca se habían enfrentado a las investigaciones cuando utilizaban las trampas. (Siempre encontré la declaración de Randi sobre que a los chicos ni siquiera se les preguntó si estaban engañado como algo un poco tonto.) Incluso si yo sospechara de que Uri Geller fuera un fraude, yo no esperaba que admitiera que hace fraude nada más que porque se lo pregunte. ¿Randi no se molestó en preguntar a Geller si hizo trampas antes de que Randi escribiera su libro exponiendo a Geller? Esto después de todo no es un trabajo de interrogatorios, pero sí de controles experimentales apropiados para eliminar las trampas. Además, solo porque los chicos fueron instruidos por Randi para admitir el fraude si habían sido descubiertos, (a) ¿Qué sentido tenía que los experimentadores preguntaran eso?, y (b) ¿por qué Randi está tan seguro de que los chicos habría obedecido su orden? Otros parapsicólogos recordaron la presencia de Randi en la reunión de 1981 de la Asociación de Parapsicología cuando la investigación de Phillips con los chicos era duramente criticada, tanto desde el escenario como posteriormente durante las conversaciones informales, expresando la sorpresa sobre la aparente insistencia de Randi (infiriendo de sus declaraciones a los medios, Anónimo 1983a) de que los primeros trabajos de Phillips eran típicos o representativos de los mejores en el campo. Pronto se hizo evidente que Randi esperaba grandes peces respaldando el PK de los chicos como un importante investigador psi que había afirmado previamente la validación experimental de otra maravilla de trabajadores. Randi solo fue capaz de mostrar un par de pequeños peces que había pescado. Tal vez esto fue en parte debido a que Randi había cerrado antes de tiempo su “experimento”, antes de que los peces fueran comidos y Randi decidió tener un informe sobre Alfa, filmado en el momento de la fecha límite para su especial de televisión para ser presentado. Por otra parte, el laboratorio Mac había terminado de experimentar con Shaw y Edwards algunos meses antes, e informa que el profesor John Hasted (el objetivo primordial de Alfa) estaba actuando con más cautela debido a los rumores de que los chicos estaban haciendo falsificaciones, y esto empezó a extenderse.

Como ya he señalado, hay que recordar que el único “fraude” de Randi, incontrovertiblemente expuesto en la parapsicología fue que él lo había creado por sí mismo. Martin Gardner (1983-4b), se refiere a Alfa como un caso de “atrapamiento”, que Gardner cita como “el acto de coger en una trampa o atraer a alguien a una declaración o acto comprometedor”. En el sentido habitual de los aspectos jurídicos, hablamos de personas atrapadas cuando son atraídos hacia algún delito o crimen.

Aunque Alfa hizo revelar mucho la credulidad de los crédulos e incluso de entre algunos parapsicólogos, el hecho sigue siendo que (1) Randi no informó de que encontró ningún fraude cometido en los experimentos; (2) algunos investigadores del laboratorio Mac han creído personalmente en las habilidades del PK de los chicos, pero nunca afirmaron ninguna validación científica de sus capacidades y, de hecho, publicaron una importante descarga de esta responsabilidad (Phillips, 1981a y b; Bannister, 1983); y (3) Randi vio las reacciones negativas de los parapsicólogos en la convención de 1981 AP (Asociación de Parapsicología) sobre el trabajo del Lab. Mac, por lo que sabía que los experimentos de Phillips no eran típicamente representativos de un buen trabajo realizado por los parapsicólogos. (Para su crédito, Randi, efectivamente, expuso lo que muchos de nosotros caracterizamos como credulidad en algunos parapsicólogos, por ello recibió elogios en lugar de la condena de varios parapsicólogos principales, como recordatorio útil de la necesidad de una protección fuerte contra embaucadores). También es importante tener en cuenta que el laboratorio McDonnell según los informes (Lipowicz, 1983: 18; y Futterman, 1983:13) gasto 10.000 $ en alojar y probar a los jóvenes fraudes de Randi. Una acción legal podría haber sido presentada contra Randi por dichos costos, pero el laboratorio Mac eligió evitar un gasto mayor de tiempo y publicidad. Por lo menos, el Proyecto Alfa plantea dudas sobre la ética de tales operaciones de “atrapamiento” en nombre de la ciencia.

Los pececillos de Randi

La principal víctima del Proyecto Alfa fue el Dr. Berthold Schwarz, un psiquiatra quien se convenció de la validez de los poderes psíquicos de Steven y Shaw. Nunca he conocido al Dr. Schwarz, sino por los informes, él es una persona extraordinariamente cálida y confiada. Sospecho su gran simpatía por la gente que le hará un excelente terapeuta. Por desgracia, estos rasgos pueden ser un punto débil para los charlatanes listos que toman ventaja a través de la confianza. El Dr. Schwarz fue uno de los primeros miembros de la Asociación de Parapsicología y ha publicado mucho sobre la investigación psíquica y sobre los OVNIs. Sin embargo, él no es un experimentador y su trabajo no es típicamente hecho mediante experimentos parapsicólogos en la AP.

Por un lado, el Dr. Schwarz se dejó engañar a fondo por Steve Shaw, e incluso escribió una monografía (retirada antes de su publicación oficial), alegando la validez de las capacidades de Shaw. Claramente, su pobre observación fue demostrada por la posterior revelación de descrédito de Shaw. Pero el hecho es que las afirmaciones del Dr. Schwarz no fueron aprobadas por sus pares en la AP, y sus escritos sobre Shaw nunca fueron publicados en una revista revisada por pares. Más importante aún, el Dr. Schwarz no tenía previamente validado cualquier objeto de metal que doblaron los chicos, y ahora puede ser desacreditado por los errores con Shaw. Por lo tanto, esto era apenas una captura importante para Randi. Tenga en cuenta también los gastos sustanciales que el Dr. Schwarz tuvo al dedicar tiempo a las pruebas, etc. de Shaw. La estafa de Randi debió costar al Dr. Schwarz más que el orgullo, por lo que difícilmente puede sorprenderse de que Schwarz no esté nada agradecido a Randi por su “lección” Alfa.

Del mismo modo, incluso si aceptamos (como yo) que Randi logró desacreditar algunas demandas de los investigadores psi independientes, como el profesor Walter Uphoff (que no es miembro de la AP), no representan a sus normas, y quien Randi hoy llama “parapsicólogos”, apenas constituyen un tipo de investigadores masivos en parapsicología, aunque la columna de Discover tratara de sugerirlo. Tampoco son “el punto de referencia de la investigación psíquica” que el Skeptical Inquirer etiquetó. En resumen, el mayor truco que Randi con Alfa puede haber conseguido es la ilusión de hacer que una colina pareciera una montaña.

Por último, se debe mencionar que un gran número de preguntas se han planteado por la réplica a Randi del Dr. Schwarz (1983a y b). Por ejemplo, el Dr. Schwarz se involucró con Shaw porque Schwarz esperaba que Shaw fuera capaz de utilizar el PK para ayudar a su hija gravemente enferma durante ese tiempo en que la cura médica ortodoxa no estaba disponible. De acuerdo con Schwarz, Shaw alentó tanto a Schwarz como a su hija en la búsqueda de una cura paranormal de Schwarz porque de otro modo no había esperanza. Cuando yo más tarde le pregunté a Steve Shaw sobre estas acusaciones (que hablamos en la conferencia de 1983, donde fue uno de los oradores del CSICOP), negó rotundamente esta descripción de los hechos ocurridos. Conociendo a Randi de condenas anteriores sobre las reclamaciones de los sanadores psíquicos, escribí a Randi cuando oí por primera vez la queja de Schwarz y pedí a Randi que me confirmara o negara las alegaciones de Schwarz. Randi me escribió volviendo a decirme que se negaba a responder a tales cargos insultantes. Algunos de estos problemas parecen ser cuestiones de domino público, como cuando Shaw fue visto con Schwarz en el National Institute for Rehabilitation Engineering, donde supuestamente Shaw habló explícitamente sobre el potencial de las fuerzas telequinéticas para la terapia. Según el Dr. Schwarz, la presentación de esa ocasión se encuentra disponible en cinta y corrobora la versión de Schwarz sobre el asunto. Cualesquiera que sean los hechos sobre este asunto, Randi no necesariamente siempre tiene que saber exactamente lo que le dijo Shaw a Schwarz. Shaw no siguió en todo momento las instrucciones de Randi, ya que no parece ser el objetivo de la documentación, sino se podría resolver el entuerto, por lo menos en parte de la disputa en vez de depender de recuerdos y memorias (que son notablemente susceptibles a errores), pero todavía podemos aprender de lo que realmente sucedió. Espero que con el tiempo Randi de su propia versión de lo que pasó.

El proyecto Beta y más allá
  
Aunque el Proyecto Alfa limitó su trampa a un pequeño conjunto de víctimas investigadores psi, Randi anunció en su conferencia de prensa que había un Proyecto Beta, que está en marcha, fue una advertencia para todos. Según los informes, muchos investigadores reaccionaron a este anuncio con leve paranoia. Las personas dentro de la investigación psi bruscamente comenzaron a sospechar unos de otros, y todo tipo de rumores comenzaron a volar, posponiendo la investigación de proyectos, ya que simplemente no querían enredarse con Randi. Recuerdo uno de los casos, el benefactor de los Estados Unidos dio un ingreso de más de 5000$ a una universidad de Gran Bretaña, los cuales fueron devueltos debido a que el investigador clave de allí temía que algún error fuera parte de la trama de Randi.

Finalmente, en agosto de 1983, Randi reveló lo que él decía como “El éxito del Proyecto Beta”. En su comunicado público de Beta, Randi escribió que “Beta consistía en esperar largo tiempo a ver si (a) los parapsicólogos reconocerían la necesidad de ayuda exterior competente como la ayuda de profesionales de la magia, y (b) si cumplirían realmente en la intención de buscar asistencia” (Randi, 1983-4a, p. 103). Desde la Asociación de Parapsicología habían pasado una resolución en su reciente convención para invitar a prestidigitadores (a través de sus organizaciones mágicas) para ayudar en el control contra el engaño en los experimentos, de esta manera el Prof. John Beloff pidió ayuda a Randi en el establecimiento de controles en un experimento de PK, Randi luego “felizmente lo anunció”, Beta fue “ahora terminado y con gran éxito”. El anuncio de Randi incluyó algunas palabras, indicando que ya no se refería a los investigadores psi que no eran miembros de la Asociación de Parapsicólogos como “parapsicólogos” (una cuestión importante, ya que Randi en el pasado siempre equiparaba públicamente a los investigadores serios, la mayoría de los cuales estaban en la AP con los solicitantes tontos de psi que contaminaban las investigaciones) y dijo que parecía “ir todo hacia adelante en una relación creciente con aquellos que han reconocido un verdadero movimiento hacia una comprensión más completa entre ambos puntos de vista”.

Por desgracia, toda esta dulzura y luz terminaron en un breve párrafo en el que Randi decía a todos que había iniciado, aún sin terminar un “Proyecto Gamma”, que podría finalmente ser revelado. Esto fue una nueva bomba con temporizador colocada entre los investigadores psi, Randi solo reveló hasta el momento que se trata de un grupo de científicos y un estudio iniciado dos años antes. Así ésta era la “creciente relación” de Randi y el nuevo espíritu de “entendimiento”. Randi señaló que algunos parapsicólogos “nerviosos, llegaron a la conclusión de que Beta debía ser de la misma naturaleza que Alfa, con voz temblorosa, inhibieron la investigación adicional por este segundo proyecto. Esto fue bastante malo.” (Randi, 1983-4a, p.102). ¿Lo fue? La evidencia sugiere claramente lo contrario. Recordemos el anuncio inicial de Randi sobre Beta, su declaración de entonces fue: “Si los que fueron atrapados en esta red (alfa) se dieran cuenta de sus errores y adoptan estrictas normas de procedimientos, el Proyecto Beta  (ya en marcha), no les creará problemas” (Randi, 1983a). Esta declaración por sí sola debería dejar claro que Beta se reivindicaría después. (1) Beta fue supuestamente creada para probar la reacción de los parapsicólogos de Alfa, para ver si habían aprendido la lección de Alfa. Sin embargo, aquí Randi dijo de Beta “ya está en marcha”, antes de la revelación de Alfa.(2) Cualquier lector normal de esta frase, y no solo un “parapsicólogo nervioso”, interpreta que la adopción de controles adecuados, presumiblemente en algún experimento, al igual que Alfa se habría frustrado si se adoptaban controles adecuados. Creo entonces que Beta se refería a otra prueba similar a Alfa, y esto explicaría el lenguaje utilizado. (3) Tenga en cuenta que Randi dice que los controles estrictos (como el uso de la ayuda de un mago) querría decir el fracaso de Beta. Sin embargo, cuando los parapsicólogos más tarde buscaron la ayuda de los prestidigitadores, dijo Randi que Beta, ¡fue un éxito! Hay una fuerte evidencia adicional de que Beta originalmente significaba otra trampa similar a Alfa.

En el “Advisory Notice Number Two", Randi (que dice que fue enviado a los parapsicólogos 48 horas antes del anuncio de prensa formal, a pesar de que la fecha del 28 de enero de 1983, la misma fecha del anuncio del comunicado de prensa de Randi) cerró con las palabras “Advertencia… Beta ya está en marcha” (Randi 1983a, p.3) Es evidente que es otra advertencia. Sin embargo, debe ser obvio que si los investigadores psi hubieran fallado en buscar la ayuda de los magos, “no habría habido” Beta, no habría habido ningún aviso. ¿Qué habría sucedido?, habría dicho que estaba decepcionado de que no hubieran aprendido la lección de Alfa. Seguramente debe haber significado algo más. La evidencia adicional se encuentra en el hecho demostrable de que Randi hizo varias referencias a los inicios de Beta en cartas escritas a personas que las mostraron, y que él oscuramente dio a entender que determinados investigadores psi estaban potencialmente implicados en su trampa Beta.

Por último, mis primeras conversaciones con Randi, en el que se menciona Beta me dejó claramente la impresión de que el Proyecto Beta era una nueva trampa que Randi había fijado para algunos investigadores. ¿Qué pruebas nos ofreció Randi sobre lo que era Beta originalmente y lo que más tarde afirmó que era en agosto [1983] ocho meses después de que anunciara su existencia? Randi señala que dio una descripción de la naturaleza de Beta a mi compañero neutral Piet Hein Hoebens, en abril de 1983, pero eso fue hecho varios meses después del anuncio por primera vez de Beta. Críticos de la parapsicología como Randi frecuentemente se quejan cuando no se publican sus expectativas de los experimentos con antelación, elevando la sospecha de que sus hipótesis confirmadas podrían haber sido creadas después de tener los resultados.

Aquí Randi hace una afirmación dudosa sobre la naturaleza de Beta, y sin embargo, espera que aceptemos su demanda sin la sencilla prueba que podría haberse esperado de él, es decir, alguna descripción de Beta pre-publicada en algún sitio neutral. Hoebens habría sido bastante aceptable para mí, pero habría sido necesario que Randi se lo hubiera comunicado al mismo tiempo o antes de que Beta se anunciara, no varios meses después. Entonces, ¿qué sucedió realmente con Beta? Me parece que la explicación más parsimoniosa es lo que Randi ahora llama, Proyecto Gamma, que era probablemente su original después del inicio, y es incierto en cuanto si se completó o no. Este tipo de cambio es más bien una estratagema de un mago estándar, el uso de múltiples puntos finales. Desde el primer momento en el que Randi no dice qué es Beta, entonces podría reclamar que era cualquier resultado que deseaba como representación de Beta. Randi sabía de mí que había estado buscando hacer un enlace entre la AP con las organizaciones mágicas durante dos años. Fue invitado por mí a estar con los representantes entre magos y la AP. Y sabía que muchos magos prominentes, entre ellos los representantes, fueron críticos con su ética en lo que se refiere al Proyecto Alfa (algo que Randi no menciona en sus escritos). Randi sabía todo esto antes de su carta a Hoebens sobre Beta. Por lo tanto, ofrezco la conjetura de que Randi puede haber tomado la oportunidad de cambiar su proyecto Beta fracasado por “Gamma” y sustituirlo por un proyecto que acababa de definir.

Beta podría haber tenido éxito. Randi podría así reparar parcialmente su reputación e incluso tener algún crédito para la nueva apelación de la AP para la ayuda de los magos a la AP (que, por cierto, había sido iniciada por mí con total independencia de Alfa y puede llamar la atención de que Randi no es miembro de las organizaciones de magia que tenían conversaciones con la AP).

Debo hacer hincapié en que, aunque personalmente creo, basado en los argumentos y pruebas antes citados, que Randi dio al interruptor para hacer que su Proyecto Beta pareciera un éxito, no espero convencer a todos, solo que es basa principalmente en la parsimonia. Por lo tanto, insisto en que tratemos mi conjetura sobre esto tan plausible y probable, más que algo probado. Por otra parte, hay que recordar que se trata de Randi, que ha presentado la solicitud de éxito del proyecto Beta, por lo que tiene que soportar la carga de las pruebas por hacer esa reclamación si se afirma como parte de los graves esfuerzos científicos. Aun nos puede presentar los argumentos y pruebas para eliminar lo que parecen ser obstáculos para aceptar sus afirmaciones, pero hasta que él elija presentarlos, deben permanecer escépticos.

Randi, engañando al estafador

No todos los investigadores psi se pusieron a la defensiva sobre Alfa. Dennis Stillings, director de un grupo en Minneapolis, llamado Proyecto Archaeus, con un boletín de noticias con ese nombre, se indignó e inició un engaño como represalia que comenzó como una pequeña broma, pero fue aumentando hasta convertirse en algo significativo. Stillings sentía que Randi estaba tratando de aprovechar las ventajas de las mentiras diciéndoselas a los investigadores psi, y en efecto, culpando a las víctimas. Stillings cree que cualquier persona puede ser engañada por mentiras y que Randi era tan susceptible al error humano, como cualquier otra persona. Así, Stillings (1983a) publicó una falsa, una página en un número especial del boletín de su grupo (de los cuales solo se imprimieron dos copias y fueron enviadas por correo a Edwards y a Shaw con la esperanza de que se los mostraran a Randi). La cuestión resumida es que contenía dos párrafo, donde había un anuncio de que el Proyecto Archaeus acababa de recibir un fondo de 217.000$ … como capital inicial para un programa de investigación y educación sobre PK. Se dijo que los fondos era “dinero para subvencionar a los investigadores PK, especialmente interesados en “doblar metales” y para el desarrollo de un programa de educación de los niños para el alcance y la naturaleza de los fenómenos parapsicológicos”. Por último, se dice que “Los solicitantes de la subvención, así como aquellos dotados con habilidades paranormales, debían escribir a Stillings.

Stillings también por separado escribió una carta a Shaw diciéndole que ya que Shaw era un fraude, no debería dársele el dinero a cualquiera. Para estirar la broma aún más, Stillings también publicó una advertencia “Aviso de asesoramiento” (Krueger, 1983), paralelamente a las notas similares de Randi en un verdadero problema anterior en las hojas informativas de su grupo. Originalmente la broma de Stillings me pareció un poco tonta (después de todo, nunca afirmó que Randi fuera inmune al engaño, y los prestidigitadores se engañan unos a otros todo el tiempo), lo que sucedió después fue mucho más allá de las expectativas de Stillings y se convirtió en un episodio grave.

Al ver el falso anuncio, y aparentemente sin comprobar adecuadamente las cosas, Randi decidió dar una burla de premios psi, llamados “Premios Uri” a esta recepción de la falsa subvención. Por lo tanto, el 1 de abril de 1983, descubrí el comunicado de prensa de Randi, dando un “Uri” en la categoría de financiación para “Corporación Medtronics de Minneapolis, que dio 250.000$ a un señor Stillings de esa ciudad para financiar el Proyecto Archaeus, dedicado a la observación de las personas que doblan cucharas en las fiestas.  El Sr. Stillings luego ofreció financiación y asistencia a un destacado joven doblador de cucharas que resultó ser uno de los enmascaramientos magos del proyecto Alfa, que confesó como farsante”

En esta declaración del increíble premio, Randi logró falsamente identificar a una corporación importante como fuente de financiamiento (pese a que en ningún anuncio se mencionó la fuente del dinero), se aumentó el premio de 217.000$ a 250.000$, también se describió falsamente el propósito del premio, y ¡afirmó falsamente que los fondos había sido ofrecidos a uno de sus colaboradores! Después de esto llegaron las publicaciones referidas al fallo de Randi, así se publicaron titulares como 'Non-Magician' Fools Conjuror" (New Frontiers

Center Newsletter) y El Tonto Investigador Randi, en la Fábrica de Premios de Ficción” (Psychic News), el “increíble” Randi fue interpretado como meramente “divertido”. A Randi, sin embargo, no le pareció divertido. Hasta el momento no ha reconocido públicamente su error, aunque lo hizo al escribir una disculpa a Medtronics y admitió su error en una carta privada (incluyendo una carta a Stillings. Stillings consiguió que Randi le escribiera haciéndose pasar por un tercero). De hecho, cuando su lista de “Premios Uri” se publicó en el Skeptical Inquirer, el premio de Randi a Medtronics, fue omitido sin comentarios. Aunque Stillings tenía prevista su broma para demostrar el hecho de que Randi también podía ser engañado, en realidad terminó demostrando el hecho de que Randi era capaz de distorsionar los hechos y en este caso, por lo menos, fue a disparar y apretó el gatillo sobre su pie. Naturalmente, esto podría llevar a cuestionar la precisión de los informes de Randi en el pasado y nos debe advertir y mirar con más cuidado las advertencias hechas por sus oponentes hacia él.

La sopa se espesa

Las secuelas de Alfa han estado llenas de mucha acritud, y ha habido acusaciones de la distorsión de Randi desde muchos sectores, especialmente de aquellos cercanos a Walter Uphoff, donde fue discutido en la segunda parte de su artículo en The Skeptical Inquirer (Randi, 1983e). No voy a tomar parte aquí, porque la historia es larga y dispersa de este asunto, los lectores simplemente tiene que ir y buscar en The Skeptical Inquirer [Box 229 Central Park Station, Bu_alo, NY 14215], el New Frontiers Center Newsletter [Fellowship Farm; Rt. 1; Oregon, WI 53575], y el Archaeus Project Newsletter [800 S.E. 4th St.; Minneapolis, MN 55414] de esta manera puede leer los cargos que se hacen y evaluar el asunto por uno mismo. Considero estas cuestiones como periféricas a mis preocupaciones aquí y no prefiero no hacer juicios sobre ellos ahora.

En justicia a Randi, hay que señalar que la contribución última de Alfa es la de encontrar en sus esfuerzos estos puntos débiles en otras áreas de la parapsicología, Martin Johnson lo ha llamado “para-pornografía”. Ciertamente, las reclamaciones que se encuentran en los lugares como The National Enquirer sobre “psíquicos” como Kiyota (defendido por el profesor Uphoff y otros) y de las reivindicaciones que desacreditan a estas personas debido a Randi merecen atención y el examen. Esto está fuera del alcance del artículo. En lugar de esto, me referiré a dos eventos relevantes que aprendí acerca y solo después de que Alfa estuviera en curso.

Primero es el “ataque” de Randi con Alfa al Laboratorio McDonnell. Debido al gran legado del laboratorio (500.000 $ durante cinco años), Randi aparentemente pensó que esto era un gran e importante objetivo. Por supuesto, de esta subvención, el Laboratorio Mac tenía unos 100.000 $ por año, y una buena parte fue tomada por la Universidad de Washington para gastos generales de la universidad, que toma de manera rutinaria para la administración de donaciones. Por lo tanto, nunca ha habido una mejor financiación a un laboratorio psi en este país, contrariamente a lo que uno podría pensar de algunos informes de la prensa.

Además, las negativas de los “Premios Uri” de Randi, también da lo que él denomina “Premios Cuchara Recta”, que son dados a los investigadores por sus contribuciones positivas. Cuando Randi hizo su primer anuncio en la presa sobre Alfa en Discover, en 1983, en el que criticaba al Prof. Phillips y a la credulidad del Laboratorio Mac, no se mencionó algo importante: El 1 de abril de 1982, menos de un año antes, Randi había otorgado a Phillips su “Premio Cuchara Recta” por reconsiderar su posición sobre el uso de los controles sobre Shaw y Edwards, y decidió diseñar sus procedimientos experimentales después de lo que Randi llama “una reacción menos entusiasta en su presentación de la reunión de 1981 en la Asociación de Parapsicología” (Randi, Potash, 1982). Uno habría pensado que Randi mencionaría esto en sus escritos sobre Alfa, pero habría hecho que Phillips se viera menos tonto cuando anunció Alfa. Desde que Randi nos dijo que Alfa “no estaba destinado a avergonzar o menospreciar a cualquier persona” (Randi, 1983a), uno podía espera que al menos mencionara este “honor” a Phillips en el mismo sito que Alfa.

Una segunda curiosa cuestión surgió en una carta enviada a The Skeptical Inquirer (Chalmers,1983-4) llamando la atención sobre la “desapercibida ironía” en el hecho de que la revista había publicado un artículo anteriormente (McBurney y Greenberg, 1980) en la que Steve Shaw, que había estado haciéndose pasar por un verdadero psíquico mucho antes de alfa (por ejemplo, cf., Anónimo, 1977; Hazlett, 1979) fue supuestamente desenmascarado por fraude. Parecía que nadie se había dado cuenta de esto. La respuesta de la carta de Chalmers señala esto; Randi afirmó que afirmó que la presentación de Shaw en sí mismo como un verdadero psíquico era parte de la “actuación” de Shaw (Frazier, 1983-4), pero parece más sorprendente que nunca se dijo esto en las revelaciones de Randi sobre Alfa. Después de todo, podría haber señalado que a quién le atribuyó los poderes PK de manera estúpida fue a Shaw, que era un farsante, y esto se le pasó por alto. A mí me parece que lo más probable (de nuevo, argumento de parsimonia) que Randi no se dio cuenta de este artículo aparecido en el diario de su propia organización hasta que Alfa se puso en marcha. Randi informó al Lab. Mac sobre este artículo a finales de diciembre de 1981, y Phillips respondió al respecto a Randi al siguiente mes, señalando que la supuesta refutación en realidad tenía poca fuerza, ya que en realidad no descubrió ninguna cosa, ya que comprobó que Shaw no podía demostrar el psi cuando los controles habían sido utilizados; que no había sido capturado en ningún engaño. Tal vez Randi encontró argumentos convincentes en Phillips, o tal vez no quería llamar la atención sobre el hecho de que Shaw había sido presentado por él mismo como un psíquico verdadero mucho antes de la iniciación de Alfa (cf. Anónimo, 1977 y1978). (El hecho de que Shaw se había hecho pasar por un verdadero psíquico en 1977, mucho antes que incluso se hubiera reunido con Randi, niega la negación de que lo hacía simplemente como parte de la “actuación” para Alfa).

De otra manera, ¿por qué Randi dejó de mencionar este asunto cuando dio muchos otros detalles de cosas menos impresionantes para demostrar la supuesta credulidad de los investigadores psi? Hasta que Randi nos dé una explicación formal y completa o ponga a disposición del público los documentos “388”, que dijo que “cuentan la historia del Proyecto” (Randi, 1983a), este extraño episodio, probablemente seguirá siendo un misterio menor.
¿Qué podemos concluir?

La historia de Alfa ha terminado, sin embargo, podemos saber más acerca del proyecto Gamma de Randi, incluso puede seguir utilizando lentamente todas las letras del alfabeto griego. Este ensayo no pretende dar respuestas, tanto ya que está destinado a explorar los hechos y plantear preguntas. Puede que haya mal valorado algunos asuntos y tergiversados sin querer otros. Espero sinceramente que Randi responda a este ensayo y corrija los errores que haya hecho. Él es muy bienvenido al espacio de esta revista para corregir mi análisis. Todavía creo que Randi con frecuencia actúa como un crítico admirable. Como la “niña de pequeños rizos”, cuando Randi es bueno, puede ser “muy, muy bueno”. A fin de cuentas, todavía creo que su presencia en el debate paranormal ha sido saludable. Ha hecho cosas eficaces en el pasado para desenmascarar, y a pesar de lo que he conjeturado acerca de sus motivos durante Alfa, creo que Randi se considera a sí mismo como un antagonista honesto.  Como todos nosotros, Randi es humano y es capaz de equivocarse; y puesto que él aspira a tratar simplemente cuestiones complejas, a veces sus errores son grandes. Francamente, le doy menos responsabilidad de sus errores a Randi que a los supuestamente científicos críticos que aceptan sus declaraciones sin sentido crítico.

En primer lugar, todos debemos recordar que Randi es un mago profesional. No es un científico entrenado, a pesar de que está bien versado en muchas áreas del conocimiento. Él es, creo yo, lo que Ray Hyman (1980) denomina un “hombre golpeador”, traído por los científicos para desacreditar (en vez de refutar), reivindicando lo no ortodoxo y lo extraordinario. Es un gran error pensar que las normas que rodean a un mago son las mismas que defienden los científicos (cf., Collins, 1983).

Al igual que su compañero Martin Gardner, no es científico (1981, p. xvi), Randi está a menudo más interesado en ver a sus oponentes derrotados por carcajadas que con silogismos. Randi ha dicho que espera que el Proyecto Alfa fuera un fracaso debido a la vigilancia de los investigadores que probaron. ¿Hay alguien serio que cree que Randi quería ese resultado? (como diría Randi: “Si usted cree eso, ¡ojalá tuviera algunas tierras pantanosas para vender!) Randi es, en efecto, una especie de vigilante, uno fuera de la orden sancionadora normal de la ciencia, que puede violar las reglas acordadas en su búsqueda de la eficiente “justicia superior”. Por lo tanto, es más como un pistolero de fábula que un oficial de la ley; más parecido a Mike Hammer que a un fiscal de distrito limitado por los problemas debidos a procesos y libertades civiles. Él no está obligado a observar las normas de cortesía entre compañeros normales dentro de la Comunidad Científica. Si un parapsicólogo con credenciales descubrió a su compañero realizando de manera fraudulenta pobres experimentos, se esperaría que este asunto se notificara a la Asociación de Parapsicología o se publicaran las quejas en una revista arbitraria. De un científico se espera primero que se queje de un mal trabajo de sus compañeros y que los investigadores realicen el trabajo desapasionadamente, antes de ir directamente al público a través de medios de comunicación.

Un científico normal sería criticado si, aunque sus hechos fueran ciertos, los publicara primero en una revista importante de ciencia y los presentara en una rueda de prensa revelando sus descubrimientos diciendo que los detalles saldrían en su propio programa de televisión. (Tenga en cuenta que Randi criticaría de manera similar a un investigador psíquico que comunicara su trabajo al público antes de tener un foro técnicos/científico apropiado). Sin embargo, tales acciones son comprensibles, y yo argumentaría, justificables en el caso de un mago profesional cuyo sustento depende no de una posición universitaria, sino de la publicidad en los medios. (Dado que muchos parapsicólogos, incluso en las universidades, no tienen posiciones permanentes y tienen menos probabilidades de conseguir un trabajo estable debido a la clase de publicidad que hace Randi, probablemente no estará de acuerdo conmigo en que las acciones de Randi han sido del todo justificables).

El trabajo del mago es conseguir publicidad, y Randi es condenadamente bueno en ese trabajo. Incluso los magos que han estado en desacuerdo con Randi (y muchos, como Walter Gibson han expresado públicamente su desaprobación por el Proyecto Alfa) han expresado su admiración por su capacidad de conseguir cobertura en los medios.

El simple hecho es que Randi se comporta muy parecido a otros magos se han comportado en el pasado, incluyendo a Harry Houdini. Es de esperar que trataría de elevar su estatus como noble defensor de la ciencia contra la pseudociencia. Habríamos de esperar que él dijera, “¡Ay, caramba!, todos mis esfuerzos científicos son del tamaño de un grano de sal; ¿solo soy un mago?” Dada toda la dificultad que implica la vida artística, yo personalmente creo que Randi hace notablemente bien por la verdad de como él la ve. Esto en parte se debe a que Randi parece realmente creer su propia retórica sobre su noble lucha contra las fuerzas oscuras de la irracionalidad y la pseudociencia que amenaza a la Civilización Occidental. Él no es un fanático ciego como algunos suponen, sino que es un fanático. (Aunque G.B. Shaw nos recordó que “el camino al infierno está empedrado de buenas acciones”).En mi opinión, el problema es que muchos científicos han aceptado a Randi sin crítica, como su caballero, y le han dado autoridad, cuasi-científica. No es casualidad que Randi mencione a CSICOP cada vez que puede y tienen un lugar destacado en sus publicaciones; para enchufar a su grupo, él también nos recuerda la empresa científica que legitima sus actividades y las eleva a “investigación científica” en lugar de “búsqueda publicitaria”. Parafraseando a Shakespeare, “La culpa, querido Brutus, no está en las estrellas, sino en nosotros mismos”. Nosotros, simplemente nunca deberíamos haber tomado a Randi más de lo que realmente es: un excelente mago que puede realizar un papel más útil como testigo que como experto en un proceso relacionado con la ciencia. Nunca deberíamos haberlo elevado a un mayor nivel como promotor o abogado en la corte de la ciencia, y ciertamente nunca debemos tratar que sea parte de un jurado o juez. Sin embargo, esto es lo que ha sucedido. Por ejemplo, Randi fue designado como portavoz, en lugar de como importante testigo experto, cuando recientemente fue invitado a presentar el caso contra la parapsicología en la reunión de 1984 de la Asociación Americana para el Avance de la Ciencia. Muchos parapsicólogos indicaron que sentían que era más bien un insulto para la parapsicología, ya que habrían esperado a un científico para ser en esa ocasión el crítico. Realmente no se puede culpar a Randi por aceptar un “honor” así, pero debemos ser críticos con los que los acogen en ese papel. (Esto no tiene nada que ver con lo que Randi realizó en ese escenario).

En resumen, culpar a la comunidad, especialmente a las publicaciones científicas de ciencias como Discover y las reacciones no críticas a sus aventuras, incluyendo el Proyecto Alfa. En mi opinión, Randi solo hizo su trabajo y quería hacerlo bien; pero me parece a mí también que muchos científicos y escritores escépticos fracasaron en sus puestos de trabajo por la falta de crítica, porque para ellos era tan divertido que no notaron el daño a la justica y a la verdad, pero tuvieron un medio para reír.

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Epílogo: Alfa y yo

Debido a que Martin Gardner (1893 y 1983-4b) ha publicado una serie de falsas declaraciones sobre mi propia relación con Alfa, voy a aprovechar esta oportunidad para dejar las cosas claras. La primera vez que supe de Alfa fue a finales de julio de 1981 a través de un mago a quien Randi le había dicho con orgullo sobre el proyecto. Por lo tanto, yo no me enteré a través de Randi, e inmediatamente le escribí una carta (que también envié a varios amigos en común en la fraternidad de la magia), y me informaron que tenían dudas acerca de cómo se podría manejar el asunto. Randi rápidamente me respondió por teléfono y en un principio negó rotundamente la existencia del proyecto. Fue solo cuando le dije que había confirmado la historia a través de un mago amigo mutuo (que no fue mi fuente original), cuando Randi admitió la existencia de Alfa y se quejó de que nuestro amigo mutuo me confirmara la historia.

Señalé a Randi que estaba preocupado con la posibilidad de que se pudieran exagerar los resultados de su “experimento”, generalizando los resultados a todos los investigadores en parapsicología que eran competentes, y se utilizara el proyecto más como un dispositivo de publicidad para perjudicar a la gente que con esfuerzo constructivo podían ayudar a los investigadores psi a hacer mejor ciencia. Randi me aseguró que sus intenciones eran las mejores, que en realidad esperaba que los investigadores evitaran la trampa y expresaran su convicción de que al final los parapsicólogos mismos estarían agradecidos a él. Yo estuve impresionado por la aparente conciencia de los problemas más profundos en los que participaba Randi.

Había sido amigo de Randi desde hace algunos años, tanto como compañero interesado en asuntos paranormales y como compañero prestidigitador. Confié en Randi. Sin embargo, al contrario de lo que Gardner ha escrito (1983-4b), nunca di mi palabra de que no iba a revelar su engaño. Randi no me contó inicialmente a mí el engaño, incluso trató de negármelo, me sentí sin ninguna obligación sobre Randi. En mi carta del 29 de julio de 1981 a Randi sobre Alfa escribí: “no pienso hacer nada con todo esto por lo menos antes de una semana para las reuniones de la AP, si es que hago algo. Pero debo de tratar de equilibrar bien que su funcionamiento va hacer frente a los daños. Creo que probablemente lo haga. Cuanta más información tenga, más fácil será tomar para mí la decisión. No estoy en absoluto ansioso por dar la alarma sobre el tema. Parece que han invertido mucho en él, y tiene, como he señalado, un lado positivo. Pero si se puede persuadirme de que hay un lado negativo pequeño (o más hacia el lado positivo), entonces me sentiré mucho más cómodo en no advertir a los que considero probables víctimas inocentes en la trama”. A partir de entonces nada supe de Randi que me hiciera cambiar mi posición al respecto. Quizás el factor más importante que me indujo a no informar a los investigadores fue que pensé que Alfa, si se hacía correctamente, probablemente produciría resultados importantes.

Randi expresó su deseo de que Shaw y Edwards fueran más lejos que el Laboratorio Mac y llevaran sus falsas habilidades PK a ser “validadas” por algún importante investigador británico y/u otros que tenían previamente informes publicados sobre sujetos jóvenes con supuestos poderes similares. Si en realidad Randi lograba esto, sus cómplices se convertirían en un grupo de control contra el cual podríamos medir la competencia de esos mismos investigadores que habían emitido informes que afirmaban la validación de los poderes PK con otros. Como tal, me parecía que Alfa realmente podría convertirse en un “legítimo y serio experimento sociológico”. Teniendo en cuenta las garantías de las cuales Randi me repitió a mí muchas veces durante el siguiente año y medio; en una ocasión en un pequeño grupo de discusión que tuvimos con otras dos personas que sabían de su broma, que iba a actuar de forma responsable y con cuidado para que pudiéramos estar orgullosos de su esfuerzo, Randi dijo que no tenía planes para comunicar su secreto de Alfa a los que estaban en el Laboratorio Mac.

A pesar de que no comunicó el secreto de Alfa a cualquiera de sus víctimas, hice que se informaran de manera confidencial a un par de personas clave, especialmente a varios periodistas científicos, incluyendo a dos relacionados con la materia; y quedaron informados sobre el avance de Alfa en la limitada medida en que era consciente de lo que estaba pasando. Tal vez esto fue un error por mi parte. Me di cuenta de que existía la posibilidad de que se filtrase, pero sentí que este pequeño riesgo tuvo que ser corrido. Por lo que yo he sido capaz de determinar, se mantuvieron las confidencias. Lo hice principalmente para mantener a Randi como la única fuente de información sobre Alfa cuando finalmente descubrió la historia. No quería que estos periodistas recibieran sólo la versión de Randi sobre los eventos. Me di cuenta que había peligro de que podría convertir en un evento de prensa más que de un ejercicio científico útil, y es lo que yo había temido desde el principio que Randi podría haber exagerado las implicaciones de Alfa para el resto de la parapsicología. Desde que él termino es justo a lo que se dedicó, no lamento en nada el resultado de mis revelaciones.

En retrospectiva, es fácil decir que puede haber hecho mejor esto o aquello. Sigo estando incierto sobre si tomé la medida más inteligente. Tal vez debería haber informado inmediatamente a la Asociación de Parapsicología; quizás debería haber permanecido completamente en silencio; o tal vez había otras alternativas que podría haber tomado. Dada la complejidad de los temas involucrados con mis propios sentimientos contradictorios, tomé lo que entonces me pareció más prudente. Al revisar mis propias acciones, lo único que puedo afirmar es que no actué precipitadamente ni actué con malicia. Nada de lo que hice, que yo me enterara, hizo daño a nadie o tuvo algún efecto significativo sobre el problema o resultado en el Proyecto Alfa. No rompí ninguna promesa ni revelé nada que me contaran en confianza. Solo puedo pedir que si otros juzgan mis acciones, lo hagan basándose en los hechos reales y no en desinformaciones, tergiversaciones o rumores.





DCP- Vol1-9